La OIT es una agencia especializada de lasNaciones Unidas
ILO-es-strap

GB.271/TC/3
271.a reunión
Ginebra, marzo de 1998


Comisión de Cooperación Técnica

TC


TERCER PUNTO DEL ORDEN DEL DIA

Valoración de las repercusiones/documento de evaluación
en relación con la cooperación técnica de la OIT:
proyectos y programas relativos al desarrollo
de las microempresas y, en particular, de las cooperativas

Indice

  1. Introducción
  2. Estrategias para incrementar el potencial de crecimiento de las pequeñas empresas y las microempresas
    1. Programas de fomento de grupos de autosuficiencia
    2. Marco institucional para el apoyo a grupos especiales
    3. Establecimiento de redes y alianzas
  1. Resultados concretos y enseñanzas acumuladas
    1. Acceso al crédito y a otros medios de financiación
    2. La formación profesional adaptada a contextos específicos
    3. La atención debida a las necesidades de las empresarias
    4. Un entorno normativo favorable
  1. Observaciones finales

Anexos

  1. Lista de proyectos examinados
  2. Documentos consultados


I.  Introducción

1. La Mesa de la Comisión eligió el tema abordado en este documento, que sintetiza la labor de la OIT en la cooperación técnica y evalúa algunas de las orientaciones políticas que han guiado las actividades de fomento de las pequeñas empresas y las microempresas.

2. En razón de la complejidad de las cuestiones que el tema abarca y de la abundancia de información sobre el mismo, en el presente documento sólo se ha podido examinar una parte reducida pero no menos importante de las experiencias adquiridas por la OIT en el campo de la promoción de la microempresa en el sector no estructurado. El análisis se centra en las estrategias aplicadas en el marco de los programas de constitución de grupos de autosuficiencia, en el refuerzo de las estructuras institucionales de prestación de servicios de apoyo a grupos especiales, y en el establecimiento de alianzas que favorecen el diálogo y la negociación entre las autoridades y dirigentes encargados de la formulación de políticas y las organizaciones de microempresarios. Cabe esperar que las enseñanzas que ha dejado la evaluación de los proyectos en que se han aplicado estas estrategias servirán para orientar las actividades futuras relativas a dichas esferas.

3. Todos los proyectos de cooperación técnica examinados en este documento se ocupan del desarrollo de las pequeñas empresas y las microempresas, centrado en la creación de mecanismos de autosuficiencia y en el aumento del potencial de crecimiento de las actividades del sector no estructurado. En el anexo I se adjunta una lista de dichos proyectos. Estos se seleccionaron a partir de un estudio de los correspondientes informes de evaluación, y fueron repertoriados en la base de datos de la Unidad de Evaluaciones. De la lista preliminar, se conservó una muestra de 21 proyectos, entre los que figuran diez nacionales y tres regionales en Africa, dos nacionales y uno regional en Asia, tres nacionales y uno regional en América Central y América del Sur, y un proyecto interregional. Entre los grupos beneficiarios figuraban microempresas, pequeños productores, artesanos y el personal mismo de los programas y las instituciones de apoyo nacionales. La lista completa de los informes examinados figura en el anexo II.

II.  Estrategias para incrementar el potencial de crecimiento
de las pequeñas empresas y las microempresas

4. La pauta fundamental que guía la labor de la OIT en este campo consiste en liberar el pleno potencial que tienen las pequeñas empresas para generar ingresos y crear empleo. Los escollos más frecuentes señalados a este respecto son la falta de capital, de capacidad empresarial y de tecnología, la desigualdad en el acceso a los mercados de factores y de productos, y la existencia de marcos normativos restrictivos. Las estrategias de apoyo a grupos beneficiarios específicos se han centrado en los ámbitos del crédito, la tecnología, la formación profesional y la mercadotecnia, con el objeto de incrementar la capacidad de producción de los microempresarios, los pequeños productores y los artesanos. Otro enfoque ha consistido en favorecer el establecimiento y la consolidación de alianzas y redes tanto nacionales como regionales de organizaciones de pequeños productores y microempresarios, y de la puesta en práctica a nivel regional de los programas nacionales.

1.  Programas de fomento de grupos de autosuficiencia

5. Desde inicios del decenio de 1980 se ha venido desarrollando, sobre todo en proyectos de Africa occidental (Rwanda, Malí, Togo, Benin y Burkina Faso)(1) , una serie de actividades orientadas a atender las necesidades de los pequeños productores en lo que atañe a servicios de financiación y de producción. Mediante tales actividades se busca constituir agrupaciones de autosuficiencia mediante la aplicación de un método asociativo cuyos elementos esenciales son los siguientes:

  1. la movilización progresiva de los recursos financieros técnicos y humanos de los propios participantes, como una forma de alentar su autonomía;
  2. la aplicación de medidas destinadas a estimular la voluntad de los participantes de mejorar su condición y afirmar su identidad social;
  3. la constitución y el fortalecimiento de organizaciones de pequeños productores, artesanos y microempresarios, y
  4. la obtención del reconocimiento y la representatividad institucional de los participantes, que les permita negociar, ejercer sus derechos y movilizarse para levantar los obstáculos existentes en el entorno económico e institucional poco favorable en que actúan(2) .

Las asociaciones independientes y las federaciones de pequeños productores y microempresarios que se constituyeron al amparo de los proyectos se aprestan hoy a convertirse en nuevos interlocutores sociales.

6. Los servicios financieros se organizan fundamentalmente mediante la constitución de asociaciones mutualistas de ahorro y préstamo y de fondos colectivos de garantía. En varios proyectos realizados en Africa occidental, los servicios de ahorro y crédito administrados colectivamente han resultado ser la alternativa más viable cuando se ha producido el colapso de los servicios bancarios institucionales o cuando éstos se han sometido a reestructuraciones radicales, así como en aquellos casos en que las instituciones financieras se han mostrado reticentes a prestar sus servicios a clientes de bajos ingresos. Por otra parte, la existencia de una arraigada tradición de asociaciones de ahorro y crédito rotatorio ha servido de base natural para la organización de las asociaciones mutualistas de ahorro y crédito.

7. Para compensar la baja productividad y la escasa aplicación de tecnología en la producción, se ha recurrido principalmente al establecimiento de talleres colectivos («boutiques d'appui») en los que se fabrican máquinas, herramientas y pequeños equipos portátiles que se ponen a disposición de los productores contra pago de un derecho. Los talleres ofrecen también servicios de apoyo, como asistencia para el diseño de nuevos productos y la concepción de prototipos, documentación sobre innovaciones técnicas y materiales autodidácticos, espacio para el almacenamiento de materias primas y suministros (que las asociaciones adquieren a precios algo inferiores a los practicados en el mercado de por mayor), así como locales para la exhibición y la venta de productos. Los talleres también actúan como intermediarios en la búsqueda de contratos (a los que no pueden acceder los productores por separado), facilitan locales para la celebración de reuniones y de cursos de capacitación, y difunden información sobre leyes y reglamentos pertinentes. La compra de equipo se lleva a cabo con asesoramiento externo, y los grupos beneficiarios se encargan de la construcción de las instalaciones. Dichos beneficiarios, que suelen estar organizados en asociaciones de ahorro y préstamo, administran las instalaciones comunes de los talleres por intermedio de un órgano electo que funciona en cooperación con el equipo encargado del proyecto durante un período de transición.

8. El éxito de las asociaciones mutualistas de ahorro y préstamo establecidas por los proyectos en Malí, Togo, Rwanda y Benin obedece a una confluencia de factores como la calidad de los servicios, el rendimiento de los ahorros de sus miembros y el control de costos. En casi todos los casos, los miembros estaban en un comienzo preocupados por la seguridad de sus ahorros y se mostraban reacios a conceder préstamos, no obstante la perspectiva de incrementar sus ingresos. Asimismo, la arraigada tradición africana de fondos comunes rotatorios no bastaba para asentar la solidaridad y confianza necesarias. De hecho, los factores más importantes del éxito de la experiencia fueron la confianza y la lealtad de los miembros de la organización, la supervisión de los prestatarios por los miembros de la organización y las medidas destinadas a prevenir los pagos erróneos o la malversación de fondos -- la creación de fondos de garantía para minimizar los riesgos de incumplimiento de pagos, los créditos condicionados a la antigüedad de los miembros, y la contribución personal al fondo de ahorros y a las garantías. El tiempo y la experiencia son también factores necesarios para sustentar la solidaridad y la confianza, así como una vigilancia activa y una actitud favorable con respecto al crédito. Fue necesario, pues, que los proyectos destinaran recursos financieros considerables a reforzar las competencias de organización y administración.

9. En una perspectiva a largo plazo, hay que establecer relaciones con el sistema financiero oficial (allí donde éste funciona adecuadamente), al objeto de consolidar y reforzar el lugar institucional ganado por las asociaciones mutualistas. Como lo demostró el proyecto realizado en Burkina Faso, los ahorros de los miembros pueden utilizarse como garantías para la obtención de crédito (en vez de destinarse a constituir los préstamos mismos), lo que permite obtener acceso a los recursos del sistema financiero oficial. Sin embargo, los bancos están por lo general poco inclinados a prestar dinero a clientes de bajos ingresos, incluso cuando éstos se organizan para solicitar crédito. Con el fin de rectificar tal situación, los sistemas bancarios tienen que adaptar sus servicios a la demanda y a las circunstancias de los pequeños prestatarios de escasos recursos.

10. Los proyectos realizados en Rwanda, Malí y Togo demostraron la pertinencia y la eficacia de los programas de fomento de grupos de autosuficiencia. En primer lugar, mediante sus organizaciones, los pequeños productores y los artesanos han comenzado a desempeñar un papel activo en la colectividad y se han dado a conocer a las autoridades gubernamentales y a otras instituciones. Ello les permite en particular negociar su reconocimiento por las autoridades locales, como se hizo en Kigali, ciudad donde los pequeños productores obtuvieron tarjetas de trabajo que les dieron derechos en materia de residencia y otras prestaciones, como el acceso a préstamos bancarios, la posibilidad de obtener reducciones de los impuestos locales, así como el derecho a ocupar terrenos públicos. Las organizaciones de autosuficiencia han prestado diversos servicios a sus miembros, administrado talleres, estudiado la posibilidad de abrir nuevos mercados, organizado ferias comerciales, adjudicado trabajos de relativa importancia e impartido cursos de capacitación técnica y aprendizaje. En segundo lugar, se ha reducido el subempleo manifiesto, pues al ir abriéndose nuevos mercados y generándose nuevas actividades ha aumentado el volumen de trabajo. Ello ha exigido contratar a más aprendices y ha aumentado la seguridad del empleo para las personas que ya ocupan puestos de trabajo, al ir disminuyendo la precariedad de los medios de producción y de las fuentes de capitales de inversión. Asimismo, se ha registrado un incremento considerable de los ingresos de la mayoría de los artesanos, inclusive de aquellos que no han obtenido crédito.

11. En Benin, los proyectos han permitido mejorar los métodos de trabajo y, por ende, las condiciones laborales, incrementar los volúmenes de inversión, mejorar la calidad de los productos, aumentar la variedad de los mismos y diversificar la clientela. Sin embargo, la devaluación del franco CFA registrada durante los primeros años del decenio de 1990 fue extremadamente perjudicial: los ingresos de los talleres comunitarios se redujeron considerablemente al subir los precios de las materias primas y de otros insumos; el volumen de capital de las asociaciones mutualistas de ahorro y préstamo se contrajo radicalmente al disminuir los ingresos y el poder adquisitivo de sus miembros; además, los fondos rotatorios femeninos ya no dieron abasto para fortalecer la capacidad de inversión de las mujeres.

12. En el proyecto de Burkina Faso, la existencia de una base de apoyo común intensificó manifiestamente los intercambios de información entre los productores y favoreció el debate de cuestiones como los contratos de aprendizaje. Valiéndose de la información acopiada, el taller comunitario contribuyó a crear nuevas asociaciones que solicitaron y obtuvieron personalidad jurídica.

13. Un elemento decisivo en el análisis de impacto de un proyecto es la medida en que éste logre prestar asistencia al grupo beneficiario. Los proyectos de Rwanda, Malí, Togo, Benin y Burkina Faso tenían por objetivo mejorar la condición de los pequeños productores, que se cuentan entre los más desfavorecidos por lo que se refiere a su equipamiento, conocimientos técnicos y nivel de ingresos. En estos casos se definió como grupos beneficiarios a las personas con una ocupación independiente que trabajan sea solos o con miembros de su familia o aprendices, a las microempresas que emplean de uno a cuatro trabajadores tanto de manera ocasional como permanente, y a las pequeñas cooperativas. En realidad, se previó prestar asistencia a todas las personas participantes en una unidad de producción o una empresa -- el propietario, los asalariados, los aprendices o los trabajadores familiares no remunerados --, aun cuando tal objetivo no se manifestó explícitamente. También se procuró prestar asistencia a otras personas cuyas actividades tuviesen posibilidades de crecimiento.

14. Otro aspecto importante del análisis de impacto es la viabilidad de las organizaciones. El método de organización basado en la participación de los interesados que se ha aplicado en los proyectos contribuye a potenciar la sustentabilidad de las organizaciones, en la medida en que se imparte capacitación a los productores y a los artesanos con miras a que emprendan y gestionen por sí mismos actividades de desarrollo. El nivel de capacidad de autogestión de las organizaciones de productores es, pues, un factor importante que determina su sustentabilidad institucional. En los proyectos examinados, las organizaciones de pequeños productores demostraron una capacidad creciente para asegurar la continuidad de los programas de crédito y los talleres comunitarios, así como para negociar con entidades que podían dar respuesta a sus necesidades. Otro factor que influye en la sustentabilidad de las organizaciones de base es su condición jurídica e institucional. Por ejemplo, prácticamente todas las asociaciones organizadas por los proyectos realizados en el sector no estructurado de Rwanda, Malí, Togo, Benin y Burkina Faso han sido asociaciones de ahorro y préstamo. Por lo que se refiere al proyecto de Burkina Faso, se prestó asistencia a las asociaciones en sus gestiones de obtención de personalidad jurídica.

15. La probabilidad de que los resultados de un proyecto perduren más allá del momento en que se ponga fin al mismo depende también del interés que las autoridades o las instituciones nacionales manifiesten por mantener sus actividades. No obstante su vocación de autosuficiencia, estas organizaciones necesitan de alguna forma de apoyo exterior que les aporten instituciones gubernamentales o no gubernamentales. Además, las labores de fortalecimiento de la capacidad de autogestión de las asociaciones, de constitución de asociaciones análogas y de consolidación de los órganos coordinadores superiores encargados de administrar los fondos y los recursos comunes de las asociaciones exigen un respaldo duradero brindado por estructuras de difusión y promoción semejantes a las que han actuado durante el desarrollo de los proyectos piloto. La realización de programas de capacitación, de perfeccionamiento tecnológico y de mejoramiento de los productos, con el respaldo de los talleres comunitarios, supone un aporte continuo de insumos de parte de instituciones de capacitación y organismos tecnológicos externos, principalmente estatales.

2.  Marco institucional para el apoyo a grupos especiales

16. Otra de las pautas aplicadas en los proyectos que se examinan consiste en potenciar la eficacia de los programas nacionales destinados específicamente a las microempresas y a las unidades que operan en el sector no estructurado. A diferencia de las estrategias adoptadas por los proyectos realizados en Africa occidental, esta modalidad implica la adopción de medidas a nivel nacional y se orienta al establecimiento de un marco institucional para la prestación de servicios a grupos beneficiarios específicos. Los proyectos de la OIT que han apoyado al Programa de Apoyo al Sector Informal (PASI) en Honduras(3)  y al Programa Nacional de Apoyo a la Micro y Pequeña Empresa (PRONAMYPE) en Costa Rica(4)  son ejemplos de aplicación de tales estrategias. La asistencia técnica prestada a PASI y PRONAMYPE comprendió la formulación de políticas y estrategias generales para el desarrollo del sector beneficiario, así como el diseño del marco operacional de los programas, y en particular de las políticas y procedimientos para el suministro de crédito y de asistencia técnica, así como de sistemas para el control, la información y la evaluación de la gestión crediticia.

17. El PASI, que forma parte de un programa nacional de compensación social establecido en Honduras en 1990, tiene por objeto fomentar el empleo y la generación de ingresos en el sector no estructurado mediante el aumento de la producción y de la productividad. Por su parte, el programa PRONAMYPE, que forma parte de un plan nacional de desarrollo de Costa Rica para el período 1990-1994 (Desarrollo Sostenido con Justicia Social), tiene por objetivos, entre otros, mejorar las condiciones de vida de los trabajadores de las microempresas, crear y consolidar puestos de trabajo e integrar a las microempresas en la estructura jurídica nacional. PASI y PRONAMYPE presentan varias características comunes. En ambos programas los servicios de crédito y de asistencia técnica a las microempresas son los ejes fundamentales del apoyo a este sector. Sin embargo, en 1995 PASI amplió su ámbito de acción a fin de abarcar el desarrollo de la capacidad empresarial en su conjunto(5) . Un aspecto importante de la política crediticia practicada por PASI y PRONAMYPE es la adopción de tasas de interés aplicadas en el mercado, con el fin de cubrir los costos de funcionamiento del programa así como los derivados de la inflación. Esta política apunta a incrementar la sustentabilidad y la autonomía financiera de los programas.

18. Tanto PASI como PRONAMYPE ofrecen crédito y asistencia técnica recurriendo a intermediarios, como organizaciones privadas de desarrollo, ONG, cooperativas y asociaciones de beneficiarios. En Honduras, las relaciones entre las microempresas y el sistema bancario oficial son débiles, y los microempresarios carecen de la experiencia necesaria para gestionar créditos institucionales y preparar planes de inversión bien concebidos. Se llegó a la conclusión de que los organismos más aptos para superar tales obstáculos eran las ONG y otras entidades afines con experiencia en la puesta en práctica de programas de apoyo a las microempresas. Se cuenta con que estos intermediarios ayudarán a los beneficiarios de los créditos a optimizar sus inversiones y controlar el reembolso de su deuda. PASI y PRONAMYPE dan asistencia técnica(6)  a estas instituciones, con el fin de optimizar sus competencias al respecto.

19. Aun cuando estas estrategias no se han centrado en la promoción de organizaciones locales, como las constituidas en Africa occidental, su orientación parece estar cambiando, en la perspectiva de atender de manera más adecuada a las necesidades del sector no estructurado. En 1995, el programa PASI comenzó a tomar una serie de medidas para promover la organización de las personas cuyas actividades se desarrollan en el sector no estructurado(7) , entre las que figuran, en particular: 1) la puesta a disposición de los beneficiarios de una guía metodológica y de animadores especialistas en la creación de organizaciones; 2) la celebración de reuniones entre organizaciones del sector no estructurado con el fin de buscar posturas consensuales sobre problemas comunes y sus soluciones, y para estimularles a establecer redes y alianzas, y 3) la prestación de apoyo a las ONG especializadas que han organizado los denominados «bancos comunales»(8) . El PASI contribuyó a la creación del comité nacional de la microempresa en Honduras, CONAMH.

20. La eficacia de los programas nacionales para grupos beneficiarios específicos depende en gran medida de la manera en que se definen y se eligen dichos grupos beneficiarios. Los criterios aplicados por el PASI para la concesión de préstamos establecen una distinción entre microempresarios y pequeños empresarios, por una parte (éstos se caracterizan fundamentalmente por disponer de locales fijos y de personal contratado), y los segmentos «vulnerables» del sector, por la otra. En lo que atañe a este último grupo, PASI le ha asignado un porcentaje mínimo fijo del total de créditos que concede. En el caso de PRONAMYPE, este programa ha modificado sus normas crediticias a fin de dar prioridad a las microempresas de las zonas marginales, conforme a la definición establecida por el Ministerio de Planificación Nacional y Política Económica, y de mejorar el acceso al crédito para las microempresas y las mujeres de escasos ingresos.

21. Las medidas que favorecen a grupos beneficiarios específicos se han traducido en un aumento del número de préstamos concedidos a los segmentos más vulnerables. En lo que atañe a PRONAMYPE, los datos correspondientes a 1993 muestran que 91 por ciento de los préstamos se destinaron a microempresas, totalizando 71 por ciento de la cuantía global de los créditos otorgados. Alrededor de 64 por ciento de los préstamos asignados a las microempresas se destinaron a zonas rurales clasificadas como de escasos recursos. En el caso del programa PASI, los datos correspondientes a 1995 ponen de manifiesto que cerca de 64 por ciento de los préstamos fueron otorgados a trabajadores por cuenta propia.

22. Otro componente de los mecanismos de elección de grupos beneficiarios específicos consiste en aplicar criterios que tengan en cuenta los intereses de las mujeres. Los programas PASI y PRONAMYPE han seguido métodos diferentes con el fin de lograr que las mujeres del sector no estructurado puedan acceder al crédito en condiciones de igualdad. Desde un comienzo, PASI prestó una atención especial a las mujeres, y en particular a las jefes de familia, elaborando estrategias para estimular a las trabajadoras a aprovechar los servicios de crédito y de formación profesional. Para aumentar la participación femenina, PASI adoptó un sistema de cuotas: 30 por ciento de los préstamos fueron asignados a los bancos comunales, de cuyos miembros por lo menos el 80 por ciento son mujeres; además, 50 por ciento de los préstamos concedidos a microempresarios fueron asignados a mujeres. Los datos correspondientes a 1995 muestran que 78,7 por ciento del total de beneficiarios de PASI eran mujeres, y que 87 por ciento de dichas beneficiarias estaban afiliadas a bancos comunales.

23. Por lo que se refiere a PRONAMYPE, al ponerse en marcha el programa no se adoptaron medidas específicas en favor de las mujeres. En 1993 comenzaron los preparativos para crear un fondo de garantía para empresarias que no disponían de medios de garantía financiera. En esa época, 32 por ciento de los beneficiarios de créditos eran mujeres; a éstas se asignó sólo 25,6 por ciento de la cuantía total de los préstamos. En promedio, el importe de los préstamos otorgados a mujeres eran inferiores en 25 por ciento a los préstamos concedidos a varones. La participación de las mujeres en PRONAMYPE obedece fundamentalmente a los esfuerzos que entonces desplegó una ONG ocupada exclusivamente de las mujeres habitantes de zonas urbanas. La proporción de mujeres que participaban en ONG activas en las zonas rurales fue muy inferior.

24. En general, diversas evaluaciones de proyecto y estudios especiales han puesto de relieve que la situación de los beneficiarios de los programas PASI y PRONAMYPE ha mejorado en forma tangible por lo que se refiere a ingresos, productividad y empleo. Cerca de 80 por ciento de los beneficiarios del programa PASI declararon haber obtenido aumentos en sus utilidades e ingresos; los trabajadores por cuenta propia dieron cuenta de aumentos de 10 a 50 por ciento de sus ventas. También aumentó el número de horas trabajadas por semana, al tiempo que disminuyeron las interrupciones de la producción por falta de capital, lo que traduce una consolidación y una estabilización generales de los puestos de trabajo. Por otra parte, en 12 por ciento de los casos aumentaron las inversiones en capital fijo. Cerca de 13.000 empresarios, sobre todo trabajadores por cuenta propia, se afiliaron a organizaciones.

25. En cuanto a PRONAMYPE, un estudio efectuado entre 33 por ciento de las microempresas beneficiarias puso de manifiesto cambios económicos positivos. En particular, en las microempresas se registraron aumentos de hasta 80 por ciento en el número de clientes; de hasta 81 por ciento en los ingresos; del volumen de producción, que fluctuaron entre 83 y 100 por ciento, y de 13 por ciento de la cantidad de horas trabajadas, todo lo cual indica una mejor utilización de la capacidad de los talleres y de los recursos. Además, 44 por ciento de las microempresas han adquirido nuevos equipos. En cambio, muy pocos microempresarios (sólo 15 por ciento de los comprendidos en el estudio) introdujeron mejoras en sus locales de trabajo, la mayoría de los cuales son la propia residencia de los interesados. De haberse incrementado las inversiones en el mejoramiento de los locales de trabajo, también hubiesen mejorado las condiciones de vida. Los aumentos registrados en cuanto a ventas, acceso a los mercados e ingresos se tradujeron en una mayor capacidad de las familias para subvenir a sus necesidades de nutrición, salud, vestuario y vivienda.

26. Otro aspecto que también debe ser analizado a nivel de las instituciones interesadas es la eficacia de las estrategias de edificación de estructuras institucionales de apoyo a los programas nacionales destinados a grupos beneficiarios específicos. Por instituciones interesadas se entienden los organismos o entidades nacionales encargados de la gestión y la supervisión del programa nacional, así como las instituciones intermediarias que tratan directamente con los beneficiarios de los programas. Los datos de que se dispone dan a entender que las instituciones intermediarias del programa PASI lograron mejorar en alguna medida su capacidad y rendimiento técnicos, habida cuenta de que 80 por ciento de las mismas ampliaron su cobertura de grupos beneficiarios, y de que unos diez intermediarios obtuvieron financiación externa para la ejecución de otros proyectos. No obstante, los datos disponibles sobre cambios institucionales son por lo general insuficientes. En efecto, las evaluaciones de los programas PASI y PRONAMYPE apuntaron a determinar la calidad de los resultados específicos (por ejemplo, las normas, los manuales y el equipo) de la asistencia prestada por la OIT en cuanto a la gestión de programas, y no a analizar las transformaciones inducidas en el funcionamiento de las instituciones homólogas. La evaluación de proyectos se ha concentrado en analizar sus efectos en materia de empleo y de ingresos de los grupos beneficiarios. Si bien tales efectos pueden servir para medir indirectamente la eficacia de la asistencia prestada a las instituciones, el impacto a nivel del grupo beneficiario no puede atribuirse únicamente a un mejoramiento de la capacidad institucional, y no refleja todos los cambios producidos en el plano institucional.

27. Como la mayoría de los programas sociales compensatorios, PASI y PRONAMYPE fueron concebidos para servir de instrumentos de promoción de las políticas nacionales a largo plazo en favor de las microempresas y de otras unidades del sector no estructurado, políticas que debían permitirles lograr un acceso permanente al crédito oficial. Al respecto, dos factores iban a facilitar el proceso de reforma de las políticas: el establecimiento de alianzas entre los microempresarios y los pequeños empresarios en los ámbitos nacional y regional, lo que hubiera aumentado su capacidad para negociar con las autoridades, y la institucionalización de los programas, que se iniciaron como programas sociales provisorios.

3.  Establecimiento de redes y alianzas

28. Otro procedimiento aplicado a las actividades de la OIT se centra en el establecimiento y el desarrollo de redes o alianzas tanto entre los productores como entre los trabajadores del sector no estructurado, y entre las instituciones gubernamentales y no gubernamentales que se ocupan del sector no estructurado. Estas estrategias se han concebido atendiendo a tres condiciones: 1) la evolución y el crecimiento de las organizaciones locales, lo que conlleva una mayor necesidad de consolidación; 2) la multiplicidad de programas, instituciones y ONG activos en el sector, y la consiguiente mayor necesidad de coordinación, y 3) la acumulación de experiencia y la demanda cada vez mayor de asistencia técnica para la formulación de estrategias y metodologías. Son varios los proyectos de la OIT que han establecido redes nacionales y regionales entre organizaciones de los grupos beneficiarios, organismos estatales y ONG. Las funciones primordiales de tales redes suelen ser el intercambio y la difusión de información, la sistematización de la experiencia adquirida, la armonización de conceptos, estrategias y metodologías, y la coordinación de actividades.

29. Un ejemplo de esta modalidad de funcionamiento lo constituye PROMICRO(9) , programa subregional ejecutado en América Central. Uno de los componentes de PROMICRO es la formación de una red de comités nacionales y regionales formados por organizaciones de microempresarios, así como el establecimiento de un foro regional de programas nacionales. PROMICRO desempeñó un papel activo en la creación de los comités nacionales de microempresarios de Belice, Costa Rica, El Salvador, Honduras, Nicaragua y Panamá. El proyecto también intervino en forma decisiva en el establecimiento del Comité Coordinador de Empresarios de la Microempresa de la Región Central de América (COCEMI) en octubre de 1993; dicha organización representa a los seis comités nacionales de microempresarios de la región. PROMICRO ha servido también de foro para los programas y proyectos nacionales, concretamente organizando conferencias y coloquios. Otro ejemplo de promoción de redes es el proyecto subregional asiático de asistencia a las trabajadoras a domicilio, el que contribuyó a la formación de una organización nacional de trabajadoras a domicilio en Filipinas(10)  y al establecimiento de una red de trabajadores a domicilio en Chiang Mai, Tailandia(11) .

30. Se han desplegado muchas otras iniciativas de aliento a los intercambios entre países. En el marco de proyectos de la OIT en los sectores no estructurados de Rwanda, Malí y Togo, llevados a cabo en los años 1980, se organizaron seminarios y cursillos subregionales y regionales africanos destinados a favorecer el intercambio de experiencia y conocimientos adquiridos tanto en el marco de proyectos de la OIT como en otros ámbitos(12) . Un programa interregional concebido para dar apoyo a las organizaciones urbanas de autosuficiencia (el programa PUSH, inicialmente denominado Programa de apoyo al sector no estructurado urbano -- PROSUIS) también da respaldo a los foros regionales. Gracias a estos intercambios entre países, se está formando una red regional de asociaciones de productores de diez países de Africa occidental. Se ha definido como propósito de esta red el fortalecimiento de las organizaciones de productores y la optimización de la prestación de servicios comerciales y sociales a sus miembros.

31. La presencia tanto en foros nacionales como regionales de interlocutores representantes del sector no estructurado y de autoridades y dirigentes con poder decisorio favorece el diálogo y la negociación entre las partes. Por ejemplo, la Red Nacional de Trabajadores a Domicilio de Filipinas (PATAMABA) ha participado conjuntamente con el Gobierno filipino en un organismo consultivo sobre políticas que interesan o afectan a los trabajadores a domicilio (por ejemplo, en materia de seguridad social). Por su parte, la red de trabajadores a domicilio de Chiang Mai (HOMENET) pone a disposición de grupos de trabajadores a domicilio, en forma más sistemática, los servicios comerciales, técnicos y financieros que prestan instituciones oficiales. El COCEMI y los seis comités nacionales de microempresarios de América Central han contribuido a que los gobiernos y el sector privado institucional reconozcan a los microempresarios como interlocutores sociales.

32. Es de esperar que gracias a un intercambio más dinámico y fecundo de ideas y experiencias, favorecido por el establecimiento de redes y la cooperación entre países, se logre una mayor eficacia y sustentabilidad de las estrategias y políticas concebidas para el sector no estructurado. Por ejemplo, atendiendo a una solicitud del Fondo Social de Emergencia de Panamá, la OIT, actuando por intermedio de PROMICRO, llevó a cabo una serie de estudios y formuló una propuesta de programa nacional destinado a apoyar a las microempresas (Programa de promoción y desarrollo de la microempresa -- PRODEMI), labor que se sustentó en la experiencia acumulada por PASI. Diversos estudios han permitido descubrir nuevas oportunidades económicas para las microempresas en las esferas de la recolección y el reciclaje de desechos sólidos y la prestación de servicios públicos municipales. Se estudia el aprovechamiento de estas nuevas actividades sectoriales en el marco de posibles proyectos de perfeccionamiento empresarial en zonas de Africa y América Latina.

III.  Resultados concretos y enseñanzas acumuladas

33. El enorme potencial de creación de empleos productivos que tienen las pequeñas empresas y las microempresas explica la atención particular que se les está prestando. Todos los informes de evaluación examinados ponen de manifiesto la necesidad de intervenir en algunos sectores -- en particular, la artesanía --, de alentar la organización autónoma de los artesanos y, en general, de aumentar el apoyo a las empresas del sector no estructurado.

1.  Acceso al crédito y a otros medios de financiación

34. Del análisis de los distintos proyectos se desprende una misma constatación: las dificultades de acceso al crédito constituyen un obstáculo a veces infranqueable para los pequeños productores, lo que hace difícil, y a veces imposible, cualquier actividad económica. Por regla general, queda de manifiesto que los pequeños productores por sí solos no tienen la capacidad de encontrar instituciones financieras que se interesen por sus preocupaciones. En el marco del programa de apoyo a Burkina Faso, el proyecto se dio por cometido la creación de asociaciones de pequeños productores y el fortalecimiento de la capacidad de éstas para presentar proyectos bien fundamentados a las instituciones crediticias capaces de dar respuesta a sus expectativas, ocupándose en particular de:

35. La falta de garantías financieras es otro problema que se plantea a los artesanos que deben recurrir a fuentes externas para financiar su equipamiento. A fin de sortear estos escollos, el proyecto ha optado por una estrategia basada en el despliegue de esfuerzos preliminares por los pequeños productores, que constituyen por sus propios medios un fondo de garantía para facilitar su acceso al crédito.

36. Tales son los cauces que se han de utilizar en prioridad para ayudar a los pequeños productores a resolver los problemas relativos a la financiación. Ahora bien, no obstante las iniciativas que apuntan a mejorar el acceso al crédito, subsisten algunas dificultades: la cuantía de los créditos concedidos sigue siendo modesta, los procedimientos de obtención, prolongados, los plazos de reembolso, excesivamente reducidos y los costos de examen de los expedientes, exorbitantes. Estos obstáculos pueden retrasar e incluso detener el desarrollo de las pequeñas empresas y las microempresas.

37. Es imprescindible, pues, que el acceso al crédito sea más expedito, sobre todo cuando se recurre a instituciones financieras consolidadas, que tienen la capacidad de tomar en consideración las circunstancias de los pequeños prestatarios y de ofrecerles, en consecuencia, condiciones más flexibles por lo que se refiere a plazos de reembolso, garantías y tasas de interés(13) . Como se ha preconizado en el marco del proyecto de Burkina Faso, mejorar las condiciones de financiación supone la celebración de negociaciones a nivel institucional entre prestamistas y prestatarios acerca de la oportunidad de modificar algunos productos financieros con el fin de facilitar el acceso de los artesanos a los mismos. En particular, se debería estudiar detenidamente:

2.  La formación profesional adaptada a contextos específicos

38. Junto con el crédito, las actividades de capacitación son un factor decisivo para los programas de ayuda a los pequeños productores. La supervivencia de las empresas depende de la capacidad de los dirigentes para asegurar su correcta gestión. En la mayor parte de los casos citados en la evaluación de proyectos, la insuficiencia de conocimientos profesionales y técnicos figura sistemáticamente entre los obstáculos principales que entorpecen el desarrollo de las pequeñas empresas y las microempresas.

39. Las soluciones preconizadas se organizan en dos etapas. La primera consiste en promover la organización de los artesanos y los pequeños productores por sí mismos, y la segunda, en impartirles el mayor número posible de conocimientos técnicos a fin de que adquieran una autonomía suficiente. No obstante, la principal enseñanza que se desprende de los proyectos evaluados es que la formación de los pequeños productores supone la adquisición de competencias profesionales de diversa índole y necesita en la práctica de un entorno adaptado a sus circunstancias concretas.

40. La formación es un componente esencial de un proyecto de desarrollo de la pequeña empresa en Zimbabwe(14) , destinado en especial a las mujeres. La particularidad del mismo consiste en que se utilizaron las competencias técnicas locales para determinar las necesidades de los beneficiarios y afinar el contenido del programa de capacitación. La misión de evaluación puso de relieve que el programa de capacitación era novedoso y adaptado a las necesidades locales y específicas de los distintos grupos beneficiarios, sin perjuicio de algunas mejoras que parecen necesarias para hacerlo aún más accesible.

41. En general, las actividades de capacitación destinadas a las pequeñas empresas deben tener por objeto asegurar su sustentabilidad y alentar nuevas iniciativas. Entre las soluciones propuestas para solventar los problemas planteados en distintos países cabe destacar las siguientes:

42. El proyecto de Burkina Faso ha hecho hincapié en la formación de aprendices en oficios de artesanía; esta capacitación, que se imparte con arreglo a un contrato oficial de aprendizaje, incluye en su parte dispositiva la edad de ingreso en el aprendizaje, la duración del mismo, las obligaciones del aprendiz y del empleador, y el costo. Sin embargo, se ha establecido que la mayoría de los empleadores no pueden ofrecer a sus aprendices otra formación que la práctica, y que esta misma es insuficiente.

3.  La atención debida a las necesidades de las empresarias

43. La promoción de las pequeñas empresas y las microempresas supone necesariamente un mejor apoyo a las actividades de los pequeños productores y muy en particular a las actividades ejercidas por mujeres. En casi todos los países donde han tenido lugar los programas evaluados, las mujeres contribuyen en una medida considerable a la producción de las riquezas nacionales, pero tropiezan con obstáculos entre los que se destacan la falta de apoyo financiero y el analfabetismo. Algunos proyectos han tenido en cuenta estas dificultades en la formulación de sus programas de trabajo, ofreciendo a las mujeres posibilidades de enriquecer sus competencias profesionales en las actividades económicas en que se ocupan.

44. Las actividades de apoyo a las mujeres deberían apuntar a facilitar su acceso a los servicios y los recursos indispensables para desplegar sus actividades en forma autónoma. Por consiguiente, habría que pasar revista sistemáticamente a las actividades que ofrecen las mejores perspectivas en cuanto a ingresos.

45. El proyecto que tiene por objeto respaldar a las pequeñas empresas y microempresas dirigidas por mujeres en Egipto, en particular en los sectores de la confección de ropas y la artesanía, ha impartido a estas empresarias cursos de capacitación en mercadotecnia que les han permitido aumentar sus ingresos. En Túnez, en el marco de otro proyecto regional(15) , se organizó un programa especial de capacitación destinado a mujeres jóvenes de escasos recursos, que, no obstante haber sufrido algunos retrasos, ha respondido a la necesidad concreta de adquirir una formación con miras al ejercicio de una actividad independiente.

46. El informe de evaluación de un proyecto llevado a cabo en Zimbabwe enumera los diversos obstáculos con que tropiezan las trabajadoras de las zonas rurales:

A esto hay que agregar las incapacidades derivadas de la formación profesional insuficiente y de la falta de datos sobre productos, mercados, etc.

47. El apoyo a las organizaciones femeninas que promueven la auto-organización de pequeñas empresas y microempresas debería ser, por regla general, una prioridad. La cooperación entre las asociaciones femeninas favorece el intercambio y la comparación de experiencias. Sin embargo, la viabilidad de todo proyecto que tenga por objeto apoyar las actividades femeninas dependerá de que las organizaciones beneficiarias sean dotadas de personalidad jurídica.

4.  Un entorno normativo favorable

48. En muchos países en desarrollo, más de la mitad de las pequeñas empresas y las microempresas operan en el sector no estructurado de la economía, lo que explica la importancia que tiene, desde diversos puntos de vista, el entorno normativo. Por ejemplo, el ordenamiento jurídico e institucional de Burkina Faso era poco favorable al desarrollo de las pequeñas empresas y las microempresas. Por consiguiente, el proyecto preconizó la revisión de los distintos códigos de comercio, aduanas, impuestos, trabajo, obras públicas, etc., y propuso definir la condición jurídica de las empresas con arreglo a criterios mejor adaptados a la realidad local.

IV.  Observaciones finales

49. Las estrategias basadas en la organización de grupos de autosuficiencia para la obtención de servicios financieros, de capacitación, de desarrollo técnico y de mercadotecnia, como los impulsados en Benin, Malí, Togo y Rwanda, han demostrado su eficacia por lo que se refiere al logro de mejoras en una o más facetas de la actividad productiva (por ejemplo, la productividad, la regularidad de los horarios de trabajo y de la producción, el volumen de producción, las ventas, la instalación de puntos de comercialización, el diseño de productos, etc.). Estas estrategias resultaron provechosas y pertinentes en aquellas situaciones caracterizadas por la inexistencia o la debilidad de las instituciones oficiales que normalmente deben ocuparse de prestar servicios productivos y económicos, o sencillamente por la falta de preparación o de voluntad de éstas para ocuparse de los productores del sector no estructurado urbano.

50. Aun cuando no cabe duda alguna en cuanto a la pertinencia y la eficacia de las estrategias de fomento de los grupos de autosuficiencia, hay que hacer algunas salvedades. En primer lugar, la eficacia se logra a partir de la confluencia de varios factores, tanto propios de los proyectos como externos a los mismos. Los procesos de organización que generan la solidaridad de grupo y la capacidad de autogestión son decisivos, y exigen tiempo y recursos. Al mismo tiempo, el entorno político y económico ejerce una influencia, a la vez positiva y negativa, en los procesos orgánicos y en las actividades productivas de los grupos. En segundo lugar, el potencial de los programas de autosuficiencia es limitado. Es preciso establecer nexos con instituciones externas que ayuden a los pequeños productores y a los microempresarios a ampliar su base de recursos y activos, a mejorar sus técnicas o a obtener nuevas tecnologías, a lograr el acceso a servicios, etc. Además, a los programas de autosuficiencia les resulta muy difícil mantener su autonomía una vez que los proyectos llegan a su fin. Por consiguiente, se necesita mantener el apoyo de instituciones tanto en el ámbito local como en el nacional. En la evaluación de las estrategias de fomento de grupos de autosuficiencia debe incluirse el examen de su potencial para crear grupos y alianzas más activos, socialmente conscientes y relativamente independientes en el seno de la colectividad y en particular en el sector no estructurado urbano. Ello constituye una valiosa contribución al fortalecimiento de la sociedad civil. No cabe duda de que las organizaciones de empleadores y de trabajadores de los países interesados podrían aprovechar estos alentadores resultados y ofrecer servicios de apoyo que contribuyan a su propio desarrollo institucional.

51. Los programas nacionales destinados a grupos beneficiarios específicos como las microempresas o las unidades de producción a domicilio -- por ejemplo, los llevados a cabo en Honduras y en Costa Rica --, también han dado buenos resultados, en diversos grados, por lo que se refiere al aumento de la productividad, el empleo y los ingresos. A diferencia de las estrategias de fomento de los grupos de autosuficiencia, estos programas han movilizado ingentes recursos locales, nacionales y externos y han necesitado del aporte de servicios suministrados por diversas instituciones, ONG y otras organizaciones. Cabe concluir que el mayor o menor éxito que estas estructuras han tenido en sus esfuerzos para aportar servicios crediticios y técnicos a los grupos beneficiarios ha sido determinante por lo que atañe al grado de eficacia de los propios programas.

52. La información sobre proyectos disponible no incluye indicadores acerca de la eficacia respectiva de los programas de fomento de grupos de autosuficiencia y de los programas nacionales para grupos beneficiarios específicos, esto es, no se comparan los costos y los beneficios de las distintas intervenciones, ni tampoco los costos y los beneficios de los proyectos de la OIT con respecto a los costos y beneficios de otros proyectos análogos. La OIT tendrá que desarrollar en forma más pormenorizada este aspecto de sus actividades de evaluación. En cuanto al análisis del rendimiento de los proyectos, hay lagunas importantes en la información relativa a la distribución de los beneficios y a las repercusiones de los proyectos en las categorías de trabajadores beneficiarios, por ejemplo, en las que se han definido según el sexo de las personas o el nivel de ingresos.

53. La mayoría de los proyectos han dado prioridad a enfoques integrados, al objeto de aportar respuestas diferenciadas y adecuadas a las preocupaciones de las pequeñas empresas y las microempresas. El acento puesto en la participación de los interesados es sin duda el factor que explica su éxito. Este enfoque facilita la tarea de determinación de las necesidades y favorece la participación de las entidades interesadas locales en la realización de los objetivos. Los resultados son tanto más convincentes y duraderos cuando los copartícipes pueden hacerlos suyos y asegurar su continuidad.

Ginebra, 18 de febrero de 1998.


Anexo I

Lista de proyectos examinados

  1. ETH/90/M02/FRG: Employment promotion for women fuelwood carriers through organization -- Etiopía.
  2. BRA/94/M02/BRA: Improving working conditions and productivity in small and medium sized enterprises (WISE-MM) -- Brasil.
  3. EGY/91/M01/DAN: Promoting employment, productivity and income of cooperative settlers in new lands -- Egipto.
  4. PHI/93/M02/AGF: Strengthening of production and marketing of traditional crafts of indigenous communities in Mindanao -- Filipinas.
  5. BKF/91/M02/FRG: Appui a l'auto-organisation des petits producteurs et productrices de Ouagadougou -- Burkina Faso.
  6. INT/94/M05/DAN: Indigenous and tribal peoples poverty alleviation and democratization -- Proyecto interregional.
  7. ZIM/92/M01/NET: Action to assist rural women -- Zimbabwe.
  8. RLA/93/002: Proyecto regional sobre integración del sector informal urbano al proceso de modernización -- América Central y América del Sur.
  9. BEN/91/004: Appui à la promotion des activités informelles urbaines et d'une politique de soutien au secteur -- Benin.
  10. BEN/90/M01/BEL: Promotion de l'emploi des femmes dans l'artisanat alimentaire -- Benin.
  11. COS/91/M01/NET: Programa nacional de apoyo a la micro y pequeña empresa (PRONAMYPE) -- Costa Rica.
  12. URT/88/007: Employment promotion in the informal sector -- República Unida de Tanzanía.
  13. URT/94/M02/NET: Support to micro-enterprise development through policy reform -- República Unida de Tanzanía.
  14. NER/93/M01/NET: Participation des entreprises à caractère coopératif à la sécurité alimentaire villageoise et au développement local dans le département de Zinder -- Níger.
  15. THA/93/002: Rural income opportunities programme -- Tailandia.
  16. RAF/94/M08/ITA: Promotion de la micro et petite entreprise et formation des jeunes filles défavorisées -- Proyecto regional, Africa.
  17. HON/95/M01/NET: Asistencia a la formación de una política para la promoción de la micro y pequeña empresa y a su implementación -- Honduras.
  18. RAF/87/M09/FRA: Création et promotion des petites et micro-entreprises par les femmes -- Proyecto regional, Africa.
  19. RWA/89/M01/DDA: Appui au secteur non-structuré du Rwanda -- Rwanda.
  20. RAF/88/M08/FRG: Perfectionnement des cadres de banques au financement des petites et moyennes entreprises et de l'artisanat en Afrique de l'Ouest -- Africa occidental.
  21. RAS/91/M14/DAN: Women workers in the new putting out system in Thailand, Indonesia and the Philippines -- Proyecto regional, Asia.


Anexo II

Documentos consultados

Appui à la promotion des activités informelles urbaines et d'une politique de soutien au secteur et promotion de l'emploi des femmes dans l'artisanat alimentaire au Benin; rapport d'avancement et d'evaluation interne et programme d'activités. Ginebra, septiembre de 1994, 1 V. (BEN/91/004; BEN/90/M01/BEL).

Apoyo al programa nacional de micro y pequeña empresa (PRONAMYPE); Informe final. Ginebra, junio de 1996, 40 L. (COS/91/M01/NET).

Employment promotion for women fuelwood carriers through organization; Report of the final evaluation. Addis Abeba, diciembre de 1996, 1 V. (ETH/90/M02/FRG).

Implantaçao da metodologia da OIT --Maior produtividade e um melhor local de trabalho (WISE-MM); informe de autoavaliaçao do proyecto. Brasilia, febrero de 1996, 4 L. (BRA/94/M02/BRA).

Participation des entreprises à caractère coopératif à la sécurité alimentaire villageoise et au développement local dans le département de Zinder; rapport de la mission d'évaluation intérimaire tripartite du projet (phase VI). Ginebra, 1997, 3 V. (NER/93/M01/NET).

Strengthening of production and marketing of traditional crafts of indigenous communities in Mindanao, Philippines; Internal evaluation report. Ginebra, agosto de 1996, 39 L. (PHI/93/02A/AGF).

Promoting employment, productivity and income of cooperative settlers in new lands, Egypt; Final evaluation. Ginebra, 1996, 23 P. (EGY/91/M01/DAN).

Appui à l'auto-organisation des petits producteurs et productrices de Ouagadougou, Burkina Faso; rapport final. Ginebra, 1996, 51 L. (BKF/91/M02/FRG).

Indigenous and tribal peoples: poverty alleviation and democratization; A self-assessment by the project staff. Manila, 1996, IV, 63 P. (INT/94/M05/DAN).

Zimbabwe: action to assist rural women; Evaluation report. Ginebra, febrero de 1996, 1 V. (ZIM/92/M01/NET).

Rural income opportunities; In-depth evaluation. Ottawa, AGRODEV Canada Inc., noviembre de 1996, 36 P. (THA/93/002).

Promotion de la micro et petite entreprise et formation des jeunes filles défavorisées; rapport de la mission d'évaluation du projet. Túnez, abril de 1997, 1 V. (RAF/94/M08/ITA).

Asistencia a la formación de una política para la promoción de la micro y pequeña empresa y a su implementación; Informe final de la consultoría realizada al PASI entre el 27 de junio y el 11 de julio de 1997. Tegucigalpa, julio de 1997, 1 V. (HON/95/M01/NET).

Proyecto regional sobre integración del sector informal urbano al proceso de modernización; Informe de autoevaluación de proyecto. Lima, abril de 1997, 5 L. (RLA/93/002).

Urban informal sector development support; Progress report. Ginebra, 1996, 19 P. (INT/93/M08/NET).

Case study on international labour standards and micro-enterprises promoted by the projects «Employment promotion in the informal sector» and «Employment generation in salt production». Ginebra, 1992, 38 P. (URT/88/007).

Support to micro-enterprise development through policy reform; Draft final report. Ginebra, 1996, 21 P. (URT/94/M02/NET).

Brief on national policy for micro-enterprise and informal sector promotion. Dar-es-Salaam, 1995, 7 P. (URT/94/M02/NET).

Women workers in the new putting-out system in Thailand, Indonesia and the Philippines: Phase II; report of the mid-term evaluation. Ginebra, marzo de 1994, 1 V. (RAS/91/M14/DAN).

Appui au secteur non-structuré du Rwanda; rapport d'evaluation interne (phase III). Kigali, septiembre de 1989, 19 L. (RWA/89/M01/DDA).

Création et promotion de petites et micro-entreprises par les femmes; rapport d'évaluation. Ginebra, marzo de 1992, 5 L. (RAF/87/M09/FRA).

Perfectionnement des cadres de banques au financement des petites et moyennes entreprises et de d'artisanat en Afrique de l'Ouest; résultats du projet et recommandations en découlant. Ginebra, 1990, 34 L. (RAF/88/M08/FRG).


1.  Proyectos RAF/87/M09/FRA, RAF/88/M08/FRG, RWA/89/M01/DDA, BEN/91/004, BEN/90/M01/BEL y BKF/91/M02/FRG.

2.  El programa ACOPAM, del Servicio de Cooperativas (COOP), también hace hincapié en la formación profesional y el fortalecimiento de las estructuras asociativas de granjeros y trabajadores rurales. Véase en el documento GB.264/TC/2, de 1995, una evaluación de los aspectos de participación presentes en los programas y proyectos de cooperación técnica.

3.  Proyecto HON/95/M01/NET.

4.  Proyecto COS/91/M01/NET.

5.  Esto implicó en particular ocuparse de: 1) fomentar la organización productiva (mediante la actividad sectorial) y la organización social (mejor representación y participación en la formulación de políticas) de las empresas; 2) aumentar la productividad prestando asistencia técnica directa a las empresas por intermedio de técnicos y organizaciones especializadas contratadas por el PASI; 3) mejorar la gestión empresarial; 4) concebir nuevos mecanismos de mercadotecnia, como, por ejemplo, un estudio de la subcontratación y su función de vínculo entre unidades de los sectores estructurado y no estructurado; 5) promover empresas y tecnologías respetuosas del medio ambiente, y 6) impulsar la participación de las mujeres.

6.  Entre las actividades de asistencia técnica organizadas figuran: reuniones de ámbito nacional, conferencias especializadas, cursos de capacitación, servicios de consultoría especializada, y el suministro de equipo y de subsidios financieros a los intermediarios, así como a las organizaciones o unidades del sector no estructurado que reciben apoyo de dichos intermediarios.

7.  La representación social de los actores del sector no estructurado en Honduras es escasa. Según estimaciones, sólo cerca de 6 por ciento de las personas que operan en dicho sector participan en alguna forma de organización.

8.  Los bancos comunales son organizaciones solidarias de microempresarios y de trabajadores por cuenta propia. En la época en que se creó el PASI, las ONG estaban promoviendo la formación de estas organizaciones locales con el fin de ofrecer servicios financieros y de promover el desarrollo autónomo.

9.  Proyecto RLA/93/002.

10.  Proyecto RAS/91/M14/DAN.

11.  Proyecto THA/93/001.

12.  Estos seminarios y cursillos abarcaron temas muy diversos, como las asociaciones mutualistas de ahorro y préstamo, la formación de organizaciones asociativas, la promoción de actividades sociales, la autoevaluación y las estrategias de fomento de las pequeñas empresas y las microempresas.

13.  Proyecto EGY/91/M01/DAN.

14.  Proyecto ZIM/92/M01/NET.

15.  Proyecto RAF/94/M08/ITA.


Puesto al día por VC. Aprobada por NdW. Ultima actualización: 26 de febrero de 2000.