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Foro Económico Mundial - 25 de enero de 2003 - Davos, Suiza
Reunión sobre "Los valores de la mundialización"
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Nota del Foro Económico Mundial
El Sr. Alejandro Toledo, Presidente del Perú, instó a los participantes a que escucharan las voces de los manifestantes que se encontraban en la calle y a que empezaran a tender un puente hacia quienes asistían a la conferencia contra la mundialización que se celebró en Porto Alegre. "Tenemos que poner rostro humano a la economía mundial y a la mundialización", afirmó. "La gestión de la economía no es un fin, sino un medio para mejorar la calidad de vida", dijo, "La mundialización no tiene sentido si no reduce la pobreza extrema que hay en el mundo".
El Sr. Benjamin William Mkapa, Presidente de la República Unida de Tanzanía y Copresidente de la Comisión Mundial sobre la Dimensión Social de la Globalización, dio comienzo a la reunión con comentarios acerca de la asimetría en las relaciones de poder sobre las que se basa la mundialización. "Ya es demasiado evidente que el precio más alto lo pagarán las economías pobres, y los pobres de todas las economías - esto no es justo ni tiene por qué ocurrir", dijo. Reconoció que la verdadera mundialización no había provocado directamente algunos de los efectos adversos que se le atribuían actualmente, tales como el desempleo masivo o las desigualdades. "No es de extrañar que, tanto en los países ricos como en los pobres, el término 'mundialización' evoque en muchas mentes feas imágenes de pérdidas de puestos de trabajo, incertidumbres respecto del futuro y amenazas al bienestar y al modo de vida habitual de las personas".
El Sr. Paul A. Laudicina, Vicepresidente y Director Ejecutivo de A.T. Kearney (Estados Unidos), señaló que, hace cinco años, un grupo de 25 directores ejecutivos había expresado con preocupación que se iba a producir una reacción violenta por causa de la mundialización. El orador también indicó que los países más globalizados del mundo distribuían mejor los ingresos y disponían de normas medioambientales más estrictas que los países menos globalizados.
Los participantes iniciaron un debate para llegar a una lista de los valores que consideraban más importantes para lograr una mundialización más integradora. Entre éstos, cabe mencionar el apoyo a los derechos fundamentales, la justicia y la igualdad, y la sostenibilidad. Hubo consenso en cuanto a que un diálogo en el que se integren la pasión de Porto Alegre y la racionalidad de Davos sería una buena combinación. Un participante afirmó que prefería mantener un diálogo en Davos que asistir a un monólogo en Porto Alegre.
También se formularon algunas conclusiones generales como, por ejemplo, que los gobiernos deberían poder intervenir y llevar los valores a la práctica, las empresas deberían basarse en los valores, y que debería implicarse en todo momento a la sociedad civil. El debate pasó a girar en torno a la manera de tomar medidas destinadas a llevar a la práctica los valores, y se sostuvo que, para que los valores tuvieran sentido, los gobiernos debían velar por que se aplicaran, aunque esto podía llevar mucho tiempo. Se propuso trabajar a partir de las legislaciones, y también mejorar el diálogo, especialmente para poner fin a lo que la Sra. Ellis Rubinstein, Directora General de la Academia de Ciencias de Nueva York (Estados Unidos), denominó "la terrible doble vara de medir".
El Sr. Mark Malloch Brown, Administrador del Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD), con sede en Nueva York, instó a que se prestara especial atención a la situación de los niños, que se encuentran en peligro en un mundo donde hay tanta pobreza. También propuso que se estableciera un índice de resultados sociales, y que se desplegaran otros esfuerzos además de los normativos, dado que las estructuras jurídicas tardan mucho tiempo en ser eficaces. La Sra. Irene Khan, Secretaria General de Amnistía Internacional (Reino Unido), instó a que se tomara especialmente en consideración la función de las mujeres en la mundialización. "No constituyen minorías, sino mayorías", afirmó.
"¿Por qué no abordar estas cuestiones a través de la mirada de la gente?", preguntó el Sr. Juan Somavia, Director General de la Organización Internacional del Trabajo (OIT), con sede en Ginebra. En su opinión, había que conceder máxima prioridad a las personas y al diálogo en el proceso de mundialización.
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