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Diálogo Nacional: Egipto - 21-22 de diciembre de 2002, El Cairo
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Abstract
Fecha y lugar
El Diálogo Nacional sobre la dimensión social de la globalización en Egipto, reunión organizada conjuntamente por la Oficina subregional de la OIT para Africa Septentrional y el centro Al-Ahram de estudios sobre política y estrategia, se celebró en El Cairo los días 21 y 22 de diciembre de 2002. Contó con la asistencia del Dr. Ahmed Fathi Sorour, portavoz de la Asamblea Popular, y del Ministro de Trabajo y Migración, Sr. Ahmed El Amawy. La Sra. Heba Handoussa representó a la Comisión Mundial.
Participantes y programa
Entre los 97 participantes figuraban parlamentarios, representantes de ministerios, organizaciones de empleadores y trabajadores, personajes públicos, representantes del mundo universitario y de organizaciones no gubernamentales. También asistieron a una parte, o a la totalidad, del diálogo 57 periodistas. La reunión, de dos días de duración, se estructuró en torno a tres sesiones de trabajo: percepciones y valores de la globalización; consecuencias positivas y negativas; y medios para hacer frente a la globalización. En cada sesión el autor del documento temático expuso las cuestiones pertinentes, a continuación formularon observaciones dos ponentes del entorno empresarial y laboral, y tuvo lugar un debate general.
Principales cuestiones e inquietudes
Debido a varios factores, en Egipto la globalización se ha percibido de forma negativa: en particular cabe citar la amenaza de la hegemonía y el dominio externos, el elevado precio que deben pagar los pobres, y el creciente desempleo tras un largo período caracterizado por la seguridad de los puestos de trabajo. Se está comenzando a sentir inseguridad y temor por la pérdida de puestos de trabajo, y crece la demanda de protección social. Se consideró que sería conveniente participar de forma activa en la globalización en lugar de boicotearla, aunque se haya percibido de forma negativa como un proceso controlado por las empresas multinacionales (EMN). Los participantes convinieron en los puntos que se indican a continuación:
* la parte correspondiente al trabajo en el PIB ha disminuido, con la consiguiente redistribución de ingresos que afecta a los trabajadores y a los grupos de bajos ingresos. La globalización ha tenido una repercusión negativa en los grupos de la población que no están en condiciones de mejorar el nivel de sus calificaciones y su competitividad;
* la expansión de las importaciones aumenta el déficit comercial y perjudica la producción industrial interna. Las unidades de producción suelen cerrar o reducir su capacidad, con el consiguiente desempleo;
* debido a la exclusión de amplios sectores de la población de las actividades económicas de elevada productividad ha aumentado el número de trabajadores en el sector informal (y el trabajo infantil);
* a pesar de los incentivos arancelarios y fiscales, las corrientes de inversiones extranjeras directas (IED) siguen siendo modestas y no conllevan la transferencia de nuevas tecnologías o de capacidad empresarial moderna. Las corrientes de IED a Egipto, para destinarlas a tecnologías de gran densidad de capital, pueden desplazar a las empresas locales y tener una repercusión negativa en el empleo. A su vez, los bruscos movimientos de las inversiones de cartera amenazan la estabilidad de la economía;
* debido a la liberalización del movimiento de profesionales sumamente calificados se produce una fuga de cerebros, mientras se limita la migración de trabajadores con poca o ninguna calificación. Cabe señalar que esta última limitación es de por sí inaceptable;
* ha aumentado la vulnerabilidad a las crisis externas, a raíz de la dependencia de las remesas de los trabajadores migrantes, del turismo y del Canal de Suez;
* la liberalización de las importaciones ha provocado una pérdida de los ingresos en concepto de derechos aduaneros;
* la balanza comercial, en particular en la agricultura, se ha deteriorado. Esa situación obedece en parte a las políticas proteccionistas aplicadas por los países desarrollados, como ejemplo se citaron las normas medioambientales, las disposiciones para luchar contra el trabajo infantil y el uso arbitrario de los procedimientos antidumping;
* se percibe un sentimiento de exclusión en la mayor parte de la población: determinados bienes públicos como la educación, la salud y la protección del medio ambiente se ofrecen cada vez más de conformidad con las normas del mercado, por lo cual los conocimientos, la riqueza y el poder se distribuyen de forma desigual y se concentran en una minoría;
* surge un dualismo social y cultural a raíz de la difusión de medios de comunicación extranjeros;
* la globalización ha limitado las decisiones que adoptan las autoridades nacionales en materia de política. También ha dado lugar a una polarización, tanto en el plano internacional como en el nacional;
* algunas de las oportunidades que brinda la globalización no se están aprovechando debido a fallos internos de las políticas nacionales y a los productores, que al depender del proteccionismo como único medio de subsistencia en el mercado no mejoran sus métodos de funcionamiento, y
* las normas que rigen la globalización no son equitativas y deberían modificarse. Se subrayó el valor de la unidad entre los países en desarrollo: éstos deberían reunirse de forma activa e intercambiar opiniones antes de iniciar negociaciones con el mundo desarrollado.
Principales recomendaciones en materia de política
Se señalaron dos elementos importantes para hacer frente al desafío de la globalización.
1. El carácter y la función del Estado, y la función del sector privado y la sociedad civil
Es indispensable la función de un Estado impulsor del desarrollo, que cuente con la participación efectiva de tecnócratas sumamente competentes en el proceso de adopción de decisiones. El Estado debería profundizar en el estudio del proceso de la globalización y poner esos conocimientos a disposición de los interesados. Habría que estudiar con atención el mecanismo de los movimientos de capital, la estructura de la dirección de las EMN, las fusiones y las adquisiciones, así como los factores que influyen en sus decisiones respecto de la prioridad que cabe atribuir a determinados mercados y sus vínculos con las instancias decisorias en los países desarrollados. El Estado debería:
* apoyar el crédito a la pequeña y mediana empresa;
* respaldar la demanda interna, al tiempo que mantiene la estabilidad macroeconómica, y
* regular de forma efectiva las actividades del sector privado.
Habría que crear un entorno favorable para las IED. No obstante, no habría que exagerar los incentivos y las ventajas para atraer capital extranjero, a fin de evitar problemas posteriores respecto de la balanza en cuenta corriente.
2. El desarrollo de los recursos humanos, el trato del capital extranjero, la democracia, la cooperación internacional, la organización de la sociedad civil y su democratización, y el comportamiento de las EMN
El crecimiento de la economía requiere un aumento de la productividad y de la competitividad: para obtener resultados satisfactorios de la globalización será preciso actuar de forma organizada, equilibrada y progresiva. El Estado ha de prestar atención a la reforma y la modernización de la enseñanza, al aumento del nivel de las calificaciones y a la ampliación de la base de conocimientos. Tendrá que crear un marco jurídico adecuado para la globalización, y promulgar y hacer cumplir la legislación pertinente.
En general se convino en que sería preciso establecer un sistema efectivo de protección social que, al mismo tiempo, reduciría la oposición a la globalización. A este respecto, se atribuyó suma prioridad a la política de distribución de los ingresos.
Para dar un rostro humano a la globalización, el Estado debería habilitar a la sociedad civil para que pueda escucharse la voz de todos. Esas organizaciones deberían presionar a sus propios gobiernos, aunque el fortalecimiento de la sociedad civil no debería realizarse a expensas de las organizaciones de trabajadores.
EMN: si se aumentaran la calidad de los puestos de trabajo, crearan unas condiciones de trabajo y de vida decentes y preservaran el medio ambiente, las empresas mejorarían considerablemente su imagen en los países del Sur y reducirían la oposición a sus actividades.
Asistencia Oficial al Desarrollo (AOD): los países desarrollados deberían cumplir sus compromisos y asignar una mayor parte de su AOD a respaldar las actividades de enseñanza, formación y transferencia de tecnología. También se subrayó que era preciso mejorar el acceso de los productos procedentes de los países en desarrollo a los mercados de los países desarrollados, y liberalizar el movimiento de mano de obra. Se estudió asimismo la necesidad de aportar nueva liquidez a la economía mundial mediante los derechos especiales de giro (DEG).
Se llegó a un consenso en cuanto a la necesidad de democratizar el sistema de las instituciones internacionales. Egipto (y los países en desarrollo en general) deberían participar de forma activa en la gestión de la globalización. La Organización Mundial del Comercio (OMC) aplica la norma de un voto por país, pero los países en desarrollo no tienen poder en esa organización. Habría que ampliar el mandato de la Conferencia de las Naciones Unidas sobre Comercio y Desarrollo (UNCTAD) en relación con las cuestiones monetarias, financieras, comerciales y relativas a la política de propiedad intelectual. Si se ampliara la función de la UNCTAD, y del sistema de las Naciones Unidas, sería posible entablar un valioso diálogo internacional que permitiría difundir las ventajas de la globalización y reducir sus desventajas. Por ejemplo, a raíz de su relación con la dimensión social de la globalización se propuso que la OIT participara, junto con el Fondo Monetario Internacional (FMI) y la OMC, en el estudio de la necesidad de aportar nueva liquidez a la economía mundial. Habría que rechazar toda tentativa de trasladar de la OIT a la OMC los debates sobre cuestiones laborales.
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