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GB.271/10/1 y Corr.
271.a reunión
Ginebra, marzo de 1998


DECIMO PUNTO DEL ORDEN DEL DIA

Informes de la Comisión de Programa,
Presupuesto y Administración

Primer informe: Cuestiones financieras y de orden general

Indice

Programa y Presupuesto para 1996-1997

Programa y Presupuesto para 1998-1999

Informe de la Subcomisión de Construcciones

Seguimiento del informe del Auditor Interno Jefe para el año que finalizó el 31 de diciembre de 1996

Informe del Auditor Interno Jefe para el año que finalizó el 31 de diciembre de 1997

Delegación de autoridad en virtud del artículo 18 del Reglamento de la Conferencia Internacional del Trabajo

Otras cuestiones financieras y de orden general

Anexo. Enmiendas al anexo del Reglamento Financiero de la Organización Internacional del Trabajo


1. La Comisión de Programa, Presupuesto y Administración se reunió el 18 de marzo de 1998 bajo la presidencia del Sr. A.A. El Amawy, Presidente del Consejo de Administración. El Sr. U. Kalbitzer (Gobierno, Alemania) actuó como Ponente.

Programa y Presupuesto para 1996-1997
(Primer punto del orden del día)

Cuenta del presupuesto ordinario y Fondo
de Operaciones al 31 de diciembre de 1997

2. La Comisión tuvo ante sí un documento(1)  en el que se recoge información sobre la cuenta del presupuesto ordinario para 1996-1997 y sobre la situación del Fondo de Operaciones al 31 de diciembre de 1997.

3. El Sr. Marshall, en nombre de los miembros empleadores, felicitó a la Oficina por el excelente resultado conseguido no obstante las difíciles condiciones que caracterizaron el pasado bienio. Dijo que sería interesante saber si, como consecuencia de las reducciones del gasto, había programas principales que hubiesen resultado perjudicados. Los empleadores confiaban en que la Oficina plasmaría este resultado en presupuestarios ulteriores y seguiría buscando todos los medios posibles para hacer economías.

4. El Sr. Blondel, en nombre de los miembros trabajadores, comentó que del documento de la Oficina se desprendía claramente que el bienio 1996-1997 había sido difícil desde el punto de vista financiero, lo que quedaba de manifiesto por un déficit de algo más de un millón de dólares. Sin embargo, observó que, bajo las cifras se escondía una situación mucho más compleja. En junio de 1995, la Conferencia había aprobado un presupuesto por una cuantía de 579,5 millones de dólares en un período de fortaleza del franco suizo; sin embargo, ya en noviembre de 1995, es decir, incluso antes de comenzado el bienio, el Consejo de Administración había decidido reducir el presupuesto de gastos en un monto de 21,7 millones de dólares. Asimismo, la Oficina había aplicado una gran prudencia financiera durante los primeros meses de 1996. Al aprobarse el presupuesto para 1998-1999, la Conferencia decidió que en caso de recibirse el monto total de los ingresos devengados para 1996-1997, el excedente de tesorería que resultara debería ser transferido al ejercicio siguiente, en el que debería figurar como ingresos presupuestarios para 1998. El cuadro 1 del anexo I al documento presentado por la Oficina mostraba que, aun cuando la Oficina había gastado 50,9 millones de dólares menos que el presupuesto reducido, esto es, 72,7 millones de dólares menos que el presupuesto inicial, de todas maneras el ejercicio financiero había arrojado un déficit de más de 1 millón de dólares. En los párrafos 6 y 10 de su documento, la Oficina explicaba los mecanismos y los motivos por los cuales el gasto efectivo fue inferior al gasto presupuestado. Concretamente, la Oficina se había beneficiado de un incremento en los costos de personal inferior a lo previsto en 29,9 millones de dólares y de ahorros por 10,9 millones de dólares derivados de las restricciones financieras que se impusieron en la primera mitad de 1996. Con respecto a esta última cifra cabía señalar, sin embargo, que las restricciones financieras habían determinado que no se llevasen a cabo actividades previstas en el presupuesto ordinario por un costo de 10,9 millones de dólares, lo cual era de lamentar. En efecto, preocuparía a los trabajadores que en tales o cuales circunstancias quedasen amputadas de cualquier manera las capacidades de la OIT para llevar adelante sus actividades fundamentales.

5. A los trabajadores les preocupaba sobre todo comprobar que la cuantía total de las contribuciones adeudadas a la Organización al 31 de diciembre de 1997 se elevaba a cerca de 249 millones de dólares. La Oficina no iba a poder realizar su programa de actividades si los Estados Miembros seguían retrasando el pago de sus contribuciones. Era el deber de los Estados Miembros pagar sus contribuciones en forma oportuna y completa.

6. El representante gubernamental de los Estados Unidos expresó su gran satisfacción por el empeño con que la Oficina ha procurado hacer economías. La incertidumbre en cuanto a la puntualidad de la percepción de ingresos y sobre el monto de los mismos hacía más compleja la cuestión financiera de la Oficina; no obstante, la Comisión debía recordar que en virtud del artículo 18 del Reglamento Financiero, todo superávit de tesorería debe aplicarse para reducir la cuantía de las contribuciones exigibles a los Estados Miembros.

7. El menor gasto incurrido por un monto de casi 51 millones de dólares a que se refiere el documento de la Oficina era sintomático de los defectos del procedimiento presupuestario de la OIT, y tal vez indicaba que era necesario aplicar criterios más rigurosos en los debates relativos a la preparación del presupuesto. Asimismo, la Oficina debería presentar comparaciones más detalladas entre los volúmenes de gasto efectivo y los de gasto aprobado, de manera que el Consejo de Administración pueda tomar decisiones fundamentadas acerca de las prioridades de programa. La Oficina debería tomar en consideración estas cuestiones al iniciar las tareas de preparación del presupuesto para el bienio 2000-2001.

8. La representante gubernamental del Canadá manifestó su preocupación por el hecho de que en el bienio 1996-1997 se hubiesen registrado gastos inferiores a lo presupuestado, por un monto de 51 millones de dólares, según lo indicaba el documento de la Oficina. La incertidumbre en cuanto al abono efectivo de la contribución financiera del principal contribuyente de la OIT planteó dificultades al comienzo del bienio, por lo que el Consejo de Administración valoraba en su justa medida los esfuerzos desplegados por el Director General para lograr que los gastos no excediesen del volumen de ingresos estimados en forma realista. Entre las medidas aplicadas figuraba una reducción de gastos de 21,7 millones de dólares, así como diversas medidas internas que redujeron la posibilidad de contraer obligaciones mientras no se hubo clarificado la situación.

9. El Gobierno canadiense no abrigaba preocupación alguna en cuanto a posibles problemas de gestión y control financiero en la OIT. No obstante, como lo había señalado el orador anterior, se planteaban algunas cuestiones serias sobre diversos aspectos de la planificación, gestión y control de los programas, que correspondía examinar de cerca: los métodos de cálculo de los volúmenes presupuestarios de la OIT; los mecanismos utilizados por la Oficina para controlar los gastos efectivos en relación con los gastos presupuestados a nivel del presupuesto total; qué criterios de flexibilidad se aplican para reasignar fondos; cuáles habían sido los verdaderos motivos del menor gasto de 51 millones de dólares -- se trataba de volúmenes de planificación considerablemente exagerados o de incumplimiento por parte de los administradores de los programas en la ejecución de los mismos. Si bien era cierto que en determinadas ocasiones se hacía imperativo aplicar restricciones presupuestarias, no había que olvidar el interés primordial de llevar a cabo programas de trabajo de calidad basados en objetivos claros, adecuadamente financiados, ejecutados con eficacia y rentabilidad y que den resultados productivos y verificables. A tenor del documento presentado por la Oficina, cabía suponer que tal vez no se estaba dando cumplimiento a estos criterios y que existían posibles defectos sistémicos tanto en la planificación como en la gestión de los programas.

10. En primer lugar, el sistema no prevé al parecer un mecanismo por el que la dirección pueda formarse una idea de la medida en que, en toda la Organización, se registran periódicamente gastos por debajo de los niveles presupuestados, ni tampoco medios para fiscalizar los gastos efectivos en relación con los créditos asignados, de tal manera que se puedan detectar los posibles problemas con la suficiente antelación a fin de modificar actividades o transferirlas a otros programas. En segundo lugar, en el documento de la Oficina no se indica si la financiación de algún programa era insuficiente, dado que en todos ellos se registraron gastos por debajo de los niveles presupuestados. El informe provisorio para el bienio 1996-1997 presentado al Consejo de Administración en noviembre de 1997 parecía indicar que habría resultados muy positivos en cuanto al logro de los programas, por lo que resultaba difícil justificar el nivel de los recursos aprobados. Ahora bien, había dos posibilidades: o las previsiones habían sido excesivamente elevadas o los administradores de programas no estaban siguiendo la ejecución prevista. De los informes presentados al Consejo de Administración no se podía sacar conclusiones a este respecto.

11. Por último, se planteaba la cuestión de la flexibilidad para reasignar fondos oportunamente. Al 31 de diciembre de 1996 se había puesto de manifiesto que el bienio 1996-1997 iba a permitir ahorros considerables, y que la percepción de los ingresos previstos se había realizado en general dentro de los plazos previstos; nada hacía suponer una posible crisis financiera como la que se había producido a comienzos del bienio. Además, al concluir el primer año se registraba un superávit de los ingresos con respecto a los gastos de 75 millones de dólares, que hubieran podido asignarse a otras partidas en los 12 meses restantes. Se plantea entonces la cuestión de saber si en ese momento se examinó la posibilidad de hacer ajustes en las asignaciones presupuestadas.

12. Esta cuestión era sobradamente pertinente, dado que en noviembre de 1996 el Comité Director del programa IPEC pidió un apoyo técnico administrativo y de gestión adicional con cargo a los fondos del presupuesto ordinario, de conformidad con la resolución sobre el trabajo infantil aprobada por la Conferencia en junio de 1996.

13. Por lo que se refiere a las explicaciones sobre los factores que determinaron un gasto inferior a las previsiones, aportadas en el párrafo 6 del documento de la Oficina, cabe felicitar a ésta por la gran eficacia de las medidas de ahorro aplicadas en relación con los gastos de la Conferencia y otras reuniones, sobre todo por cuanto, al parecer, se trata de economías duraderas resultantes de la aplicación de nuevas tecnologías y nuevos métodos de trabajo. Con todo, las explicaciones esbozadas en el apartado c) del párrafo 6 y el párrafo 10 no son convincentes. Era cierto que se habían aplicado restricciones en razón de la incertidumbre sobre la recaudación de los ingresos, y que el Director General había dado cuenta de tales medidas al Consejo de Administración. Los programas se habían congelado a razón de 80 por ciento del nivel de compromisos, pero estas restricciones fueron levantadas al cabo de siete meses, lo que dejaba 17 meses para reorganizar las actividades o reasignar los fondos correspondientes al 20 por ciento congelado. Es por tales motivos que el Canadá y algunos colegas del Grupo Gubernamental habían pedido que se efectuaran cambios en el actual sistema de preparación del presupuesto de programas, con miras a ganar transparencia y una mayor responsabilidad en cuanto a la rendición de cuentas. Todo programa debería apuntar al logro de resultados y ser evaluado con respecto a una definición clara de prioridades, lo que suponía entregar información oportuna sobre los gastos y los resultados de las evaluaciones, a fin de que se puedan hacer ajustes y reasignar actividades durante el bienio. Ello permitiría también disponer de una base más firme para planificar las actividades de programa en el futuro; en este sentido, se acogía con satisfacción la decisión tomada en marzo pasado por el Consejo de Administración, de adoptar una nueva presentación para el programa y presupuesto. Este nuevo método podría servir para resolver algunas de las cuestiones planteadas, por lo que la Comisión espera que se introduzca ya en el Programa y Presupuesto para 2000-2001.

14. Era evidente que no se necesitaban recursos adicionales para los programas con cargo al presupuesto ordinario, pero sí se habían registrado periódicamente solicitudes de fondos extrapresupuestarios para intensificar la cooperación técnica y reforzar programas de gran prioridad que tal vez hubieran podido contar con un mayor apoyo del presupuesto ordinario. Se estaban realizando o comenzaba la ejecución de varios programas globales de gran interés, a los que se podía dar un impulso suplementario aportándoles mayores recursos del presupuesto ordinario. De contar con una mayor dotación de recursos en su fase inicial, estos programas estarían en buenas condiciones para atraer financiación voluntaria adicional. Este enfoque pondría de manifiesto el firme compromiso de la OIT de llevar adelante dichos programas; por su parte, éstos podrían mostrar actividades concretas a los donantes. Por todos estos motivos, al Gobierno canadiense le preocupaban los problemas que se ponían de manifiesto en el documento de la Oficina en lo que atañe a la planificación, la administración y el control de los programas, así como a las consecuencias de tales problemas en relación con los futuros niveles presupuestarios.

15. El representante gubernamental de Italia hizo suyas las observaciones del orador que le precedió. Todos los miembros de la Comisión quisieran comprender claramente cuáles habían sido los motivos del menor gasto por un monto de 51 millones de dólares, destinándolos en particular a actividades de cooperación técnica y al IPEC. El aplazamiento del gasto planteaba la cuestión de cómo redistribuir los fondos; para tomar una decisión al respecto sería útil guiarse con arreglo a una lista de prioridades.

16. El representante gubernamental de Francia recordó que en su calidad de Presidente del Consejo de Administración en 1995, había trabajado estrechamente con el Director General durante un período de graves restricciones financieras. Ese período había quedado atrás, por lo que le sorprendía que en la Comisión no reinase una atmósfera de mayor contento.

17. En el párrafo 6 del documento de la Oficina se mostraba que el factor más influyente en el menor gasto de 51 millones de dólares eran las decisiones adoptadas por la CAPI, que la OIT debía acatar en su calidad de miembro del sistema común. Algunos de los ahorros a que hace ilusión el apartado b) del párrafo 6 del documento de la Oficina habían afectado el normal desarrollo de la Conferencia, por lo que se comprobaba con alivio la reinstauración, por ejemplo, de las Actas Provisionales. Asimismo, la Comisión debía recordar que a comienzos de 1996 el Director General se había visto obligado a aplicar ciertas restricciones a la contratación de funcionarios. No era atinado que una organización como la OIT tuviera una proporción tan elevada de personal contratado por períodos de duración determinada, y consideraba que había llegado la hora de invertir esta política. En el futuro, la Comisión debía recordar que no era posible establecer un presupuesto de gastos sin conocer el presupuesto de los ingresos. La Organización no podía funcionar adecuadamente si algunos Estados Miembros no pagaban sus contribuciones.

18. El representante gubernamental de la Federación de Rusia manifestó satisfacción por el documento de la Oficina y la información que daba cuenta de los resultados financieros de la OIT para 1996-1997. El hecho de que los gastos fuesen inferiores a los ingresos durante ese período demostraba que algunas cuestiones no habían sido convenientemente analizadas en el momento de adoptarse el presupuesto para dicho bienio. Al parecer, algunas asignaciones presupuestarias habían sido exageradas por lo que, partiendo del supuesto de que se preparase un presupuesto de crecimiento real cero, parecía poco acertado aceptar un aumento de las contribuciones habida cuenta de que aún no se sabía con certeza cuál sería el incremento de algunos costos. En el futuro había que adoptar un método más cauteloso.

19. El representante gubernamental del Reino Unido suscribió los comentarios formulados por los representantes del Canadá y de Italia en relación con la necesidad de aplicar una mayor flexibilidad presupuestaria. El presupuesto debía prepararse de tal manera que cuando fuese evidente que iban a hacerse economías, éstas se reasignasen sin demora a actividades prioritarias. Con respecto a los 29,9 millones de dólares ahorrados a que se hacía alusión en el apartado a) del párrafo 6 del documento preparado por la Oficina, sería interesante saber cuándo se tuvo conocimiento de tales economías y por qué motivos éstas no se reasignaron en dicho momento. Cabía preguntarse lo mismo con relación a la economía de 10,9 millones mencionada en el apartado c) del párrafo 6. Estas se habían acumulado en el curso de los primeros siete meses del bienio 1996-1997, lo que dejaba un período de 17 meses en el que hubiera sido posible reasignar dichos recursos. Para concluir, estuvo de acuerdo con las observaciones de la representante del Canadá en el sentido de que el volumen de menor costo registrado en 1996-1997 tendría repercusiones en el debate sobre el presupuesto para 2000-2001.

20. El representante gubernamental de Chile respaldó plenamente las declaraciones de los representantes del Canadá, Italia y el Reino Unido, sobre todo en relación con el manejo de los excedentes financieros.

21. El Sr. Blondel recordó que las actividades normativas habían sido afectadas por los recortes presupuestarios, por lo que los trabajadores querían rectificar toda impresión en el sentido de que hoy se quejaban después de haber aceptado los recortes hacía dos años. Por cierto, había que felicitar a la OIT por reducir al mínimo las repercusiones de los recortes en los programas. Los trabajadores también eran conscientes de que la Conferencia había decidido que los recortes presupuestarios no debían perjudicar las actividades de cooperación técnica. Asimismo, querían hacer suyas las preocupaciones manifestadas por el representante de Francia acerca de la elevada proporción de funcionarios de la OIT contratados por períodos de duración determinada.

22. El representante gubernamental del Japón manifestó su acuerdo con las observaciones formuladas por los representantes del Canadá, Italia y el Reino Unido, y pidió más transparencia y responsabilidad en la rendición de cuentas por lo que se refería al proceso presupuestario.

23. El Sr. Marshall señaló que el documento de la Oficina trataba de los resultados del bienio anterior y que ni el análisis de la información correspondiente ni tampoco el del presupuesto para el presente bienio -- concebido para lograr determinados objetivos específicos -- debía enturbiarse con deliberaciones sobre prioridades para bienios venideros. Los empleadores consideraban que la Oficina había escogido cuidadosamente los recortes de programa, que parecían estar distribuidos proporcionalmente entre todos los departamentos. La práctica mostraba que con frecuencia las mejoras en la eficacia seguían surgiendo efecto incluso después de que dejaban de aplicarse las medidas de austeridad, y que el cambio de actitudes solía generar incluso mayores economías. El trabajo de la Organización no consistía únicamente en gastar dinero porque dispusiese de él, sino que debía ejercer un control permanente de la eficacia y de los resultados con relación a los objetivos previstos.

24. El representante del Director General (el Tesorero y Contralor de Finanzas) dijo que la directriz más importante que había seguido el Director General al poner en práctica el Programa y Presupuesto era la inequívoca declaración de los principales contribuyentes en el sentido de que el programa de gastos debía ajustarse a la cuantía de los ingresos efectivamente percibidos. Por ningún motivo tales gastos podían exceder de este monto, aun cuando el Reglamento Financiero autorizaba al Director General a incurrir en gastos por un monto máximo equivalente a la cuantía total del programa y presupuesto aprobado, independientemente de que se hubiesen percibido los ingresos presupuestados. En los últimos años había reinado un entendimiento entre la Oficina y los Estados Miembros en cuanto a que los gastos debían gestionarse con arreglo a estos criterios incluso durante períodos de extrema dificultad financiera. La Oficina carecía de medios para controlar la distribución cronológica y el momento de los ingresos percibidos.

25. En todos los bienios de los últimos 12 años, salvo en uno, el Director General se había visto obligado a proponer recortes presupuestarios y reducciones de programa al Consejo de Administración debido a déficit en los ingresos. De hecho, desde inicios de 1986 la Oficina se había desenvuelto en un clima de incertidumbre financiera. Ello la había obligado a actuar con excesiva prudencia en la planificación de los gastos de programa pero, como bien lo había señalado un orador, resultaba difícil convencer a los administradores de programa en aquellas raras ocasiones en que la situación financiera volvía la anormalidad.

26. El bienio 1996-1997 se inició en circunstancias extremadamente difíciles, habida cuenta de que el representante de los Estados Unidos había anunciado que no se podía dar por supuesto que la financiación del presupuesto para el bienio estaba totalmente garantizada. Por consiguiente, en noviembre de 1995, el Consejo de Administración acordó aplicar reducciones de los gastos por un total de 21,7 millones de dólares; sin embargo, en ese momento no estaba del todo claro si dicho monto era excesivo o insuficiente. En los primeros meses de 1996, el Director General impuso nuevas restricciones con arreglo a las cuales el gasto de programas se limitaba al 80 por ciento del total aprobado para el bienio. A mediados de 1996, el panorama financiero comenzó a verse más prometedor y el Director General autorizó a los administradores de programa a reanudar las actividades de acuerdo con el nivel presupuestario previsto inicialmente. No obstante, a nivel de la gestión de proyectos esta metodología de freno y arranque sucesivos no sólo contribuyó al derroche de recursos sino que provocó graves dificultades al desarrollo de los programas de la Organización. A la Oficina incumbía la obligación de velar no sólo por que los gastos correspondiesen a los objetivos aprobados sino también a que su utilización fuese productiva, pues de otra manera más valía abstenerse en gastar dinero por completo. Este problema se hizo más grave cuando se produjo la interrupción de algunos programas, los que fueron reanudados poco tiempo después; sin embargo, era preferible ser criticado por no gastar que por gastar sin medida.

27. Luego, el Tesorero señaló a la atención de la Comisión el apartado a) del párrafo 6 del documento de la Oficina, en el que se indicaban ahorros por un monto de 29,9 millones de dólares, de resultas de las decisiones de la CAPI que tuvieron como consecuencia un incremento de los costos de personal inferior a lo previsto. En 1994, dando curso a instrucciones recibidas, los organismos con sede en Ginebra se reunieron para ponerse de acuerdo en hipótesis sobre la evolución de la inflación, los ajustes salariales por modificación del lugar de destino y las remuneraciones de los servicios generales para el bienio 1996-1997. En ocasión de la discusión del presupuesto para dicho bienio durante la Conferencia de junio de 1995, el Director General informó a la Comisión de Cuestiones Financieras que, sobre la base de los nuevos datos económicos, estaba en condiciones de tomar la iniciativa de reducir el incremento de costos en un monto de 7,6 millones de dólares. Hacia finales de ese mismo año, en noviembre, el Director General informó a la Comisión de Programa, Presupuesto y Administración que la CAPI había congelado las remuneraciones de los servicios generales para los años venideros e introducido una escala salarial inferior para las nuevas contrataciones, y que la provisión de 6,5 millones de dólares para incrementos de los sueldos de los servicios generales ya no era necesaria. ¿Por qué el Consejo de Administración no reasignó de inmediato estas economías? Ello obedeció a que el bienio acababa de comenzar y que en el presupuesto no se había tomado en cuenta una recomendación de la CAPI en el sentido de incrementar las remuneraciones de la categoría de servicios orgánicos. En la práctica, ocurrió que la recomendación fue finalmente rechazada por la Asamblea General; con todo, estos hechos muestran claramente cuán difícil resultaba hacer predicciones financieras exactas. El Tesorero hizo hincapié en que en el presupuesto para 1998-1999 prácticamente no figuraban provisiones para incrementos de los costos de personal.

28. Varios oradores se habían referido a la cuestión de la flexibilidad en la reasignación de recursos. El Director General carecía de atribuciones para transferir fondos de un programa principal a otro. El artículo 16 del Reglamento Financiero dispone que las transferencias de una partida a otra de la misma parte del presupuesto de gastos podrán efectuarse mediante resoluciones especiales del Consejo de Administración. Ahora bien, la práctica habitual seguida por la Oficina consistía en desalentar las solicitudes de fondos adicionales, incluso para actividades de gran prioridad, hasta que se hubiesen establecido todos los compromisos relativos a los créditos aprobados.

29. Por último, algunos oradores se habían referido al apartado b) del párrafo 6 del documento de la Oficina, en el que se señalaban ahorros por concepto de funcionamiento de la Conferencia Internacional del Trabajo y de los servicios y apoyo a las reuniones en general. Aun cuando se habían restablecido algunas actividades, la mayoría de las economías correspondientes para 1996-1997 figuraban también en el Programa y Presupuesto para 1998-1999, en el que se observa una reducción de 7,2 millones de dólares nada más que en el programa principal 220 (Relaciones, reuniones y documentos).

30. Un representante del Director General (el Director del Departamento de Programación y Gestión) añadió algunos elementos complementarios de respuesta en relación con el párrafo 6, b). Cuando el Consejo de Administración y la Conferencia piden conseguir mejoras de productividad en el curso de un bienio, resulta indispensable poner manos a la obra sobre ello durante el bienio precedente. Los montos en cuestión resultan muy importantes y suponen que las disposiciones han sido tomadas a su debido tiempo para concretar los ahorros a realizar.

31. Respecto al párrafo 6, c), es decir el que se refiere a las consecuencias de las restricciones financieras que se impusieron a principios del bienio, el orador indicó que el monto en cuestión representaba poco o más menos un 2 por ciento del presupuesto. Aunque esto no suponga más que un porcentaje muy débil, la Oficina lamenta no haber podido llevar a cabo todo lo que había prometido hacer. El orador confirmó que se tuvieron que abandonar algunas actividades, como ya ha hecho notar el Sr. Blondel en el caso de las normas y de algunos otros departamentos. Explicó que, cuando se hace más lenta la aplicación del programa durante seis o siete meses, algunas actividades ya no pueden reanudarse.

32. Respecto a la preocupación manifestada por la representante del Gobierno del Canadá (apoyada por otros representantes) sobre la programación y control de la ejecución del programa, el representante del Director General recordó que la Oficina trabaja sobre este asunto desde hace aproximadamente cuatro años y que, concretamente, la representante del Canadá había seguido con interés y había respaldado los esfuerzos de la Oficina en este ámbito. Estos esfuerzos se están prosiguiendo. El orador dio seguridades a la Comisión de que la programación y control de las actividades se llevan a cabo con la mayor seriedad, y se ofreció a darla a conocer a cada uno de los representantes del Consejo de Administración, y a mostrarles los instrumentos que se han utilizado a ese efecto. Terminó dando las gracias a los portavoces de los Grupos de Empleadores y de Trabajadores por la comprensión manifestada en relación con los esfuerzos que ha llevado a cabo la Oficina en el curso de este ejercicio presupuestario.

33. La Comisión tomó nota del documento de la Oficina.

Programa y Presupuesto para 1998-1999
(Segundo punto del orden del día)

Recaudación de contribuciones desde
el 1.º de enero de 1998 hasta la fecha

34. La Comisión tuvo ante sí un documento(2)  en el que se facilitaban detalles de las contribuciones al presupuesto ordinario recibidas desde el 1.º de enero de 1998.

35. El representante del Director General (el Tesorero y Contralor de Finanzas) informó que, desde que se preparara el documento de la Oficina, se habían recibido contribuciones de los siguientes Estados Miembros:
 

Francos suizos

Chile

114.447

Croacia

439.686

Finlandia

2.061.812

Túnez

98.383

Polonia

1.872.601

Total

4.586.929


Las cantidades recibidas de Chile, Finlandia y Polonia elevó a 35 el número de Estados Miembros que habían pagado la totalidad de sus contribuciones para 1998.

36. El Sr. Blondel, en nombre de los miembros trabajadores, señaló que la situación de la recaudación de contribuciones era muy similar a la del año anterior. De los 35 Estados Miembros que habían pagado la totalidad de sus contribuciones para 1998, diez lo habían hecho antes del 1.º de enero de dicho año. Expresó la esperanza de que un mayor número de Estados Miembros seguirían tan encomiable ejemplo. Sin embargo, desde el punto de vista negativo, eran 130 los Estados Miembros que aún no habían realizado ningún pago correspondiente a sus contribuciones para 1998, en comparación con los 133 que se encontraban en dicha situación en idéntico período del año anterior. Los Estados Miembros deberían esforzarse más por pagar sus contribuciones al vencimiento de las mismas.

37. La diferencia más importante respecto del año anterior fue el pago a comienzos de 1998 de 95,2 millones de francos suizos en concepto de contribuciones atrasadas, de los cuales 84,6 millones fueron pagados por los Estados Unidos. Esto representaba el 38,2 por ciento de las contribuciones atrasadas, en comparación con el 8,3 por ciento correspondiente al año anterior. Se observaba con preocupación que 47 Estados Miembros no habían pagado sus contribuciones atrasadas correspondientes a dos o más años y habían perdido el derecho de voto. Eran comprensibles las dificultades por las que atravesaban algunos de dichos Estados Miembros, pero la pérdida del derecho de voto acarreaba importantes repercusiones negativas para el buen funcionamiento de la Organización, y se instaba a los Estados Miembros interesados a que rectificaran la situación.

38. El Sr. Marshall, en nombre de los miembros empleadores, agradeció la información facilitada en relación con las contribuciones adicionales y expresó su acuerdo con el Grupo de los Trabajadores en cuanto a que era necesaria cierta prudencia, especialmente en lo que se refería a las dificultades financieras y a las implicaciones en materia de tipos de cambio a las que se enfrentaban algunos Estados Miembros, así como a las repercusiones de dichos problemas en el pago de las contribuciones.

39. La Comisión tomó nota del documento de la Oficina.

Informe de la Subcomisión de Construcciones
(Tercer punto del orden del día)

40. La Comisión tuvo ante sí el informe(3)  de la Subcomisión de Construcciones en el que se describían los progresos de la ampliación de la Oficina Regional de la OIT para Africa en Abidján y de la construcción de los locales de la OIT en Islamabad.

41. El Sr. Chotard, Presidente de la Subcomisión de Construcciones, presentó el informe y expresó la satisfacción de la Subcomisión al observar que se habían terminado los trabajos de ampliación de la Oficina Regional de Abidján y que los costos se habían ajustado a los límites fijados en el presupuesto, lo cual suponía una excelente inversión para la Oficina teniendo en cuenta los actuales valores de la propiedad en Côte d'Ivoire.

42. La construcción de los locales de Islamabad había resultado más problemática ya que, pese a estar prevista su terminación en la primavera de 1998, habían surgido dificultades al rebasarse los gastos presupuestados, sin explicaciones a este respecto por parte de la empresa contratista o del arquitecto. La Oficina había informado al contratista que no podría realizar nuevos pagos hasta que se aclarara la situación. Como consecuencia de ello, se habían suspendido las labores de construcción, y la Oficina había solicitado acertadamente al Auditor Externo que llevara a cabo una auditoría completa del proyecto y que un especialista de la construcción acompañara al personal encargado de la auditoría externa.

43. Las conclusiones preliminares del Auditor Externo confirmaron la buena reputación del contratista y que la calidad del trabajo realizado hasta la fecha era adecuada. El arquitecto gozaba de renombre, pero no había dado muestras de suficiente eficacia al supervisar los trabajos de construcción. En tales circunstancias, la Oficina seguiría negociando con el consultor y con el contratista a fin de terminar la construcción de los locales en Islamabad en las mejores condiciones posibles.

44. El Sr. Blondel, en nombre de los miembros trabajadores, señaló que, aunque se felicitaba de la terminación de la Oficina Regional de Abidján, la OIT no estaba dedicada al negocio de la construcción, que siempre había implicado cierto riesgo. Pasando a cuestiones más serias, durante la construcción de la Oficina Regional se había producido la muerte accidental de uno de los trabajadores en el solar de construcción. Se confiaba en que, de acuerdo con el actual compromiso de la OIT en relación con la seguridad en el trabajo, se dispondrían todos los controles posibles para garantizar que no se registraría ningún accidente en el futuro.

45. El Sr. Khurshid Ahmed, miembro trabajador, también acogió con agrado la terminación de los trabajos de ampliación de la Oficina Regional de Abidján. Convino en que debería tratarse de lograr un acuerdo negociado con el contratista encargado de la construcción de los locales en Islamabad, y que debería prestarse especial atención a la necesidad de garantizar un medio ambiente de trabajo seguro en todos los futuros proyectos de construcción.

46. El Sr. Tabani, en nombre de los empleadores, agradeció las explicaciones del Presidente de la Subcomisión de Construcciones respecto de la situación en Abidján e Islamabad. Acogió con agrado la terminación del edificio de Abidján y expresó su apoyo a las propuestas relativas a los locales en Islamabad.

47. El representante del Gobierno de Panamá solicitó más información respecto del costo original de los locales en Islamabad. Caso de que el incremento de costos se debiera a modificaciones de los planos, debían aportarse detalles en cuanto a la persona que autorizó dichas modificaciones. También se acogería con agrado mayor información respecto de los costos en general.

48. El Sr. Chotard, Presidente de la Subcomisión de Construcciones respondió que no se habían facilitado cifras en el informe que permitieran a la Oficina negociar en las mejores condiciones posibles. Habida cuenta de la situación en Pakistán, era probable que se produjeran algunos incrementos de los costos como consecuencia de la inflación.

49. La Comisión tomó nota del documento de la Oficina.

Seguimiento del informe del Auditor Interno Jefe
para el año que finalizó el 31 de diciembre de 1996

(Cuarto punto del orden del día)

50. La Comisión tuvo ante sí un documento(4)  sobre el seguimiento dado por la Oficina al informe del Auditor Interno Jefe para el año que finalizó el 31 de diciembre de 1996.

51. El representante del Gobierno de los Estados Unidos acogió con satisfacción la adopción de un mecanismo que facilitase los informes de seguimiento. Estos informes brindaban importantes informaciones y constituían un mensaje fundamental para los Estados Miembros, sobre el compromiso de la Oficina en favor de una mayor transparencia y responsabilidad. El informe de seguimiento que se está discutiendo ha sido especialmente útil para explicar los retrasos en corregir los problemas relacionados con la Caja del Seguro de Salud del Personal y el calendario que había seguido la Oficina en sus medidas correctoras de estas deficiencias.

52. El Sr. Blondel, hablando en nombre de los miembros trabajadores, declaró que, si bien el informe no había puesto de manifiesto grandes problemas, le preocupaban las referencias a las solicitudes y reclamaciones pendientes en relación con la Caja del Seguro de Salud del Personal. Esperaba que la Oficina estuviese dando la máxima prioridad a la eliminación de todas estas solicitudes pendientes, de modo que los inconvenientes y las incomodidades del personal quedasen reducidas al mínimo. El orador estaba preocupado asimismo ante las referencias a una posible privatización de la Caja, que figuraban en el documento, y tenía que decir que tanto el Grupo de los Trabajadores como el Sindicato del Personal tenían graves reservas ante esta solución.

53. Sobre el tema de los viajes, expresó su satisfacción ante el nuevo contrato recientemente suscrito con la agencia de viajes de la OIT, que aseguraría nuevos ahorros en las tarifas aéreas así como el reembolso inmediato de los billetes no utilizados. Asimismo, dijo estar muy satisfecho por la labor que había llevado a cabo el Auditor Interno Jefe en relación con las oficinas exteriores, y tomó nota de las medidas de disciplina que se han adoptado cuando ha parecido conveniente.

54. El Sr. Marshall, hablando en nombre de los miembros empleadores, advirtió que, aunque la lectura del informe evidenciaba que se habían producido algunos retrasos en la acción de seguimiento, se habían abordado los dos principales problemas. Respecto a la política de descentralización, era de la mayor importancia que hubiesen unos programas de formación y unos procedimientos de control financiero, y que la Comisión fuese informada de los mecanismos que se utilizaban para garantizar el control eficaz de los procedimientos descentralizados.

55. El representante del Gobierno de la Federación de Rusia declaró que, aunque éste fuese el primer informe de este tipo, por su parte él no consideraba el documento sobre el seguimiento como un experimento plenamente exitoso. El documento era demasiado corto y mostraba que ninguna de las principales recomendaciones que había hecho el Auditor Interno Jefe se habían llevado a cabo por completo. Habría que haber incluido más detalles sobre los plazos de ejecución de las recomendaciones, así como ciertos detalles que pusiesen de manifiesto cuál era la sección de la Oficina responsable del cumplimiento en cada caso. Esperaba que en adelante los documentos fuesen más eficaces, más específicos y más transparentes. El fortalecimiento del papel del Auditor Interno Jefe no constituía un fin en sí mismo, sino sólo uno de los elementos de que se disponía para mejorar la eficacia general de la Oficina.

56. El representante del Director General (el Tesorero y Contralor de Finanzas) señaló que la Oficina tenía un control restringido de la Caja del Seguro de Salud del Personal, que pertenecía conjuntamente a la OIT y a la UIT, y que era dirigida por el Comité de Administración de la Caja. Las recomendaciones que había hecho el Auditor Interno Jefe habían sido remitidas a este Consejo de Administración tan pronto como estuvieron preparadas y, aunque algunas de ellas se habían ejecutado inmediatamente, otras necesitaban más tiempo para ser llevadas a la práctica. La recomendación que se refiere a la falta de un acuerdo oficial entre la OIT y la UIT, remitía a una situación que se remontaba a 1922 y que tenía muchas repercusiones jurídicas que estaban siendo actualmente examinadas por la OIT y la UIT. Los graves retrasos en la resolución de las solicitudes a las que se refería el Grupo de los Trabajadores eran ciertamente un problema importante. Sin embargo, tras un examen llevado a cabo por la Unidad de Servicios de Asesoría en materia de Gestión (PROG/MAS), la situación había mejorado considerablemente y los retrasos acumulados habían quedado reducidos a un nivel razonable.

57. Respecto a la preocupación de los trabajadores sobre la posibilidad de una privatización, se estaban estudiando diversas opciones para resolver cierto número de problemas que tenía planteados la Caja, pero hasta ahora no se había adoptado ninguna decisión. Cualquier propuesta de privatización sería, por supuesto, sometida al Consejo de Administración.

58. Los empleadores habían planteado una cuestión importante en relación con el mayor control que requería el proceso de descentralización. La descentralización de las numerosas oficinas de la OIT en todo el mundo, donde los directores no eran necesariamente especialistas en finanzas y gestión implicaba ciertamente algunos riesgos financieros adicionales, pero se estaban adoptando medidas para minimizarlos. Estas medidas incluían una información inicial muy completa para los directores de las oficinas exteriores, antes de que tomasen posesión de sus cargos, así como reuniones periódicas colectivas con los directores de las oficinas exteriores. Asimismo, se habían establecido unos programas de formación y readaptación para el personal administrativo de las oficinas exteriores, y se estaban utilizando programas informáticos en las oficinas exteriores para las aplicaciones financieras y presupuestarias, pensadas para incluir cotejos y controles automáticos que, en caso de omisión, serían enviados a la sede para su investigación y verificación.

59. Los comentarios que había hecho el representante del Gobierno de la Federación de Rusia requerían una clarificación sobre la cuestión del seguimiento del informe del Auditor Interno Jefe. Este seguimiento había sido solicitado por el Consejo de Administración en marzo de 1997, y quedó muy claro que este informe tenía que publicarse en marzo de 1998. Por lo tanto, el informe no llegaba tarde en modo alguno. Las recomendaciones del Auditor Interno Jefe, aunque sean reconocidas por la Oficina como un aspecto importante de los procedimientos generales de control de que dispone la dirección, tenían que ser sometidas a un régimen de prioridades en relación con otras cuestiones que pudiesen requerir medidas aún más urgentes. Por lo tanto, no era correcto decir que ninguna de las recomendaciones del Auditor Interno Jefe habían sido completamente aplicadas, puesto que todas ellas habían sido cuidadosamente examinadas y se habían ejecutado o programado las medidas oportunas para llevarlas a cabo en adelante.

60. La Comisión tomó nota del documento de la Oficina.

Informe del Auditor Interno Jefe para el año
que finalizó el 31 de diciembre de 1997

(Quinto punto del orden del día)

61. La Comisión tuvo ante sí el informe del Auditor Interno Jefe para el año que finalizó el 31 de diciembre de 1997(5) .

62. El Sr. Blondel, en nombre de los miembros trabajadores, dijo que algunos de los comentarios en relación con el anterior punto del orden del día, se podían aplicar también a éste. Tomaban nota de las observaciones del Auditor Interno sobre su labor en la sede, pero no tenían observaciones particulares que añadir. Respecto a las auditorías sobre las estructuras exteriores, resultaba tranquilizador saber que el proceso de descentralización estaría sujeto a controles informatizados. Sin embargo, sería interesante saber algo más sobre el problema de los programas informáticos ilegales, y sobre las medidas que se proponía adoptar la Oficina. Era curioso observar el juicio del Auditor Interno Jefe en el sentido de que el seguimiento y la aplicación por parte de las oficinas exteriores de las recomendaciones de la auditoría interna de 1996 habían sido totalmente satisfactorias, mientras que las respuestas de la sede habían sido inicialmente lentas y luego se aceleraron al terminar el año. Solicitaba una explicación de por qué ocurría esto.

63. El Sr. Marshall, en nombre de los empleadores, expresó su satisfacción porque el Auditor Interno Jefe no hubiese encontrado mayores problemas. Sin embargo, debería hacerse una distinción entre mayores problemas y problemas importantes. Los problemas importantes que merecían atención incluirían, por ejemplo, los procedimientos relativos a la administración de nóminas y a la concesión de contratos de imprenta y pagos a los contratistas. Los empleadores solicitaban también que se les asegurara que las actividades de formación para el personal administrativo de las oficinas exteriores destinadas a facilitar el proceso de descentralización se llevarían a cabo también con otros miembros del personal. También se necesitaban orientaciones sobre cómo la Oficina fijaba las prioridades para estas actividades de formación, y en un estadio ulterior, también algo más de información sobre las medidas de seguimiento adoptadas por la Oficina sobre este informe. Los empleadores felicitaban a la Junta Directiva y a la administración del Instituto, por la eficacia con que habían llevado a cabo sus actividades.

64. El representante del Gobierno de la Federación de Rusia manifestó su preocupación ante las respuestas, muy breves, que el Director General había dado este año y el año pasado al informe del Auditor Interno Jefe. Una respuesta más extensa ayudaría a la Comisión en sus discusiones sobre los problemas que se plantean en el informe. Parecido comentario podría hacerse en relación con el propio informe. El equipo de auditoría interna era una pieza importante de la Oficina, y su labor merecía un informe más extenso. La Oficina debería considerar también una ampliación del mandato de esta sección.

65. El representante del Gobierno de los Estados Unidos manifestó también su aprecio por el documento que la Comisión tenía ante sí, pero lamentó que los informes completos del Auditor Interno Jefe no estuviesen disponibles para un análisis más detallado. La sección de auditoría interna había llevado a cabo cierto número de exámenes, tanto en la sede como en las estructuras exteriores, y había hecho unas recomendaciones muy útiles en relación con las disposiciones bancarias y con las posibles reducciones de los costos telefónicos. La Oficina debería dar una prioridad especial a las recomendaciones relativas a los viajes. La Comisión esperaba que el próximo informe contuviese informaciones sobre el seguimiento de estas recomendaciones, y un examen del Departamento de Personal.

66. El Tesorero, en respuesta a las cuestiones planteadas, aseguró a la Comisión que la Oficina se atenía estrictamente a la política de no utilizar programas informáticos pirateados. La Oficina tenía unos acuerdos de licencia para todos los programas sobre las redes y los ordenadores personales independientes, y no toleraría que sus funcionarios utilizasen copias no autorizadas de programas. La cuestión que se estaba debatiendo constituía un caso aislado, que afectaba a una sola oficina exterior.

67. En respuesta a los comentarios de los trabajadores, las recomendaciones del informe eran probablemente más institucionales que cíclicas porque, una vez llevadas a la práctica se suponía que los nuevos procedimientos serían permanentes.

68. Los empleadores tenían razón al distinguir entre mayores problemas y problemas importantes. La Oficina estaba ya adoptando las medidas oportunas sobre los problemas importantes que había detectado el Auditor Interno Jefe, que constituirían el tema de un informe destinado al Consejo de Administración.

69. En respuesta a los comentarios del representante de la Federación de Rusia sobre la brevedad de la respuesta del Director General, explicó que la Declaración del Director General nunca había tratado de ser algo más que una nota de presentación. Cuando las modalidades del informe habían sido discutidas el año anterior con los representantes gubernamentales, se llegó al acuerdo de que el Director General publicaría una nota de presentación y tendría el derecho de hacer comentarios sobre las recomendaciones del Auditor Interno Jefe. Algunos de los informes de auditoría se habían recibido muy recientemente. No era procedente dar respuestas detalladas en este momento, pero se darían en la reunión de marzo del Consejo de Administración, en 1999. Sin embargo, los Miembros tenían que comprender que ninguna de las recomendaciones del informe resultaba molesta para el Director General, y que no había ninguna razón para que el Consejo de Administración sospechase que la Oficina atenuaría las recomendaciones del informe. Pero era imposible dirigir una organización del volumen de la OIT sin algunas restricciones, y la Oficina estaba muy agradecida al Auditor Interno Jefe por identificarlas y proponer cómo debían llevarse a cabo.

70. En respuesta a la propuesta de que se ampliase el mandato del Auditor Interno Jefe, el Tesorero dijo que no se habían puesto restricciones de ningún tipo a la labor del Auditor Interno Jefe, y que por supuesto lo diría si se hubiese hecho así. Respondiendo a la solicitud de informes completos, el Tesorero recordó que los representantes gubernamentales que habían solicitado el informe del Auditor Interno Jefe habían declarado categóricamente que no deseaban leer los informes completos, a causa de las cuestiones de procedimiento y confidencialidad. Dejando aparte estas consideraciones, los costos resultarían prohibitivos. Sobre la cuestión de los ahorros en materia de viajes, la Oficina estaba tratando de reducir los gastos de viaje de tres maneras: por medio de acuerdos con las grandes empresas para obtener rebajas relacionadas con el volumen, por medio de la utilización de billetes de mercado gris para obtener tarifas de promoción y descuento, y agrupando distintas misiones en un solo billete, lo que permitiría obtener tarifas más bajas. Los ahorros merecían la pena: en 1997, el promedio de lo que se pagó en billetes por la OIT había resultado un 21,7 por ciento inferior a las tarifas normales.

71. El Auditor Interno Jefe confirmó que la copia ilegal de programas informáticos había constituido un caso aislado, del que se había informado por las consecuencias que pudiese tener para la Oficina. En respuesta a las observaciones sobre la extensión del informe, la resolución de la Conferencia le obligaba a informar de los resultados importantes que se derivasen de sus investigaciones. En 1997, la oficina del Auditor Interno había llevado a cabo exámenes en la sede y en 15 puntos exteriores, con un total de 21 recomendaciones para la sede y 203 para las oficinas exteriores. Los informes propiamente dichos iban de 34 páginas para la sede a 145 para las oficinas exteriores, y el documento que la Comisión tenía ante sí resumía los problemas más importantes que se habían planteado a lo largo del año.

72. En respuesta a los comentarios sobre los resultados detallados que se contenían en los informes individuales de auditoría interna, la Comisión debería ser plenamente consciente de que de todos estos informes, sin excepción, se remitía una copia al Auditor Externo. Todos esos documentos eran examinados por el Auditor Externo, que los utilizaba para su propia labor.

73. El retraso en el seguimiento de las recomendaciones al que se había referido uno de los Miembros, se había derivado sobre todo de problemas particulares de la Caja del Seguro de Salud del Personal. Recientemente, habían sido reforzados los procedimientos de seguimiento, y se habían adoptado medidas en relación con un 70 por ciento de las recomendaciones de 1997.

74. La Comisión tomó nota del documento de la Oficina.

Delegación de autoridad en virtud del artículo 18
del Reglamento de la Conferencia Internacional
del Trabajo
(Sexto punto del orden del día)

75. La Comisión tuvo ante sí un documento(6)  sobre la delegación de autoridad en la Mesa del Consejo de Administración, por toda la duración de la reunión de 1998 de la Conferencia.

76. La Comisión decidió delegar en su Mesa (esto es, en el Presidente y los portavoces de los miembros empleadores y trabajadores de la Comisión) la autoridad de llevar a cabo sus responsabilidades en virtud del artículo 18 del Reglamento de la Conferencia para el período correspondiente a la 86.ª reunión (junio de 1998) de la Conferencia, en relación con las propuestas que impliquen gastos durante el 66.º ejercicio económico, que finalizará el 31 de diciembre de 1999.

77. La Comisión recomienda que el Consejo de Administración haga una delegación de autoridad similar en su Mesa, en virtud del artículo 18 del Reglamento de la Conferencia.

Otras cuestiones financieras y de orden general
(Séptimo punto del orden del día)

Enmiendas al Reglamento Financiero: atribuciones adicionales
relativas a la comprobación externa de las cuentas

78. La Comisión tuvo ante sí un documento(7)  en el que se proponía una resolución relativa a ciertas enmiendas al Reglamento Financiero de la OIT que había de presentarse a la Conferencia.

79. El Sr. Marshall expresó el apoyo de los empleadores al punto que requería decisión.

80. El Sr. Blondel manifestó a su vez el apoyo de los trabajadores al punto que requería decisión. Los trabajadores expresaron su acuerdo con el nuevo texto del Reglamento Financiero.

81. La Comisión de Programa, Presupuesto y Administración recomienda al Consejo de Administración que apruebe las enmiendas al Reglamento Financiero que figuran en el anexo al presente documento y que someta el siguiente proyecto de resolución para su adopción por la Conferencia en su próxima reunión:

Disposiciones financieras relativas al envío de una misión
tripartita del Consejo de Administración a la República
de Corea en el marco del examen de la queja en instancia
ante el Comité de Libertad Sindical

82. La Comisión tuvo ante sí un documento(8)  en el que se proponían disposiciones financieras para la citada misión.

83. El Sr. Marshall afirmó que los empleadores no eran, en principio, partidarios de aprobaciones con efecto retroactivo, pero que en esta ocasión estaban dispuestos a prestar su apoyo al punto que requería decisión.

84. El Sr. Blondel, en nombre de los miembros trabajadores, reconoció que esta misión no podría haberse previsto en el Programa y Presupuesto para 1998-1999 y, en consecuencia, manifestó su apoyo al punto que requería decisión.

85. El representante del Gobierno de los Estados Unidos acogió con agrado la decisión de la República de Corea de aceptar una misión de la OIT con el fin de facilitar la labor del Comité de Libertad Sindical, y expresó su apoyo al punto que requería decisión. No obstante, estos costos deberían financiarse con cargo a los recursos existentes, y preguntó el motivo de que se solicitara la aprobación de la Comisión para una partida de gasto tan pequeña.

86. El Tesorero se mostró de acuerdo en que el importe era insignificante, pero explicó que se requería la aprobación del Consejo de Administración para esta actividad ya que no estaba incluida en el programa y presupuesto original.

87. La Comisión recomienda al Consejo de Administración que los costos de viaje de la misión tripartita a la República de Corea, estimados en 15.000 dólares, sean financiados en primer lugar por las economías realizadas en la Parte I del Programa y Presupuesto para 1998-1999, quedando entendido si posteriormente ello se revelara imposible, que el Director General propondría métodos alternativos de financiación en una fase ulterior del bienio.

Informe de la Dependencia Común de Inspección
de las Naciones Unidas sobre sus actividades durante
el período del 1.º de julio de 1996 al 30 de junio de 1997

88. La Comisión tuvo ante sí un informe(9)  en el que se describían las actividades de la Dependencia Común de Inspección de las Naciones Unidas correspondientes al ejercicio que finalizaba el 30 de junio de 1997.

89. El Sr. Marshall señaló que se hacía referencia en el párrafo 5 del documento de la Oficina a la necesidad de una acción más concreta en lo que atañe al seguimiento de los informes de la DCI y a que la Oficina tenía intención de informar a este respecto en noviembre de 1998. Los empleadores esperaban recibir un documento relativo a la respuesta que tenía intención de dar la Oficina. Los informes de la DCI eran documentos de la mayor utilidad, y era importante que tanto el Consejo de Administración como la Oficina respondieran a los mismos.

90. El Sr. Blondel, en nombre de los miembros trabajadores, afirmó que el Presidente de la DCI había llamado la atención del Director General respecto del anexo I del informe de la Dependencia, en el que se proponía un sistema más efectivo de seguimiento de los informes de la DCI. Interesaba señalar que estas propuestas exigirían que el Consejo de Administración dedicara más tiempo y más recursos al examen de estos informes. Los trabajadores no estaban convencidos de que ello se justificara. No cabe duda de que los informes de la DCI merecían ser examinados, pero debían examinarse con arreglo a los procedimientos actuales. Recordó que los trabajadores habían propuesto en 1995 que la OIT se retirara de la DCI, pero a ello se opusieron con vigor los gobiernos. Sería interesante si los gobiernos pudieran facilitar algunos ejemplos de la manera en que la OIT había sido capaz de ahorrar dinero o de perfeccionarse gracias a las recomendaciones de la DCI.

91. El representante de la Dependencia Común de Inspección se refirió al párrafo 2 del documento presentado a la Comisión, en el que se aludía al programa de trabajo de la DCI para el período 1997-1998. Este incluía un informe previsto por la Dependencia para examinar la gestión y la administración de la OIT. Esto formaba parte de las labores de seguimiento relativas a un informe a escala del sistema que la Dependencia había preparado acerca de la responsabilidad, la mejora de la gestión y la supervisión en el sistema de las Naciones Unidas. El informe previsto se centraría en una serie de reformas e iniciativas de la OIT, informó a la DCI. Se incluía el desarrollo de un nuevo sistema computadorizado de personal (PERSIS), la creación de nuevos sistemas informáticos y de comunicación (ITCOM), la aplicación de la política de asociación activa, incluidos los equipos multidisciplinarios en el terreno, y la introducción de un sistema global de seguimiento, autoevaluación y presentación de informes (MERS).

92. No se trataba del primer informe que realizaba la DCI acerca de la gestión y administración de una organización. Había presentado recientemente un informe global de gestión relativo a la secretaría de las Naciones Unidas, y estaba previsto que hiciera lo mismo con otra organización.

93. La DCI se sentía animada por el punto de vista positivo expresado en el documento de la Oficina. En lo que atañe al sistema de seguimiento de los informes de la DCI, descrito en un anexo a su informe anual, expresaba su agradecimiento por el hecho de que la OIT abordara esta importante cuestión y la sometiera a la Comisión. La DCI estaba dispuesta a responder en cualquier momento a las preguntas relativas a dicho sistema, que encontraba su principal razón de ser en las preocupaciones y demandas para un seguimiento más sistemático de los informes y recomendaciones de la DCI que habían expresado los órganos competentes de las organizaciones participantes. El principio por el que se regía este sistema era el de la responsabilidad compartida entre los tres interlocutores, a saber, los órganos competentes de las distintas organizaciones, las secretarías de las mismas y la DCI, tal y como se recogía en la resolución 50/233, de fecha 7 de junio de 1996, adoptada por la Asamblea General de las Naciones Unidas. La DCI confiaba en que todos los órganos competentes, incluido el de la OIT, actuarían de manera positiva al respecto, ya que su principal objetivo era la conformidad de los informes y recomendaciones, y el seguimiento de los mismos en beneficio de todos los mandantes.

94. El representante de los Estados Unidos acogía con agrado la iniciativa de la DCI de solicitar a menudo sugerencias a los órganos competentes de los organismos especializados respecto de los informes correspondientes y los temas que en ellos habían de tratarse. En la Asamblea General, los Estados Miembros habían manifestado claramente su preferencia por informes especializados en oposición a exámenes de gran alcance, pero la eficacia de cualquiera de ellos dependía en gran medida del análisis y la aplicación oportunos de sus recomendaciones por la Organización. En consecuencia, la DCI debería concentrar sus esfuerzos en los programas de la OIT, donde sus recomendaciones tendrían repercusión. El Gobierno de los Estados Unidos siempre se había mostrado partidario de la supervisión tanto interna como externa, y esperaba que estos comentarios contribuyeran a la eficacia de la DCI y a la utilidad de sus informes para la OIT y su Consejo de Administración.

95. El representante del Gobierno de la Federación de Rusia agradeció la intención de la DCI de llevar a cabo un examen detallado de algunas actividades de la OIT y esperaba su informe correspondiente con impaciencia.

96. El Sr. Blondel expresó el agradecimiento de los trabajadores por las declaraciones del representante de la DCI. Aunque las actividades de la Dependencia en materia de control, inspección y verificación estaban plenamente justificadas respecto de la aplicación de las decisiones de las Naciones Unidas, ir más allá equivaldría a una labor de vigilancia y pondría en cuestión la autonomía e independencia de la OIT. Los trabajadores aún mantenían reservas acerca del papel de la DCI.

97. El Sr. Marshall expresó en nombre de los empleadores su agradecimiento por las declaraciones del representante de la DCI. El informe previsto sería en la práctica una auditoría de gestión respecto de ciertas actividades de la OIT y, puesto que se trataría principalmente de un examen de sistemas y no de políticas, facilitaría una información valiosa a la Comisión acerca de la eficacia de diversas actividades.

98. El representante del Gobierno de China expresó su agradecimiento por el documento de la Oficina y también por las declaraciones del representante de la DCI. Los exámenes llevados a cabo por la Dependencia y sus recomendaciones eran de la mayor utilidad no sólo para la OIT, sino también para otras organizaciones del sistema común, y expresó su respaldo incondicional a las actividades de la misma.

99. La Comisión tomó nota del documento de la Oficina.

Informe de la Dependencia Común de Inspección
de las Naciones Unidas titulado «Fortalecimiento
de la representación sobre el terreno del
sistema de las Naciones Unidas»

100. La Comisión tuvo ante sí un documento(10)  en el que se recogían las respuestas de la OIT a las recomendaciones formuladas en dicho informe.

101. El Sr. Marshall expresó el agradecimiento de los empleadores por las recomendaciones de la DCI en esta materia y por las respuestas de la Oficina. Apoyaban asimismo las reservas expresadas por el Director General respecto del acceso a los locales compartidos con otras organizaciones de las Naciones Unidas, pero expresaron por lo demás su acuerdo en términos generales con las recomendaciones.

102. El Sr. Blondel, en nombre de los miembros trabajadores, llamó la atención respecto de la respuesta general recogida en el párrafo 2 del documento de la Oficina, y se preguntó en qué medida las recomendaciones de la DCI habían quedado superadas a raíz de las reformas introducidas por el Secretario General de las Naciones Unidas. Expresó el apoyo de los miembros trabajadores a todas las respuestas de la OIT en relación con cada una de las recomendaciones, y en especial a la respuesta ofrecida en relación con las Recomendaciones núms. 1 y 2. La OIT necesitaba conservar su capacidad para abrir o cerrar oficinas exteriores según sus necesidades. No era realista ni aceptable pretender que el coordinador residente de las Naciones Unidas gozara de plena autoridad para hablar en nombre de todas las organizaciones especializadas, incluida la OIT.

103. El representante del Gobierno de los Estados Unidos expresó su agradecimiento por las respuestas de la Oficina a las recomendaciones de la DCI. Este tipo de información era de crucial importancia si se deseaba que las Naciones Unidas lograran mejorar la coordinación entre los miembros del sistema común.

104. El representante del Gobierno de la India expresó reservas acerca de la recomendación 7, ii), que sólo serviría para crear niveles burocráticos adicionales. Apoyaba la reacción de la OIT, porque los países tienen que ser capaces de elaborar sus propios procedimientos de coordinación.

105. El representante de la Dependencia Común de Inspección dijo que estaban prosiguiendo los debates sobre esta materia con las organizaciones del sistema común, pero que el principal objetivo del informe era construir una familia de las Naciones Unidas que estuviese más unificada en este ámbito, aunque no necesariamente en una sola oficina. El informe se basaba en la investigación y en las entrevistas celebradas en la sede y en las estructuras exteriores, así como en las opiniones de los Estados Miembros y del personal de la DCI. El informe ponía de relieve la mayor presencia de algunas organizaciones sobre el terreno, y reforzaba sus mandatos individuales poniendo de relieve la importancia de una división más racional del trabajo entre las organizaciones que eran punteras en sus ámbitos especializados de competencia.

106. Las principales recomendaciones, especialmente las que se refieren a una presencia más unificada sobre el terreno, bajo la guía del coordinador residente, y a un liderazgo eficaz desde la sede en apoyo del sistema del coordinador residente, trataban de conseguir más coherencia y armonización en las actividades prácticas así como obtener más por el dinero que se invertía, por medio de un uso más racional de los recursos disponibles. Muchas de las recomendaciones específicas habían chocado con opiniones divergentes de distintas organizaciones, pero esto ya era de esperar en vista de sus distintas funciones y actividades, y no hacía más que reforzar algunas de las conclusiones del informe. La DCI manifestó su aprecio a la Oficina por tomarse el tiempo de examinar el informe y hacer observaciones sobre él.

107. La Comisión tomó nota del documento de la Oficina.

Aumento de los recursos de interpretación
para las reuniones de los Grupos

108. La Comisión tuvo ante sí un documento(11)  sobre el aumento de los recursos de interpretación para las reuniones de los Grupos.

109. El Sr. Oechslin, hablando en nombre de los miembros empleadores, declaró que no tenía objeciones al punto que requiere decisión. Era bueno para la Organización y para el funcionamiento de la Oficina que hubiese más consultas con los grupos gubernamentales, y este aumento de los recursos de interpretación daría más flexibilidad para dirigir el personal que intervenía en la interpretación. Se había hecho cada vez más difícil para la Oficina organizar la interpretación necesaria, porque aunque había una evidente necesidad de incrementar los recursos de interpretación para las reuniones durante el Consejo de Administración, esto ya no era tan fácil para las reuniones que se celebraban en otras ocasiones. Parece que antes este problema no era tan grave.

110. El Sr. Blondel, hablando en nombre de los miembros trabajadores, advirtió que el aumento de los recursos de interpretación se dirigía exclusivamente a las reuniones de los grupos gubernamentales. Se había solicitado una asignación suplementaria de 351.000 dólares, que unidos a los 178.000 dólares ya incluidos en el Programa y Presupuesto, arrojaban un total de 529.000 dólares con lo que quedarían satisfechas las crecientes peticiones de los grupos gubernamentales durante la reunión del Consejo de Administración y las reuniones que se celebraban en otros períodos a lo largo del bienio. Era importante comprender la diferencia entre estos dos tipos de reuniones. Durante las reuniones del Consejo de Administración, era una cuestión de principio que cada Grupo fuera capaz de prepararse adecuadamente para las reuniones tripartitas. Los miembros trabajadores y empleadores utilizaban sus reuniones para alcanzar un consenso y para manifestar una sola opinión sobre los temas en discusión, pero esto no siempre era, al parecer, el caso de los miembros gubernamentales que, a pesar de que celebraban reuniones de grupo antes de las discusiones en plenaria, seguían haciendo numerosas intervenciones individuales. Cabría esperar que nuevas reuniones de grupo ayudaran a los miembros gubernamentales a desarrollar enfoques más integrados en relación con los debates.

111. Respecto a las reuniones que se celebraban fuera del marco de las reuniones del Consejo de Administración, si se atendieran las peticiones de servicios de interpretación por parte de los miembros gubernamentales sería razonable facilitar servicios similares a los trabajadores. No se oponían a un aumento de los recursos para las reuniones del Grupo Gubernamental durante el Consejo de Administración, pero no podían estar de acuerdo con el incremento de 351.000 dólares sin la contrapartida de que ello no daría derecho a unos servicios ilimitados de interpretación.

112. El representante del Gobierno de México, en nombre del Grupo Gubernamental, declaró que estos últimos años los grupos regionales de las delegaciones gubernamentales habían visto aumentar considerablemente sus consultas, y que ello significaba un aumento en el número de sus reuniones antes y durante el Consejo de Administración. Ello se debe al creciente número de cuestiones importantes que requerían una amplia consulta dentro de los grupos regionales, así como a la más dinámica interacción entre las delegaciones del gobierno. Resultaba difícil predecir si esta tendencia iba a continuar, pero estaba claro para los representantes gubernamentales que este incremento de consultas era muy positivo. En nombre del Grupo Gubernamental, dio las gracias al Director General por el pronto y eficaz servicio que se había prestado a los grupos regionales cuando se habían hecho solicitudes de interpretación. Además, y en nombre de los coordinadores regionales y de los PIEM, manifestó su aprecio y apoyo por las propuestas del documento.

113. El representante del Gobierno de China se mostró de acuerdo con la propuesta, pero pidió una aclaración sobre cómo se había llegado a la decisión del número y tipo de idiomas que habían de usarse. Si había que brindar unos servicios lingüísticos, ello debía hacerse sobre la base de las necesidades, y siguiendo los principios de la igualdad.

114. El representante del Gobierno de la Federación de Rusia estuvo de acuerdo con los comentarios efectuados por el orador anterior. Considerando que las delegaciones que se expresan en ruso habían tenido dificultades en las reuniones regionales de grupo, pensaba que había que tener en cuenta un aumento de los servicios de interpretación al ruso.

115. El representante del Gobierno de Hungría, en calidad de coordinador regional de los países de Europa central y oriental, declaró que durante las recientes reuniones del Grupo y las reuniones conjuntas con los PIEM, se había brindado interpretación al ruso. La necesidad de este servicio no se reflejaba en el documento que la Comisión tenía ante sí.

116. La representante del Gobierno del Canadá se asoció a los comentarios efectuados por el representante del Gobierno de México. Estos últimos años el orden del día se había ido complicando cada vez más, lo que había llevado a una creciente necesidad de consultas, no sólo entre los miembros gubernamentales sino también entre los empleadores y los trabajadores. Se había necesitado más tiempo para el desarrollo de las labores de todos los Grupos, y en particular de los interlocutores sociales. La mayor complejidad del orden del día también había conducido a que cada vez se hiciesen más declaraciones regionales en las discusiones del Consejo de Administración. Se había llevado a cabo un esfuerzo de mucha consideración por todos los interesados para reducir los costos de estas crecientes consultas, pero se había llegado a un punto en que los servicios ya no podían responder a la demanda. En algunos casos, cada uno de los interlocutores sociales había pedido dos equipos de intérpretes, dejando sólo un equipo disponible para las reuniones del Grupo Gubernamental. La propuesta contaba con el apoyo del grupo de los PIEM, porque era una respuesta realista a la situación actual.

117. El representante del Gobierno de los Estados Unidos, al tiempo que daba en principio su apoyo a la propuesta, pedía que se determinara la fuente de financiación o que se dieran seguridades de que este aumento sería financiado con cargo a los recursos existentes.

118. Un representante del Director General (el Director del Departamento de Relaciones y Reuniones) explicó que las estimaciones de costo y el número de idiomas que se contienen en el documento se basan en un análisis de la tendencia al alza de las reuniones de grupo. Las reuniones del Grupo Gubernamental eran regionales, y las reuniones de los PIEM eran interregionales. Todas ellas necesitaban servicios de interpretación al inglés, muchas necesitaban interpretación al francés, y los grupos africano y asiático necesitaban interpretación al árabe. El chino sólo se necesitaba para el grupo regional de Asia y el Pacífico, y el ruso para el grupo de Europa oriental, que solía reunirse con menos frecuencia. El grupo de los PIEM, que se reunía con mucha frecuencia, no necesitaba ni chino ni ruso. Una evaluación de esta situación mostraba que las necesidades de interpretación al ruso y al chino podían prestarse sin necesidad de aumentar su nivel actual. Sin embargo, si se produjese un incremento en el número de reuniones solicitadas por el grupo de Europa oriental y por el grupo de Asia y el Pacífico, habría que incrementar también los servicios de interpretación al ruso y al chino. El costo de la interpretación adicional al ruso durante una reunión del Consejo de Administración ascendería a más de 100.000 dólares, y en el caso del chino el costo sería considerablemente más elevado, puesto que se necesitaban tres intérpretes por cabina y éstos se reclutaban en Beijing. El costo de las reuniones a celebrar fuera del marco del Consejo de Administración representaba algo más de la mitad de la cifra que figuraba en el documento, sobre la base de un análisis de las tendencias actuales.

119. El Sr. Blondel, hablando en nombre de los miembros trabajadores, preguntó si los recursos adicionales iban a usarse exclusivamente para los grupos gubernamentales o si el principio de la igualdad entre los grupos se respetaría escrupulosamente. Más de la mitad de la cantidad que solicitaba el documento se destinaba a reuniones fuera del marco del Consejo de Administración, lo que le parecía excesivo.

120. Un representante del Director General (el Director del Departamento de Relaciones y Reuniones) declaró que las reuniones de los grupos de los empleadores y de los trabajadores habían dispuesto de interpretación siempre y cuando lo habían pedido. Con el incremento de la demanda por parte de los grupos gubernamentales regionales, se había llegado al punto en que ya no era posible responder a todas las peticiones de los tres Grupos. El costo de la interpretación adicional era muy elevado, y el número de solicitudes que se podían atender quedaba limitado por los fondos presupuestarios disponibles. Una vez se había llegado a este límite, habría que recurrir de nuevo al Consejo de Administración para pedir más financiación o habría que examinar la disponibilidad de los servicios de interpretación.

121. El Sr. Blondel, en nombre de los miembros trabajadores, observó que si sus peticiones de interpretación para las reuniones eran atendidas (y también las de los empleadores) no tendría objeciones al punto que requiere decisión.

122. El representante del Gobierno de la Federación de Rusia pidió que las seguridades que había dado la Oficina respecto a la interpretación en ruso quedasen plenamente reflejadas en el informe.

123. La Comisión de Programa, Presupuesto y Administración recomienda al Consejo de Administración que decida que el costo suplementario mencionado en el documento de la Oficina, y que se estima en 351.000 dólares de los Estados Unidos, se financie en primer lugar con los ahorros de la Parte I del Programa y Presupuesto para 1998-1999, en el entendimiento de que, de no ser posible esta solución el Director General propondrá otros modos de financiación durante el bienio.

Propuestas de gasto del Director General con cargo
a la Reserva de flexibilidad de los programas

124. La Comisión tuvo ante sí un documento(12)  sobre los gastos que han de ser financiados con cargo a la Reserva de flexibilidad de los programas.

125. El Sr. Marshall, en nombre de los miembros empleadores, dijo simpatizar plenamente con la petición de asignación de más recursos al programa IPEC. Era muy importante que las actividades de este programa recibiesen suficiente apoyo administrativo, pero ponía en tela de juicio la utilización de toda la Reserva de flexibilidad de los programas en fecha tan temprana dentro del bienio. Sería mejor que los recursos se volviesen a asignar, ya sea a partir de una reorganización de las prioridades o a partir de ahorros.

126. El Sr. Blondel, en nombre de los miembros trabajadores, apoyó decididamente la intención de reforzar el equipo fundamental responsable del IPEC. Sin embargo, parece que la conveniencia de este refuerzo ya debía ser evidente en el momento en que se discutía el presupuesto ordinario, y el orador deseaba saber por qué esto no quedó previsto en el presupuesto. Si la propuesta que figura en el documento se acepta, no quedarán recursos para otros problemas urgentes que puedan surgir a lo largo del bienio. Asimismo, solicitaba más información sobre la financiación actual del programa IPEC, en particular sobre cuánta gente estaba trabajando en el equipo IPEC, tanto en Ginebra como en cualquier otra parte, qué proporción de los 25 millones de contribuciones de los donantes se utilizaba para sufragar los gastos administrativos y cómo se iban a usar los 480.000 dólares solicitados. Sólo a la luz de estas informaciones podría el Grupo de los Trabajadores adoptar decisiones sobre la propuesta.

127. El representante del Gobierno del Reino Unido reconoció también la necesidad de asignar más recursos del presupuesto ordinario al refuerzo de la dotación de personal del IPEC, pero no estaba convencido de que la Reserva de flexibilidad de los programas debiese ser completamente agotada a este objeto. Nunca se había pensado en que la Reserva se utilizase exclusivamente para una actividad, y sería preferible tener una propuesta que declarase abiertamente dónde se podrían hacer los ahorros necesarios para habilitar los fondos que se necesitaban. El párrafo que requiere decisión debería enmendarse para pedir al Director General que repusiese el fondo en su antiguo nivel por medio de ahorros, y la Oficina debería informar más tarde de los detalles al Consejo de Administración para su aprobación. En adelante, los proyectos fundamentales a largo plazo como el IPEC deberían ser debidamente financiados con cargo al presupuesto ordinario. En el caso del programa IPEC, sería interesante saber si el 13 por ciento de los costos con destino a la organización, que pagan los donantes, cubrían los costos reales de organización que la OIT destinaba al programa.

128. El representante del Gobierno de Alemania dijo comprender muy bien las preocupaciones manifestadas por los oradores anteriores sobre el agotamiento de los fondos de Reserva de flexibilidad de los programas en fecha tan temprana del bienio. Sin embargo, no podía ignorarse la necesidad de añadir recursos adicionales al programa IPEC. La ampliación de esta actividad no podía preverse en el momento de elaborar el programa y presupuesto, y por su parte él estaba de acuerdo con la propuesta del representante del Gobierno del Reino Unido.

129. La representante del Gobierno de Canadá dio su apoyo a la iniciativa para aumentar los recursos asignados al IPEC, que debería llevarse a cabo a la mayor brevedad, pero estuvo de acuerdo con los oradores anteriores en relación con el agotamiento total de la Reserva de flexibilidad de los programas en fecha tan temprana del bienio. La oradora prefería la propuesta presentada por el Sr. Marshall, a menos que con ella se retrasase la transferencia de fondos, en cuyo caso ella estaría en favor de la recomendación efectuada por el representante del Gobierno del Reino Unido, en el sentido de transferir fondos de inmediato, reaprovisionando así la Reserva de flexibilidad de los programas cuando se hubiese encontrado el medio de realizar ahorros.

130. El representante del Gobierno de los Estados Unidos manifestó también su preocupación sobre un agotamiento prematuro de la Reserva. Sin embargo, el programa IPEC constituía un importante ejemplo de colaboración entre los Estados Unidos y la OIT, y por su parte apoyaba más bien la propuesta presentada por el Sr. Marshall, y como alternativa la del representante del Gobierno del Reino Unido, si el recurso a los ahorros produjese un retraso en la asignación de fondos al IPEC. La información que brindaba la Oficina no determinaba, por desgracia, ningún ámbito preciso donde pudiesen hacerse ahorros en este momento.

131. El representante del Gobierno de Francia puso de relieve el importante apoyo que su Gobierno había brindado, este mismo año, al IPEC y no deseaba que las actividades del IPEC se pusiesen en peligro de ninguna manera. Por lo tanto, apoyaba la propuesta del Sr. Marshall.

132. El representante del Gobierno de Italia se mostró a favor de cualquier medida que incrementase la financiación del IPEC, pero se sentía incómodo ante el agotamiento de la Reserva de flexibilidad de los programas en fecha tan temprana. Sería preferible financiar el incremento de recursos del IPEC con ahorros en otros ámbitos, pero si esto no fuese posible apoyaría la propuesta del representante del Reino Unido.

133. El representante del Gobierno del Japón se mostró de acuerdo en que el programa IPEC estaba adquiriendo una importancia cada vez mayor, y en que debería ser completamente financiado con cargo al presupuesto ordinario. No sería prudente agotar en este momento la Reserva de flexibilidad de los programas. Como había pedido el Sr. Blondel, convenía suministrar a la Comisión una información mucho más detallada sobre la utilización exacta de los fondos.

134. Un representante del Director General (el Director del Departamento de Programación y Gestión) indicó que las intervenciones de los oradores no habían puesto en tela de juicio la necesidad de atribuir recursos complementarios al IPEC. Este programa ha conocido un éxito clamoroso y se ha desarrollado considerablemente, mucho más de lo que era previsible en el momento en que se preparaba el programa y presupuesto. La misma celeridad de su desarrollo supone que necesita que se le asignen unos recursos que le permitan funcionar a satisfacción de los beneficiarios y de los países donantes.

135. Respondiendo a las preguntas del Sr. Blondel, el representante del Director General precisó que diez funcionarios de servicios orgánicos y otros cinco de servicios generales están trabajando en Ginebra para el IPEC. En el momento actual son 29 los países en cuyo seno están en actividad los programas del IPEC. Estos emplean en las estructuras exteriores a 21 funcionarios de servicios orgánicos, diez expertos asociados y alrededor de 30 funcionarios de la categoría de servicios generales. Los recursos del presupuesto ordinario que se asignan a la erradicación del trabajo infantil son de dos tipos. Los que pertenecen a la sede son destinados a trabajos de presupuesto ordinario, muy precisos, que ascienden actualmente a 2,3 millones para el bienio 1998-1999, según los cálculos que se prepararon a raíz de los ajustes del tipo de cambio. En las regiones, los recursos del presupuesto ordinario dedicados a la erradicación del trabajo infantil se estiman en 4,9 millones, es decir en un total de 7,2 millones para la sede y las regiones.

136. El IPEC dispone en este bienio de una asignación de 2,2 millones en concepto de gastos de organización para la puesta en marcha de un programa de gastos extrapresupuestarios que se estima actualmente en 17,7 millones. En la medida en que aumenten las contribuciones de los donantes, el programa irá desarrollándose hasta llegar a un grado de actuación que será probablemente superior a la estimación de 17,7 millones. La asignación de 2,2 millones al IPEC en concepto de gastos de organización pone de manifiesto que este programa recibe un trato prioritario, tal como pidiera la Conferencia en 1996.

137. En efecto, este 13 por ciento de costos de organización no se dedica sólo al apoyo y a la puesta en ejecución sino que debe dedicarse a toda la logística que la Oficina ha de suministrar a este programa, comprendida la información contable que los donantes tienen derecho a recibir en relación con el programa. Los recursos complementarios se destinarían a poner a disposición del IPEC un personal complementario.

138. La alternativa a esta utilización de la Reserva de flexibilidad de los programas que parece tener la preferencia de la Comisión, sería aprovechar los ahorros que se pudieran realizar en el curso del bienio. Esto puede hacerse sin mayor dificultad, si tal fuese la decisión o la recomendación de esta Comisión. La Oficina propuso utilizar la Reserva porque se trataba de una operación que cuadraba perfectamente con los criterios de utilización de la Reserva, es decir, un desarrollo cuya celeridad exige un apoyo más consistente que el que estaba previsto en el momento de elaborar el presupuesto. El orador prosiguió su intervención respondiendo al representante del Gobierno de los Estados Unidos que una vez más puso de manifiesto su preocupación por el hecho de que la Oficina no pueda determinar con precisión los ahorros que podrían realizarse sobre tal o cual objeto de gasto durante el bienio, e indicó que estamos a principios del bienio y que la Secretaría no está en condiciones de poner hoy en entredicho los resultados de compromisos y acuerdos ya cerrados tras largas discusiones en el seno de esta Comisión y del propio Consejo.

139. El Sr. Blondel advirtió que la clarificación sobre el monto de 480.000 dólares de los Estados Unidos no había sido completa y que, aunque se había dicho que era para gastos de personal, no se habían dado cifras exactas. Sin embargo, ellos estaban de acuerdo en ir adelante con la propuesta de suministrar fondos por medio de ahorros, tal como proponía el Sr. Marshall en nombre del Grupo de los Empleadores.

140. El representante del Gobierno de Guinea dio las gracias a la Oficina por la calidad de las propuestas relativas al programa IPEC, así como por la organización en febrero de 1998 en Kampala de la Reunión tripartita sobre el trabajo infantil. En nombre de los países africanos, subrayó la importancia de las propuestas de la Oficina, y se mostró de acuerdo con los oradores anteriores que habían manifestado su apoyo a la propuesta del Director General para aumentar los recursos del programa IPEC.

141. El representante del Gobierno de los Estados Unidos dijo que financiar los 480.000 dólares de los Estados Unidos para el IPEC con ahorros a lo largo del bienio podría crear dificultades, y que su acuerdo con la propuesta del Sr. Marshall partía de la hipótesis de que se produciría una inmediata transferencia de fondos. Además, la financiación actual con cargo al presupuesto ordinario para el IPEC parecía ser insuficiente, y ello hacía que la situación fuese aún peor. El párrafo 5 del documento de la Oficina se refería a un aumento de las asignaciones con destino a este programa, que pasaban de 0,9 millones de dólares en 1996-1997 a 2,3 millones de dólares en 1998-1999. ¿Estaba segura la Oficina de que la cifra de 480.000 dólares era la única cantidad adicional que se necesitaba?

142. El Sr. Marshall comprendía las preocupaciones manifestadas por el representante del Gobierno de los Estados Unidos en relación con posibles retrasos en la financiación del IPEC. Sin embargo, recordaba que los 480.000 dólares eran para todo el bienio y que el monto total no se necesitaba de inmediato, de modo que la propuesta de recurrir a los ahorros no debería crear ningún problema.

143. Un representante del Director General (el Director del Departamento de Programación y Gestión) respondió que, en la medida en que se utilicen ahorros, la Comisión y el Consejo de Administración serán plenamente informados de su procedencia.

144. Asimismo, advirtió que parecía haber un malentendido en la lectura del párrafo 5. Cuando se hace referencia a la labor de la Oficina en materia de erradicación del trabajo infantil, no se trata solamente de las labores propias del IPEC. El IPEC es parte de esta acción. Para responder a la pregunta del representante del Gobierno de los Estados Unidos, precisó que cuando los gastos de ejecución aumentan respecto a lo que se había estimado al principio, los recursos de gestión del IPEC aumentan también en la misma proporción. Por lo tanto, la respuesta es afirmativa. Este aumento ha ascendido a 700.000 dólares. Los 480.000 dólares necesarios constituyen una adición neta al presupuesto ordinario, como complemento de los recursos generados por la puesta en ejecución del propio programa.

145. El representante del Gobierno de los Estados Unidos pidió a la Oficina que diese seguridades a la Comisión en relación con sus esperanzas de que se podrían obtener fondos suficientes para el IPEC por medio de ahorros, y que las necesidades inmediatas y a plazo medio podrían quedar completamente cubiertas.

146. El Tesorero respondió que, si el Consejo de Administración aprobaba esta financiación adicional al presupuesto del IPEC en el bienentendido de que se hiciesen ahorros en otros capítulos del presupuesto ordinario, el procedimiento consistiría en asignar de inmediato una cantidad adicional al IPEC. A medida que estos ahorros se fuesen determinando, se irían acumulando hasta que completasen la cantidad total transferida. De esta manera, el programa IPEC no sufriría demora alguna.

147. La Comisión de Programa, Presupuesto y Administración recomienda al Consejo de Administración que el monto adicional de 480.000 dólares de los Estados Unidos para reforzar el apoyo de la sede a las actividades prácticas del IPEC se financie por medio de ahorros en la Parte I del Programa y Presupuesto para 1998-1999.

Cómo tratar el problema del año 2000 en la OIT

148. La Comisión tuvo ante sí un documento(13)  en el que se describían las repercusiones del problema del año 2000 en las actividades de la OIT.

149. El Sr. Marshall repitió la preocupación expresada por los empleadores en una reunión anterior por el hecho de que no existía una partida presupuestaria para este conocido problema. No obstante se trataba de una cuestión esencial que era necesario abordar. La propuesta consistía en la creación de una cuenta extrapresupuestaria y en la asignación de fondos con cargo a los ingresos atrasados que se recibieran durante el bienio 1998-1999 y siguientes para financiar el costo del proyecto. La Oficina debería clarificar esta propuesta ya que era distinta de las que se adoptaron anteriormente.

150. El Sr. Blondel señaló que se afirmaba en el párrafo 2 del documento que la solución ideal consistiría en sustituir los sistemas informáticos financieros y se preguntó cuál sería el costo de esta solución. Se preguntó también si los 5,6 millones de dólares serían suficientes para la solución que proponía la Oficina, o si cabía esperar nuevas solicitudes de asignación de recursos. Convendría disponer de más información respecto de la comparación entre el importe solicitado y el que se necesitaría de optarse por la solución a la que se refiere el párrafo 2 del documento de la Oficina, y también obtener algunas aclaraciones acerca del método de financiación propuesto en el párrafo 7, b). No obstante, tal y como afirmaban los empleadores, era necesario abordar el problema, y estaban dispuestos a aceptar el punto que requería decisión.

151. El Tesorero, al referirse al porqué no se había incluido una cantidad en el programa y presupuesto, recordó que el presupuesto para 1998-1999 incluía una declaración acerca de este problema y explicaba que resultaba difícil facilitar una información precisa acerca de los recursos financieros necesarios hasta que se completara un examen detallado. La OIT, junto con otras muchas organizaciones, sufría cierto retraso en lo que atañe a este problema debido a que los principales suministradores de programas y equipos a los que se habían dirigido no fueron capaces de prestar ayuda. Sólo recientemente han surgido algunos suministradores con posibles soluciones y paquetes informáticos en un esfuerzo por abordar la cuestión. De hecho, incluso en 1997, las computadoras personales adquiridas por la Oficina no eran compatibles con la cuestión del problema del año 2000 porque no existían computadoras de este tipo. Los propios programas de la OIT, tales como PERSIS e ILOLEX, tenían resuelta la cuestión del problema del año 2000, pero sólo a partir de 1995 se dispuso de programas informáticos fiables para redes y computadoras personales que tuvieran resuelta la cuestión del problema del año 2000. En respuesta a la pregunta del Sr. Blondel relativa a la sustitución de los sistemas informáticos financieros, la Oficina había examinado durante los últimos años esta cuestión, y los textos de los presupuestos para 1996-1997 y 1998-1999 habían alertado ampliamente acerca de los anticuados sistemas informáticos financieros de la OIT, que se remontaban a 1970. Para la Oficina era importante disponer de un sistema financiero computadorizado enteramente nuevo, pero ello costaría unos 15 millones de dólares y requeriría cinco o seis años para su instalación. Proyectos de estas características resultaban muy ambiciosos. En lo que respecta a la cantidad de 5,6 millones de dólares, cerca de 3,8 millones se utilizarían para resolver el problema de los sistemas informáticos financieros, y el resto se dedicaría a otros problemas de la Oficina en relación con el paso al año 2000. La solución financiera propuesta resultaba inusual, pero tenía su origen en una situación financiera anómala durante el presente bienio. Como se explicaba en el documento, la Oficina ya había recibido una parte importante de las contribuciones atrasadas, y ello significaba que se terminaría probablemente el presente bienio con superávit. La solución propuesta evitaría la posibilidad de nuevos prorrateos entre los Estados Miembros. Si, por otra parte, la Comisión deseaba adoptar una decisión que autorizara al Director General a hacer uso de los ahorros en la Parte I del Presupuesto, después de la Parte II y, a continuación, del Fondo de Operaciones, la Comisión debería tener presente que, en virtud del Reglamento Financiero, el Fondo de Operaciones se reembolsaría a partir de un prorrateo adicional entre los Estados Miembros. Con arreglo a la propuesta de financiación recogida en el documento de la Oficina, los Miembros podrían confiar en que no cabría la posibilidad de prorrateos adicionales con este fin. Los 5,6 millones se deducirían directamente del superávit, y la cantidad devuelta a los Miembros se vería reducida en consecuencia. La cifra de 5,6 millones de dólares era la más precisa que podían facilitar los consultores, pero dependería en gran parte de las ofertas recibidas en el proceso de licitación. Era cada vez más difícil encontrar buenos programadores, por lo que no podía excluirse una revisión de la cifra.

152. La representante del Gobierno del Canadá también expresó su preocupación por el método de financiación y el precedente que podría crearse. Sin embargo, era necesario encontrar fondos para resolver el problema y se preguntó si podía encontrarse una solución similar a las que se propusieron anteriormente, donde la propuesta se financiaba en primer lugar con cargo a los ahorros realizados, quedando la actual propuesta de la Oficina como plan de repuesto.

153. El Tesorero indicó que existían otras dos posibilidades. La primera consistía en modificar el párrafo que requería decisión indicando que los costos incurridos para solucionar el problema del paso al año 2000 se financiarían en primera instancia a partir de ahorros en la Parte I del Presupuesto y, en la medida en que esto no fuera posible, que se cargara el costo a la cuenta extrapresupuestaria. La segunda alternativa consistía una vez más en recomendar que se financiara en primer lugar a partir de ahorros en la Parte I del Presupuesto, pero que el Director General volvería a presentar, de ser necesario, la propuesta recogida en el documento de la Oficina en una fecha posterior. No obstante, la Comisión debería tener presente que la propuesta recogida en el documento de la Oficina requería la aprobación de la Conferencia, pues el Consejo de Administración no podía aprobarla por sí solo.

154. El representante del Gobierno de los Estados Unidos se mostró preocupado por el hecho de que la OIT no hubiera completado aún su análisis de impacto a fin de determinar qué parte de su inventario tenía que adaptarse a la cuestión del problema del año 2000. No cabe duda de que la adaptación de computadoras, sistemas operativos, aplicaciones, fechas e interfaces y la realización de una verificación independiente resultaban onerosas, y era posible que los 5,6 millones de dólares no reflejaran plenamente la totalidad del gasto para resolver la cuestión del problema del año 2000. No podía dar su apoyo al punto que requería decisión tal y como estaba redactado, pero consideraba aceptable el enfoque propuesto por la representante del Canadá. Estaría dispuesto a admitir otras sugerencias siempre y cuando éstas se formularan en el marco de los niveles de recursos actualmente aprobados.

155. El representante del Gobierno de Alemania también entendía que el problema había de resolverse, pero cabía lamentar el hecho de haber recibido esta propuesta con tanto retraso, y no podía respaldarla tal y como se había presentado. No debería disponerse de las contribuciones atrasadas con este propósito, y se sumó a las opiniones expresadas por los representantes de los Gobiernos del Canadá y de los Estados Unidos para que la financiación se obtuviera a partir de ahorros en el presupuesto. No debería considerarse la posibilidad de obtener una suspensión de las disposiciones del Reglamento Financiero.

156. El Tesorero aseguró a la Comisión que la Oficina haría todo lo posible para financiar esta actividad a partir de ahorros en el Programa y Presupuesto para 1998-1999, tal y como propuso la representante del Canadá y apoyaron los representantes de los Estados Unidos y de Alemania, pero insistió en que no podía garantizar que pudiera obtenerse de este modo una cantidad tan importante.

157. El Sr. Marshall afirmó que se entendía que, en caso de que la Oficina no pudiera financiar la propuesta en su totalidad a partir de ahorros, ésta debería volver a plantear la cuestión al Consejo de Administración en su reunión de marzo de 1999 para solicitar la aprobación de cualquier cantidad adicional que se necesitara.

158. El Tesorero confirmó que la mayor parte del trabajo se llevaría a cabo en 1998 y que, tal y como se había decidido para el IPEC, la actividad se llevaría a cabo sin tomar en consideración los ahorros que podrían identificarse de manera inmediata, quedando entendido que el Director General podría verse obligado a regresar a la Comisión en 1999 con nuevas propuestas.

159. La Comisión recomienda al Consejo de Administración que el costo que suponga garantizar que los sistemas computadorizados de la OIT funcionarán adecuadamente en el año 2000, que se calcula en 5,6 millones de dólares, se financie en primer lugar a partir de ahorros en la Parte I del Programa y Presupuesto para 1998-1999, quedando entendido que, caso de que ello resultara posteriormente imposible, el Director General propondría métodos de financiación alternativos más adelante durante el bienio.

Cooperación entre la OIT y la Comisión Europea (CE)

160. La Comisión tuvo ante sí un documento(14)  en el que se describían los esfuerzos de la Oficina para concluir proyectos de acuerdo con la Comisión Europea.

161. El Sr. Marshall destacó que los empleadores consideraban que la Comisión Europea era un valioso interlocutor en relación con las actividades de cooperación técnica de la OIT. Parecía deducirse del documento que existían ciertos desequilibrios respecto de algunos de los acuerdos recíprocos acerca de cuestiones financieras. Sin embargo, era necesario ser pragmáticos, y los empleadores reconocían la necesidad que tenía la Oficina de plantear de este modo la cuestión al Consejo de Administración. Alentaban a la Oficina de manera activa para que continuara las negociaciones con la Comisión Europea a fin de tratar de lograr un acuerdo mutuamente aceptable pero, mientras tanto, apoyaban la recomendación recogida en el párrafo 14 del documento. En lo que atañe al apartado c) de la decisión propuesta en materia de futuros acuerdos presupuestarios, se preguntaron si esto debía limitarse a la Comisión Europea. Podría resultar más conveniente contar con una disposición para los costos adicionales persistentes en lugar de restringir una disposición presupuestaria a un solo donante.

162. El Sr. Blondel se lamentó de que la Comisión Europea hubiera tardado tanto en responder a las comunicaciones de la OIT. Otras organizaciones habían tenido experiencias similares, pero incluso después de haberse logrado acuerdos parecían existir grandes retrasos en los pagos y diferencias en relación con las tasas de interés y los tipos de cambio. Los trabajadores apoyaban la propuesta de que el Director General siguiera trabajando en estrecha cooperación con la Comisión Europea para desarrollar una asociación positiva con ella, y también daban su apoyo a los demás párrafos del punto que requería decisión, incluido el proyecto de resolución que había de someterse a la Conferencia. Los trabajadores esperaban con impaciencia el documento que se presentaría en marzo del año 2000 en relación con las actividades de cooperación técnica financiadas a partir de fuentes voluntarias.

163. El representante del Gobierno de los Estados Unidos afirmó que resultaba muy difícil discutir esta cuestión en profundidad ya que el documento se había publicado con bastante retraso. La financiación a partir de fuentes voluntarias, incluida la CE, era de la mayor importancia para la OIT, pero había una serie de cuestiones en el documento presentado a la Comisión que era necesario abordar. La Comisión Europea insistía en auditorías periódicas pero no preveía estos costos en los presupuestos de los proyectos, y en lo que atañe a los movimientos de los tipos de cambio, la UE deseaba conservar para sí las ganancias y traspasar las pérdidas a la OIT. También solicitaba otros documentos de apoyo tales como visados de entrada y tarjetas de embarque, pero no había introducido ninguna asignación en el presupuesto del proyecto en previsión de las mismas. Ni siquiera había contestado a la carta del Director General de abril de 1996. Se solicitaba ahora a la Comisión que recomendara una suspensión de la aplicación del Reglamento Financiero con el fin de facilitar unos acuerdos claramente desventajosos para la OIT. De hecho, el punto que requería decisión hacía necesario el recurso al Fondo de Operaciones con propósitos para los que no estaba previsto. Aunque el documento sometido a la Comisión solamente solicitaba una excepción para los proyectos financiados por la UE, podría ampliarse con facilidad para incluir cualquier fuente voluntaria de financiación. No se dudaba de la importancia y el valor de la cooperación de la OIT con la Comisión Europea; la cuestión se refería a una excepción al Reglamento Financiero y a la utilización del Fondo de Operaciones para los propósitos descritos en el documento.

164. Habida cuenta del muy escaso tiempo disponible para examinar esta cuestión, sugirió que o bien se remitiera la propuesta a la Conferencia sin formular una recomendación con el fin de no prejuzgar su decisión, o que se trasladara a la próxima reunión del Consejo de Administración con el fin de disponer del tiempo suficiente para su debida consideración.

165. La representante del Gobierno del Canadá observó que era necesario abordar otras cuestiones más profundas que subyacían, ya que no se trataba simplemente de una cuestión de resolver los problemas con la Comisión Europea. El punto que requiere decisión sugería apartarse de la tendencia general a simplificar y racionalizar los procedimientos administrativos para los proyectos de cooperación técnica. Había que reconocer que no era fácil dar satisfacción a las diversas solicitudes de muchos donantes, pero esto parecía más bien una propuesta destinada a resolver los problemas administrativos de un donante en concreto.

166. Como se sugiere en el párrafo 13 del documento, sería preferible abordar esta materia en forma más sistemática y con una perspectiva a largo plazo, y buscar los medios para establecer modalidades administrativas más prácticas y flexibles. Por estos motivos, era partidaria de la propuesta de volver a tratar esta cuestión en el futuro y, por ende, no podía apoyar la propuesta que figuraba en el apartado b) del párrafo 14 del documento.

167. El representante gubernamental de Chile pidió que, en caso de aprobarse la resolución, se verificase la traducción española del apartado b) del párrafo 14 del documento.

168. El representante gubernamental de la Federación de Rusia dijo que, considerando el poco tiempo de que se disponía para examinar el documento, no cabía analizarlo en detalle por ahora, y estuvo de acuerdo en aplazar la discusión del tema.

169. El Sr. Blondel, en nombre de los miembros trabajadores, declaró que habían recibido el documento sólo esa mañana y lamentó que la Comisión entablara un debate sobre la forma más que sobre el fondo. La cooperación con otras organizaciones no era una cuestión reciente, sino que se debatía desde hacía varios años; lo esencial en el problema que ocupaba a la Comisión en este caso particular era que la Comisión Europea liberaba sus fondos con extremada lentitud.

170. Los trabajadores preguntaron qué utilidades aportaría a la Organización una inversión de 180.000 dólares, y qué monto cabía esperar que la Unión Europea aportase para financiar actividades que la OIT no pudiese normalmente financiar por sí misma. Existía el riesgo de que los Miembros no europeos del Consejo de Administración fuesen con el tiempo objeto de críticas si no desplegaban mayores esfuerzos para desarrollar alguna forma de asociación con la Unión Europea. En ello residía lo fundamental del problema, de manera que si no era posible darle curso de inmediato, lo mejor sería remitir la cuestión en su totalidad a la Conferencia.

171. El Tesorero dijo que en la actualidad la OIT se encargaba de la ejecución de siete proyectos financiados por la CE, por un monto total de 5,7 millones de dólares. El total de 180.000 dólares a que se refería el documento de la Oficina representaba la estimación más precisa posible de lo que serían los costos administrativos adicionales, incluidos los intereses sobre montos adeudados por la CE.

172. El tema de la cooperación con la CE había sido examinado muchas veces en reuniones anteriores. Durante las deliberaciones sobre el programa y presupuesto, se había criticado a la Oficina por no fortalecer sus relaciones con la CE y otras organizaciones, y también por ser excesivamente inflexible en la aplicación de sus normas y procedimientos. Ahora bien, no incumbía al Director General tomar decisiones sobre estas materias. El cauce de acción propuesto en el documento de la Oficina permitiría atender las solicitudes que se le habían formulado, pero para ello se necesitaba la aprobación del Consejo de Administración y, luego, de la Conferencia.

173. El representante gubernamental de los Estados Unidos propuso que la discusión del tema se aplazara hasta la Conferencia, sin que el Consejo de Administración formulase recomendaciones al respecto.

174. La representante gubernamental del Canadá estuvo de acuerdo con las observaciones hechas por el representante gubernamental de los Estados Unidos y por el Sr. Blondel. Sin embargo, consideraba que había que examinar más pormenorizadamente todo el tema de las relaciones con los donantes externos, sobre todo teniendo en cuenta que la Oficina había explicado que el 13 por ciento imputado por costos de apoyo no representaba la suma total de los costos incurridos efectivamente.

175. El representante gubernamental de Panamá estuvo de acuerdo con el orador anterior en el sentido de que había que aplazar la discusión de esta propuesta hasta que la Oficina presentase un documento más completo.

176. El representante gubernamental de los Estados Unidos estuvo de acuerdo en que había que celebrar conversaciones más detalladas que abarcasen no sólo las relaciones con la Unión Europea sino también las relaciones con todos los donantes exteriores.

177. El Presidente declaró que al parecer había consenso en favor de la propuesta presentada inicialmente por el Sr. Blondel y enmendada posteriormente por la representante gubernamental del Canadá, en el sentido de aplazar la prosecución del debate hasta la Conferencia de junio de 1998, y que los empleadores y los trabajadores deberían tener la posibilidad de dar a conocer sus puntos de vista a la Conferencia.

178. La Comisión decidió aplazar la prosecución del debate sobre esta cuestión hasta la 86.ª reunión (junio de 1998) de la Conferencia y pidió a la Oficina que prepare un documento en el que figuren las informaciones solicitadas en el curso de la presente discusión. También se pidió a la Oficina velar por que se dé a los empleadores y los trabajadores la oportunidad de presentar sus puntos de vista sobre esta materia a la Comisión de Representantes Gubernamentales de la Conferencia sobre esta cuestión.

Ginebra, 24 de marzo de 1998.

(Firmado) U. Kalbitzer,
Ponente.

Puntos que requieren decisión:


Anexo

Enmiendas al anexo del Reglamento Financiero
de la Organización Internacional del Trabajo

(El texto nuevo aparece en negrita; el texto que se ha de suprimir aparece entre corchetes)

Atribuciones adicionales relativas a la comprobación externa de las cuentas

...

[5. El Auditor Externo emitirá y firmará un dictamen redactado en los siguientes términos:

«He examinado los estados financieros numerados de ... a ..., así como los cuadros correspondientes de la Organización para el ejercicio económico que termina el 31 de diciembre de ... Mi examen ha comprendido una revisión general de los métodos de contabilidad y una verificación de los comprobantes de cuentas y otros documentos acreditativos que he considerado necesario inspeccionar en atención a las circunstancias». En el dictamen del Auditor Externo se precisará cuando proceda:

a) si los estados de cuentas reflejan exactamente la situación financiera al final del período considerado y los resultados de las operaciones efectuadas durante el período que se cierra;

b) si los estados de cuentas han sido preparados de conformidad con los principios de contabilidad enunciados;

c) si los principios de contabilidad se han aplicado sobre una base que corresponda a la del ejercicio económico precedente;

d) si las operaciones se han efectuado de conformidad con el Reglamento Financiero y las instrucciones de los órganos competentes.]

5. El Auditor Externo emitirá y firmará un dictamen sobre los estados financieros de la Organización. El dictamen incluirá los elementos fundamentales siguientes:

a) la determinación de los estados financieros comprobados;

b) una referencia a la responsabilidad de la dirección de la entidad y a la responsabilidad del auditor;

c) una referencia a las normas seguidas en materia de comprobación de cuentas;

d) una descripción de la labor realizada;

e) un dictamen sobre los estados financieros que establezca:

f) un dictamen que establezca si las operaciones se han efectuado de conformidad con el Reglamento Financiero y las instrucciones de los órganos competentes;

g) la fecha del dictamen;

h) el nombre y el cargo del Auditor Externo, e

i) de ser necesario, una referencia al informe del Auditor Externo sobre los estados financieros.


1.  Documento GB.271/PFA/1.

2.  Documento GB.271/PFA/2.

3.  Documento GB.271/PFA/3.

4.  Documento GB.271/PFA/4.

5.  Documento GB.271/PFA/5.

6.  Documento GB.271/PFA/6.

7.  Documento GB.271/PFA/7/1.

8.  Documento GB.271/PFA/7/2.

9.  Documento GB.271/PFA/7/4.

10.  Documento GB.271/PFA/7/5.

11.  Documento GB.271/PFA/7/3.

12.  Documento GB.271/PFA/7/6.

13.  Documento GB.271/PFA/7/7.

14.  Documento GB.271/PFA/7/8.


Puesto al día por VC. Aprobada por NdW. Ultima actualización: 26 de febrero de 2000.