GB.270/14 |
DECIMOCUARTO PUNTO DEL ORDEN DEL DIA
Instituto Internacional de Estudios Laborales
Informe de la 39.ª reunión de la Junta Directiva
1. La Junta Directiva del Instituto Internacional de Estudios Laborales celebró su 39.ª reunión el día 14 de noviembre de 1997. Presidió la reunión en nombre del Director General el Sr. Tapiola, Director General Adjunto de la OIT. La Junta Directiva tuvo ante sí el informe del Director(1) , el Programa y Presupuesto para 1998-1999(2) y un documento relativo a la aceptación de contribuciones y donativos(3) en apoyo de las actividades del Instituto.
Informe del Director
2. El Director señaló que, con arreglo al deseo expresado por la Junta Directiva, el informe sobre las actividades representaba una evaluación analítica de la labor desarrollada durante 1997, en lugar de tratarse de una declaración meramente descriptiva.
3. En 1997, las actividades se desarrollaron en dos áreas sustantivas: la interacción entre los sistemas de producción mundiales y los mercados de trabajo, por una parte, y la exclusión social por otra. Respecto a la primera, se examinaron los mercados de trabajo a través del prisma de las redes de producción mundiales emergentes, regidas por modelos de comercio internacional, la inversión extranjera directa y la integración regional. Aunque las empresas proporcionaban en ciertos puntos de estas redes productos con alto valor añadido tanto en términos económicos como sociales, los mercados de trabajo estaban mostrando signos de segmentación, dispersión salarial y debilitamiento de los mecanismos tradicionales de solidaridad social. Al mismo tiempo, las políticas laborales eran cada vez más importantes para la competitividad. Los niveles de desarrollo de los conocimientos técnicos especializados, el aprendizaje dentro de la empresa, la organización del trabajo y unas buenas relaciones laborales también se estaban convirtiendo en factores determinantes de la inversión extranjera directa. La labor del Instituto en relación con las zonas francas de exportación en Africa fue más allá del enfoque convencional que trata del empleo y de las condiciones de trabajo. Situaba a las zonas francas de exportación dentro de la perspectiva de las cadenas mundiales, y exploraba las opciones políticas para elevar su nivel tanto desde el punto de vista económico como el social.
4. En relación con la exclusión social, la contribución del Instituto consistió en desarrollar este concepto como una dimensión complementaria de las estrategias convencionales de lucha contra la pobreza, y en extender su aplicabilidad a los países en desarrollo. En 1997 se adoptaron medidas para establecer una relación entre estas conclusiones y las preocupaciones de la OIT en conexión con la pobreza, el empleo y las instituciones laborales; para sentar las bases de un enfoque de la OIT en relación con el desarrollo, vinculando el crecimiento económico al cambio institucional, los derechos humanos y la justicia social; y para crear un nuevo marco de referencia para una serie de programas de la OIT, especialmente en materia de género de las personas, pobreza, empleo, seguridad social, trabajo infantil y acción normativa.
5. Las conclusiones de la investigación también llevaban aparejado un mensaje de mayor alcance: sugerían de qué manera podría enfocarse en el futuro el tema fundamental del Instituto, es decir, las cambiantes relaciones entre las instituciones sociales y el crecimiento económico. La mundialización hacía cada vez más difícil separar las «instituciones laborales» de las «nuevas formas de organización industrial». En la actualidad, la interacción entre las instituciones laborales y los sistemas de producción era continua, recíproca y se desarrollaba a todos los niveles. Las políticas laborales aparecían cada vez más como los principales factores determinantes de la ventaja competitiva en las nuevas modalidades de organización industrial, y resultaban igualmente importantes en términos de eficacia, de mercado y de justicia social. Además, los propios mercados de trabajo y los propios actores sociales se estaban transformando como consecuencia de los cambios experimentados en el ámbito de la tecnología, los mercados de capital y la organización industrial. Cada vez más, la organización industrial se estaba definiendo en términos de instituciones laborales, y viceversa. Los actores sociales y las instituciones desempeñaban un papel principal en los procesos de inclusión y empleo. La tendencia era clara: el debate se había trasladado más allá de la promoción de la cohesión social, para centrarse en torno a las mediaciones a través de las cuales ésta había de lograrse. La cuestión clave era el papel de los actores sociales, y la naturaleza de su asociación en escenarios tanto de mercado como ajenos al mismo. Estas consideraciones se habían reflejado debidamente en las propuestas de programa para el próximo bienio.
6. Cabía destacar otras tres características de las actividades del Instituto: la interacción con la OIT; la difusión exterior de las investigaciones del Instituto; y el apoyo institucional a los mandantes de la OIT.
7. La interacción con la OIT se había incrementado tanto en profundidad como en alcance. Abarcaba la Conferencia internacional sobre la exclusión social, que se organizó con el propósito específico de establecer un vínculo entre las conclusiones de la labor del Instituto y las necesidades de la OIT; pasaba por la contribución del Instituto al programa de acción de la OIT sobre las zonas francas de exportación; y culminaba con la colaboración en seminarios, cursos de formación y misiones sobre el terreno. Las publicaciones del Instituto estaban poniéndose a disposición del personal de la OIT a través de la red interna de computadoras.
8. Las conclusiones de la investigación se difundían a través de la participación en iniciativas externas, de las publicaciones, de los programas del Instituto para los profesores invitados y del programa de pasantías. Cabe citar como ejemplos de las primeras la colaboración con el Gobierno danés en una importante iniciativa internacional para la cohesión social; un discurso de apertura del Director ante una conferencia internacional sobre sistemas de producción mundiales y mercados de trabajo locales, organizada por el Ministerio de Cooperación para el Desarrollo de Suecia; una futura exposición de las investigaciones en materia de exclusión social desarrolladas por el Instituto y dirigida al personal del Banco Mundial; y la pertenencia al comité directivo de un proyecto de la Fundación Ford sobre la exclusión social en la región del MERCOSUR. Las publicaciones siguieron siendo un importante medio de difusión; en 1997 se editaron 14 publicaciones, y otras siete se encontraban en preparación. Se había observado un incremento considerable del número de participantes en los programas de pasantías, programas que representaban una importante vía de promoción de las futuras investigaciones en áreas de interés para la OIT. Se trataba de obtener la interacción con la comunidad académica internacional a través de las conferencias de la OIT sobre política social, la tercera de las cuales se celebrará en la Universidad de Malaya en el mes de diciembre, y tratará de «La gestión del éxito de la economía y las cuestiones sociales».
9. El curso anual internacional para becarios fue un elemento clave para proporcionar apoyo institucional a los mandantes de la OIT. Se planificó un seminario regional en Abdiján en el mes de diciembre, como respuesta a las solicitudes de los mandantes para que se incrementaran los programas de formación en el plano regional. El seminario era una nueva iniciativa, y su financiación se hacía con cargo a fondos CTPO. En el futuro no se dispondría de tales recursos y, en consecuencia, habrían de obtenerse otros fondos si hubiera de repetirse esta iniciativa.
10. El Sr. Imoisili (miembro empleador) expresó su agradecimiento al Instituto por su excelente rendimiento, así como su convicción de que había justificado ampliamente la confianza que en él había depositado el Consejo de Administración. Se mostró impresionado por su enfoque basado en la anticipación, su penetrante evaluación del entorno en el que desarrollaba sus actividades y la clara determinación de sus propios puntos fuertes y puntos débiles. El Instituto contaba a la vez con una visión y con una misión clara, y esto se reflejaba en su importancia y credibilidad crecientes fuera de la OIT. La participación del propio orador en diversas actividades le permitía apoyar sin reservas el contenido del informe. Al tiempo que valoraba profundamente las nuevas orientaciones programáticas sobre empresas, trabajadores y sociedad, se mostró preocupado por la relativa ausencia de referencias al gobierno. La OIT era una organización tripartita en la que el Estado era un actor clave. Con la mundialización que amenazaba la soberanía, y el individualismo que ponía en peligro la democracia institucional, los gobiernos eran cada vez más vulnerables y, al igual que los interlocutores sociales, necesitaban investigaciones y asistencia.
11. El Sr. Ahmed (miembro trabajador) afirmó que el Grupo de los Trabajadores apreciaba el informe. Las cuestiones tratadas eran de gran valor práctico, y el orador expresó su especial aprecio por las lecciones políticas que incluían. Con frecuencia, el proceso de mundialización tenía repercusiones desfavorables para los trabajadores, dando lugar a una mayor marginación de los más pobres. Al tiempo que reconocía que los gobiernos estaban influidos por la necesidad de atraer las vitales inversiones extranjeras directas, opinaba que las zonas francas de exportación habían incrementado el sufrimiento de las clases trabajadoras al rebajar las normas laborales mínimas e ignorar los derechos fundamentales. Le complacía señalar que se había concedido la debida importancia a las preocupaciones de los actores sociales en los nuevos programas, y expresó la esperanza de que las organizaciones de trabajadores y de empleadores se asociaran estrechamente en esta labor. Dichas organizaciones tenían un carácter básico, y podían contribuir de manera práctica a los programas asegurándose de que reflejaban la realidad existente.
12. El Grupo de los Trabajadores se mostró especialmente partidario de las actividades formativas. Los vínculos que se estaban desarrollando con la comunidad académica constituían un medio esencial para hacer llegar el mensaje de la OIT a las futuras generaciones. En consecuencia, debería reforzarse la interacción con las universidades. El curso de becarios seguía contando con el apoyo del Grupo de los Trabajadores, y le complacía observar una actividad similar en el plano regional.
13. En el contexto de las labores de seguimiento de la OIT relativas a la Cumbre Social, el Sr. Ahmed expresó la esperanza de que el Instituto concedería la debida importancia a los problemas de los sectores no estructurado y rural, así como a los de los grupos vulnerables, entre los que se incluían las mujeres y los niños que trabajan y los trabajadores en régimen de servidumbre. La acción debería centrarse en la habilitación de los mismos y en la identificación de vías que les permitieran asegurarse un mejor acceso a los recursos productivos y a los órganos decisorios.
14. La representante del Gobierno de Hungría consideró que el desequilibrio entre la atención prestada al Estado y la prestada a los actores sociales era más aparente que real. Valoró las nuevas direcciones de los programas sobre las empresas y la sociedad y sobre los trabajadores y la sociedad, y entendió que, en último término, se reunirían para definir las nuevas relaciones entre las empresas y los trabajadores, así como las relaciones de cada uno de estos grupos con la sociedad civil. Los gobiernos extraerían muchas enseñanzas de este ejercicio. No obstante, podría explicarse con más profundidad el vínculo entre la actual labor del Instituto y las direcciones que tomará en el futuro.
15. El representante del Gobierno del Brasil afirmó que su Gobierno valoraba el papel estratégico desempeñado por el Instituto a la hora de identificar y explorar cuestiones que tendrían importancia en el futuro para la labor de la OIT. Esto tenía una especial significación en el actual contexto de mundialización y de liberalización del comercio. El proyecto sobre la exclusión social era un ejemplo a este respecto y constituía un importante elemento de las labores de seguimiento de la OIT en relación con la Cumbre Social. La serie de seminarios y demás acontecimientos organizados por el Instituto, así como sus diversas publicaciones habían contribuido a mejorar la comprensión de este complicado concepto, y habían permitido que aparecieran ideas prácticas para superar la exclusión. El programa sobre los sistemas de producción mundiales también resultaba de lo más oportuno y había facilitado una nueva perspectiva en lo que atañe a las características de los mercados de trabajo en una economía mundializada. Expresó la esperanza de que el Instituto siguiera funcionando como semillero de ideas para la Organización, facilitando información y estimulando el debate sobre cuestiones que habrían de tener importancia en el futuro.
16. El Sr. Anand (miembro empleador) se mostró complacido al señalar que los resultados de las investigaciones del Instituto habían señalado que el desarrollo de los conocimientos técnicos especializados era una cuestión política crucial. Había que subrayar la importancia de la cooperación de los actores sociales con los gobiernos en este terreno. De los experimentos que las organizaciones de empleadores y de trabajadores estaban llevando a cabo actualmente se derivaban unas enseñanzas que merecían plasmarse en documentos y difundirse. La Conferencia internacional sobre la exclusión social había proporcionado a la OIT un concepto de gran utilidad en la lucha contra la pobreza, y había definido los parámetros de un programa de acción. Correspondía ahora a la OIT aprovechar la gran cantidad de información facilitada por el Instituto. Al tiempo que señalaba que las propias instituciones sociales se encontraban en proceso de mutación, el Sr. Anand se mostró complacido por el hecho de que el Instituto tuviera previsto abordar esta cuestión en sus futuros programas. Cuando los actores cambiaban, las instituciones y las modalidades habían de adaptarse, y la investigación realizada por el Instituto podía facilitar indicaciones de utilidad sobre las características y la dirección del cambio, así como sobre las opciones de que disponían los interlocutores sociales. Los trabajadores y las empresas eran dos brazos esenciales de la OIT, y los estudios que les ayudaran a asumir sus futuras responsabilidades sociales tendrían un inmenso valor.
17. A juicio del Sr. Anand, las investigaciones del Instituto sobre las cadenas internacionales de producción podían contribuir a la formulación de un nuevo enfoque de la OIT en materia de políticas, con el fin de optimizar la contribución de tales cadenas al fomento del empleo y de las calificaciones profesionales. Era ésta una esfera en la que el Instituto podía ayudar a la OIT a avanzar desde un estadio de promoción del objetivo de justicia social a uno de consecución de dicho objetivo.
18. También tomó nota con satisfacción de la organización de un seminario regional en Abidján y de la celebración de un ciclo de conferencias de la OIT sobre política social, en Kuala Lumpur.
19. El Sr. Anand lamentó profundamente que las preocupaciones manifestadas por la Junta Directiva en 1996 en relación con las necesidades financieras del Instituto hubieran quedado sin respuesta. A su entender, para mantener la labor innovadora del Instituto hubiese sido necesario que la OIT le dedicase mayores medios y recursos.
20. El representante gubernamental del Senegal dijo que las actividades realizadas en 1997 revestían un considerable interés para su país. Al igual que muchos oradores que le habían precedido, consideraba que el Instituto se ocupaba de algunas cuestiones trascendentales para la OIT y dijo que esperaba que se le asignasen los recursos necesarios para hacer frente a las necesidades que se le planteaban. El programa de profesores visitantes del Instituto tenía un valor inestimable, por cuanto éstos aportaban nuevos conocimientos a la OIT y ampliaban sus horizontes profesionales. Los cursos y seminarios del Instituto constituían una contribución al desarrollo de la capacidad de los Estados Miembros, y había que multiplicar iniciativas como el seminario sobre microempresas organizado en abril de este año. Las publicaciones contribuían a afirmar el renombre de la OIT y el Instituto había tenido una actividad particularmente intensa en esta esfera. Esperaba que se desplegasen más esfuerzos para promover las publicaciones del Instituto y asegurar su más amplia difusión. Insistió en que era imprescindible estrechar los contactos de trabajo con investigadores de otras organizaciones del sistema de las Naciones Unidas, lo que redundaría en beneficios recíprocos.
21. La Sra. O'Donovan (miembro trabajador) dijo que a su juicio las observaciones formuladas por el Director planteaban cuestiones importantes que merecían un estudio y reflexión más detenidos, y que las mismas debían presentarse a la Junta Directiva. Con respecto a los sistemas de producción mundial, las nuevas estrategias empresariales estaban dando origen a dos tendencias contradictorias: por una parte, la exigencia de mayor calidad y mayor productividad, y por la otra, la práctica de la subcontratación que se traducía en menores inversiones en el desarrollo de los recursos humanos. Se trataba de un tema al que había que dedicar una atención más detenida. En cuanto a la creación de una red sobre el tema de las empresas y la sociedad señalada en el documento, manifestó su deseo de que se estableciera una red similar en relación con el Programa sobre los trabajadores y la sociedad, sobre todo habida cuenta de que el nivel de desarrollo de las redes laborales era muy inferior al de las redes empresariales.
22. En Sr. Sombes (miembro trabajador) suscribió las observaciones hechas por el Sr. Ahmed sobre la calidad y la pertinencia de la labor del Instituto. Este debía proseguir sus trabajos sobre las zonas francas industriales (ZFI), y arrojar luz en particular sobre el problema de la exclusión social en dichas zonas y el impacto de tal fenómeno en las relaciones laborales y en las condiciones de trabajo. El Programa sobre los trabajadores y la sociedad tenía un inmenso valor potencial para las organizaciones sindicales y podría contribuir a la formación de investigadores en cuestiones sindicales. Hizo constar su apoyo a este programa y dijo que esperaba que se pusiesen a disposición del mismo los medios necesarios para su importante realización. Señaló a la atención de los asistentes el hecho de que la democracia y el buen gobierno eran condiciones previas esenciales para el desarrollo de relaciones laborales sanas y para asegurar el respeto de los derechos humanos básicos, y propuso que estas cuestiones fuesen abordadas por el Instituto en sus actividades futuras.
23. El Director agradeció a la Junta Directiva su interés y su participación en el quehacer del Instituto. Respondiendo al Sr. Imoisili, dijo que los trabajos sobre la exclusión social y las zonas francas industriales, principales áreas de estudio del Instituto en 1997, abarcaban directamente la función de los gobiernos. Las actividades en torno a los temas «las empresas y la sociedad» y «los trabajadores y la sociedad» efectuadas en 1997 habían tenido un carácter preliminar. En cuanto al papel que incumbe a las organizaciones de empleadores y de trabajadores en el perfeccionamiento de las calificaciones a que había hecho alusión el Sr. Anand, dijo que en efecto esta cuestión había surgido en el marco de las actividades sobre las ZFI, pero que el tema quedaba comprendido en la esfera de competencia del Departamento de Empleo y Formación de la OIT. Agradeció al Gobierno del Brasil su apoyo y muy particularmente su contribución a la realización del programa sobre la exclusión social. En cuanto al programa de profesores visitantes, al que se había referido el representante gubernamental del Senegal, se consideraba que éste era un medio importante para hacer llegar nuevas ideas y conocimientos al Instituto, y a este respecto lamentó que por falta de recursos participaran en el programa únicamente aquellos académicos que podían costear sus propios gastos. El seminario sobre microempresas se había organizado en estrecha colaboración con el Departamento de Desarrollo de Empresas y Cooperativas, y el Instituto estaría por cierto encantado de organizar actividades análogas en el futuro. Tomó nota del deseo de que las publicaciones tuviesen una difusión más amplia, y dijo que transmitiría tal petición a la Oficina de Publicaciones de la OIT, encargada de la divulgación de las obras en venta. La contradicción entre la práctica de la subcontratación y la necesidad de lograr calidad y competitividad a que se había referido la Sra. O'Donovan iba a ser uno de los temas centrales del trabajo del Instituto sobre las estrategias empresariales, incluido en el Programa sobre las empresas y la sociedad. Por lo que se refería al Programa sobre los trabajadores y la sociedad, uno de sus componentes iba a ser el establecimiento de una red laboral.
24. Comentando la observación del Sr. Anand acerca de los recursos, el Sr. Tapiola señaló a la atención de la Junta Directiva que la primera discusión del Programa y Presupuesto de la OIT para el período 2000-2001 iba a tener lugar en la reunión del Consejo de Administración de marzo de 1998. Entonces sería el momento decisivo en que los mandantes podían presentar a la Oficina sugerencias para el trabajo futuro. Era importante que el papel del Instituto quedase bien determinado en el conjunto de las actividades de la OIT, y que se estudiasen cuáles serían para el Instituto las consecuencias prácticas de la aplicación de un enfoque más circunscrito de los objetivos de toda la Organización. A título personal, estaba convencido de la importancia del Instituto, no sólo como entidad diferenciada, sino también como fuente de ideas para las actividades de los departamentos y de las oficinas exteriores. En una época de reducción o de crecimiento nulo de los recursos resultaba esencial hacer un balance de los medios disponibles y utilizarlos de la manera más provechosa posible. El Instituto era precisamente uno de tales medios.
25. La Junta Directiva tomó nota del informe presentado por el Director.
Programa y Presupuesto para 1998-1999
26. El Director señaló a la atención de la Junta Directiva que en el Programa y Presupuesto del Instituto para 1998-1999 quedaban plasmadas las nuevas orientaciones de sus actividades. El tema básico del Instituto definido por la Junta Directiva en 1985, a saber, la evolución de las relaciones entre las instituciones laborales, el crecimiento económico y la equidad social, se mantenía inalterado. Por cierto, su importancia había quedado de manifiesto en el marco del proceso de mundialización. Este tema se había explorado desde dos perspectivas, concretamente la de las instituciones laborales y la de la nueva organización internacional. Aun cuando éstas seguían siendo las líneas rectoras de los trabajos de investigación del Instituto, su exploración había dado lugar a programas distintos. A la luz del fenómeno de la mundialización parecía hoy más realista examinar tales perspectivas simultáneamente y no por separado. Por lo tanto, hacía falta determinar un nuevo enfoque sinóptico para abordar el tema definido inicialmente por la Junta Directiva.
27. El punto de vista exageradamente optimista que predominó a comienzos de los años noventa, de que el funcionamiento del mercado iba a producir sus propias soluciones a las necesidades de orden social, ha sido matizado por las realidades de índole política, por una comprensión más acabada de la importancia de las instituciones sociales como factores que influyen en los resultados del mercado y por una mayor valoración de la capacidad de transformación de los actores sociales. Una nueva forma de individualismo estaba modificando las actitudes del público hacia las instituciones establecidas, ya fuesen partidos políticos, organizaciones sindicales o asociaciones empresariales. Este fenómeno, al que se sumaba el advenimiento de nuevas estructuras industriales, estaba transformando las funciones tradicionales que cumplían los propios mandantes de la OIT. Los valores de orden privado se estaban convirtiendo en signos de orientación para el mercado, bajo la forma de reivindicaciones explícitas, iniciativas de boicot a determinadas empresas o exigencias normativas de los consumidores. El debate público no se limitaba a la oposición entre gestión estatal y fuerzas del mercado, sino que se ocupaba en forma creciente de las relaciones entre el mercado y la sociedad. Ello ponía de manifiesto la incidencia de los actores sociales en el comportamiento de los mercados. Tales eran las nuevas realidades que el Instituto y la OIT tenían que captar e introducir en sus programas. Su surgimiento ponía de manifiesto la importancia del papel de los actores sociales y de la transformación de sus respectivos entornos institucionales. En las deliberaciones de la Junta Directiva en 1996 ya se habían abordado estas características. Los programas propuestos sobre los trabajadores y la sociedad y las empresas y la sociedad eran una respuesta a las preocupaciones planteadas acerca de estas materias. En conjunto, tenían por objeto ubicar al tripartismo en la perspectiva contemporánea definida por la mundialización y la transformación social.
28. Refiriéndose a observaciones formuladas anteriormente por el representante gubernamental de Hungría y por el Sr. Imoisili, el Director estuvo de acuerdo en que todo debate acerca de la sociedad civil estaría incompleto si no se analizaba al mismo tiempo la función del Estado. De hecho, tal debate había comenzado ya y cabía esperar que cobrase mayor importancia en los próximos años. Sin embargo, la función que el Estado cumplía en relación con la política social quedaba condicionada por la evolución de las organizaciones sindicales y de empleadores. Las reacciones de éstas a la transformación de las estructuras industriales, los niveles en que se ejercía la interacción entre ellas y la naturaleza de las nuevas relaciones de trabajo eran elementos esenciales para definir el papel que incumbía al propio Estado. Análogamente, toda iniciativa que las empresas y los trabajadores tomasen para analizar sus propios mecanismos de ajuste contribuían a preparar y mejorar las condiciones y la disposición a la celebración de negociaciones tripartitas futuras. Por tal motivo, el Instituto había emprendido actividades relativas a las empresas y a los trabajadores. La función del Estado iba a ser examinada en el marco del Programa de actividades intersectoriales, en el que se prepararía el terreno para proceder a un estudio más pormenorizado durante el bienio 2000-2001. En conjunto, los programas tenían por objeto atender a las necesidades de los mandantes de la OIT, poniendo a su disposición un marco analítico y conceptual para elaborar nuevas perspectivas de crecimiento futuro. Asimismo, se trataba de realzar la imagen pública de los actores sociales. La relación entre la sociedad civil y el mercado iba a ser objeto de un debate internacional en el curso del próximo decenio. Era esencial que la OIT participase en este debate y en esta perspectiva los programas citados deberían permitir que la Oficina ocupe un lugar preeminente y haga cundir entre el público el reconocimiento del papel que desempeñan sus mandantes.
29. El Programa de actividades intersectoriales y educativas fue reforzado con miras a preparar el terreno para los futuros programas del Instituto, intensificar los intercambios entre académicos ajenos a la institución, mandantes y personal de la OIT, y estar en condiciones de contribuir a las actividades que la OIT lleva a cabo como seguimiento a la cuarta Conferencia Mundial sobre la Mujer.
30. Está previsto que el Instituto cuente en el próximo bienio con un total de nueve funcionarios en la categoría de servicios orgánicos, entre los que se incluye a su director. Se consideraba que tal dotación era fundamental para lograr la «masa crítica» mínima necesaria para emprender nuevos programas. Habida cuenta de que el Instituto se estaba ocupando de nuevos campos de estudio, se proponía utilizar sus recursos humanos con flexibilidad, lo que suponía invitar por breves períodos a académicos de alto nivel a fin de que den el impulso inicial a nuevas actividades, velar por el mantenimiento de un equilibrio general entre los dos programas sustantivos y optimizar la definición de los trabajos de investigación encargados a cada miembro del personal. En la medida de lo posible, el Instituto se proponía buscar recursos extrapresupuestarios; en este sentido, esperaba contar con la ayuda de la Junta Directiva, concretamente en lo relativo al establecimiento de redes de investigación y de la obtención de financiación por otras fuentes.
31. El Sr. Anand manifestó que abrigaba reservas en cuanto a la financiación extrapresupuestaria de los programas de investigación. A este respecto, observó que los nuevos programas tenían por ámbito de estudio temas extremadamente delicados y que era imperioso que las investigaciones tuviesen un carácter plenamente objetivo, lo que permitiría lograr su aceptación por los mandantes de la OIT. Por consiguiente, tales investigaciones tendrían que ser financiadas por los recursos ordinarios de la OIT a fin de evitar toda posibilidad de influencia o control improcedentes. Ello implicaba que la OIT debería aportar una contribución más cuantiosa al Instituto en el próximo bienio. A este propósito, recordó que las consultas preliminares con respecto al bienio 2000-2001 tendrían lugar en marzo de 1998. Era importante que los distintos grupos y la Oficina hubiesen tomado las medidas necesarias para entonces.
32. Las nuevas orientaciones de programa eran a la vez adecuadas y oportunas. Las organizaciones de empleadores y las organizaciones sindicales habían evolucionado en un contexto de relaciones laborales basadas en la contraposición de intereses. Las circunstancias imperantes en todo el mundo estaban cuestionando radicalmente este modelo, cuestionamiento que también se hacía extensivo a la estructura, funciones y utilidad de estas organizaciones, así como a sus métodos de interacción. La supervivencia de la sociedad y la promoción de la justicia social exigían hoy formas de cooperación. Ello suponía una transformación global de la actitud de los propios interlocutores sociales y la ampliación de sus esferas de acción y de competencia más allá de las meras relaciones de trabajo, para abarcar el desarrollo de los recursos humanos, la promoción del empleo y la integración social. A su vez, esto requería que dichas organizaciones formasen asociaciones y alianzas estratégicas con otras entidades animadas por objetivos análogos. El Sr. Anand dijo que al establecer redes era importante superar el marco restringido de las organizaciones de empleadores y definir asociaciones empresariales tales como la Cámara de Comercio Internacional (CCI). La Organización Internacional de Empleadores (OIE) mantenía buenas relaciones de trabajo con la CCI y era importante que ambas aprovechasen sus respectivos recursos y conocimientos. Al emprender los nuevos programas, el Instituto había asumido una función dirigente en lo que atañe a determinar los parámetros que guiarán las futuras políticas sociales. Las organizaciones sindicales y las organizaciones de empleadores eran elementos estables en un contexto político en rápida transformación, y toda acción encaminada a ayudarlas a cumplir sus funciones rectoras revestía un valor inestimable. Por lo tanto, reiteró su preocupación en el sentido de que el Instituto disponga de recursos suficientes para llevar a cabo los programas propuestos.
33. El Sr. Imoisili estuvo de acuerdo con las observaciones del Sr. Anand y dijo que los programas propuestos tenían una importancia considerable para los mandantes tripartitos de la OIT. El Grupo de los Empleadores había visto con inquietud que la OIT había disminuido su contribución al Instituto. Ahora bien, éste había dado muestras de una disciplina presupuestaria ejemplar; por otra parte, la distribución de sus recursos entre los distintos programas contaba con el asenso del Grupo de los Empleadores. Apoyó la afirmación del Sr. Anand en el sentido de que había que actuar con mucha cautela antes de buscar financiación de otras fuentes, y manifestó su confianza en que los gobiernos, en su calidad de principales fuentes de financiación, iban a reconocer la utilidad de los trabajos del Instituto para los interlocutores sociales. Dijo que abrigaba algunas reservas en cuanto a la utilización del término «trabajadores organizados» (párrafo 21 del documento GB.270/PFA/3/1), el que había que definir con mucho cuidado. Señaló que las relaciones individuales empleador/trabajador estaban cobrando mayor importancia, así como también el modelo de relaciones de trabajo basado en los recursos humanos. Era necesario que en los estudios propuestos no se pasara por alto esta nueva evolución, ni tampoco su incidencia en los trabajadores organizados. Dijo que el Grupo de los Empleadores aprobaba el Programa y Presupuesto del Instituto.
34. El Sr. Ahmed declaró que el Grupo de los Trabajadores respaldaba las nuevas orientaciones de programa, las que eran oportunas y pertinentes. No obstante, señaló que había un desequilibrio en las dotaciones de personal de los dos programas y expresó su confianza en que se iba a corregir tal situación. El Grupo de los Trabajadores estaba especialmente satisfecho de la manera en que se había formulado el Programa sobre los trabajadores y la sociedad, y esperaba que en él se abordase adecuadamente la problemática de las diferencias entre trabajadores y trabajadoras y también que dicho programa ayudase a los sindicatos a perfeccionar sus competencias analíticas y de investigación. Las organizaciones sindicales valoraban en gran medida la intención del Instituto de estudiar las alianzas estratégicas entre actores del sector estructurado de la economía y sus contrapartes en el sector no estructurado o informal. Dijo que aun cuando respetaba las opiniones del Sr. Imoisili en relación con el modelo de relaciones laborales basado en los recursos humanos, consideraba que para que los trabajadores pudiesen ejercer una influencia efectiva era necesario que existiese un marco institucional, no tan sólo a nivel de la empresa sino también a nivel sectorial y en la esfera de las políticas generales sobre mano de obra. Individualmente, los trabajadores eran vulnerables a la explotación; integrados en organizaciones sindicales, estaban protegidos por la negociación colectiva y mejor dispuestos a abrazar los ideales de paz del trabajo y armonía social. Ello iba en beneficio de los empleadores. Manifestó su confianza en que el Programa sobre los trabajadores y la sociedad contribuyese a incrementar la capacidad de negociación de los sindicatos, no tan sólo en provecho de sus propios afiliados, sino también de los trabajadores del sector no organizado. Asimismo, confiaba en que el Programa sobre las empresas y la sociedad hiciese hincapié en la responsabilidad social que incumbía a éstas y en el papel que habían de desempeñar en la promoción del diálogo social, de condiciones de trabajo satisfactorias y de buenas relaciones laborales, mediante el respeto de los derechos humanos fundamentales.
35. El representante del Gobierno de Brasil dijo que valoraba la explicación del Director respecto al cambio de orientación del programa. El orador transmitió el apoyo de su Gobierno al Programa y Presupuesto.
36. El Director aseguró a los miembros de la Junta que se había tomado buena nota de todos sus comentarios y les agradeció por el apoyo y ánimo mostrados, no sólo en las reuniones de la Junta, sino durante todo el año. Dijo que tendría en cuenta la sugerencia del Sr. Anand de que el Instituto además de ocuparse de las organizaciones sindicales y de empleadores prestase atención al papel que desempeñan organismos intermediarios como por ejemplo la Cámara de Comercio Internacional (CCI). Asimismo, tomó nota de la observación relativa a la importancia de garantizar la independencia percibida en la investigación propuesta.
37. La Junta adoptó el Programa y Presupuesto para 1998-1999, y en consecuencia transmite el programa al Consejo de Administración de la OIT para su adopción, y el presupuesto para su aprobación definitiva, de conformidad con lo dispuesto en el párrafo 6 del artículo II del Reglamento del Instituto(4) .
Aceptación de contribuciones y donativos
38. El Presidente señaló que dos cuestiones comprendidas en este punto requerían discusión: el legado Phelan y una contribución aportada por las Confederaciones de empleadores de Dinamarca, Finlandia, Noruega y Suecia para financiar cursos para becarios.
39. El Director explicó que el Sr. Edward Phelan, antiguo Director General de la OIT, y su mujer, la Sra. Ferdinande Phelan habían designado al Instituto, en sus respectivos testamentos, como uno de sus herederos. Edward Phelan fue uno de los primeros funcionarios destinado a la OIT cuando ésta se creó en 1919 pasando a ser Subdirector General en 1933 y Director General Adjunto en 1938. Fue nombrado Director General en 1941 y ocupó este cargo hasta 1946. El Sr. Phelan contribuyó de manera excepcional al crecimiento y desarrollo de la Organización durante el período de entreguerras y fue quien en gran medida asumió la responsabilidad de su supervivencia a través de la Segunda Guerra Mundial. Según lo dispuesto en el testamento del Sr. Phelan, el Instituto debería recibir el 10 por ciento de su patrimonio, con la condición de que se utilizase para dotar becas que lleven su nombre. Según lo dispuesto en el testamento de la Sra. Phelan, el Instituto debería recibir el 25 por ciento de su patrimonio. Hasta la fecha, el Instituto había recibido unos 470.000 francos suizos de ambos legados. La suma final estará determinada por la cantidad que se obtenga de la venta de los bienes de la familia Phelan. El Instituto pensaba invertir esta suma en una cuenta separada y utilizar los intereses para financiar las becas apropiadas.
40. El Director agradeció a las Confederaciones de empleadores de Dinamarca, Finlandia, Noruega y Suecia por su contribución de 5.000 dólares de los Estados Unidos para financiar el curso para becarios.
41. El Sr. Ahmed deseó que quedase constancia del agradecimiento del Grupo de los Trabajadores por el legado Phelan. Asimismo, agradeció a las Confederaciones nórdicas de empleadores por su contribución a la financiación del curso para becarios.
42. El Sr. Imoisili pidió que también quedase constancia del agradecimiento del Grupo de los Empleadores por el legado Phelan, y sugirió que se informase de este generoso donativo a los administradores del patrimonio de antiguos Directores Generales. Las becas podrían utilizarse para que los miembros de las organizaciones de empleadores y de trabajadores viniesen a Ginebra y trabajasen en cuestiones que preocupan tanto a la OIT como a los órganos nacionales de estas organizaciones. Asimismo, quiso agradecer en nombre del Grupo de los Empleadores a los Confederaciones nórdicas de empleadores.
43. La Junta recomendó a la Comisión de Programa, Presupuesto y Administración del Consejo de Administración de la OIT que aceptase, y agradeciese, el legado Phelan y la contribución de las Confederaciones de empleadores para la financiación del curso para becarios.
Ginebra, 17 de noviembre de 1997.
Punto que requiere decisión:párrafo 37.
1. Documento INS.B.XXXIX/2, que se adjunta.
2. Documento INS.B.XXXIX/3, que se adjunta al documento GB.270/PFA/3/1.
3. Documento INS.B.XXXIX/4, que se adjunta al documento GB.270/PFA/3/2.
4. Las propuestas fueron examinadas por la Comisión de Programa, Presupuesto y Administración tal y como se establece en el documento GB.270/PFA/3/1.