Entrevistas destacadas con cooperadores

Juan Antonio Pedreño, presidente de la Confederación Empresarial Española de la Economía Social (CEPES), presidente de Social Economy Europe (SEE) y coordinador general de la Red Euromediterránea de Economía Social (ESMED)

"Spotlight Interviews with Co-operators" es una serie de entrevistas con líderes, representantes e investigadores de las cooperativas y de la economía social y solidaria (ESS) de todo el mundo con los que los responsables de la OIT se han encontrado como parte de su agenda de trabajo. En esta ocasión, la OIT entrevista a Juan Antonio Pedreño, presidente de la Confederación Empresarial Española de la Economía Social (CEPES), presidente de Social Economy Europe (SEE) y coordinador general de la Red Euromediterránea de Economía Social (ESMED).

Artículo | 31 de agosto de 2022

¿Podría hablarnos de usted y de cómo se involucró en las cooperativas y en la economía social y solidaria en general??

Pues de la forma más natural. Ante la falta de empleo, especialmente derivada de la enorme crisis de principios de los años 80, un grupo de jóvenes con algo más de 20 años decidimos comenzar un proyecto cooperativo (en aquel momento eran necesarias 7 personas para construir una cooperativa). Un proyecto formativo, educativo, un Centro de Formación Profesional que posteriormente fue creciendo y ampliando y hoy, justo cuando se cumplen 40 años del nacimiento de aquella cooperativa – Severo Ochoa-, cuenta con más de 120 personas trabajando en ella, la mayoría socios y a jornada completa y tiempo indefinido. Tengo que decir que no conocía en aquel momento el modelo cooperativo que se fue metiendo en mí, junto con sus valores y su modelo de gobernanza. Y me ganaron. De aquí surgió la necesidad de defender todos juntos a estas empresas y nació UCOMUR y UCOERM, entidades regionales que presido en la actualidad.

Posteriormente, a nivel estatal, he tenido la suerte de participar en los nacimientos de COCETA, la confederación española de cooperativas de trabajo, así como presidirla, y también de sus organizaciones europeas: CECOP y Cooperatives Europe, formando parte de sus ejecutivas. También tuve la oportunidad de participar en la creación y constitución de CEPES y de Social Economy Europe (SEE), las que actualmente tengo el orgullo de presidir. En fin… una cosa lleva a la otra y esto me ha llevado a involucrarme de forma total y absoluta en la defensa de un modelo de empresa que prioriza el valor de las personas.

Usted tiene un papel de liderazgo a nivel local, nacional y regional. ¿Podría hablarnos de su trabajo en Murcia con UCOMUR (Cooperativas de Trabajo Asociado de la Región de Murcia) y UCOERM (Cooperativas de Enseñanza de la Región de Murcia)?

UCOMUR es la entidad representativa de las cooperativas de trabajo asociado y Murcia es la Comunidad Autónoma de España donde hay más cooperativas por cada 100.000 habitantes. Hemos conseguido entre todos - instituciones, organizaciones, cooperativas…- crear un ecosistema de economía social cooperativa extendido por toda la región, a través de sus más de 1.600 cooperativas que emplean entre socios y trabajadores más de 80.000 personas. Este es un ejemplo de colaboración que aporta y así es reconocido un valor añadido en términos económicos y sociales, con un nivel de interlocución muy significativo que permite influir en mejoras legislativas y en la elaboración de Pactos de Excelencia para la economía social (se ha aprobado el V Pacto).

UCOERM es la entidad representativa de las cooperativas de enseñanza de la Región de Murcia, donde este modelo representa el 50 por ciento del total de los centros concertados sostenidos con fondos públicos, algo impresionante si tenemos en cuenta que la región de España más próxima sólo está en torno a un 12-15 por ciento. Esta presencia en la educación está permitiendo la introducción de valores cooperativos en la enseñanza así como la creación de cooperativas escolares. Son más de 40.000 niñas y niños los que reciben diariamente educación y formación en cooperativas de enseñanza en Murcia.

A nivel de España, usted es el Presidente de la Confederación Empresarial Española de la Economía Social (CEPES). ¿En qué consiste CEPES? ¿Cómo funciona?

CEPES es la organización empresarial representativa del conjunto de la economía social en España. Actualmente, sus 29 socios miembro representan el 90 por ciento de este modelo empresarial a nivel estatal. De ellos, 13 son organizaciones estatales de las diferentes figuras jurídicas que componen la economía social española (cooperativas, sociedades laborales, mutualidades, empresas de inserción, centros especiales de empleo de iniciativa social, asociaciones de personas con discapacidad y cofradías de pescadores); 7 son organizaciones autonómicas representativas de la economía social y 8 son grupos empresariales específicos del sector. Todas estas formas empresariales están contempladas en la Ley 5/2011 de economía social, ley pionera a nivel internacional y que sin duda supuso un punto de inflexión sin precedentes para el desarrollo de este modelo empresarial en España y un impulso absoluto para la economía social en Europa y en todo el mundo y por supuesto para el fortalecimiento de CEPES.

Esta riqueza asociativa, hace que la Confederación represente los intereses de más de 43.000 empresas y 2.5 millones de empleos, es decir, un tejido socioeconómico cuya facturación supone el 10 por ciento del PIB estatal y casi un 12,5 por ciento del empleo. Estos datos de representación que hacen de forma absoluta que CEPES participe en el diálogo institucional con el Gobierno Español y también con las Instituciones Europeas y las Organizaciones Internacionales. La capacidad de interlocución social de CEPES ha avanzado notablemente y permite incidir e influir en la construcción legislativa y en las políticas públicas en todos sus ámbitos, para que el legislador tenga en cuenta a las empresas de economía social. CEPES como organización empresarial representativa de la economía social, está presente en 13 órganos consultivos del Gobierno español, donde participamos directamente junto con el resto de los agentes sociales. Y la última prueba de estas actuaciones ha sido la aprobación de un Proyecto estratégico para la recuperación y transformación económica (PERTE) de la Economía Social y de los Cuidados (dentro de los Fondos de Recuperación y Resiliencia europeos) dotado con 805 millones de euros.

CEPES funciona de manera colegiada y coordinada con sus socios, a través de sus órganos de Gobierno que se reúnen mensualmente para adoptar las decisiones más adecuadas en cada momento económico y político. Para abordar cuestiones más técnicas y sectoriales, los estatutos de CEPES prevén la creación de Comisiones de trabajo específicas que permiten diseñar estrategias de actuación.

También es usted una figura destacada en la promoción de la economía social como presidente de Social Economy Europe y coordinador general de la Red ESMED (Economía Social Euro-mediterránea). ¿Cuáles son sus prioridades a nivel regional en Europa y en el Mediterráneo?

En 2015, el Consejo de Ministros europeos aprobó por unanimidad una resolución calificando a la economía social como motor clave del desarrollo económico y social de Europa. Desde entonces, nuestro objetivo a nivel europeo ha sido que se reconociera y visibilizara el potencial de la economía social entre todos los Estados miembros y que se reforzara la coherencia de las políticas de las diferentes instituciones europeas – Estados - Administraciones regionales y locales. Entendíamos que era un proceso de co-construcción europeo en favor de la economía social (empleos de calidad, crecimiento, sostenibilidad, cohesión social, economía verde…) que debíamos hacer todos juntos.

Esto se ha plasmado en diciembre pasado con la aprobación del Plan Europeo de economía social; quizá la más impresionante política pública en favor de la economía social. Nos proporciona instrumentos concretos para desarrollar la economía social y crecer. Este será una de nuestras prioridades, nuestro reto fundamental: Crecer para cambiar de escala. Para influir en las políticas públicas; para generar más interlocución; para mejorar el reconocimiento y la visibilidad de la economía social a través de un modelo empresarial que contribuye a reducir desigualdades, a un crecimiento inclusivo y a un desarrollo sostenible de los territorios.

En marzo pasado, ya han sido 23 los estados miembros que han firmado un acuerdo para priorizar en sus políticas la economía social. “El momento es Ahora”. Todas las Instituciones reconocen y hablan del papel de la economía social, un modelo cuyos valores coinciden con los identificados por la Unión Europea y que están muy en consonancia con los ejes que marcan los Fondos de Recuperación y Resiliencia aprobados por Europa.

Al igual que la economía social se ha convertido en un actor clave de Europa, este modelo empresarial contribuye al desarrollo sostenible a nivel global y debe formar parte de la agenda exterior de la UE con los países de nuestro entorno más cercano.

En este sentido, desde hace dos décadas estamos impulsando la cooperación entre las organizaciones representativas de la economía social del sur y norte del Mediterráneo a través de la Red Euromediterránea de la Economía Social (ESMED), que lidera CEPES desde sus inicios.

El diálogo y cooperación institucional de la Red ESMED con la Unión por el Mediterráneo (UpM) ha sido decisivo para que hoy sus 43 Estados miembros identifiquen a la economía social como una prioridad de trabajo. Como señalan las conclusiones de la Cumbre de ministros de Empleo y Trabajo de la UpM celebrada en Marruecos el pasado mes de mayo, la economía social es un “vector para la creación de más empleos decentes y la expansión de oportunidades económicas, especialmente para los jóvenes y las mujeres, lo que lleva a una economía más inclusiva en la región mediterránea. Sobre la base de este reconocimiento, la UpM apoya iniciativas a favor del emprendimiento en economía social que están mejorando las condiciones de vida de miles de personas en el Mediterráneo y están aportando soluciones a retos sociales, económicos y medioambientales compartidos por toda la región euromediterránea. 

En definitiva, es ilusionante ver cómo el trabajo que estamos realizando en Europa y el Mediterráneo tiene un impacto directo en los territorios para construir una economía que trabaje para las personas desde las empresas de economía social.

En sus diferentes responsabilidades, usted colabora con la OIT y sus mandantes. ¿Podría hablarnos de su compromiso con la OIT y de su opinión sobre el papel de la OIT en la promoción de las cooperativas y de la economía social y solidaria en general a nivel internacional?

El diálogo con la OIT es permanente y está dado unos resultados muy positivos.

Como cooperativista y miembro de la Alianza Cooperativa Internacional, especialmente desde mi responsabilidad en su momento de presidente de COCETA (Confederación Española de Cooperativas de Trabajo Asociado), tuve la oportunidad de apoyar los trabajos para la Recomendación 193 de la OIT sobre la promoción de las cooperativas de la que este año celebramos sus 20 años de historia.

Nuestra colaboración se ha intensificado conforme la OIT ha incrementado de manera exponencial sus iniciativas para el conjunto de la economía social. Este diálogo ha sido especialmente intenso desde España, en tanto que país que cuenta con importantes políticas públicas en materia de economía social.

En 2019, CEPES y el Ministerio de Trabajo de España coorganizamos con la OIT la XI Academia de Economía Social y Solidaria en Madrid, a la que dimos un título con el que queríamos marcar un objetivo claro en línea con la declaración del Centenario de la OIT: “La economía social en el Futuro del Trabajo”.  

El evento de Madrid fue un momento importante. Más de 400 personas de 40 países, asistieron a la inauguración de la Academia cuyos trabajos y conclusiones ayudaron a concretar cómo la economía social genera empleo productivo y mejores niveles de vida para todas las personas. Afortunadamente este papel ya es indiscutible en gran medida gracias a la Resolución que la OIT aprobó el pasado mes de junio sobre trabajo decente y economía social.

La Resolución de la OIT, junto con el Plan de Acción europeo de la Economía Social y la Recomendación de la OCDE sobre la economía social e innovación social, también adoptada en junio pasado, abren una etapa sin precedentes. La OIT ha sido una gran valedora para hacer que la economía social sea reconocida a nivel global como un actor que genera más empleo de calidad y promueve un crecimiento sostenible e inclusivo.

Considero muy positivo que la OIT ya se esté trabajando en esta línea, tal y como demuestra que uno de los compromisos resultantes de su reunión de Alto Nivel con la Comisión Europea de Julio, sea que la OIT y la UE van a trabajar conjuntamente para desarrollar ecosistemas favorables para la economía social. De esta misma manera van a tener un impacto muy importante la estrategia y el plan de acción sobre el trabajo decente y la economía social y solidaria que, como establece la Resolución, el Consejo de Administración de la OIT deberá abordar el próximo mes de octubre/noviembre.

En este sentido, quiero mostrar nuestro interés en co-construir con la OIT y contribuir al éxito de esta estrategia y el plan de acción que van a tener un impacto directo en los objetivos ambiciosos que marca la Resolución sobre economía social. La preparación de estos documentos es una oportunidad para que la OIT establezca un diálogo estructurado con los interlocutores de la economía social e incorpore la diversidad de actores que contribuyen a generar trabajo decente y mantener empleos de calidad. Porque las organizaciones representativas de las empresas de economía social contribuimos junto con los agentes sociales a generar un futuro del trabajo justo, inclusivo y seguro con empleo pleno para todas las personas.

El mundo del trabajo está experimentando cambios sustanciales debido a la digitalización, el cambio climático, los cambios demográficos y la pandemia mundial. ¿Cuál cree que es el papel de las cooperativas y de la economía social y solidaria en general en este contexto tan cambiante?

La pandemia ha caracterizado el entorno del periodo que ahora se cierra y, en buena medida, los Fondos de Recuperación son el primer elemento que configura el contexto futuro en el que CEPES y Social Economy Europe desarrollan su actividad. Tanto el Gobierno de España, como otros Gobiernos Europeos y la propia Comisión Europea han valorado positivamente el rol de la economía social durante la pandemia, demostrado que es un modelo especialmente resiliente, comprometido con su entorno. En el diseño de los Fondos se ha tenido en cuenta la necesidad de dar una respuesta coordinada en Europa a las consecuencias económicas y sociales de la pandemia, configurando un marco financiero plurianual a desplegar en cada Estado-miembro. A través de los fondos Next Generation y otros instrumentos se impulsarán las inversiones y reformas en ámbitos relacionados con las principales necesidades y tendencias de los próximos años.

Por todo ello, en el contexto del Plan de Recuperación, Transformación y Resiliencia del Gobierno de España y de Europa, la economía social Europea tiene un contexto de oportunidad para articular mecanismos que permitan que los fondos lleguen a las PYMEs de la economía social que tienen el potencial para crear valor añadido.

De manera acertada, el Plan de recuperación se articula en torno a cuatro ejes transversales a cuyo desarrollo la economía social podrá contribuir de forma significativa. En el ámbito de la Transición ecológica, es una constatación que la sostenibilidad se ha convertido en una tendencia clave en torno a la que la economía social debe posicionarse como referente. Lo mismo sucede con la Transformación digital, en la que nos enfrentamos a importantes retos para implantar nuevas formas de trabajo (teletrabajo, plataformas online,...) que deben consolidarse tanto en las empresas de la economía social como en las organizaciones representativas. Esta digitalización debe permitir un incremento de la productividad, con nuevas soluciones digitales que permitan la entrada en nuevos sectores. A mi juicio, en todo este proceso impera la necesidad de compatibilizar el desarrollo tecnológico y la cercanía a las personas, evitando el riesgo de deshumanización.

En el caso de España, y también a nivel europeo, cobra especial importancia la cohesión social y territorial. Los factores y las perspectivas desde las que se analiza esta necesidad son diversas y se entienden muy relacionadas con los Objetivos de Desarrollo Sostenible. Me refiero al desarrollo de lo local y evitar el despoblamiento de los pueblos, al crecimiento inclusivo, en el que quepan todas las personas, sin dejar a nadie atrás y en el desarrollo y la resiliencia sanitaria, que apunta hacia oportunidades de mercado en las que la economía social puede tener una presencia importante, en la llamada Economía de los cuidados, donde tenemos una presencia relevante. Esto se presenta como una gran oportunidad para implantar los nuevos modelos de cuidados y la digitalización de este sector.

Sin duda alguna, el envejecimiento de la población tendrá fuertes implicaciones de diversa índole para la economía social. Nos enfrentamos a una necesidad de relevo en diversos sectores; con especial incidencia en el ámbito rural y la actividad primaria y en la emergencia de nuevos segmentos de mercado, con alta capacidad de consumo.

Otro aspecto que quiero destacar, son las altas tasas del desempleo juvenil, que sobre todo sufre España y que se estima que la pandemia puede dejar una tasa aún muy elevada. La economía social debe contribuir a su mitigación. Hay que desarrollar políticas para generaciones futuras, poniendo mucho énfasis en la una educación basada en valores y en la capacitación profesional adaptada a los nuevos empleos y a los nuevos sectores emergentes.

Igualmente hay que trabajar en la colaboración entre territorios y en la necesidad de visibilizar los sectores agrario y pesquero, donde la economía social está presente y que tienden a desdibujarse en Europa.