La construcción: un trabajo peligroso

Al menos 108.000 trabajadores mueren en el lugar de trabajo cada año, una cifra que representa alrededor del 30 por ciento de todas las lesiones mortales en el trabajo. Datos de diversos países industrializados muestran que los trabajadores de la construcción tienen una probabilidad entre 3 y 4 veces mayor de morir a causa de accidentes en el trabajo que otros trabajadores. En el mundo en desarrollo, los riesgos asociados con el trabajo de la construcción pueden ser de 3 a 6 veces mayores. Muchos más trabajadores sufren y mueren a causa de enfermedades profesionales derivadas de haber estado expuestos a sustancias peligrosas como el asbesto.

Lista de recursos | 23 de marzo de 2015
La construcción es uno de los mayores sectores industriales del mundo, que incluye las industrias de la edificación, la ingeniería civil, la demolición y el mantenimiento. Representa una gran proporción del PIB (el 10 por ciento en el Reino Unido y el 17 por ciento en Japón, por ejemplo). En muchos países en desarrollo, la construcción es una de las áreas del mercado de trabajo que crece con mayor rapidez y continua representando un punto de entrada tradicional para los trabajadores. Se trata, sin embargo, de uno de los sectores más peligrosos.

Los trabajadores de la construcción construyen, reparan, mantienen, renuevan y demuelen casas, edificios de oficinas, fábricas, hospitales, carreteras, puentes, túneles, estadios, muelles y aeropuertos, entre otras cosas. Durante su trabajo están expuestos a una gran variedad de riesgos en el lugar de trabajo, incluida la exposición al polvo, al vapor o al asbesto, posiciones de trabajo incómodas, cargas pesadas, condiciones meteorológicas adversas, trabajos en alturas, ruido o vibraciones de herramientas, entre muchos otros. Las causas de los accidentes y problemas de salud en el sector se conocen bien y casi todas pueden prevenirse.

La OIT lleva mucho tiempo trabajando para proteger la seguridad y la salud de los trabajadores de la construcción mediante el desarrollo y promoción de convenios, recomendaciones y repertorios de recomendaciones prácticas. El Convenio sobre las prescripciones de seguridad (edificación) (núm. 62) se adoptó ya en 1937. Fue reemplazado en 1988 por el Convenio sobre seguridad y salud en la construcción (núm. 167) y su correspondiente Recomendación (núm. 175). En 1992 se adoptó un Repertorio de recomendaciones prácticas sobre seguridad y salud en la construcción. El Convenio sobre el asbesto (núm. 162) y su correspondiente Recomendación (núm. 172), adoptados en 1986, son también de especial importancia para el sector de la construcción. Sin embargo, estos Convenios no han recibido un número significativo de ratificaciones. Además, la imagen de los trabajos de construcción como trabajos tradicionalmente sucios, difíciles y peligrosos se ha visto agravada por la flexibilización de las políticas del mercado, en particular por la política de «externalización», por la que la fuerza de trabajo de la construcción se contrata a través de subcontratistas y otros intermediarios. Esto ha hecho que el trabajo en la construcción sea cada vez más temporal e inseguro y ha tenido un profundo impacto en la seguridad y la salud, la formación y el nivel de capacitación.

Para hacer frente a esta situación, la OIT está colaborando con la Internacional de Trabajadores de la Construcción y la Madera (ICM) para promover la investigación, la formación y la preparación de instrumentos de promoción para alentar y promover mejores prácticas en el terreno. Un conjunto de materiales de formación sobre gestión de proyectos de construcción para los principales grupos que participan en el sector —los clientes (incluidos los constructores de viviendas y los promotores inmobiliarios comerciales que determinan lo que debe construirse y dónde), los consultores (diseñadores, arquitectos, peritos, etc.), los contratistas, y los trabajadores— los ayuda a incluir consideraciones de seguridad y salud en todas las etapas de los proyectos de construcción.