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Ukraine

Los trabajadores de la central nuclear de Zaporizhzhia, sometidos a trabajos forzosos por las fuerzas rusas, según los sindicatos

La Organización Internacional del Trabajo expresa su profunda preocupación por las víctimas civiles y el grave impacto de la agresión de la Federación Rusa sobre los trabajadores y empleadores que arriesgan sus vidas para seguir trabajando y operando.

Noticia | 1 de junio de 2023
La central nuclear de Zaporizhzhia (Ucrania). © AFP/STRINGER/ANADOLU AGENCY
BUDAPEST (OIT Noticias) – Los trabajadores de la central nuclear de Zaporizhzhia, en Ucrania, ocupada por Rusia, han sido sometidos a trabajos forzosos y coaccionados a afiliarse a sindicatos controlados por las fuerzas rusas de ocupación, afirman los sindicatos ucranianos.

Según los sindicatos, los derechos fundamentales de los trabajadores son "violados frecuente y repetidamente", y muchos de ellos están expuestos a riesgos para la seguridad y la salud en el trabajo que ponen en peligro su vida. Los sistemas de respuesta a emergencias y de gestión de la seguridad y la salud en el trabajo han dejado de funcionar eficazmente, afirman.

En un documento informativo conjunto de la OIT y la federación sindical mundial IndustriALL se recogen detalles de estos informes sindicales, así como información del Organismo Internacional de Energía Atómica (OIEA), la Agencia de Energía Nuclear de la OCDE y la Inspección Estatal de Regulación Nuclear de Ucrania.

El documento informativo reitera la "grave preocupación" de la OIT por las víctimas civiles, el grave impacto de la agresión de la Federación Rusa sobre los trabajadores y empleadores que arriesgan sus vidas para seguir trabajando y operando, y el "daño irreversible" a la infraestructura, la economía y el mercado laboral de Ucrania.

Antes del inicio del conflicto, había 12.000 trabajadores en la central nuclear de Zaporizhzhia y en la ciudad de Enerhodar, de los cuales 11.000 estaban afiliados al sindicato de la central. Desde entonces, el número de afiliados al sindicato se ha reducido a unos 1.200 trabajadores.

Muchos trabajadores nucleares y sus familias consiguieron escapar antes de que las fuerzas de ocupación tomaran el control de la central nuclear en febrero de 2022. La OIT ha recibido informes de que los que siguen trabajando en la central han sido obligados a firmar contratos de trabajo con la corporación estatal rusa de energía atómica, Rosatom, y a afiliarse a sindicatos controlados por las fuerzas de ocupación. Esto constituye una clara violación del derecho a la libertad de asociación, según el informe.

Los casos más denunciados de trabajos forzados se refieren a trabajadores nucleares que han intentado abandonar la ciudad de Enerhodar, pero a los que se ha denegado el derecho a abandonar el territorio ocupado. Otros informes sobre trabajos forzados se refieren al derecho a elegir libremente empleo. Después de que las fuerzas rusas ocuparan la central, se negó a los trabajadores el derecho a ponerse en contacto con su empleador ucraniano, Energoatom.

Los trabajadores que manejan las instalaciones y equipos del reactor nuclear han sido objeto de amenazas.

Algunos fueron llevados a los llamados "sótanos", retenidos allí durante varios días, mientras se registraban sus apartamentos, garajes o casas de campo, y se amenazaba a sus familias. Algunos fueron presuntamente sometidos a tortura", afirma el documento informativo.

Sin embargo, menos del cinco por ciento de estos trabajadores han firmado contratos de trabajo con las fuerzas de ocupación.

Las fuerzas de ocupación han convertido la planta en una base militar. Además de la presencia no autorizada de personal militar armado, las fuerzas rusas no respetan las normas de seguridad contra incendios ni otros procedimientos de seguridad en las instalaciones. También han bombardeado deliberadamente la infraestructura energética de la zona y las líneas eléctricas de la estación. Algunos informes señalan que trabajadores han sido enviados a reparar la infraestructura energética dañada, poniendo en peligro sus vidas.

El personal sigue garantizando el funcionamiento seguro de las instalaciones nucleares, pero el estrés y el riesgo constante de bombardeos están agravando la tensión mental y la ansiedad del personal que trabaja en la central, según el informe.

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