La OIT es una agencia especializada de lasNaciones Unidas
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GB.268/ESP/1
268.a reunión
Ginebra, marzo de 1997
 
Comisión de Empleo y Política Social ESP

PRIMER PUNTO DEL ORDEN DEL DIA

El papel del desarrollo de la empresa en la promoción
del empleo y el progreso social: una estrategia de la OIT

Indice

Introducción

I. Por qué la OIT tiene interés en el desarrollo de la empresa

II. El desarrollo de las empresas en el programa de la OIT

III. Hacia una estrategia empresarial


Introducción

1. Este documento ha sido elaborado para responder a una petición efectuada por la Mesa y otros miembros de la Comisión de Empleo y Política Social del Consejo de Administración en su reunión de noviembre de 1996. Se dirige a poner de relieve el interés de la OIT en el desarrollo de las empresas, e incluye las cuestiones de política planteadas en el primer Foro empresarial de la OIT, celebrado en Ginebra en noviembre de 1996. La parte primera de este documento expone por qué el desarrollo de la empresa constituye una preocupación fundamental de la OIT; la parte segunda presenta los elementos motores básicos del programa de desarrollo de empresas y actividades afines, e ilustra la universalidad y viabilidad del desarrollo de la empresa en el marco del programa general de la OIT; la parte tercera traza el marco para una estrategia empresarial de la OIT, comprendidas las orientaciones para fomentar el espíritu empresarial y el desarrollo de empresas como medio para alcanzar los objetivos de fomento del empleo y de progreso social.

I. Por qué la OIT tiene interés en el desarrollo de la empresa

1. Relación con el mandato fundamental y los principios básicos de la OIT

a) Mandato fundamental: generación de empleo y tripartismo

2. Como organización tripartita fundada para fomentar la justicia social por medio del pleno empleo y de la mejora de las condiciones de trabajo, desde su fundación la OIT ha colaborado estrechamente con las empresas, tal como se establece ya en la Carta del Trabajo del Tratado de Versalles, por el que se creó la Organización. El preámbulo a la Constitución de la OIT define el mandato inicial de la Organización refiriéndose a problemas e intereses relacionados con la empresa, considerada como unidad básica de producción y como el centro de la vida laboral: la garantía de un salario vital adecuado, la seguridad social, la igualdad de trato para todos los trabajadores, la libertad sindical y la abolición del trabajo infantil. Partiendo de la realidad, especialmente sentida después de la Primera Guerra Mundial, de que la justicia social constituía un requisito previo a una paz universal y permanente, la OIT fue concebida como un foro tripartito en el cual los empleadores -- como representantes de las empresas -- habían de desempeñar una función muy importante, junto con los representantes del gobierno y de los trabajadores, en la prosecución de los objetivos sociales y de empleo. Por lo tanto, la estructura tripartita y la universalidad de la OIT han constituido un marco favorable a la incorporación de las cuestiones sociales y laborales propias de la actividad empresarial, en todos los niveles de la producción y el desarrollo, al programa general de la OIT.

3. Promover el tripartismo es un objetivo importante de la OIT, que puede ser fomentado a través de las actividades de la OIT en relación con el desarrollo de la empresa. El papel del Estado como catalizador de la actividad de la empresa puede ser reforzado por medio de una asistencia técnica dirigida a reforzar la capacidad humana e institucional de formular y aplicar unas políticas que aumenten la productividad y la competitividad, facilitando al mismo tiempo orientaciones para promover objetivos sociales. Las organizaciones de empleadores (como representantes de las empresas y de los empresarios) pueden ser fortalecidas para que amplíen su base de afiliación, para incrementar el impacto de sus actividades de promoción en las empresas de todo tipo y para brindar un marco institucional más amplio, dentro de la estructura de la OIT, para canalizar la asistencia técnica para promover el desarrollo de las empresas. Los intereses de los trabajadores y de sus organizaciones deberían ser asimismo debidamente atendidos por la labor de fomento del desarrollo empresarial de la OIT, por medio de una asistencia técnica dirigida a mejorar las condiciones de trabajo a nivel de empresa, a favorecer un reparto equitativo de los beneficios obtenidos por los aumentos de productividad y a fomentar los derechos fundamentales de los trabajadores, de conformidad con la actual legislación del trabajo y con los principios de la OIT.

b) La Declaración de Filadelfia y las preocupaciones económicas

4. La adopción de la Declaración de Filadelfia por la Conferencia en 1944, en gran medida inspirada por los terribles efectos de la Gran Depresión sobre la seguridad del empleo y el bienestar de los trabajadores, amplió de hecho el ámbito del mandato inicial de la OIT, introduciendo en él competencias en materia de política económica. Esta ampliación de su mandato permitió a la OIT evaluar las repercusiones de la política económica y social nacional e internacional, así como disponer de un marco más amplio que la mera legislación del trabajo para hacer frente al desempleo y a otros problemas económicos y sociales conexos. Concretamente, la Declaración sirvió de base para que la OIT fijase su atención en la influencia de las actividades de la empresa en un conjunto de políticas económicas y sociales que afectan a las condiciones de empleo y de trabajo: la responsabilidad de la generación de empleo y de la mejora de las condiciones de trabajo ya no se consideró como una obligación exclusiva del Estado, sino que se presentó también en forma de iniciativas sociales de las empresas. El significado de la Declaración de Filadelfia para el desarrollo de la empresa y para la actividad empresarial en general puede comprobarse en la parte IV de la Declaración, que vincula la utilización más completa y amplia de los recursos productivos del mundo por parte de la empresa a la consecución de los objetivos de la OIT, y propugna que la Organización adopte medidas, independientemente y en colaboración con otras organizaciones internacionales acerca de diversas cuestiones de importancia directa para la actividad de la empresa y para su influencia en la política nacional e internacional, comprendidas medidas para aumentar la producción y el consumo, evitar fluctuaciones económicas graves, ... asegurar mayor estabilidad en los precios mundiales de materias primas y productos alimenticios básicos y fomentar un comercio mundial de considerable y constante volumen. A ese respecto, los principios y objetivos de la Declaración siguen siendo tan válidos hoy día -- especialmente a la luz de los actuales procesos de liberalización y de mundialización -- como lo fueron en 1944, cuando la acción de la OIT a través de su influencia en la política económica y social parecía necesaria para hacer frente a los negativos efectos de la Depresión y sus consecuencias.

c) Protección social

5. El interés que muestra la OIT en las empresas se justifica además por su función de guardiana del mandato social en la comunidad internacional: un papel que tiene su origen en el propio mandato fundamental de la Organización y que ha sido recientemente reafirmado en la Declaración adoptada por la Cumbre Mundial sobre Desarrollo Social. Esta responsabilidad no podría ser llevada a cabo con seriedad por parte de la OIT si no fuese por su estructura tripartita y por su experiencia práctica en la promoción de empresas y cooperativas para facilitar la creación de empleos productivos, sostenibles y de calidad, en unas condiciones de trabajo seguras y humanas. En relación con la evolución que actualmente se está produciendo en los ámbitos laboral y social, el interés de la OIT por el desarrollo de la empresa brinda un marco de análisis y de respuesta a los efectos de la liberalización económica y de la mundialización en el empleo, la organización del trabajo, las condiciones de trabajo y las relaciones laborales. Todo esto supone que la OIT ha de conocer bien cómo los nuevos problemas económicos y políticos (y las tendencias del tipo de la liberalización del comercio internacional) afectarán a los objetivos sociales relacionados con el mundo del trabajo en general y con las empresas en particular, como unidades básicas de producción.

d) Normas internacionales del trabajo

6. Dentro de la tradicional función de elaboración de normas de la OIT, cierto número de convenios y recomendaciones reconocen el papel fundamental de las empresas para la generación de empleo, en relación con el desarrollo de la política de empleo y recursos humanos, como lo hace el instrumento propuesto relativo a las condiciones generales para fomentar la creación de empleos en las pequeñas y medianas empresas (PYME), que ha de ser discutido por la Conferencia en 1997. Estos instrumentos ponen la base para analizar y controlar los efectos de las políticas y tendencias económicas y sociales sobre los objetivos de la OIT a nivel internacional, nacional y de empresa. Generalmente, las normas internacionales del trabajo forman la base de la legislación y la práctica nacionales, que constituyen un medio de fomentar el desarrollo de empresas eficaces y de impulsar las iniciativas sociales adoptadas por las empresas en favor de la generación de empleos y de unas condiciones humanas de trabajo. A ese respecto, la adopción de una recomendación relativa a las condiciones generales para fomentar la creación de empleos en las pequeñas y medianas empresas (PYME) en un futuro próximo, complementaría y reforzaría las actividades técnicas de la OIT en favor del desarrollo de la empresa como instrumento para alcanzar los objetivos de la OIT, de fomento del empleo y de progreso social.

2. Las empresas y la realidad actual en los ámbitos laboral y social

a) Respuesta a las nuevas cuestiones y tendencias socioeconómicas

7. El decenio de 1990 ha presenciado una ola de liberalización de la política económica en prácticamente todas las regiones del mundo, lo que en definitiva ha servido para reforzar el papel fundamental que desempeñan las empresas en el desarrollo económico y social en general, y en particular en la creación de oportunidades significativas de empleo. Esta tendencia ha sido especialmente evidente en las antiguas economías centralmente planificadas, en las que el proceso de liberalización económica se ha visto acompañado por un proceso paralelo de cambio de régimen político: en este modelo de transición económica, el cambio principal ha consistido en que los bienes de producción han pasado desde la propiedad y gestión estatales al sector privado, con la consiguiente retirada del Estado de las actividades productivas y empresariales, lo que ha dejado a los gobiernos ante la responsabilidad de establecer los marcos institucionales y jurídicos apropiados al funcionamiento de una economía de mercado. En el caso de las economías de mercado que se basaban sobre todo en las empresas privadas para organizar la producción, la adopción de políticas y programas de desreglamentación y de privatización, ha reducido de manera significativa la participación del Estado en las actividades del sector privado. Muchos países en desarrollo, especialmente en Africa, han adoptado unas políticas de liberalización como parte de programas más amplios de ajuste estructural para hacer frente a los problemas derivados de la baja económica y de la crisis financiera. Estos dos fenómenos han conducido a introducir cambios en la política de desarrollo y en el modelo de gestión económica, lo que con frecuencia ha significado una reducción y remodelación de la función del Estado en la actividad económica. El proceso de liberalización económica que ha tenido lugar en las economías dinámicas de Asia oriental y sudoriental ha incorporado medidas para abrir el comercio y las inversiones a la competencia extranjera, preparando al mismo tiempo un entorno adecuado al crecimiento del sector dirigido por la empresa privada y a la competitividad empresarial. Todos estos fenómenos apuntan al papel cada vez más importante que se asigna al sector privado para el fomento del crecimiento económico y del desarrollo general, así como también a la función dinámica del Estado para crear un entorno político adecuado al desarrollo empresarial en los sectores público y privado.

b) Desarrollo de empresas y generación de empleos en una estructura de mercado

8. Junto con la evolución de la política económica hacia el sistema de mercado se ha producido una tendencia al alza en las actividades empresariales en todas las regiones del mundo, y por consiguiente también en su importancia para la generación de empleo. En este punto, conviene enfocar el desarrollo empresarial como un objetivo de la política económica general y evaluar la contribución de las empresas al desarrollo general en relación con la influencia de la actividad empresarial en la cantidad y calidad de los empleos. Sin embargo, la contribución de las actividades empresariales a la generación de empleos en un contexto determinado dependerá de la capacidad de respuesta a las oportunidades económicas que hayan podido crear los programas de reforma y los cambios de circunstancia, tales como el cambio estructural y la mundialización. Esto pone en primer plano la cuestión de la competitividad de la empresa, que está estrechamente vinculada a su eficacia y que puede ser influida por las políticas económicas nacionales e internacionales. Si embargo, la acción que se lleve a cabo para fomentar el desarrollo de la empresa debería tener en cuenta que es necesario que haya una cierta reglamentación para corregir las imperfecciones del mercado y proteger los objetivos sociales sin poner necesariamente en peligro la eficacia económica: la OIT, con su estructura tripartita y su mandato social está muy bien situada para garantizar este equilibrio entre los objetivos de eficacia económica y de equidad, especialmente en el marco de la reestructuración de las empresas y de la mundialización, que podría por otra parte aumentar el peligro de exclusión y marginación para los países o interlocutores sociales más débiles.

c) Incremento de la productividad y competitividad de las empresas

9. El incremento de la productividad resulta fundamental para aumentar la competitividad de las empresas, dándoles así la posibilidad de aprovechar las oportunidades de expansión del producto y del empleo que brindan la oleada de liberalización económica y la mundialización de la producción. Por lo tanto, la cuestión del incremento de la productividad es de una importancia fundamental para la política económica nacional, sobre todo teniendo en cuenta su influencia en el empleo y en los resultados a nivel nacional y de empresa. Una característica importante del programa de desarrollo empresarial de la OIT es la ayuda a los Estados Miembros para desarrollar y aplicar unas estrategias de incremento de la productividad a nivel de empresa, y de aumento de la competitividad de las empresas locales en los mercados nacional y mundial. Todo ello requiere la participación activa de los principales actores y copartícipes sociales, especialmente las organizaciones de empleadores y de trabajadores, para apoyar un clima favorable de relaciones laborales. La OIT está también comprometida en asegurar que los beneficios del incremento de productividad a nivel de empresa se compartan equitativamente con los trabajadores. Las actividades que se realizan para apoyar el incremento de la productividad y de la competitividad comprenden servicios consultivos a los mandantes sobre las políticas y programas concebidos para desarrollar los recursos humanos y para aumentar la capacidad institucional con vistas a mejores condiciones de trabajo. Se espera que la adopción de determinadas estrategias para incrementar la productividad y fomentar la competitividad de la empresa no sólo contribuirá a los objetivos de la OIT en los terrenos laboral y social sino que también facilitará la integración de los países en desarrollo y de las economías en transición en la economía mundial en base a su ventaja comparativa.

II. El desarrollo de las empresas en el programa de la OIT

1. Objetivos y enfoque

10. Aun cuando el interés de la OIT por las actividades de la empresa se deriva ya del mandato original de la Organización, hasta 1991 no se estableció un Departamento de Desarrollo de Empresas y Cooperativas, que responde a un programa principal de la Oficina y que tiene la responsabilidad de promover y aplicar políticas y programas con miras a fomentar el espíritu empresarial y el desarrollo de empresas y cooperativas en los sectores estructurado y no estructurado, tanto en las zonas urbanas como rurales. Esto había de conseguirse por medio de la prestación de servicios de asistencia técnica a los mandantes tripartitos de la OIT a nivel nacional y regional y por medio de la ayuda a las actividades de cooperación técnica pertinentes, que lleven a cabo los gobiernos y los interlocutores sociales. El objetivo es desarrollar y fortalecer la capacidad humana e institucional de los mandantes de la OIT para concebir y aplicar unas políticas y programas que faciliten el espíritu de empresa y el desarrollo de la empresa.

11. El establecimiento de un departamento dedicado a la empresa en la estructura de la OIT podría considerarse como una respuesta necesaria y lógica a la evolución de las circunstancias socioeconómicas y políticas a nivel nacional e internacional, evolución que ha ejercido su influencia en las preocupaciones laborales y sociales de la OIT y que, en algunos casos, ha tenido profundos efectos sobre el empleo y las condiciones de trabajo. De conformidad con su mandato fundamental, era necesario y oportuno que la OIT estableciese un marco adecuado y desarrollase su capacidad para mejorar la coordinación de la asistencia técnica que brinda a los Estados Miembros (especialmente en los países en desarrollo o en transición) con vistas a la expansión y adecuada orientación de unas empresas que contribuyan a incrementar las oportunidades de empleo productivo, fomentando al mismo tiempo el progreso social. Por otra parte, la diversidad de composición de la Organización y la universalidad de su mandato significan que centrar la atención en la empresa como unidad básica de producción supone una gran variedad de unidades de producción, que pueden ser pequeñas y medianas empresas, microempresas del sector no estructurado, industrias de tipo artesanal y doméstico, empresas privadas o del sector público y cooperativas.

12. Este amplio conjunto conduce a la OIT a entrar en contacto con una variedad también muy grande de empresarios y empleadores, trabajadores y empleados por cuenta propia, algunos de los cuales quedan fuera del alcance de las organizaciones tradicionales de empleadores y de trabajadores. Ello supone que los servicios consultivos y el apoyo a los proyectos de cooperación técnica que brinda la OIT para facilitar el desarrollo de las empresas deberían tener una amplia base y ser más flexibles para ser realmente eficaces. Del mismo modo, las políticas jurídicas o reglamentarias que se adopten para facilitar el desarrollo de la empresa deberían reflejar la diversidad de empresas que existen en los Estados Miembros, por lo que la asistencia de la OIT debería ser pertinente tanto para el tipo de empresa preponderante como para los demás tipos de empresa que puedan existir en otros contextos.

13. El propio programa de desarrollo de empresas de la OIT aborda una gran variedad de cuestiones, desde el desarrollo de las pequeñas y medianas empresas y cooperativas hasta el empleo y las consecuencias sociales de la privatización y de la reestructuración de las empresas, la financiación de las empresas y el desarrollo de las destrezas y de la capacidad de gestión para incrementar la productividad y la competitividad y para servir de apoyo adecuado a las iniciativas empresariales. Incluye también proyectos innovadores de cooperación técnica, como los programas modulares Improve Your Business (Mejore su negocio -- IYB) y Start Your Business (Inicie su negocio -- SYB), que tienen en marcha proyectos en unos 80 países de todo el mundo, y cuyos materiales didácticos han sido traducidos a más de 30 idiomas. El programa empresarial de la OIT está tratando también de las necesidades de empleo en los países que salen de situaciones de conflicto armado y en las economías de transición, apoyando las iniciativas de tipo empresarial, como la conversión de industrias militares en unidades de producción civil y los programas de formación SYB para antiguos soldados.

14. El programa Desarrollo de empresas y cooperativas de la OIT trabaja con todos los mandantes y abarca una gran variedad de cuestiones de interés para otros programas principales de la OIT. Este programa brinda un marco para asesorar a los gobiernos sobre cuestiones de fomento en relación con el desarrollo de empresas, tanto en el sector privado como en el sector público. Las organizaciones de empleadores son de la mayor importancia para la aplicación de este programa, en el sentido de que facilitan a la Oficina un mejor entendimiento de la actual situación de la empresa a nivel nacional y colaboran en los programas de formación. El programa de desarrollo de empresas de la OIT está también concebido para facilitar la colaboración con las organizaciones de trabajadores en diversas cuestiones, como las que se refieren a la mejora de las condiciones de trabajo, el reparto equitativo de los beneficios de la producción y el fortalecimiento de la capacidad de gestión de los líderes sindicales.

2. Cuestiones de política planteadas en el Foro empresarial de la OIT

15. El primer Foro empresarial de la OIT (Ginebra, noviembre de 1995) tuvo como tema la promoción del progreso social y de la capacidad competitiva de la empresa en una economía global. A él asistieron cerca de 600 participantes procedentes de las empresas de las economías desarrolladas, en desarrollo y en transición, tanto de los mandantes de la OIT como de las organizaciones no gubernamentales. Las discusiones que se celebraron en el Foro abarcaron diversas cuestiones estratégicas en relación con el desarrollo en la empresa y de la capacidad competitiva de la empresa en una economía global, así como sus repercusiones en la generación de empleo y en el progreso social. Las discusiones fueron muy útiles para aumentar la concienciación de los decisores, empresarios y representantes de las organizaciones de empleadores y de trabajadores, de la importancia de las empresas para la generación de empleo y para otras preocupaciones fundamentales de la OIT. Se ha propuesto celebrar un segundo Foro empresarial en 1999, organizado con carácter tripartito.

16. Las cuestiones fundamentales de política planteadas en las discusiones y pertinentes para el papel de la OIT en la promoción del desarrollo de empresas, se relacionan con el entorno económico y de negocios, con la función del Estado, con el marco jurídico y reglamentario, con el desarrollo de la capacidad institucional, con la mejora de la productividad y el reparto equitativo de los beneficios de la productividad, y con los desafíos y oportunidades que plantea la mundialización. Sobre todo, las discusiones pusieron de relieve la necesidad de que los interlocutores sociales colaborasen para conseguir el doble objetivo de la eficacia económica y de la protección social a nivel de empresa, que son los requisitos previos a la generación de empleos sostenibles y de calidad.

17. Se consideró que la estructura tripartita de la OIT es un factor de la mayor importancia con vistas a mejorar la capacidad nacional para formular políticas y para desarrollar unas instituciones adecuadas a la promoción de unas empresas competitivas, que hagan una contribución directa a la generación de empleo y al progreso social. A ese respecto, el Foro llegó a la conclusión de que una de las funciones fundamentales de la OIT es la que se manifiesta a través de los programas de cooperación para apoyar y complementar los esfuerzos nacionales y el desarrollo de empresas, comprendidas las iniciativas económicas y sociales que surgen de las propias empresas.

III. Hacia una estrategia empresarial

1. La necesidad de una estrategia

18. El objetivo de la estrategia empresarial de la OIT está sobre todo en relación con la necesidad de hacer frente a las preocupaciones esenciales de la OIT, como la creación de empleo, el mejoramiento de las condiciones de trabajo, las relaciones sociales y el perfeccionamiento de los recursos humanos etc., en unas circunstancias específicas de desarrollo y crecimiento de empresas y cooperativas. Esta estrategia debería facilitar también un mayor compromiso de la OIT con las empresas, en el marco del tripartismo, y contribuir a incrementar la concienciación de los interlocutores sociales sobre los beneficios mutuos que pueden derivarse del crecimiento y expansión de las empresas como objetivo de política económica y social.

19. Desde el punto de vista de la aplicación del programa, una estrategia empresarial de la OIT debería favorecer un enfoque más coordinado de la planificación y ejecución de las actividades relacionadas con la empresa en la OIT: el resultado podría ser una mayor eficacia y un mayor impacto de la asistencia técnica suministrada a los mandantes de los Estados Miembros en el ámbito del desarrollo de las empresas. Concretamente, esta estrategia podría ayudar a la formulación de políticas más propicias a la creación de un entorno favorable al desarrollo de las empresas; podría también aumentar la capacidad empresarial y de gestión tal como se requiere para acrecentar la eficacia y la capacidad competitiva de la empresa, alentando además la creación de oportunidades de empleo productivo y la mejora de las condiciones de trabajo.

2. Objetivos y perspectivas

20. El objetivo inmediato de la estrategia empresarial de la OIT, que se basa en el reconocimiento del papel fundamental del desarrollo de las empresas para el fomento del empleo, consiste en aumentar la concienciación de los mandantes de la OIT acerca de la importante contribución que las empresas y cooperativas pueden realizar al desarrollo económico y social. En términos operativos, este objetivo se traduce en acción por medio del apoyo de la OIT a los esfuerzos nacionales y a las actividades de los mandantes para aumentar el empleo y la productividad, así como para garantizar que estos beneficios vayan de la mano con las correspondientes mejoras en la gestión de los recursos humanos, en las condiciones de trabajo y en las relaciones laborales.

21. Como parte del seguimiento de la Cumbre Mundial sobre Desarrollo Social (Copenhague, marzo de 1995) que confirmó la importancia de las PYME para el fomento del empleo y el alivio de la pobreza, se ha propuesto poner en marcha un nuevo programa principal de cooperación técnica como parte de la estrategia empresarial de la OIT, el Programa Internacional para la Pequeña Empresa (ISEP), en el bienio 1998-1999. Este programa general de desarrollo de empresas serviría también como un instrumento de la mayor importancia para fortalecer la colaboración efectiva entre la OIT y los empresarios locales, los trabajadores y los mandantes de la OIT, por medio de su ejecución a nivel nacional. El ISEP se dirigiría también a las preocupaciones de los trabajadores en relación con las condiciones de trabajo y la seguridad y salud profesionales por medio de unas actividades innovadoras sobre el terreno. Este programa tendrá un carácter general y mundial, abarcando actividades a nivel nacional y regional, dando así oportunidades para fomentar la cooperación técnica entre los países en desarrollo. En el plano nacional, supondrá la participación de los empleadores, de los organismos gubernamentales, de las organizaciones de empleadores y de trabajadores y de otras organizaciones no gubernamentales interesadas. También fomentará el trabajo en redes en el plano nacional, regional e interregional, y alentará la vinculación entre las grandes y pequeñas empresas. Se prestará especial atención a las necesidades especiales de las empresarias, así como a la necesidad de equilibrar la eficacia económica y las consideraciones sociales y de equidad en el contexto del desarrollo de las empresas. El ISEP tratará también de las preocupaciones de los trabajadores en relación con las condiciones de trabajo y la seguridad y salud profesionales, por medio de unas actividades innovadoras sobre el terreno.

22. La Conferencia Internacional del Trabajo de 1997 tendrá un punto inscrito en su orden del día que se refiere a las condiciones generales para fomentar la creación de empleos en las pequeñas y medianas empresas, que se examinará en primera discusión (que será seguida de una segunda discusión en 1998), con vistas a la adopción de una recomendación. El objetivo es la elaboración de un conjunto coherente de orientaciones dirigidas específicamente a tratar de las cuestiones que puedan contribuir al desarrollo de unas empresas competitivas y capaces de generar unos empleos productivos, sostenibles y socialmente satisfactorios. Aunque hay varios instrumentos de la OIT que tratan de las medidas de fomento de la creación de empleo por medio del desarrollo de empresas, no hay ninguno que ofrezca un conjunto coherente de orientaciones sobre cómo llevar a la práctica el potencial de empleo que tienen las empresas: la adopción de una recomendación dirigida específicamente a ese objetivo contribuiría a una buena aplicación de la estrategia empresarial de la OIT.

3. Cooperación internacional

23. La buena aplicación de las estrategias nacionales de desarrollo de empresas depende, en gran medida, de la capacidad para aprovechar las oportunidades que ofrecen la mundialización y la reforma económica. Es, pues, de gran importancia que la estrategia empresarial de la OIT comprenda las medidas que han de adoptarse a nivel internacional para apoyar las estrategias y esfuerzos nacionales de los mandantes de los Estados Miembros. Como conciencia social de la comunidad internacional, la OIT debería iniciar una acción y continuar su colaboración activa con las demás organizaciones internacionales como el Banco Mundial, la UNCTAD, el PNUD, la UNIDO, etc., para promover un marco socioeconómico mundial que conduzca al desarrollo de empresas competitivas, que contribuyan tanto al fomento del empleo como al progreso social. La OIT debería permanecer en interacción constante con las organizaciones internacionales y regionales pertinentes, comprendidas las que representan a los empleadores y a los trabajadores, para mejor comprender cómo los procesos de reforma económica y de mundialización afectan a las empresas y al mundo del trabajo, así como las consecuencias que ello tiene para el empleo, las condiciones de trabajo y las relaciones laborales.

Ginebra, 18 de febrero de 1997.


Puesto al día por VC. Aprobada por NdW. Ultima actualización: 26 de febrero de 2000.