Derribando mitos sobre la protección social

¿Cómo haremos para poder jubilarnos?

En Paraguay, las personas aportan menos del 30% del tiempo que podrían a un sistema previsional, ya sea por estar en ocupaciones informales, por labores de cuidado o por desconocimiento de empleadores, trabajadores y trabajadoras sobre su derecho a la seguridad social. Hablamos con especialistas en protección social sobre las particularidades del Instituto de Previsión Social (IPS) y alternativas para que más paraguayos y paraguayas accedan al derecho de la jubilación.

Opinión | 26 de mayo de 2023
“Solamente una minoría de los trabajadores y trabajadoras se podrá jubilar, en base a las reglas del juego actuales”, aseguró Braulio Zelko, economista y co-autor del informe La densidad de cotizaciones al IPS en Paraguay (2022). En dicho trabajo, Zelko y Hugo Bai analizaron las historias laborales de trabajadores y trabajadoras afiliadas al Instituto de Previsión Social y encontraron que, en promedio, los cotizantes aportan al sistema un 28% del tiempo potencial de sus edades activas.

Este 28% es el indicador de densidad de cotización que mide la cantidad de aportes de los cotizantes en relación al periodo de tiempo potencial. Los investigadores tomaron los datos de cotizantes de entre 18 y 65 años, sus años de trabajo activo, y observaron el número de meses que esas personas efectivamente cotizaron en IPS. “La mitad tuvo una densidad de cotización igual o inferior al 20% en toda su vida laboral. Esto conlleva a que muy pocos puedan reunir las condiciones que se les exige para acceder a una jubilación contributiva”, señaló Zelko.

Los números encontrados en el informe responden a diversos factores estructurales del mercado de trabajo que existen en países de Latinoamérica como Paraguay. Hay quienes registran un par de años de trabajo formal con aportes y luego varios años sin aportes. Algunas personas llevan trabajos formales por un tiempo y empiezan uno informal. La informalidad afecta a cerca de 7 de cada 10 integrantes de la población económicamente activa y, en mayor medida, a los jóvenes y las mujeres. “Siempre hablamos del sector informal y el sector formal, pensando que son dos estructuras muy distintas, o estás en uno o estás en otro. Lo que vemos en Paraguay es que hay mucho movimiento de un mismo trabajador o trabajadora entre un sector y otro”, asegura Guillermo Montt, Especialista en Protección Social de la OIT.

Pero no solo la informalidad explica esta baja densidad. Otras personas salen de sus trabajos formales para cuidar a niños, niñas, adolescentes, personas mayores en situación de dependencia o personas en situación de discapacidad. Otras salen del trabajo formal por una crisis económica o para emprender un negocio independiente. Esta variación provoca que, en vez de acumular años en prestaciones, acumulen lagunas y aumenten el riesgo de no cumplir los requisitos de aportes para acceder a la jubilación.

Hugo Bai, economista y co-autor del informe, detalló: “Hay un 57% de los trabajadores que no van a conseguir los requisitos para la causal jubilatoria. Un 43% sí podrá acceder a una jubilación contributiva, compuesto por un 31% que tendrá acceso a una jubilación proporcional, que en el régimen se consigue con 65 años de edad y 15 años de aporte; un 9% que accederá a una jubilación ordinaria, que se consigue a los 60 años de edad y 25 años de aporte; y y menos del 2% que accederá a una jubilación anticipada, que se obtiene a los 55 años de edad, si la persona consigue 30 años de aporte al sistema”.

Actualmente, IPS funciona como un sistema de beneficio definido. En sus palabras: “Los que están aportando ahora, contribuyen a pagar la jubilación a quienes están saliendo”. El problema es que con las reglas actuales para acceder a la jubilación, en Paraguay, muchos trabajadores y trabajadoras de menores ingresos, que aportaron a pagar las jubilaciones actuales, no reunirán los requisitos para jubilarse. Esto, en la práctica, termina siendo un subsidio cruzado de trabajadores de menores ingresos a trabajadores de mayores ingresos.

“Hay un grupo que aporta más; que aporta toda su carrera y suele ser el que tiene acceso a trabajos mejores pagados y con más estabilidad. Pero la mayoría de la gente en Paraguay, o bien nunca cotiza, o no cotiza lo suficiente para llegar a recibir una jubilación”, expresó Guillermo.

Esquema flexible e instrumentos variados

La tendencia a nivel mundial que se plantea, según el especialista de la OIT, es que son diversos instrumentos los que deben considerarse para llegar a la cobertura universal y ofrecer la seguridad de ingresos en la vejez:
  • Esquema no contributivo: El Estado financia una parte de la pensión.
  • Esquema contributivo: Las personas aportan para su jubilación y la de los aportantes, con mecanismos de solidaridad que ofrezca compensación para quienes aportaron, pero que no llegan a acceder a una jubilación completa o que aportaron a través de trabajos de menores ingresos.
Además de esos instrumentos, Guillermo también sugiere generar mecanismos para reducir los efectos de las lagunas cuando éstas se deben a labores de cuidado, poniendo como ejemplo países de la región: “En Uruguay el sistema reconoce a la madre uno o dos años de aporte por cada hijo que nació. Como un mecanismo de solidaridad, el sistema te reconoce la labor de cuidado al criar a tus hijos. En Chile existe un bono de aporte por cada hijo, no es mucho, pero va en la lógica de mitigar el efecto que producen estas lagunas”, aclaró.

El sistema de seguridad social también puede generar esquemas más flexibles, ampliando las reglas de acceso. No hace falta que las personas aporten el 100% para acceder a una jubilación, sino que se puede habilitar una escala que permita el acceso a una jubilación proporcional a lo aportado.

“A los 10 años tienes acceso a una pensión baja, a los 15 vas aumentando, y así va subiendo, para no tener esta presión de tener que juntar estos 20 años a como dé lugar y sabiendo que muchos no van a llegar a acumular esos aportes. Entonces, pensar como si de una carrera se tratase y entregar no solamente premios al primer lugar, sino al segundo, al tercero, al cuarto y así sucesivamente”, afirmó Montt.

Para el experto, es importante que las y los trabajadores y empleadores comprendan que la jubilación, como parte fundamental de la seguridad social, es un derecho de todos y no solamente un privilegio de unos pocos. Un sistema de cobertura universal, sostenible y con prestaciones adecuadas, que se complementan entre sí, beneficiará a los ciudadanos y ciudadanas y a la sociedad en su conjunto.

*Para profundizar el tema escuchá la serie de podcast Derribando mitos sobre la protección social.

*El contenido del material no necesariamente refleja la posición ni la opinión oficial de la Unión Europea.