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Trabajo forzoso en Myanmar (Birmania)

Informe de la Comisión de Encuesta instituida en virtud del artículo 26 de la Constitución de la Organización Internacional del Trabajo para examinar la observancia por Myanmar del Convenio sobre el trabajo forzoso, 1930 (núm. 29) Organización Internacional del Trabajo
Ginebra, 2 de julio de 1998


Parte IV (cont.)

Examen del caso por la Comisión


C. Análisis temático de las formas de trabajo y de
los servicios requeridos por ciertas autoridades

299. Esta parte del capítulo presenta un análisis temático de las formas de trabajo forzoso y de los servicios que han sido requeridos en Myanmar por ciertas autoridades. Las primeras cuatro secciones tratan del trabajo directamente relacionado con los militares o con los grupos de milicianos (cargadores, trabajo en el campamento militar, otros trabajos de apoyo a los militares y reclutamiento forzoso). Las últimas cuatro secciones tratan del trabajo que, aunque implica generalmente a esos grupos, es de índole más general (labores agrícolas, recolección de leña y otros proyectos de producción, construcción y mantenimiento de carreteras, tendido de ferrocarriles y puentes, otras obras de infraestructura y labores urbanas en general).

1) Cargadores

a) Materiales documentales

300. Naturaleza y condiciones del trabajo. Dado que el terreno es montañoso y que faltan carreteras y otras infraestructuras en gran parte de Myanmar, el ejército suele transportar tropas y suministros a pie(349). En general, se recurría para ello a cargadores civiles, generalmente contra su voluntad. Las grandes ofensivas que el Tatmadaw llevaba a cabo habitualmente contra los grupos insurgentes requerían grandes cantidades de suministros y equipo, y podían suponer la utilización de miles y aun de decenas de miles de cargadores civiles durante varios meses(350). Además de la utilización de cargadores para estas ofensivas principales, la Comisión ha sido informada de que -- tanto en las zonas de operaciones como fuera de ellas -- las tropas requisicionaban periódicamente cargadores para una amplia gama de tareas, como transportar equipos y suministros para las patrullas habituales, transportar provisiones a los campamentos militares locales, llevar a cabo diversas labores en los campos militares o permanecer en el campo «a disposición» por si son necesarios para alguna tarea. A menudo los cargadores han sido enviados como soldados en situaciones de peligro potencial para atraer el fuego enemigo con la esperanza de que los insurgentes no ataquen cuando hay peligro de que los cargadores puedan resultar muertos o heridos. También han sido puestos por delante de las tropas en terrenos que se sospechaba que contenían minas, para hacerlas explotar; se ha informado que de esta manea muchos han muerto o han sido heridos de esta manera(351).

301. Parece que los soldados suelen preferir a los varones robustos para que sirvan de cargadores, porque son capaces de moverse con mayor rapidez y de llevar cargas más pesadas. Cuando se recurre a mujeres como cargadores, en general las dejan libres tan pronto como se puede encontrar hombres que las reemplacen, aunque es cierto que en determinadas circunstancias eso puede ocurrir tras un período de tiempo bastante largo(352).

302. Los métodos utilizados para procurarse los servicios de cargadores son muy variados. En las principales operaciones, en las que se requería un gran número de cargadores, se utilizaban diversos métodos para obtenerlos. Las órdenes de requisición de cargadores emanaban de los niveles más altos del mando de la estructura militar(353). Según el número de cargadores requerido, la contribución necesaria podía distribuirse entre un cierto número de distritos, e incluso entre un cierto número de estados y divisiones(354). La orden se trasmitía de arriba a abajo a través de la estructura administrativa del mando, de modo que un municipio determinado era requerido a enviar cierto número de cargadores a un lugar preciso, en una fecha concreta. Para cumplir con esta cuota, se enviaban órdenes a cada circunscripción y a cada aldea para que suministrasen un número determinado de personas. En los casos en que resultaba difícil cumplir con la cuota de esta manera, las autoridades echaban mano de los civiles de las zonas urbanas, entrando en cines, tiendas de vídeos, salones de té, estaciones de autobuses y de ferrocarriles o en cualquier otro lugar donde hubiese concentraciones de público, como los mercados, las celebraciones religiosas, las bodas y los funerales(355). En las zonas rurales, las tropas entraban en los pueblos y reclutaban a cuantos podían reunir. Si no tenían bastantes hombres robustos, las autoridades echaban mano de mujeres, niños, ancianos y personas inválidas para el trabajo(356). La única manera de evitar esta situación era pagar una cantidad importante de dinero (del orden de varios miles de kyats(357)) a las autoridades para quedar exento de estas tareas. Cuando se marchaban los que habían pagado esta suma, las autoridades reclutaban a otros en su lugar. Al parecer las autoridades empezaron rápidamente a reunir a más gente de la que se necesitaba, sabiendo que algunos de ellos pagarían una suma de dinero para quedar libres; la cantidad de dinero que había que pagar dependía del número de personas «de más» que había sido reunidas(358).

303. Con frecuencia los presos han sido trasladados desde las cárceles y los campos de trabajo de todo el país para ser utilizados en las grandes ofensivas militares. Seguían llevando el uniforme de la cárcel y solían estar separados de los demás cargadores. En ciertos casos, los presos eran obligados a seguir trabajando en esas condiciones aun después de la fecha prevista para volver a la libertad(359).

304. En las zonas rurales, las órdenes de requisición de cargadores solían brindar algún tipo de información general sobre la labor para la que los cargadores eran reclutados: trabajos generales en el campamento militar, una tarea especial como el transporte de suministros al campamento o una operación militar. A partir de ahí, se dejaba a criterio del jefe de aldea disponer qué vecinos tenían que acudir. Además, las aldeas tenían que suministrar un número determinado de cargadores a cada uno de los campamentos militares de su zona, y eso de manera permanente; normalmente, los vecinos establecían turnos rotatorios de unos días para cada uno. La única manera de evitar estos trabajos era contratar un sustituto o, en ciertos casos, pagar una cantidad de dinero para quedar exento.

305. Las poblaciones urbanas sólo solían ser requisicionadas para suministrar cargadores durante las grandes operaciones, aunque los militares también reclutaban a los que pasaban por la calle para otras tareas de menor importancia. También en ese caso, la única manera de evitar estas obligaciones era pagar una cantidad de dinero para ser eximido, o contratar un sustituto.

306. Las personas obligadas a trabajar en el transporte de cargas por el jefe de aldea, por las autoridades locales o directamente por los militares, no solían recibir indicaciones sobre la duración de su requisición. Aun cuando se les diesen ciertas indicaciones, en general no eran muy precisas, y en cualquier caso no solían ser respetadas(360).

307. Además de reclutar sistemáticamente o de ordenar a las autoridades locales que suministren trabajadores, las unidades militares los requisicionan también al azar, en las aldeas y zonas rurales por las que pasan. Esto puede ocurrir en ocasión de una gran operación o durante una patrulla a través de una zona alejada del conflicto. Las unidades militares tienen una necesidad constante de «completar» los efectivos de cargadores para sustituir a los que habían resultado muertos, a los que se habían fugado o a los que habían caído enfermos o que por alguna razón no podían continuar prestando servicio. Asimismo, la requisición de cargadores puede servir para obtener dinero de los municipios como sanción o sencillamente para oprimir a la población(361). En tales circunstancias, la única manera de evitar ser reclutado como cargador era pagar una cantidad de dinero para quedar exento. Cuando los aldeanos eran reclutados directamente por los soldados para trabajar como cargadores, sus familias no recibían notificación alguna(362).

308. Cuando las tropas llegan a una aldea, con frecuencia los hombres se han escapado por miedo de ser detenidos o asesinados por el ejército, sobre todo en las zonas de conflicto, en las que pueden ser acusados de rebeldes. Generalmente, las mujeres se quedan en casa porque suelen ser tratadas con menos violencia. Cuando eso ocurre, si los soldados no encuentran hombres requisicionan mujeres para el transporte de cargas(363). Se dieron casos en que mujeres embarazadas y madres que estaban amamantando fueron obligadas por fuerza a trabajar como cargadoras(364).

309. Habida cuenta de las grandes variaciones en la cantidad de cargadores que se requerían de las distintas aldeas en cada momento, parece que se hizo poco para mantener estas requisiciones dentro de ciertos límites. Se dieron casos en que un hogar de una aldea tuvo que suministrar un cargador hasta dos veces al mes, por una duración indeterminada, además de tener que cumplir otras exigencias de trabajo(365).

310. La duración de las requisiciones para el transporte de cargas varía mucho y depende de varios factores. Los cargadores reclutados por las patrullas solían ser reemplazados, a intervalos regulares de unas dos semanas, por otros vecinos de la misma aldea. El jefe de aldea tiene la obligación de localizar las tropas y de enviar allí los reemplazos. Normalmente, los cargadores no eran liberados hasta que llegaban estos reemplazos. A veces era difícil enviarlos, porque las tropas estaban a gran distancia del pueblo o porque se desconocía el lugar donde estaban. En tales casos, los cargadores podían verse obligados a trabajar durante mucho más tiempo.

311. Los cargadores reclutados para las ofensivas solían tener que trabajar durante períodos más largos, porque era mucho más difícil reemplazarlos y porque la demanda de cargadores era muy fuerte en tales momentos. Habida cuenta de los peligros de enfermedad, lesión o malos tratos por parte de los soldados, muchos cargadores optaban por fugarse sin esperar a ser liberados. De manera habitual, se disparaba sobre los cargadores que trataban de fugarse, y si podían ser capturados se les daba una paliza o se los fusilaba delante de los demás cargadores, como advertencia(366). Los cargadores que han tratado de fugarse en las zonas de conflicto al parecer son los que han sufrido las represalias más fuertes.

312. Los aldeanos y los habitantes de las ciudades de todo Myanmar tienen que pagar diversos gravámenes y tasas e impuestos, entre ellos la «tasa de transporte de cargas»(367). Esta contribución no comprendía el dinero que hubiera que pagar para evitar tener que trabajar como cargador, puesto que el pago de dicha tasa aparentemente no reducía la requisición de cargadores que se hacía a las comunidades. Sin embargo; si una comunidad no pagaba la tasa, solía ser sancionada con un aumento de la requisición de cargadores, puesto que los que no la pagaban solían ser arrestados y utilizados como cargadores. Aunque la recaudación de esta tasa era en teoría para pagar un salario a los cargadores, parece que de hecho estos cargadores nunca eran pagados, salvo cuando otra persona los contrataba para ocupar su lugar(368).

313. Sin embargo, a veces resultaba difícil (o por lo menos muy caro) contratar a un sustituto para ciertos tipos de transporte de carga, especialmente cuando se trataba de operaciones militares que duraban mucho tiempo, eran muy peligrosas y exigían grandes sacrificios(369).

314. La Comisión ha recibido una gran cantidad de información que explica con detalle la situación de los cargadores durante su servicio. Esta información indica que los cargadores suelen tener que transportar cargas de 30 a 40 kilos para los hombres y de 20 a 30 kilos para las mujeres, aunque no son pocos los informes de los cargadores que declaran haber tenido que llevar hasta 50 kilos de peso(370). Estas cargas podían ser alimentos, municiones, las mochilas de los soldados y otras cosas, que normalmente se transportan en cestos de caña o bambú, con correas sobre los hombros y una correa de refuerzo sobre la frente. Cuando la carga es muy pesada y se transporta por mucho tiempo, las correas y el propio cesto se clavan en la carne de los hombros y las espaldas, abriendo grandes llagas, que a veces llegaban a dejar el hueso al descubierto(371). También son muy corrientes las llagas y heridas de los pies(372). Las mujeres y los niños suelen tener que transportar cargas más ligeras, pero por lo demás el tamaño de la carga no tenía demasiado en cuenta la edad, el estado físico o las fuerzas de la persona en cuestión(373).

315. Los cargadores son obligados a transportar estas cargas a grandes distancias, descansando sólo cuando las tropas descansan. Habitualmente, los cargadores tienen que transportar estas cargas en jornadas que pasaban de 12 horas al día con poco descanso, durante días, semanas, o meses. No ha sido raro (especialmente durante las ofensivas militares) que los cargadores tuviesen que transportar sus cargas durante 24 ó 36 horas corridas, sin dormir(374). Los cargadores, especialmente los que habían sido reclutados sin previo aviso y llevados directamente a trabajar, apenas tenían enseres personales y lo más corriente era que sólo tuviesen las ropas que llevaban en el momento en que fueron reclutados. No se les daba ningún otro vestido, ni mantas o calzado adecuado.

316. La alimentación consistía en unas raciones mínimas, que solían ser de media lata a una lata de arroz al día(375), a veces acompañada de un poco de sal, pimientos o una salsa aguada de guisantes(376). Muchos antiguos cargadores dicen que esto es mucho menos que lo que se da a los soldados, y que cuando se daba a las tropas carne u otros alimentos de mejor calidad, nada de ello llegaba a los cargadores. A diferencia de los soldados, los cargadores no disponían de cantimploras de agua y se les prohibía que bebiesen de los torrentes cuando estaban en camino, porque los soldados decían que eso entorpecería la marcha(377). Algunos cargadores que pidieron a los soldados que les dejaran beber de sus cantimploras, fueron golpeados por ello(378).

317. Las mujeres obligadas a servir como cargadoras fueron a veces violadas o víctimas de abusos sexuales por parte de los soldados(379). Los cargadores que iban demasiado despacio solían ser golpeados con varas, les daban puñetazos, patadas y culatazos con los fusiles o los pinchaban con la punta de las bayonetas(380). Los cargadores que seguían siendo lentos o que no podían con las cargas por estar agotados, enfermos o heridos, recibían muchas veces tremendas palizas y eran obligados a continuar; si no podían, eran abandonados o asesinados(381). La ejecución de los cargadores que no podían continuar parece haber sido más frecuente en las zonas de conflicto potencial(382). En estas zonas, los cargadores no solían ser fusilados sino golpeados hasta la muerte, degollados, despeñados por los barrancos, echados a los ríos con las manos atadas a la espalda o quemados vivos(383). Los cargadores que podían seguir llevando sus cargas al ritmo exigido, que no resbalaban ni se caían y que eran obedientes, no solían ser golpeados.

318. Además de los que fueron ejecutados, muchos cargadores murieron por enfermedad, especialmente por malaria e infecciones gastrointestinales. La malaria o paludismo era especialmente endémica en las regiones montañosas, recubiertas de espesas selvas y alejadas de las llanuras centrales de Myanmar, en las que radicaba el foco principal de oposición armada al Gobierno. Los cargadores no disponían de ninguna forma de profilaxis, y era muy raro que recibiesen tratamiento médico o medicamentos de cualquier tipo(384).

319. Los cargadores estaban también expuestos a situaciones de combate peligrosas(385). Entre estos peligros estaban las minas y otros tipos de trampas, las emboscadas y los combates de diversa importancia. Al parecer, las unidades militares no trataban de disminuir los peligros a que estaban expuestos los cargadores en estas situaciones. Al contrario, los soldados obligaron a veces a los cargadores a marchar delante de ellos en las zonas en que había minas y otras trampas o en que sospechaban que les podían tender emboscadas, para reducir el peligro al que estaban expuestas las tropas; si estaban transportando municiones, los cargadores tenían que llevarlas a los soldados durante los combates(386). Se dice también que se dieron casos en que los soldados obligaron a los cargadores a cambiar sus ropas por las suyas, para atraer así el fuego enemigo(387). Así resultaron muertos o heridos muchos cargadores(388). Al parecer, las indemnizaciones por muerte o lesiones, así como el tratamiento médico en caso de herida o lesión, han sido insignificantes(389). En caso de muerte, ésta no solía notificarse a la familia del cargador.

320. Para evitar que se fugasen, los cargadores estaban constantemente vigilados. De día, con frecuencia permanecían atados unos a otros, o a sus cargas, y se les mantenía bajo vigilancia en los «bunkers» o permanecían encadenados unos a otros por grupos durante la noche(390). Por la noche, con frecuencia tenían que dormir al raso, sin techo ni mantas, aun con frío y lluvias. Durante los combates, en los que hubiesen podido aprovecharse de la confusión para darse a la fuga, los cargadores solían ser situados en medio de los soldados para que su fuga resultase más difícil(391). Los antiguos cargadores dicen que los intentos de fuga eran menos viables cuando habían sido enviados por el jefe de aldea como respuesta a una orden militar, porque su identidad (o por lo menos, la de su aldea) era conocida por los soldados, de modo que ellos, sus familias o su aldea podían tener problemas. En cambio, los cargadores que habían sido requisicionados por las tropas de paso no podían ser identificados tan fácilmente de esta manera, de modo que tenían menos problemas si conseguían fugarse.

321. En los casos en que se necesitaba un gran número de cargadores y se prorrateaban cuotas entre todos los pueblos de una zona extensa, los requisicionados eran llevados a grandes distancias de su hogar. No era raro el caso de personas trasladadas desde la capital Rangún, o incluso desde el estado de Rakhine, para trabajar como cargadores en ofensivas que se estaban llevando a cabo en la frontera de Tailandia. Se dice que ésta podía ser una estrategia deliberada para reducir las oportunidades de fuga de los cargadores, puesto que estaban en un terreno que les resultaba desconocido(392).

322. Si finalmente conseguían escapar o eran liberados después de cierto tiempo, se encontraban en una zona desconocida, sin dinero ni nada de valor. No se adoptaron disposiciones de ningún tipo para que los cargadores liberados fuesen transportados de nuevo a sus hogares, aunque en algunos casos se les daban unos pases para que pudiesen franquear los controles militares de la zona. Estos cargadores, escapados o liberados, solían engrosar el número de personas desplazadas en el interior del país, con muy pocas oportunidades para volver a sus hogares. En cualquier momento se exponían a ser requisicionados como cargadores por otras unidades militares al pasar por los controles, o cuando se encontraban con patrullas militares(393).

323. Ejemplos concretos. La Comisión dispone de información sobre requisición y utilización de cargadores en la mayoría de las zonas de Myanmar, que incluyen los estados de Chin, Kachin, Kayah, Kayin, Mon, Rakhine y Shan, así como las divisiones de Ayeyarwady, Bago, Sagaing, Tanintharyi y Rangún. Los requisicionados para el transporte de cargas comprenden mujeres, menores, personas de más de 45 años y personas que por otros motivos no son aptas para el trabajo(394).

324. La utilización de cargadores en las zonas orientales y centrales de Myanmar era muy corriente, especialmente en las operaciones militares de gran escala contra los grupos opositores en la región cercana de la frontera oriental con Tailandia. Se tratará de esta región en los párrafos que siguen.

325. En el estado de Shan, los civiles eran requisicionados por las unidades militares en cierto número de zonas(395) y utilizados como cargadores(396) . Las informaciones se refieren a un período que va de 1992 a 1997. Se declara también que los civiles solían ser obligados a actuar como centinelas en el ferrocarril de Namhsam a Mongnai, en 1995(397).

326. Se dispone de gran cantidad de informaciones en relación con el estado de Kayah(398). Los cargadores eran requisicionados en diversos municipios por varias unidades militares(399), especialmente en puntos de reubicación como Demawso, Shadaw y Ywathit. La información de que se dispone abarca el período de 1992 a 1997 e incluye copias de diversas órdenes de requisición de cargadores para una operación militar, despachadas en 1995 por el LORC del municipio de Demawso.

327. Se ha recibido un gran volumen de información relativa a la requisición y explotación de cargadores en todas las partes del estado de Kayin(400), que implican a un gran número de unidades militares así como a la milicia del Ejército Democrático Budista de Kayin (DKBA)(401). Los cargadores del estado de Kayin eran también habitualmente obligados a realizar otras tareas, como hacer de centinelas y guías para las tropas, una práctica que se trata más adelante en los párrafos 374 al 388. También se dispone de información en el sentido de que los civiles (incluidas las mujeres) eran con frecuencia obligados a hacer de detonadores humanos de las minas, durante su servicio como cargadores(402). Los cargadores han sido también utilizados por los soldados para llevar a sus campamentos los productos que habían expoliado en los pueblos(403). La información abarcaba de 1988 a 1997, e incluye copias de las órdenes de las autoridades que requerían a los pueblos suministrar cargadores, así como informaciones sobre los desertores del ejército.

328. En la división de Bago, los cargadores solían ser requisicionados por los militares en las zonas cercanas a los límites del estado de Kayin, que tiene una mayoría de población perteneciente a la etnia karen, comprendidos los municipios de Shwegyin y Kyaukkyi, varias partes del distrito de Toungoo, incluyendo la propia ciudad de Toungoo, y partes del distrito de Nyanunglebin. Cierto número de cargadores eran también requisicionados en otras partes de la provincia(404). Esta información se refiere al período 1992-1997. Algunos cargadores, incluso mujeres, han sido forzados a marchar delante de las tropas como detonadores humanos de minas; muchos de ellos resultaron muertos o heridos por las minas. Además, los cargadores eran obligados por los militares a montar guardias(405).

329. También ha habido requisición de personas en la provincia de Rangún, para transportar cargas en las operaciones militares en otras partes del país. Según parece se buscaba sobre todo a los musulmanes. En octubre de 1988, los militares requisicionaron una gran cantidad de personas en la capital Rangún y les obligaron a trabajar como cargadores en el estado de Kayin(406). Lo mismo ocurrió en 1994 y 1995 durante otra ofensiva en la misma zona(407).

330. También se ha recibido mucha información relacionada con el estado de Mon(408). Los cargadores eran requisicionados o simplemente utilizados por diversas unidades militares en varias zonas distintas(409). Como se menciona más adelante(410), se obligaba también a los civiles a realizar otras tareas, generalmente relacionadas con el transporte de cargas, como servir de guías para las tropas, de detonadores humanos de minas o de centinelas, y también como escudos humanos(411). Estas informaciones abarcan desde 1990 hasta 1997 e incluyen copias de las órdenes de requisición de cargadores de las autoridades.

331. La Comisión recibió abundante información sobre el transporte de cargas en la división de Tanintharyi. El transporte de cargas forzoso parece haber sido especialmente utilizado en el municipio de Yebyu(412), si bien se dispone de informaciones de personas requisicionadas por diversas unidades militares(413) en la mayor parte de las zonas de la división que fueron obligadas a trabajar como cargadores(414). Estas informaciones abarcan desde 1991 a 1997, e incluyen las informaciones procedentes de los desertores del ejército y las copias de las órdenes de requisición de cargadores de las autoridades.

332. En la parte occidental del país, los cargadores eran comúnmente utilizados para las patrullas de rutina y otras tareas de corta duración. Esto es lo que ocurrió en varias partes del estado de Chin(415), por lo menos desde 1994 a 1997. Estas informaciones comprenden diversas entrevistas con los desertores del Tatmadaw, así como cierto número de órdenes de requisición de cargadores(416). En el estado de Chin también se utilizaban los cargadores como centinelas y escudos humanos. Por ejemplo, 30 campesinos fueron obligados a montar guardias y tuvieron que encargarse de seis puestos de centinela en Tantlang(417). Del mismo modo, los cargadores fueron utilizados para varias tareas de transporte de cargas en el estado de Kachin(418), la división de Sagaing(419) y la división de Ayeryarwady(420). Esta práctica se trata más adelante, en los párrafos 374 a 388.

333. En el estado de Rakhine, fueron requisicionados cargadores que fueron utilizados tanto en el ejército como en la NaSaKa. Los cargadores eran requisicionados en varias zonas, entre ellas la ciudad de Sittway (Akyab) y los municipios de Maungdaw y Buthidaung, tanto entre el pueblo rohingya como el pueblo rakhine(421). También hubo civiles que fueron obligados a hacer de centinelas, por ejemplo en el campamento de la NaSaKa en el municipio de Maungdaw, en 1992(422).

b) Declaraciones orales de los testigos

334. Más de 186 testigos declararon que tenían la experiencia del transporte de cargas, ya porque hubiesen sido ellos mismos obligados a transportar comidas, equipos y municiones para los militares o porque algunos miembros de su familia (esposas, esposos o parientes) habían sido obligados a hacerlo. Los testimonios reunidos por la Comisión se refieren a acontecimientos que tuvieron lugar en los estados de Chin, Kayah, Kayin, Mon, Rakhine y Shan, así como en las divisiones de Magway, Sagaing, Tanintharyi y Rangún. Todos ellos brindan amplia información desde el año 1993 hasta la actualidad, aunque cierto número de testigos se refiere también a los acontecimientos que ocurrieron antes de este período.

335. El transporte de cargas constituye claramente una forma de trabajo forzoso, que han experimentado la mayor parte de los testigos que han declarado ante la Comisión. Es también la forma más ardua y degradante del mismo. Varios testigos señalan que el transporte de cargas constituye una tarea más que hay que añadir a las demás formas de trabajo y servicios que ya habían impuesto los militares; por consiguiente, a los trabajadores les queda muy poco tiempo para atender sus necesidades personales y económicas(423).

336. Para aclarar las variaciones de la práctica del transporte de cargas en las distintas regiones de Myanmar, la Comisión ha agrupado las pruebas según el lugar en que se produjeron los hechos. Al redactar los resultados de su investigación, la Comisión ha subrayado las similitudes que existen entre las regiones. Por lo tanto, en esta sección, la Comisión presentará las pruebas sobre la práctica del transporte de cargas tal como se le han presentado en las regiones oriental y central de Myanmar, por un lado, y las pruebas relativas a la región occidental, por otro lado. Por la propia naturaleza de las pruebas reunidas por la Comisión, la sección que se ocupa de la región occidental se centrará sobre todo en el pueblo rohingya, que vive principalmente en la parte septentrional del estado de Rakhine.

337. Las pruebas relativas al transporte de cargas en las partes central y oriental de Myanmar, abarcan los estados de Kayah, Kayin, Mon y Shan, así como las divisiones de Bago, Tanintharyi y Rangún. Más concretamente, en el caso del estado de Kayah, las pruebas se refieren principalmente a los acontecimientos que se produjeron entre 1990 y 1993, años inmediatamente anteriores a los reasentamientos de un gran número de pobladores a los nuevos emplazamientos de Mawchi, Ywathit y Shadaw. De hecho, por razones de supervivencia, los testigos abandonaron muy pronto estos nuevos emplazamientos. No obstante, dos testigos (uno de ellos desertor del Tatmadaw, que había estado destinado en Demawso entre 1990 y 1996), declararon que el sistema de transporte de cargas en dicho estado no había cambiado para nada en los meses y años siguientes(424).

338. El transporte de cargas, tal como se lleva a cabo en la parte occidental de Myanmar, está vigente en los estados de Chin y Rakhine, así como en la división de Sagaing. En el caso concreto del estado de Rakhine, la mayor parte de las pruebas de que dispone la Comisión se refieren a la situación de los rohingyas, aunque por lo menos unos de los testigos de origen rakhine dijo haber tenido que llevar a cabo transportes de cargas una o dos veces al año entre 1992 y 1993. En dichas ocasiones, no recibió ninguna remuneración ni alimentos y tuvo que llevar consigo su propia comida(425).

339. El transporte de cargas requerido de los rohingyas ha de situarse en el contexto general de su situación. Los testigos rohingyas declararon que habían tenido que marcharse de Myanmar porque la carga de trabajo forzoso que pesaba sobre ellos les resultaba insoportable y les impedía atender a sus propias necesidades básicas(426). Muchos de los testigos rohingyas eran requisicionados para transportar cargas más de 10 días al mes o con tanta frecuencia que ya no podían calcular su número exacto(427). El transporte de cargas es sólo una de las muchas exacciones a las que son sometidos los rohingyas, y viene a añadirse, entre otras cosas, a la imposición fiscal arbitraria, a la confiscación o incautación de sus bienes y tierras, el resultado de todo lo cual es que se ven privados de todo medio de sustento.

340. Los testigos suministraron pruebas de dos métodos utilizados por los militares en todo Myanmar para reclutar cargadores. En ambos casos, podían servirse del jefe de aldea o actuar directamente. Si optaban por la primera alternativa, transmitían las oportunas órdenes al jefe de aldea(428), con instrucciones de suministrar un número determinado de cargadores en un plazo muy breve(429). Los jefes de aldea y de término municipal que han sido interrogados al respecto, dicen que estaban absolutamente obligados a cumplir las órdenes de los militares, so pena de castigo físico(430); estas amenazas eran a veces simbolizadas incluyendo una bala, un pedazo de carbón o un pimiento(431) dentro de la orden, como referencia a las violentas represalias que se tomarían contra el jefe o su aldea si no se cumplía la orden. En general, se requisiciona una persona por hogar. De las pruebas se deduce que la presión ejercida a continuación sobre los campesinos para responder a las exigencias de las sucesivas requisiciones es tal que muchos de ellos prefieren fugarse antes que tener que acompañar a las unidades militares en sus patrullas u operaciones(432).

341. El segundo método para reclutar cargadores consiste en que los militares se apoderan por la fuerza o capturan las personas que necesitan(433). Estas capturas se producen así que surge la necesidad, y especialmente cuando la orden transmitida a las autoridades locales no ha sido llevada a cabo debidamente, como cuando el jefe de aldea no ha suministrado un número suficiente de cargadores en los plazos que le han sido impuestos. La situación de los rohingyas en el norte del estado de Rakhine se ha agravado porque sus servicios son a veces requeridos de manera muy mal coordinada por distintas autoridades, como el Tatmadaw, la NaSaKa o la policía(434).

342. Hombres, mujeres y niños (algunos de ellos poco mayores de diez años) declaran que han sido forzados a transportar cargas para los militares(435). Sólo los testigos rohingyas del norte del estado de Rakhine declararon que el transporte de cargas había sido ejecutado exclusivamente por los varones.

343. Aunque en general se prefiere a los hombres para el transporte de cargas, a veces se fugan para no tener que acompañar a los militares, en cuyo caso las tropas requisicionan a las mujeres y a los niños. Las pruebas obtenidas muestran que las mujeres son aún más vulnerables que los hombres en este medio, porque, además del transporte de cargas, están también sometidas a abusos sexuales por parte de los militares(436). La negativa a efectuar el transporte requerido resulta absolutamente inconcebible, y es castigada sistemáticamente con penas físicas(437) o con multas(438).

344. Los cargadores tienen que transportar municiones, equipos y alimentos, que -- en el caso de los hombres -- llegan a pesar más de 30 kilos(439). Según los testimonios que se han podido escuchar, el transporte de cargas puede adoptar diversas formas. Los cargadores pueden tener que acompañar a los militares cuando van de un campamento a otro, cuando efectúan patrullas regulares o durante las operaciones militares. Aparentemente los testigos han sido obligados a efectuar todas estas formas de transporte de cargas en la parte oriental de Myanmar, especialmente en los estados de Shan, Mon, Kayah y Kayin. Los testigos del norte del estado de Rakhine han declarado sobre todo que tenían que transportar municiones, equipos y raciones para los militares de un poblado o campamento a otro, o acompañarlos en las patrullas(440). Las pruebas indican que en esta parte del territorio de Myanmar las operaciones militares ofensivas han sido más escasas que en la región oriental del país, donde en los últimos años se produjeron frecuentes choques armados con los grupos de oposición karen, karenni, mon(441) y shan(442). Además del transporte de cargas que se necesitaba para determinados movimientos de tropas, los testigos han declarado que tenían que permanecer a disposición junto con otros campesinos durante un determinado período para atender las necesidades de las unidades militares, cuyos campamentos estaban situados cerca de su poblado(443).

345. En general, los cargadores se ven forzados a caminar desde la mañana hasta la noche, sin tener a veces ni un solo momento de descanso(444). Un desertor estimaba que para 30 soldados se requerían 20 a 30 cargadores, para transportar sus equipos y enseres en viaje corriente(445). Sin embargo, el número de cargadores aumenta según la escala de la operación militar en la que toma parte la división, batallón o compañía(446).

346. Cuando transportan cargas entre los campamentos o durante las operaciones y patrullas militares, los cargadores son con frecuencia colocados al frente de la columna, puesto que hacen como guías(447); al ponerlos al frente, los militares los utilizan también para detectar las minas que pueden explotar a su paso(448). Durante los combates armados, los cargadores son utilizados como escudos humanos(449), y muchos de ellos resultan muertos a consecuencia de ello(450). Cuando se ven envueltos en este tipo de enfrentamientos, los cargadores tienen que permanecer con los soldados para suministrarles municiones, y si tratan de escapar corren el riesgo de ser muertos a tiros(451).

347. La duración del transporte de cargas en la parte oriental del país varía y puede extenderse a lo largo de varios meses(452) al tiempo que el mismo servicio descrito por los rohingyas puede durar menos de una semana aunque puede repetirse varias veces al mes(453). En realidad, el período de tiempo que se les puede indicar al principio de la requisición no tiene importancia, porque los cargadores no son nunca liberados hasta que la operación para la que han sido requisicionados o arrestados queda completamente terminada o hasta que llegan nuevos reemplazos o los militares capturan nuevos cargadores(454). Además, es corriente que un cargador que ha terminado su tarea sea capturado cuando vuelve a casa por otra unidad militar para llevar su impedimenta(455).

348. La Comisión dispone de muchas pruebas sobre las condiciones generales en que se efectúa el transporte de cargas entre uno y otro campamento durante las operaciones militares o las patrullas de reconocimiento, así como sobre los malos tratos que sufren los cargadores. Las personas requisicionadas no reciben remuneración alguna(456), y si son alimentadas, la comida es insuficiente y de mala calidad(457). Los testigos suelen mencionar una ración de arroz podrido, tan escasa que puede caber en el hueco de una mano. Para evitar las fugas, a veces los cargadores son encadenados y estrechamente vigilados(458). En caso de enfermedad, lesión o herida, todos los cargadores interrogados fueron unánimes en que nunca habían recibido la atención médica necesaria, y algunos de ellos incluso fueron abandonados a su suerte en medio de la jungla(459).

349. Si los cargadores no pueden seguir el paso de la columna o si muestran algún signo de debilidad, los militares no vacilan en golpearlos o darles violentos puñetazos, que les causan heridas que pueden tener consecuencias graves, cuando no fatales(460). En otras ocasiones, los militares han disparado sobre los cargadores(461) ya fuera porque estaban demasiado débiles o habían tratado de fugarse, o simplemente para inspirar miedo y terror a los demás cargadores(462).

350. Algunos testigos declaran que con frecuencia es posible evitar las tareas de transporte de cargas si se paga una cierta cantidad de dinero a los militares o a las autoridades. La cantidades indicadas a la Comisión a ese respecto varían considerablemente(463). Por ejemplo, uno de los testigos pagó 600 kyats al mes durante casi 15 años para eludir el transporte de cargas para los militares(464). Otros indican que era posible enviar un sustituto para que efectuase el transporte en su lugar(465).

2) Trabajo en los campamentos

a) Materiales documentales

351. Naturaleza y condiciones del trabajo. La Comisión recibió informaciones detalladas sobre diversos aspectos del trabajo forzoso en relación con los campamentos militares. Las informaciones indican que cuando se establecía un nuevo campamento militar, se solían confiscar los terrenos de las aldeas vecinas sin pagar indemnización alguna.

352. A continuación, a todas las aldeas de la zona se les imponía enviar por lo menos una persona por familia para la construcción del campamento. Tenían que empezar desbrozando y nivelando el terreno, y a continuación tenían que construir los edificios del campamento siguiendo las instrucciones. También tenían que cavar trincheras y construir bunkers y otras fortificaciones, tales como vallas y empalizadas defensivas con cañas de bambú puntiagudas. Generalmente tenían que trabajar día tras día hasta que la construcción del campamento estuviese terminada. Además, las aldeas tenían que suministrar todos los materiales de construcción, como la madera, el bambú y las hojas para las techumbres(466). Después de la construcción del campamento, tenían que llevar a cabo trabajos de reparación a intervalos regulares, por lo menos una vez al año (normalmente después de la estación de lluvias, que es cuando se producen la mayor parte de los daños).

353. Además de construir y reparar los campamentos, las aldeas tenían que suministrar cierto número de trabajadores de manera permanente para llevar a cabo diversos servicios en el campamento, como la limpieza y el mantenimiento, cocinar, recolectar agua o leña, lavar la ropa y hacer de mensajeros. Dichos mensajeros llevan las órdenes escritas o las convocatorias del campamento a los jefes de aldea, además de realizar una gran variedad de trabajos para el campamento militar y sus oficiales(467). Generalmente, estos trabajadores eran mujeres, a veces porque el campamento pedía concretamente que fuesen mujeres, pero las más de las veces porque ésta era considerada como una forma menos ardua de trabajo forzoso que las demás, tal como el transporte de cargas, reservada normalmente a los hombres. Generalmente, los trabajadores de los campamentos militares podían volver a su casa por la noche, pero en determinadas circunstancias esto no era posible, porque no se les permitía o por ser grande la distancia que hay entre la aldea y el campamento militar. En tales casos, los trabajadores tenían que pernoctar en el campamento militar durante cierto número de días hasta que llegasen los reemplazos de su pueblo, de conformidad con el plan organizado por el jefe de aldea. En tales circunstancias, las mujeres corrían grave peligro de ser víctimas de malos tratos y violaciones, que al parecer no eran infrecuentes. Sin embargo, los malos tratos que no son de orden sexual padecidos por las mujeres parecen haber sido menos corrientes que en el caso del transporte de cargas y de algunas otras formas de trabajo forzoso(468).

354. Algunos ejemplos concretos. Las informaciones de que dispone la Comisión contienen detalles de la utilización del trabajo forzoso en la construcción, reparación y atención de los campamentos militares y de otros servicios en la mayor parte de las zonas del país, especialmente en las zonas fronterizas y en las que actúan los insurgentes. La Comisión recibió informaciones específicas de los estados de Chin, Kachin, Kayah, Kayin, Mon, Rakhine, y Shan, así como de las divisiones de Ayeyarwady, Bago, Sagaing y Tanintharyi.

355. El recurso al trabajo forzoso para la construcción, reparación y atención de las instalaciones militares en las zonas orientales de Myanmar era muy corriente, especialmente en las zonas cercanas a la frontera oriental con Tailandia. Esta región, que abarca los estados de Shan, Kayah, Kayin y Mon, así como las provincias de Bago y Tanintharyi, será tratada en primer lugar en los párrafos que vienen a continuación.

356. En el estado de Shan, se recurrió al trabajo forzoso para la construcción, reparación y atención de cierto número de campamentos en varios municipios distintos(469), comprendidos los campamentos en los lugares de reasentamiento(470). Esta información se refiere al período entre 1992 y 1998(471).

357. La Comisión recibió una gran cantidad de informaciones en relación con la construcción, reparación y atención de los campamentos militares del estado de Kayah(472). Para estos trabajos, se solían utilizar las poblaciones que habían sido reasentadas por fuerza en sitios bajo control militar. Las informaciones abarcan la reconstrucción y renovación de cierto número de campamentos en 1996 y 1997(473). Otros campesinos fueron obligados a trabajar en los campamentos como mensajeros, o en otros servicios(474).

358. Se recibió una gran cantidad de información en relación con el estado de Kayin y las regiones vecinas de la división de Bago(475). Los civiles fueron obligados a construir, reparar o atender un gran número de instalaciones militares durante los años de 1992 a 1997(476). Las informaciones incluyen copias de diversas órdenes de requisición de trabajadores para esta labor(477).

359. En el estado de Mon, los civiles fueron obligados a llevar a cabo trabajos de construcción, reparación y atención de diversos campamentos de 1994 a 1997(478). La información incluye copias de las órdenes de requisición de trabajadores(479).

360. Se ha recibido una gran cantidad de información relativa a las instalaciones militares en la provincia de Tanintharyi, que muestra que se utilizó trabajo forzoso para la construcción, reparación y atención de gran número de estas instalaciones(480) en varios municipios(481) que abarcan una gran parte de la división(482). Parece haber habido una demanda especialmente importante de mano de obra forzosa para estos fines en el municipio de Yebyu. La información incluye varios ejemplares de las órdenes de requisición de trabajadores.

361. La Comisión ha recibido menos informaciones acerca de la parte occidental de Myanmar. Sin embargo, ha recibido informaciones pertinentes, en especial de los estados de Rakhine y Chin.

362. En el estado de Rakhine, el trabajo forzoso ha sido utilizado para la construcción, reparación y atención de cuarteles y campamentos para la NaSaKa en los municipios de Maungdaw y Buthidaung, así como en los campamentos para varios batallones(483) en Sittway (Akyab)(484). En varias zonas, que comprenden los municipios de Maungdaw, Buthidaung y Mrauk-U, la población musulmana fue obligada por los militares a realizar diversos trabajos para los aldeanos rakhine y birmanos, entre ellos trabajos de cultivo(485) y de construcción de viviendas (los llamados «pueblos modelo»)(486).

363. El trabajo forzoso se utilizó en la construcción de campamentos militares y otras instalaciones en el estado de Chin. Estas instalaciones comprendían una comisaría de policía, que se construyó en abril de 1996 y puestos de centinela que se terminaron en junio de 1996(487), así como en el campamento militar de Thantlang. Estas informaciones incluyen copias de varias órdenes por las que en 1996 las autoridades requirieron a las aldeas del municipio de Thantlang que cortasen madera y bambú y que trenzasen las techumbres de hoja para la construcción de los campamentos militares(488).

364. Además, la Comisión recibió otras informaciones pertinentes procedentes de otras zonas. Se confiscaron las tierras en los pueblos del estado de Kachin para la construcción de instalaciones militares(489). En la Provincia de Ayeyarwady, se impuso trabajo forzoso para construir campamentos militares, comprendida la construcción de barracas para las tropas que supervisaban la construcción de una carretera entre 1995 y 1996(490). Se recurrió también al trabajo forzoso para la construcción y atención de los campamentos de la división de Sagaing, comprendida la construcción de un campamento para un batallón(491) en el municipio de Monywa en 1995, así como la atención continua al campamento hasta por lo menos 1997, así como la reconstrucción y reparación de campamentos para diversos batallones en la ciudad de Kalaymyo y otras partes del municipio de Kalaymyo a lo largo de los últimos años(492).

b) Declaraciones orales de los testigos

365. Las pruebas obtenidas por la Comisión sobre los campamentos militares se refieren a los campamentos situados en los estados de Chin, Kayah, Kayin, Mon, Rakhine y Shan así como en la provincia de Tanintharyi. Más de los dos tercios de los testigos entrevistados(493) declaran haber sido obligados a construir, renovar o suministrar servicios a los campamentos militares, o haber visto a otros que llevaban a cabo estas tareas. La Comisión interrogó a personas que habían presenciado directamente la ejecución de estos trabajos, trabajadores que habían sido forzados a tomar parte en estas tareas, jefes de aldea o de sección y antiguos soldados del Tatmadaw; todos estos testimonios se corroboran mutuamente e ilustran las características y extensión del trabajo impuesto por las autoridades a esos efectos. Además, la mayor parte de las declaraciones de los testigos abarca un período reciente, que va de 1993 a principios de 1998.

366. Las pruebas ponen de manifiesto que los civiles pueden ser obligados a trabajar en la construcción, renovación o atención de los campamentos por varias autoridades públicas de Myanmar(494), por ejemplo, el Tatmadaw, la policía, las autoridades aduaneras así como la NaSaKa y el Ejército Democrático Budista de Kayin (DKBA), en las zonas en que actúan. Las requisiciones llevadas a cabo por estos diversos grupos no están coordinadas de modo alguno, y por lo tanto pueden duplicarse unas a otras, lo que significa que la carga de trabajo para los campamentos está en proporción directa con el número de estos campamentos existentes en las cercanías de una determinada aldea. Por ejemplo, algunos testigos dicen haber sido obligados a prestar servicios en por lo menos tres campamentos.

367. Los militares suelen reclutar mano de obra a través de los servicios de los jefes de aldea a los que remiten una orden que especifica el trabajo que hay que llevar a cabo y el tiempo que se les da para reunir el número requerido de trabajadores(495); los jefes de aldeas no tienen otra alternativa que cumplir las condiciones descritas bajo amenaza de multa, cuando no de castigo físico(496). En caso de que la orden no se lleve a cabo a satisfacción de los militares, éstos pueden intervenir directamente y capturar por la fuerza los trabajadores que necesitan(497).

368. En general, se requisiciona a una persona por familia para trabajar en los campamentos militares(498). Hombres, mujeres y niños (a veces de sólo siete años de edad) declaran haber sido obligados a ir a un campamento una u otra vez para llevar a cabo las tareas que les imponían las autoridades(499). A veces los padres envían para realizar esas labores a niños que para ello tienen que faltar a la escuela(500).

369. Los campesinos fueron forzados a trabajar en la construcción, renovación y atención de los campamentos militares. La construcción de estos campamentos supone con mucha frecuencia la confiscación de tierras por los militares(501). La labor de construcción propiamente dicha, consiste en el desbroce y nivelación del terreno y en la construcción de los correspondientes edificios; los trabajadores están también obligados a suministrar, sin compensación, los materiales necesarios, como madera, bambú, yeso y cemento(502). También tienen que trabajar en la fortificación de los campamentos cavando trincheras(503) o instalando empalizadas de bambú(504) así como otras trampas defensivas(505).

370. Hay también muchos tipos de tareas de renovación y atención. Los trabajadores pueden recibir la orden de renovar los edificios y reconstruir las vallas(506). Puede ocurrir que tengan que aportar sus propios carros para el transporte de equipos o raciones(507), suministrar al campamento maderas, bambú(508) y agua(509) o brindar determinados servicios como la limpieza(510) cocinar(511), hacer de mensajeros(512) o arrancar malezas(513).

371. El tiempo que hay que pasar en los campamentos depende de la naturaleza del trabajo. Por las pruebas de que se dispone, parece que las tareas de construcción del campamento abarcan un período más largo, mientras que las que suponen servicios son más cortas pero tienen que llevarse a cabo con más frecuencia, según la rotación establecida entre las familias de un determinado grupo o aldea.

372. En cuanto a las condiciones generales del trabajo, no sólo no se da comida a los trabajadores(514) sino que a veces éstos han tenido que llevar comida a los militares(515). Los trabajadores no son pagados(516) ni indemnizados por los materiales que tienen que suministrar(517). Algunos fueron sometidos a malos tratos que tuvieron como resultado graves lesiones(518) y la mayor parte de ellos estuvieron constantemente expuestos a insultos y violencia(519). Al parecer, en ciertos casos los militares perpetraron abusos de naturaleza sexual(520).

373. Los testigos han indicado que es posible eximirse de este trabajo, en la medida en que se pague una determinada cantidad de dinero a las autoridades que lo requieren(521), o que se facilite un sustituto(522). En un caso una aldea prefirió pagar 26.000 kyats para contratar a cuatro sustitutos para llevar a cabo los servicios exigidos por los militares de un campamento vecino(523).

3) Otros trabajos de apoyo para los militares

a) Materiales documentales

374. Naturaleza y condiciones del trabajo. Además del transporte de cargas y del trabajo en los campamentos militares, hay también otras tareas que se exige que sean llevadas a cabo en beneficio de los militares u otras autoridades. Por ejemplo, los campesinos han sido forzados a hacer de guías para los militares en las zonas que no eran bien conocidas de los soldados. Ese fue muy especialmente el caso en las zonas que los militares habían ocupado recientemente. Como esas zonas eran conflictivas, los campesinos reclutados como guías se convertían también en rehenes de los militares: si la columna era atacada, el guía era castigado o ejecutado por haber presuntamente conducido a la columna a una emboscada. En ciertos casos, cuando una columna era atacada la aldea entera tenía que hacer frente a represalias, por sospechársela de haber brindado información sobre los movimientos de la columna a los grupos de oposición.

375. Los civiles, incluidos mujeres y niños, también han sido utilizados como escudos humanos y como detonadores de minas. Aunque eso ocurría con frecuencia en el marco del transporte de cargas, tal como se trata en los párrafos 300 y 319, los civiles eran también utilizados para estas labores en circunstancias distintas del transporte. En las zonas de conflicto potencial, los civiles, incluidos mujeres y niños, solían ser obligados a barrer las carreteras con ramas de árboles o con escobas para detectar minas o hacerlas explotar. Algunas fuentes pretenden que esto era porque los militares esperaban que si los insurgentes sabían esto, no tendrían tanta propensión a poner minas(524). Si los campesinos encontraban minas, con frecuencia el pueblo sufría represalias(525).

376. También se obligaba a los campesinos a actuar como centinelas, especialmente por la noche y en las zonas de conflicto vigilando campamentos militares, carreteras, ferrocarriles y otros lugares estratégicos. Estaban desarmados y tenían que dar la alerta a los soldados si veían a alguien. Si se les daba la alerta, los soldados solían dar una paliza a la persona que la había dado por desencadenar una supuesta falsa alarma o por no haber detenido al sospechoso; si el lugar que estaban vigilando era atacado o si se ponían minas, los que estaban vigilándolo (o la aldea toda) podía enfrentarse a represalias. Si se descubría que los centinelas estaban dormidos durante la guardia, eran castigados y normalmente se les daba una paliza(526). Con frecuencia, se obligaba a los campesinos a construir vallas a los lados de ciertas carreteras para dificultar la implantación de minas por parte de los grupos de oposición(527).

377. Ha sido práctica corriente obligar a los propietarios de carretas de bueyes, barcas, vehículos de motor u otros medios de transporte a ponerse al servicio de los militares. Solían ser utilizados para transportar personal, equipo y suministros a los campamentos, transportar trabajadores forzosos a los lugares de trabajo, y hacer otros servicios relacionados con los proyectos de generación de ingresos de los militares(528).

378. Algunos ejemplos concretos. Los materiales documentales que la Comisión tiene ante sí le brindaron informaciones de otras clases de trabajo realizados para los militares, especialmente la detección de minas y las centinelas. Se dispone de información a ese respecto los estados de Chin, Kayah, Kayin, Mon y Shan, así como de las divisiones de Bago, Sagaing y Tanintharyi. Para más detalles sobre la detección de minas y otras labores que se exigían en el marco del transporte de cargas. Convendrá también referirse a la sección que trata del transporte de cargas(529).

379. La utilización de los civiles como detectores de minas, especialmente para «barrer» las carreteras para detectar minas utilizando algún objeto pesado, parecen haber sido corrientes en las zonas de conflicto potencial, entre ellas el estado de Kayin(530), las partes de la división de Bago que están cerca de la frontera con el estado de Kayin(531), y el estado de Mon(532). La utilización de civiles como guías, escudos humanos o rehenes se dio también en estas zonas, especialmente en las partes recientemente tomadas por las fuerzas militares a los grupos de oposición(533). La información se refiere al período que va de 1992 a 1997.

380. La función de centinela fue también muy corriente en muchas partes de Myanmar, con frecuencia a lo largo de las nuevas carreteras y ferrocarriles en construcción. Se dispone de información a ese respecto de la parte oriental del país, en los estados de Shan(534), Kayat(535), Kayin(536), Mon(537) y en la división de Tanintharyi(538), así como de la parte occidental de la división de Sagaing(539) y del estado de Chin(540). La información se refiere a los años entre 1994 y 1997.

381. La requisición de vehículos para usos militares ha sido corriente en la mayor parte del país y solía ir acompañada de pedidos de cargadores o de trabajadores para los campamentos del ejército. La Comisión recibió informaciones específicas a ese respecto en relación con el estado de Kayin(541), la división de Bago(542), y la división de Sagaing(543). La información abarca los años 1994 a 1996.

b) Declaraciones orales de los testigos

382. Veintidós testigos(544) procedentes de los estados de Chin, Kayah, Kayin, Mon, Rakhine y Shan, así como de las divisiones de Bago y Tanintharyi, brindaron informaciones sobre las tareas adicionales que había que realizar en beneficio de los militares y otras fuerzas públicas. Las pruebas correspondientes abarcan desde 1986 hasta principios de 1998, aunque la mayor parte de ellas se refieren a los acontecimientos que ocurrieron entre 1996 y 1998.

383. Personas de diversas partes del país han declarado que ellas u otras personas tenían que montar guardia a lo largo de las carreteras(545), los ferrocarriles(546), en la entrada de los pueblos(547) o en las cercanías de los campamentos militares que ellas mismas habían tenido que construir(548). Otros tenían que montar guardia en lugares precisos para poder así informar a los militares de los movimientos sospechosos que pudieran observarse en el mar o en alguna frontera cercana(549).

384. Los militares suelen utilizar los servicios de los jefes de aldea para transmitir las órdenes que especifican la naturaleza de la guardia que hay que montar(550). En general, se envía una persona por familia(551), sin tener en cuenta para nada si son hombres, mujeres o niños(552).

385. Los grupos que tienen que montar guardia(553) por un período de tiempo determinado, pueden tener que hacerlo entre uno y siete días(554). Estos grupos tienen que permanecer constantemente en sus puestos de guardia, pasar la noche allí y dividirse las guardias de modo que tengan un centinela de guardia día y noche. Si se quedan dormidos pueden ser castigados físicamente(555), e incluso con represalias contra toda la aldea(556).

386. Las guardias suponen a veces la construcción de vallas a los lados de la carretera o barrer la calzada, por la mañana y por la tarde, para comprobar que no se hayan puesto minas(557). Esta detección de minas se efectúa con una vara o con un rama atada a un carro, y puede ser también exigida en las cercanías de los pueblos y de los campamentos militares(558). Este trabajo es peligroso; los testigos declaran haber visto personas que resultaron heridas, y aun muertas, por la explosión de las minas(559).

387. Las personas que montan las guardias no son retribuidas(560) ni alimentadas(561), y reciben continuos insultos(562). La ejecución de estos trabajos puede evitarse pagando a los militares que lo exigen(563), o enviando a un sustituto(564).

388. Finalmente, otros testigos declaran haber tenido que mantener preparados y a disposición carros, tractores, rickshaws, canoas y botes para responder a las necesidades de transporte de los militares(565).

4) Reclutamiento forzoso

a) Materiales documentales

389. La información facilitada a la Comisión indica que los reclutamientos forzosos son habituales en todo Myanmar, incluido el reclutamiento de menores, en el Tatmadaw y en las diversas milicias. Al parecer, esto no se hace en virtud de ninguna ley sobre el servicio militar obligatorio(566), sino que constituye un procedimiento completamente arbitrario(567).

390. En los casos en que se solicitaba un número determinado de reclutas, era frecuente que las autoridades de la aldea o de la circunscripción organizaran un «sorteo» para seleccionar a los que tenían que cumplir el servicio militar. Las personas seleccionadas eran entonces reclutadas por la fuerza, y entre ellas solía haber menores (568). Asimismo, se utilizaban otros métodos de coacción menos directos: por ejemplo, en muchas zonas, las familias de los soldados quedaban dispensadas del trabajo forzoso, de la imposición arbitraria de impuestos o del reasentamiento forzoso (569).

391. Se recibió información sobre reclutamiento forzoso en el Tatmadaw en diversas partes del país. Se tiene noticia de que en la división de Tanintharyi, el Comando de la Zona Marítima exigió a cada batallón que alistara en 1996 cinco reclutas cada mes y tres reclutas cada mes en 1997, so pena de una multa de 25.000 kyats por cada persona que se reclutara de menos respecto del cupo establecido y con una recompensa del mismo monto por cada persona que se reclutara de más. Como consecuencia, muchos hombres y adolescentes de la región fueron reclutados contra su voluntad, y muchos otros se dieron a la fuga para no ser reclutados(570). En un documento que se facilitó a la Comisión, un hombre karen de 22 años de la división de Ayeyarwady, explica cómo los soldados del Gobierno acudían a su aldea por lo menos una vez al año para reclutar a diez personas para el ejército. La única forma que tenían las familias de evitar que se reclutara a uno de sus miembros era pagar 200 kyats(571). Se facilitaron informaciones similares respecto a otras partes del país, entre ellas la división de Bago, el estado de Kayah, el estado de Kayin, el estado de Rakhine, la división de Sagaing y el estado de Shan(572).

392. La Comisión recibió también informaciones sobre el reclutamiento forzoso en diversas milicias, y tuvo ante sí una serie de órdenes de las autoridades en las que se exigía a las aldeas que suministraran reclutas para servir -- por tiempo completo o como reserva -- en las milicias populares en el estado de Chin(573). Estas órdenes datan de los años 1995-1996. Una de las órdenes amenazaba con que se adoptarían «medidas violentas» contra las aldeas que no suministraran el número de reclutas requeridos. Del texto de una de las órdenes se desprende que también se exigía a las aldeas que pagaran por la comida suministrada a los reclutas durante su formación militar(574). En 1996 y 1997, también se exigió a 30 aldeas de los municipios de Dawei (Tavoy) y de Thayetchaung que proporcionaran reclutas a las milicias populares, y se les amenazó con reasentarlas si no lo hacían(575). Desde 1995, por lo menos, el DKBA obligó a las aldeas de los municipios de Hlaingbwe y Myawady a que proporcionaran reclutas al DKBA, bajo la amenaza de multas o de muerte (576).

b) Declaraciones orales de los testigos

393. Ante la Comisión comparecieron y prestaron declaración ocho testigos que desertaron del Tatmadaw entre los primeros años del decenio de 1980 y 1996(577). Ninguno de ellos proporcionó pruebas concretas sobre la forma en que habían sido reclutados, excepto uno que especificó que cuando se unió a las fuerzas armadas había tenido que firmar por un período de diez años como mínimo(578). Si los desertores son capturados, quedan detenidos, y si desertaron con armas suelen ser ejecutados(579). La Comisión no dispone de pruebas orales que confirmen los materiales documentales que se le han presentado en relación con las condiciones de reclutamiento en el Tatmadaw y en las diversas milicias.

Parte IV (cont.)


349. Véase el párrafo 19 de las respuestas del Gobierno de Myanmar al memorando del Relator Especial, transmitida al Relator Especial en una nota verbal de fecha 4 de octubre de 1995 por la Misión Permanente de Myanmar ante la Oficina de las Naciones Unidas en Ginebra, doc. NU UNGA A /50//568 (16 de octubre de 1995), pág. 27.

350. Human Rights Watch/Asia, 001-0057, 001-0059; Mon Information Service, M57-7432; Heppner, XII/14; Human Rights Watch/Asia, Abuses Linked to the Fall of Manerplaw, marzo de 1995, pág. 7.

351. Karen Human Rights Group, 001-1462, 016-2149, 032-2422; Min Lwin, III/16; Liddell, V/35-36; Lin, VII/39; Heppner, XII/18-19.

352. Human Rights Watch/Asia. Abuses Linked to the Fall of Manerplaw, op. cit., nota 350, pág. 7.

353. Heppner, XII/27-28.

354. Mon Information Service, M57-7432; Heppner, XII/15.

355. Karen Human Rights Group, 016-2147; Human Rights Watch/Asia, 065-2572 al 2573; Lin, VII/54; Heppner, XII/25.

356. Lin, VII/26; Heppner, XII/28.

357. Esto constituye una cantidad muy importante para la mayoría de la gente de Myanmar. Para una indicación del poder adquisitivo, véase el anexo X, bajo la voz «Kyat».

358. Mon Information Service, M57-7432; Karen Human Rights Group, 032-2422.

359. Karen Human Rights Group, 016-2148, 032-2429; Lidell, V/23.

360. Karen Human Rights Group, 001-1474; Guest, II/24.

361. Amnistía Internacional, 088-3588.

362. Heppner, XII/15-16.

363. Karen Human Rights Group, 001-0028; Guest, II/12; Ka Hsaw Wa, X/13.

364. Karen Human Rights Group, 001-1461 al 1462.

365. Guest, II/12-13.

366. Guest, II/10-11; Ka Hsaw Wa, X/15.

367. Véanse párrafos 294 a 295.

368. Heppner, XII/64.

369. En uno de los documentos presentados a esta Comisión se señala que los cargadores alquilados tal vez sufrían menos malos tratos por parte de los soldados, puesto que ya estaban acostumbrados a ese tipo de trabajo y, al ser pagados, podían enfrentarse a los soldados para conseguir más comida o mejores tratos. Véase Karen Human Rights Group, 016-2149.

370. Karen Human Rights Group, 016-2147; Min Lwin, III/16; Heppner, XII/16.

371. Véanse las fotos correspondientes en 155-5474, 156-5517; véase también Karen Human Rights Group, 032-2422; Heppner, XIII/5.

372. Lin, VII/52-53.

373. En cierta ocasión se reclutó como cargadora a una mujer epiléptica, por más que su hermana explicó esta circunstancia a los soldados, y la cargadora murió después del primer día de servicio (Liddell, V/11); en otra ocasión, un hombre de la etnia mon de edad avanzada fue reclutado como cargador y obligado a transportar cargas pesadas de municiones, lo que le provocó graves lesiones (Lin, VII/26). Véase también Karen Human Rights Group, 001-1461 al 1462, 016-2149.

374. Human Rights Watch/Asia, Abuses Linked to the Fall of Manerplaw, op. cit., nota 42, pág. 9.

375. El término «lata» se refiere a las latas de leche condensada de tamaño corriente, que suelen utilizarse en Myanmar como medida para las pequeñas cantidades de grano. Una lata equivale a aproximadamente 30 gramos de arroz crudo. En contraste con ello, el Programa Mundial de Alimentos estimaba al parecer que una familia de 6 a 8 personas necesitaba 6 kilos de arroz al día, es decir un kilo por persona. (Véase Human Rights Watch/Asia, H07-5806.)

376. Liddell, V/8.

377. Karen Human Rights Group, 016-2147; Heppner, XII/16; Human Rights Watch/Asia, Abuses Linked to the Fall of Manerplaw, op. cit., nota 350, pág. 9.

378. Liddell, V/8.

379. Human Rights Watch/Asia, 001-0059; Liddell, V/6-7; Ka Hsaw Wa, X/11-12.

380. Human Rights Watch/Asia, 001-0057; Guest, II/11; Min Lwin, III/18-19; Liddell, V/8; Heppner, XII/16; Human Rights Watch/Asia, Abuses Linked to the Fall of Manerplaw, op. cit., nota 350, págs. 9-10.

381. Human Rights Watch/Asia, 001-0060; Guest, II/10; Ka Hsaw Wa, X/14-15; Heppner, XII/16-18; Human Rights Watch/Asia, Abuses Linked to the Fall of Manerplaw, ibíd., págs. 9-11.

382. Tal vez esto se hacía para evitar que transmitiesen informaciones a las fuerzas enemigas. Karen Human Rights Group, 032-2422; Heppner, XII/16.

383. Karen Human Rights Group, 032-2422; Heppner, XII/16.

384. Guest, II/24; Liddell, V/8; Lin, VII/41-42.

385. Human Rights Watch/Asia, 001-0059, 065-2971; Karen Human Rights Group, 001-1462; Ka Hsaw Wa, X/17.

386. Min Lwin, III/16.

387. Heppner, XII/18-19.

388. Human Rights Watch/Asia, Abuses Linked to the Fall of Manerplaw, op. cit., nota 350, págs. 6-7 y 9.

389. Human Rights Watch/Asia, Abuses Linked to the Fall of Manerplaw, ibíd., pág. 10.

390. Human Rights Watch/Asia, Abuses Linked to the Fall of Manerplaw, ibíd., págs. 8-9.

391. Min Lwin, III/16.

392. Karen Human Rights Group, 016-2147; Ka Hsaw Wa, X/16.

393. Karen Human Rights Group, 001-1469, 032-2422; Heppner, XII/17.

394. Véase, por ejemplo, Liddell, V/11-12; Heppner, XII/17-18; Amnistía Internacional, 001-0505, 090-3653; Images Asia, 001-0216; Karen Human Rights Group, 001-0187, 001-0189, 001-0196 to 0197, 001-0905, 001-0921.

395. Las zonas mencionadas abarcan los municipios siguientes: Hsi Hseng (por el LIB 424), Kengtung, Kunhing, Laikha (por el LIB 515), Langkho, Mongnai (por el LIB 520), Mong Hsat, Mong Yai (por el Regimiento de Infantería Ligera 31), Namhsam (por el LIB 518), y Tachilek.

396. Human Rights Watch/Asia, 001-0059 al 60; Shan Human Rights Foundation, 001-0176, 001-0369, 001-0417, 144-4536 al 4537, 145-4581 al 4583; Amnistía Internacional, 001-0505 al 0506, 091-3693, 099-3892, 168-8397 al 8398.

397. S.H.A.N/Shan Human Rights Foundation, 001-0170.

398. Karen Human Rights Group, 001-0305 al 0306, 001-0320, 001-0324, 001-1970 al 1972, 154-5095; Amnistía Internacional, 090-3660, 099-3891 al 3892, 099-3896; Images Asia, M37-7039.

399. Las zonas mencionadas incluyen la ciudad de Loikaw (por el IB 54), el municipio de Demawso, que incluye el campamento de reasentamiento de Demawso (por los batallones 102 y 249), el punto de reubicación de Ywathit, el municipio de Shadaw (por la LIB 336), el municipio de Mawchi y el municipio de Pasaung.

400. Karen Human Rights Group, 001-0186 al 0187, 001-0189, 001-0191 al 0197, 001-0310, 001-0318 al 0319, 001-0325, 001-0327, 001-0364 al 0365, 001-0367, 001-0376, 001-0388, 001-0449, 001-0481, 001-0485, 001-0552, 001-0593, 001-0607 al 0608, 001-0620, 001-0762 al 0764, 001-0905, 001-0921, 001-1342, 001-1855, 001-1868 al 1869, 015-2127, 017-2153, 027-2278 al 2279, 027-2294, 031-2393 al 2394, 031-2396, 031-2399, 031-2403 al 2404, 031-2409 al 2410, 154-4935, 154-5188, 154-5196, 154-5220, 154-5228, 154-5232, H21-6350 al 6354, H23-6388, H23-6391, H23-6396, M50-7354 al 7355, M50-7358 al 7360; Human Rights Watch/Asia, 001-0057, 150-4692, H07-5800; Amnistía Internacional, 001-0767 al 0770, 001-0774, 087-3580, 088-3589 al 3591, 090-3653, 092-3719 al 3720; Images Asia, 125-4031, 125-4034, 125-4036, 125-4038; HRDU, M34-6952.

401. Se mencionan específicamente las siguientes unidades militares: IB 1, LIB 4, IB 5, LIB 8, 11.ª División, LIB 12, LIB 13, IB 19, LIB 22, la 22.ª División, IB 23, el Batallón 36, la 44.ª División, IB 51, IB 75, LIB 76, la 77.ª División, el Batallón 77, IB 84, LIB 88, IB 97, la 99.ª División, el Batallón 104, IB 106, LIB 113, LIB 116, LIB 119, LIB 207, el Batallón 230, IB 231, el Batallón 248, el Batallón 249, IB 258, el Batallón 301, IB 310, IB 317, LIB 339, LIB 340, LIB 355, el Batallón 356, el Batallón 357, LIB 420, LIB 434, el Batallón 531, LIB 545, LIB 549, y el DKBA.

402. Karen Human Rights Group, 001-0189, 001-0319, 001-0376, 001-0449, 001-0619 al 0620, 031-2401, 031-2403 al 2405; Amnistía Internacional, 088-3592; Images Asia, 125-4038; Human Rights Watch/Asia, 150-4692.

403. Karen Human Rights Group, 154-5188.

404. Existen informaciones en el sentido de que esto ocurrió en el municipio de Letpadan y en la ciudad de Ouk-twin.

405. Karen Human Rights Group, 001-0179 al 82, 001-0305 al 08, 001-0338, 001-0340 al 41, 001-0399, 001-0707 al 08, 001-0924 al 27, 073-3357 al 59, M49-7311 al 14, Images Asia, 001-0201 al 0226.

406. Amnistía Internacional, 087-3579.

407. Human Rights Watch/Asia, 001-0054, 065-2973; Amnesty International, 001-0769; Images Asia, 001-0880. En 1994, un musulmán fue capturado por los soldados en el tren de Rangún a Mottama (Martaban) y obligado a actuar como cargador en la misma ofensiva. Véase Human Rights Watch/Asia, 065-2972.

408. Karen Human Rights Group, 001-0299, 001-0759 al 60, 001-763, 001-1068, 001-1341, 001-1609 al 12, 154-5220; Amnistía Internacional, 001-0792, 088-3589, 090-3653, 094-3786, 099-3890; Mon Information Service, 001-1279, 001-1284, 139-4445; Human Rights Watch/Asia, 065-2972.

409. La información ser refería específicamente a las zonas siguientes: municipio de Kyaikto (por el LIB 1 y LIB 207), la ciudad de Mawlamyine (Moulmein) (por el batallón 104 y el regimiento 80), la ciudad de Mottama (Martaban), el municipio de Mudon (por el IB 62 y el LIB 209), la ciudad de Thaton y el municipio de Ye (por el IB 61 y el LIB 406).

410. Véanse párrafos 374 a 388.

411. Karen Human Rights Group, 001-0304, 001-0312; Amnistía Internacional, 093-3751.

412. HRDU, 001-0150; Karen Human Rights Group, 001-0176, 001-0412 al 0413, 001-1036, 001-1051, 001-1054 al 57, 001-1072, 001-1368 al 1372, 029-2370; Amnistía Internacional, 001-0500, 001-0791 al 0792; Images Asia, 001-1184; Mon Information Service, 001-1276 al 1277, 001-1386. 043-2651, 139-4443 al 4445, 139-4449 al 4450; Human Rights Watch/Asia, 150-4688 al 4689; declaración jurada de John Doe B, H20-6297.

413. Se mencionan específicamente las zonas y unidades militares siguientes: el municipio de Yebyu, en relación con la división 33, el IB 104, el LIB 273, el batallón 403, el LIB 404, el LIB 405, el LIB 406, el LIB 407, el LIB 408, el LIB 409, el LIB 410 y el LIB 413; el municipio de Dawei (Tavoy), en relación con el LIB 17, el batallón 25, la 33.ª división, la 66.ª división, el IB 80 y el batallón 402; el municipio de Thayetchaung, en relación con la 33.ª división, el LIB 403, el LIB 404, el batallón 405 y el IB 25; el municipio de Launglon, en relación con la 33.ª división; el municipio de Palaw, en relación con el batallón 280 y el batallón 101; y el municipio de Bokpyin.

414. HRDU, 001-0150, M34-6950, M34-6958 al 6959; Karen Human Rights Group, 001-0176, 001-0412 al 4113, 001-0434, 001-0448, 001-1032, 001-1036 al 1045, 001-1051, 001-1054 al 1057, 001-1072, 001-1129, 001-1368 al 1372, 029-2370, 154-5112, H24-6442, H24-6476, H24-6485; Amnistía Internacional, 001-0500, 001-0791 al 0792; Images Asia, 001-1184; Mon Information Service, 001-1276 al 1277, 001-1386, 043-2651, 139-4442 al 4445, 139-4449 al 4450, M56-7421 al 7422; Human Rights Watch/Asia, 150-4688 al 4689, 150-4691, 154-5310; FTUB, 164-7766 al 7767; declaración jurada de John Doe B, H20-6297.

415. Las informaciones se referían a los municipios de Taltlang, Tiddim, Falam, Matupi y Paletwa.

416. Karen Human Rights Group, 028-2341, 154-5134 al 36,154-5152 al 56; Images Asia, 167-8308; entrevistas, M12-6812 a 13.

417. Karen Human Rights Group, 154-5138. Esta tarea se realizó para el LIB 266.

418. Amnistía Internacional, 090-3653.

419. Karen Human Rights Group, 001-0563 al 64.

420. Karen Human Rights Group, 001-0535, 001-0692; Amnistía Internacional, 001-0770 al 72.

421. Amnistía Internacional, 089-3624a, 089-3624b, 089-3608 a 3616; Karen Human Rights Group, 001-0557 al 0558; Human Rights Watch/Asia, 001-0711, 001-0716, 107-3940 al 41, 118-3995, 154-4923 al 24, H07-5800; OACNUR, 033-2435 al 36; Zunetta Liddell, 114-3986 al 87.

422. Human Rights Watch/Asia, 001-0711; OACNUR, 033-2435. Véase también la discusión sobre esta práctica en los párrafos 374 a 388.

423. Véanse las declaraciones de los testigos 151, 168, 175 y 200. La testigo 175 dice que en ciertos meses del año, ni ella ni su marido tuvieron un solo momento para atender sus propias labores.

424. Véanse las declaraciones de los testigos 93 y 98.

425. Véase la declaración del testigo 8.

426. Véanse las declaraciones de los testigos 29, 31, 33, 39, 48, 59, 63 y 85.

427. Véanse las declaraciones de los testigos 18, 20, 48, 63, 66, 72, 121 y 171.

428. Véanse las declaraciones de los testigos 93, 98, 100, 101, 108, 109, 112, 113, 121, 132, 163, 174, 177, 187, 210 y 216.

429. Estos plazos podían ser muy cortos; algunos testigos declaran que el jefe de aldea tenía que encontrar los cargadores el mismo día: véanse las declaraciones de los testigos 155 y 180.

430. Véanse las declaraciones de los testigos 113,173 y 175.

431. Véase las declaraciones del testigo 166. Se indica que algunos jefes de aldea y de sección han sido torturados por no haber llevado a cabo debidamente las órdenes. A ese respecto, véanse las declaraciones de los testigos 220 a 228.

432. Véanse las declaraciones de los testigos 113, 120, 153, 164 y del 220 al 228.

433. Véanse las declaraciones de los testigos 93, 94, 98, 112, 125, 132, 155, 169, 178, 179, 188, 201, 210 y 216. Las capturas directas se han llevado a cabo incluso en Rangún: véase la declaración del testigo 170.

434. Véanse al respecto las declaraciones de los testigos 49 y 59.

435. Para las regiones orientales del país, véanse las declaraciones de los testigos 5, 102, 106 a 108, 112, 113 y 116. Han llegado a requisicionarse mujeres embarazadas o ancianas, como se puede comprobar por las declaraciones de los testigos 174 y 176. En el caso del estado de Chin, las deposiciones de los testigos abarcan las regiones cercanas a Tantlang y Paletwa, así como de los montes de Arakan (Arakan Yoma).

436. Véanse las declaraciones de los testigos 119, 125, 169, 176 y 200.

437. En dos ocasiones, el testigo 119 presenció fusilamientos de personas que se habían negado a efectuar el transporte requerido.

438. El testigo 109 declara que una negativa puede ser castigada con multas de 3.000 kyats.

439. Véanse las declaraciones de los testigos 93, 98, 100, 102, 105, 106, 108, 109, 112 a 114, 119, 131, 132, 135, 145, 160, 165, 169, 175, 176, 184, 187, 192, 193, 195, 204, 206, 210 y 248.

440. Véanse las declaraciones de los testigos 9, 10, 19, 44 y 52.

441. No se han producido hostilidades importantes en el estado de Mon desde que el partido opositor (New Mon State Party -- NMSP), firmara un alto al fuego con el Gobierno de Myanmar, en junio de 1995.

442. Es muy raro que los cargadores tengan que acompañar a los militares en las ofensivas armadas: véase la declaración del testigo 32, que acompañó a los soldados en una operación militar en 1991, y la declaración del testigo 43, que era cargador en la frontera tailandesa durante una operación contra el partido opositor (Karen National Union -- KNU). Finalmente, el testigo 33 dijo haber acompañado a los militares en una operación contra un partido opositor (Rohingya Solidarity Organisation -- RSO), en abril de 1997.

443. Véanse las declaraciones del testigo 6 y del testigo 208 sobre una aldea en la que, desde marzo de 1997, tres cargadores tenían que estar a disposición permanente de los militares.

444. Véase la declaración del testigo 201.

445. Véase la declaración del testigo 93.

446. Véase la declaración del testigo 5 en relación con las grandes operaciones militares que se llevaron a cabo en el estado de Shan.

447. Véase la declaración del testigo 118.

448. Véanse las declaraciones de los testigos 5, 93, 116, 124 y 151 y 242. Los aldeanos pueden también ser utilizados para detectar las minas colocadas cerca de las aldeas o de los campamentos militares: véase la declaración del testigo 183.

449. Véanse las declaraciones de los testigos 93, 105, 132, 204 y 210. El testigo 155 explicó que toda la aldea, comprendidos los niños, es a veces utilizado como escudo humano.

450. Especialmente en los estados de Chin y Karen. Véase en particular la declaración del testigo 125.

451. Las declaraciones de los testigos se refieren a los conflictos armados con las fuerzas mon, shan y karen. Véanse en particular las declaraciones de los testigos 108, 112, 184 y 245.

452. Véanse las declaraciones de los testigos 98, 105, 106, 112, 114, 117, 119, 121, 131 y 135. Consúltese la declaración del testigo 132, que tuvo que trabajar durante 94 días, período que fue inmediatamente seguido por otro de dos meses.

453. Véanse las declaraciones de los testigos 19, 20, 26, 31, 44 y 48.

454. Véanse las declaraciones de los testigos 93, 113 y 168.

455. Véase la declaración del testigo 168.

456. Véanse las declaraciones de los testigos 26, 44, 48, 63, 80, 98, 100, 102, 105, 107, 113, 117, 119, 121, 132, 160, 162, 168 y 184. El testigo 31 dijo haber recibido 15 kyats por su tarea de transporte de cargas.

457. Véanse las declaraciones de los testigos 6, 7, 46, 48, 102, 106 a 108, 117 a 119, 121, 132, 153, 154, 160, 165 y 171.

458. Véase la declaración del testigo 193.

459. Véanse las declaraciones de los testigos 98, 117 y 118. El testigo 241 dijo que su hermano había muerto durante el transporte de cargas como resultado de las complicaciones de una enfermedad infecciosa.

460. Al ser interrogados sobre este tema, todos los testigos manifestaron que habían tenido experiencia directa de tales actos, perpetrados por los militares sin razón aparente: véanse las declaraciones de los testigos 6,, 7, 19, 21, 26, 48, 63, 66, 80, 93, 98, 100, 102, 105 a 107, 112 a 114, 117, 118, 121, 124 a 126, 131, 132, 135, 137, 138, 146, 151, 155, 160, 168, 171 a 173, 176, 181, 194, 200, 204 a 207, 210 y 248. Un desertor dijo haber golpeado personalmente a los cargadores por orden de su superior. El testigo 44 menciona una práctica que supone la utilización de un hierro candente.

461. Véase la declaración del testigo 236, que dijo haber visto unos 60 cargadores muertos a tiros por los militares porque estaban exhaustos, demasiado débiles para continuar o simplemente querían descansar un momento. Véanse también las declaraciones de los testigos 169, 200, 22, y 225. La situación de los prisioneros que tuvieron que llevar a cabo tareas de transporte de cargas es aún más trágica a ese respecto: véanse las declaraciones de los testigos 96 y 242.

462. Véanse las declaraciones de los testigos 108, 109, 118, 145, 168, 185 y 236.

463. Las cantidades mencionadas varían de 300 a 10,000 kyats. Véanse las declaraciones de los testigos 96, 112 (3,000 kyats), 119 (5,000 kyats), 121 (400 a 500 kyats), 125 (5,000 kyats), 138 (3,000 kyats), 154 (2,000 kyats), 158 (450 kyats), 169 (200 kyats), 171 (500 kyats), 180 (1,300 kyats por una semana), 184 (500 kyats), 187 (200 a 300 kyats), 209 (2,000 kyats por tres días de transporte de carga), 229 (5,000 a 10,000 kyats) y 236.

464. El testigo 236 fue sometido a palizas durante sus tareas de transporte de cargas en 1985 en el Desfiladero de las Tres Pagodas (Estado de Kayin), y no quería repetir esta traumática experiencia.

465. Véanse las declaraciones de los testigos 100, 113, 159, 200 y 210.

466. Karen Human Rights Group, 032-2423; Lin, VII/42-43.

467. Karen Human Rights Group, 001-0027, 032-2423; Human Rights Watch/Asia, 065-2978; Min Lwin, VI/14; Ka Hsaw Wa, X/9.

468. Karen Human Rights Group, 001-1462, 016-2147, 032-2423.

469. Se mencionaron los siguientes campamentos: un campamento para el LIB 360 en el municipio de Mongping en 1992; para el batallón 64 en el municipio de Mongkaing en 1994; para el batallón 518 en el municipio de Kunhing en 1996 y otras nuevas bases en Kunhing en 1997; un campamento militar en el municipio de Namhsam en 1997, y un campamento militar en la ciudad de Likha en 1997 y 1998.

470. Por ejemplo, la excavación de fundamentos para los bunkers con destino a un campamento militar en el sitio de reasentamiento de Wan Lao, en la ciudad de Kunhing.

471. Shan Human Rights Foundation, 001-0334, 001-0383, 143-4533, 145-4579, 147-4621, M34-6964; Karen Human Rights Group, 001-0665; Amnistía Internacional, 168-8399 al 8400.

472. Amnistía Internacional, 099- 3895 al 96; Karen Human Rights Group, 154-5083, 154-5089 al 5092, 154-5095.

473. Se mencionaban específicamente los campamentos siguientes; un campamento militar en Shadaw, un campamento para el batallón 429 en Tee Po Klo en el municipio de Demawso, un campamento en Daw Tama Gyi en el municipio de Demawso, un campamento en el sitio de reubicación de Mawchi, en el municipio de Mawchi, un campamento en el sitio de reubicación de Mar Kraw She, en el municipio de Pruso, y un campamento militar en el sitio de reubicación de Ywathit.

474. Karen Human Rights Group, 001-0586, 001-0592; Human Rights Watch/Asia, 065-2978.

475. Karen Human Rights Group, 001-0181, 001-0189 al 0197, 001-0302, 001-0307, 001-0310, 001-0318 al 0319, 001-0364, 001-0480, 001-0488, 001-0586, 001-0593, 001-0603, 001-0632, 001-0637, 001-0763 al 0764, 001-0904, 001-1922 al 1926, 001-1988 al 1990, 031-2393, 031-2395 al 2396, 154-5190, 154-5226, 154-5254 al 5260, 154-5268, H23-6394, M50-7360; Human Rights Watch/Asia, 065-2978; Amnistía Internacional, 093-3748, 099-3896; Images Asia, 001-0209, 001-0220, 125-4024, 125-4036, 125-4038; Min Lwin, H06-5777 al 5782, H06-5785 al 5790.

476. Se mencionan explícitamente las siguientes instalaciones militares. En el estado de Kayin: un campamento para la 99.ª división en el municipio de Hpa-an en 1993; un campamento para el LIB 9 cerca de la frontera tailandesa, en 1994; un campamento para el LIB 12 en el distrito de Hpa-an en 1997; un campamento en Kadaingti (distrito de Papun), en 1995 y 1996; un campamento para el LIB 547 en la aldea de Nabu (municipio de Kawkareik), en 1995 y otra vez en 1997; un campamento para el batallón 104 en Maw Kee (distrito de Dooplaya), en 1995; el campamento militar de Paw Yin Pyu (municipio de Hlaingbwe), en 1995; un campamento cerca de Pinkyone, utilizado por el batallón 339, el batallón 338 y la 99.ª división; un campamento para el LIB 310 en el municipio de Kawkareik en 1996; el campamento de Ta Mine Gone del IB 231 en el municipio de Kawkareik, en 1996; un campamento para el IB 62 en el municipio de Kawkareik en 1996; un campamento para el LIB 549 en el municipio de Kawkareik, en 1997; campamentos para el batallón 36 en la zona de Painkyone del municipio de Hlaingbwe, de 1993 a 1997; un campamento para el LIB 340 cerca de Dee Taw Kee en el distrito de Papun, en 1995 y 1996; un campamento en Tee Per, cerca de Painkyone (municipio de Hlaingbwe), en 1996; un campamento para un compañía del batallón 310 en la aldea de Kya-in (municipio de Kawkareik), en 1995; bunkers para las unidades del Tatmadaw y la DKBA en la aldea de Kyats Kwa (municipio de Kawkareik); un campamento del Mando Táctico de Operaciones 202, en la zona de Kyeikdon del municipio de Kya In Seik Gyi, en 1997 bunkers para las tropas en la aldea de Paglawni, cerca de Kyeikdon, en el municipio de Kya In Seik Gyi; puestos avanzados en Azin (Saw Hta) y Mae Tha Raw Hta en el distrito de Dooplaya, en 1996 y 1997; un campamento militar cerca de la aldea de Kyunchaung, al sur del distrito de Dooplaya, en 1997; un campamento militar en la aldea de Kyone Yaw, al sur del distrito de Dooplaya, en 1997; un campamento de la DKBA en Myaing Gyi Ngu (Khaw Taw), en 1995 y 1996; un campamento de la DKBA en la zona de Painkyone del municipio de Hlaingbwe, en 1997; y otros diversos campos militares entre Papun y Kyauknyat, a lo largo del período entre 1992 y 1995. En la división de Bago: en el municipio de Busakee, para el IB 57 en el municipio de Shwegyin, para el IB 26 en el municipio de Tantabin y para el IB 60 en el municipio de Kyaukkyi. Los campesinos fueron también obligados a trabajar en la construcción y a llevar a cabo otras labores para un campamento militar en Ye Tho Gyi, en el distrito de Toungoo, para el IB 48 y el LIB 354, así como a cavar una zanja de 8 millas de longitud en el recinto militar de Yan Myo Aung, en el municipio de Kyaukkyi, en 1994.

477. En 1996, los aldeanos del distrito de Papun fueron también obligados a construir casas para las familias de los soldados caídos. Véase, Karen Human Rights Group, 001-0480.

478. Se hace mención específica de los siguientes campamentos: un campamento para el batallón 108 en el municipio de Ye, en 1994, un campamento para el IB 93 en el municipio de Bilin en 1995, un campamento cerca del pueblo de Yah Pu, en el municipio de Ye, en 1996, y un campamento para el IB 31 en el municipio de Thanbyuzayat, en 1997.

479. Karen Human Rights Group, 001-0176, 001-0394, 001-1341.

480. Se mencionan explícitamente las siguientes instalaciones militares: cuarteles y almacenes militares en la Isla de Heinzebook, desde 1994; para el LIB 267 en el municipio de Yebyu en 1994 y 1995; para los LIB 406, 407 y 408 en el municipio de Yebyu; un campo de entrenamiento militar y otros trabajos de construcción para los LIB 403, 404 y 405 en el municipio de Thayetchaung, en 1995; para el batallón 103 en el municipio de Palaw en 1995; para el batallón 101 y el batallón 280 en el municipio de Palaw en 1997; para el batallón 280 en el municipio de Palaw en 1997; casas para los soldados del batallón 404 y pabellones militares cerca de Ohnbinkwin y Kadaik, en el municipio de Yebyu, en 1995; para los batallones 408, 409 y 410 en el municipio de Yebyu; para los LIB 273 y 405 en el municipio de Yebyu; campamentos de trabajo en el tramo de Eindayaza a Natkyizin del ferrocarril Ye-Dawei (Tavoy), en el municipio de Yebyu, en 1996; dos pabellones para el LIB 407 en el municipio de Yebyu en 1997; para los LIB 17 y 25 en el municipio de Dawei (Tavoy) en 1996; y para tres campamentos militares cerca de la aldea de Yebone, en el municipio de Yebyu, desde 1988.

481. Comprendidos los municipios de Yebyu, Dawei (Tavoy), Thayetchaung y Palaw.

482. HRDU, 001-0149; Amnistía Internacional, 001-0793; Karen Human Rights Group, 001-1034, 001-1055, 001-1117 al 1118, 001-1128, 001-1348, 001-1368 al 1369, 001-1373, 018-2167, 018-2169, H24-6423, H24-6469, H24-6478, H24-6480, H24-6484; Mon Information Service, 001-1280, 001-1386, 001-1388, 042-2621, 043-2651, M56-7428; Human Rights Watch/Asia, 065-2969, 150-4690; FTUB, 164-7766 al 7767; H20-6294, H20-6296.

483. Se mencionan explícitamente el IB 263 y el IB 264.

484. Karen Human Rights Group, 001-0445, 001-0557 al 0559, 001-0565 al 0566; Human Rights Watch/Asia, 001-0711, 118-3995; Amnistía Internacional, 064-2962.

485. Véase párrafo 397.

486. Amnistía Internacional, 089-3605; Human Rights Watch/Asia, 154-4926; Human Rights Watch/ Refugees International, 154-5404.

487. Los aldeanos del municipio de Matupi recibieron órdenes para construir una comisaría de policía en Lailenpi; los aldeanos del municipio de Thantlang, recibieron órdenes para construir siete garitas de centinela para el LIB 266, en Tantlang.

488. Karen Human Rights Group, 028-2343, 154-5138 al 40; Images Asia, 167-8308.

489. Las tierras fueron confiscadas por el LIB 384 a los aldeanos del municipio de Momauk. Véase Mirante, I/51.

490. La carretera estaba en construcción desde Talakwa, cerca de Pathein, hasta la playa de Nga Saw (a 30 km al norte de Chaungtha); se dispone de información según la cual se utilizaba también trabajo forzoso para la construcción de esta carretera (véase el párrafo 422, más adelante). Véase, Karen Human Rights Group, 001-0652, 001-0692.

491. Batallón de Artillería 20.

492. Karen Human Rights Group, 001.0563, 154-5148; Images Asia, 167-8337.

493. Los testigos interrogados por la Comisión proceden de distintos grupos étnicos: birmanos (3); chin (4); karen (36), karenni (17); mon (8); musulmanes distintos de los rohingya (6); rakhine (8); rohingya (44); shan (17); y tavoyan (1). Los testimonios abarcan especialmente, en el estado de Chin, los municipios Thantlang y Paletwa; en el estado de Mon, los municipios Bilin y Thanbyuzayat; en el estado de Kayah, los municipios de Demawso, Loikaw, Mawchi, Shadaw y Ywathit; en el estado de Kayin, los siguientes municipios: Hlaingbwe (en particular en las zonas Painkyone y Bee T'Ka), Kawkareik (especialmente la zona en torno a la circunscripción rural de Nabu), Kya In Seik Gyi, Hpa-an y Papun; en el estado de Shan, los siguientes municipios: Laikha, Langkho (especialmente la zona en torno a la circunscripción rural de Wan Hat), Lashio, Mongpan, Namhsam, Namtu, Taunggyi; y en el municipio de Yebyu en la provincia de Tanintharyi.

494. Por lo tanto, la referencia a los campamentos militares no se limita a los del Tatmadaw sino que abarca todas las tareas que se han llevado a cabo para los campamentos de estas distintas fuerzas públicas.

495. Véanse las declaraciones de los testigos, 29, 30, 31, 38, 46-48, 58, 62, 71, 81, 89, 98, 113, 138, 139, 155, 166, 162, 163, 173, 175, 176, 181-186, 202, 208 y 220.

496. Véanse las declaraciones de los testigos 113 y 155.

497. Véanse las declaraciones de los testigos 89, 160, 175 y 185. El testigo 32 declaró que los militares siempre lo reclutaban a él directamente y por fuerza porque su casa estaba cerca de su campamento.

498. Véanse las declaraciones de los testigos 29, 58, 61, 91, 89, 98, 141, 157, 163, 168, 174, 175, 181 y 202. El testigo 155 declaró que los militares podían requisicionar a más de una persona por familia si era necesario.

499. Véanse las declaraciones de los testigos 13, 58, 89, 107, 100, 113, 144, 155, 165, 181, 185, 195, 204, 220 a 225 y 227.

500. Véanse las declaraciones de los testigos 144, 182, 183 y 185.

501. Véanse las declaraciones de los testigos 78, 155 y 165.

502. Algunos testigos brindan detalles a ese respecto: véanse las declaraciones de los testigos 7, 9, 50, 51, 61, 71, 76 a 78, 82, 91, 132, 151, 160. 168, 170, 171, 174, 185, 190 a 193,196, 198 a 202 y 205.

503. Véanse las declaraciones de los testigos 142, 143 y 180.

504. Véanse las declaraciones de los testigos 138, 139, 171 y 181.

505. Véanse las declaraciones de los testigos 168, 175, 180 y 195.

506. Véanse las declaraciones de los testigos 7, 62, 98, 100, 113, 116, 141, 142, 144, 166, 168, 174 a 176, 180, 181, 190, 195 y 196.

507. Véanse las declaraciones de los testigos 137, 204 y 208.

508. Véanse las declaraciones de los testigos 66, 92, 100, 107, 108, 114, 117, 118, 137, 144, 155, 157, 166, 168, 171, 175, 187, 190, 194 y 180.

509. Véanse las declaraciones de los testigos 7, 44, 56, 66, 99, 126, 142, 143, 155 y 181 a 183.

510. Véanse las declaraciones de los testigos 20, 51, 56, 92, 125, 126 y 145 a 148.

511. Véanse las declaraciones de los testigos 81, 124, 155, 165 y 185.

512. Véanse las declaraciones de los testigos 180 y 176. Este último declaró que además tenía que mantener a los militares informados de los movimientos de otras tropas.

513. Véanse las declaraciones de los testigos 144 y 175.

514. Véanse las declaraciones de los testigos 48, 58, 81, 91, 116, 117, 119, 138, 139, 168, 173, 175 y 181. El testigo 32 fue la única persona que se encontró que manifestase haber recibido un poco de arroz o de salsa de guisantes amarillos de vez en cuando.

515. Véase la declaración del testigo 162.

516. Véanse las declaraciones de los testigos 16, 48, 58, 81, 100, 102, 108, 116, 117, 162, 173, 175, 181 y 190. El testigo 38 manifestó haber recibido 10 kyats en algunas ocasiones.

517. Véanse las declaraciones de los testigos 113, 160, 162, 171, 173, 174, 190, 198 y 201.

518. Algunos testigos manifestaron haber recibido palizas: 13, 29, 37, 32, 48, 73, 85, 107, 108, 126, 127, 157, 165, 175, 181 y 201.

519. Véanse las declaraciones de los testigos 113, 126, 145 a 148, 181, 208, 220 a 225 y 227.

520. Véanse las declaraciones de los testigos 32, 56, 185, 200 y 201.

521. Estas cantidades varían considerablemente: véanse las declaraciones de los testigos 30 (1.000 kyats); 91 (25 kyats); 168 (100 kyats al día y un pollo); 181; 185 (1.000 kyats por mes); 196 (200 kyats y un pollo); 212 (500 kyats) y 220 (500 kyats por cada proyecto).

522. El precio del alquiler de los sustitutos varía también: véanse las declaraciones de los testigos 38 ( 200 kyats); 60 (200 kyats dos o tres veces al mes); 81; 89 (100 kyats en 1991); 145 (300 kyats); 173 (100 kyats); y 174.

523. Véase la declaración del testigo 201.

524. Karen Human Rights Group, 001-1462.

525. Amnistía Internacional, 088-3588; Karen Human Rights Group, 001-1462.

526. Karen Human Rights Group, 001-0027, 032-2423; Mon Information Service, M56-7419; Lin, VII/39.

527. Karen Human Rights Group, 001-0549 al 0550, 001-0618.

528. Karen Human Rights Group, 032-2423; Heppner, XII/58-59.

529. Véanse párrafos 230 a 233.

530. Las zonas mencionadas eran el distrito de Papun y el distrito de Dooplaya. Véase el Karen Human Rights Group, 001-0189, 001-0319, 001-0449, 154-5196; Images Asia, 125-4038.

531. La zonas mencionadas estaban situadas cerca del distrito de Toungoo. See Images Asia, 001-0216; Karen Human Rights Group, 001-0399.

532. Los incidentes se referían a lo ocurrido en el distrito de Thaton. Karen Human Rights Group, 001-0312.

533. Karen Human Rights Group, 001-0304, 001-0312, 001-0318, 001-0449, 031-2409; Amnistía Internacional, 093-3751; Images Asia, 125-4038.

534. S.H.A.N/Shan Human Rights Foundation, 001-0170.

535. Se menciona la utilización de la población en el campamento de reubicación de Mawchi. Véase el Karen Human Rights Group, 154-5095.

536. Las zonas mencionadas eran los distritos de Papun y Dooplaya, así como los municipios de Hpan-an, Kawkareik y Hlaingbwe. Véase el Karen Human Rights Group, 001-0189, 001-0376, 001-0586, 001-0619, 031-2401, 031-2403; Images Asia, 125-4038.

537. Karen Human Rights Group, 031-2405, con referencia a los acontecimientos en el municipio de Bilin.

538. La zona completamente mencionada era el municipio de Yebyu. Véase el Karen Human Rights Group, 018-2167.

539. Los campesinos del municipio de Kalaymyo fueron obligados a vigilar el tramo de nueva construcción del ferrocarril de Gangaw a Kalaymyo, especialmente durante las visitas de funcionarios importantes. Véase Karen Human Rights Group, 001-0563.

540. La zona mencionada era el municipio de Thantlang. Karen Human Rights Group, 154-5138.

541. Municipio de Hpa-an. Karen Human Rights Group, 001-0376.

542. Distrito de Toungoo. Karen Human Rights Group, 001-0182, 001-0453, 073-3357.

543. Municipio de Tamu. Karen Human Rights Group, 001-0376.

544. Los testigos en cuestión provienen de los siguientes grupos: birmanos (3); chin (1); karenni (1); karen (18); mon (3); musulmanes distintos de los rohingya (1); rakhine (1); rohingya (9); y shan (2).

545. Véanse las declaraciones de los testigos 5, 19, 159, 161, 166, 169, 174, 177 y 236

546. Véanse las declaraciones de los testigos 136, 220 a 225, 227 y 229.

547. Véanse las declaraciones de los testigos 182 a 185 y 198.

548. Véase la declaración del testigo 200.

549. Véanse las declaraciones de los testigos 19, 46 y 80.

550. Véanse las declaraciones de los testigos 163, 166, 169 y 173.

551. Véanse las declaraciones de los testigos 161, 163, 168 y 185.

552. Véanse las declaraciones de los testigos 160, 169 y 174.

553. Estos grupos pueden estar compuestos de dos a diez personas: véanse las declaraciones de los testigos 159, 161, 172 y 177.

554. Véanse las declaraciones de los testigos 160, 161, 166, 169, 171 y 174 a 176.

555. Véase la declaración del testigo 25, que recibió una paliza porque se quedó dormido durante una guardia junto a la carretera.

556. El testigo 168 dijo que nueve aldeas, que comprendían 940 hogares, tuvieron que pagar 500 kyats por hogar por los daños que se habían causado a los vehículos militares.

557. Véanse las declaraciones de los testigos 153, 160, 161, 163, 168, 169, 174 y 177.

558. Véase, en particular, la declaración del testigo 216.

559. Véanse las declaraciones de los testigos 153 (un trabajador y dos soldados heridos), 168 (a un trabajador le fue arrancada una pierna); y 174 (cuya tía resultó muerta por la explosión de una mina).

560. Véanse las declaraciones de los testigos 161, 171 y 175.

561. Véanse las declaraciones de los testigos 161 y 175.

562. Véase, en particular la declaración del testigo 236.

563. El testigo 169 declaró haber pagado a los militares 70 kyats al día para ser eximido de montar guardias.

564. El precio de los sustitutos varía mucho: véanse las declaraciones de los testigos 169 (de 30 a 50 kyats al día); 172 (30 kyats al día) y 185 (100 kyats).

565. Véanse las declaraciones de los testigos 15, 99 y 185. El testigo 237 declaró que los militares habían requisado varias veces al mes su bote, sin pagar nada por él. Al verse privado de los ingresos que le pagaban los pasajeros, no pudo seguir pagando el alquiler y los gastos de mantenimiento que debía al propietario del bote.

566. Sin embargo, en la legislación de Myanmar existen las disposiciones oportunas sobre el servicio militar obligatorio (véanse párrafos 255 a 257).

567. Karen Human Rights Group , 001-1463 a 1464; M56-7418 a 7419; Liddell, V/14-16; Lin, VII/23, 34-36.

568. Karen Human Rights Group, 001-1463, Human Rights Watch/Asia, H07-5807 a 5808; Images Asia, 127-4174 a 4176; Liddell, V/14-16.

569. Karen Human Rights Group, 001-0190, 001-0603, 001-1463; Human Rights Watch/Asia, H07-5808.

570. Mon Information Service, M56-7418.

571. FTUB, 164-8080.

572. Karen Human Rights Group, 001-0310; Images Asia, 127-4174 a 4176, M36-7019; Human Rights Watch/Asia, H07-5807; Liddell, V/15-16; Lin, VII/35.

573. Véanse las órdenes 9 y 10 del anexo XI.

574. Véase la orden 10 del anexo XI.

575. Mon Information Service, M56-7418 a 7419.

576. Karen Human Rights Group, 001-0908, 031-2416 a 2417.

577. Véanse declaraciones de los testigos 5, 75, 93-95, 170, 215 y 216.

578. Véase declaración del testigo 93.

579. Ibídem.


Puesto al día por VC. Aprobada por NdW. Ultima actualización: 26 de febrero de 2000.