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Trabajo forzoso en Myanmar (Birmania)

Informe de la Comisión de Encuesta instituida en virtud del artículo 26 de la Constitución de la Organización Internacional del Trabajo para examinar la observancia por Myanmar del Convenio sobre el trabajo forzoso, 1930 (núm. 29) Organización Internacional del Trabajo
Ginebra, 2 de julio de 1998


Anexo VII (cont.)

 

Resúmenes de los testimonios

1-50

51-100

101-150

151-180

181-205

206-246

 

Etnia:

Rohingya

51

Edad/sexo:

25, masculino

Situación familiar:

Veinte personas, incluidos el padre, la madre, hermanas, hermanos y sus familias (es el menor de sus hermanos y hermanas)

Ocupación:

Agricultor y pescador

Proveniente de:

Taungpyo, municipio de Maungdaw, estado de Rakhine

El testigo abandonó Myanmar en 1992. La NaSaKa lo forzó a trabajar incluyendo la construcción de carreteras y la limpieza de sus campos. La NaSaKa solía generar el trabajo algunas veces, ensuciando el campo sólo para que ellos tuvieran que limpiarlo. Cuando la NaSaKa partía de patrulla llevaban con ellos estudiantes rohingyas como cargadores (pero no estudiantes rakhines). Tuvo que ir muchas veces, algunas durante un día y otras durante tres o cuatro días. La NaSaKa solía tomar estudiantes como cargadores porque cuando partían de patrulla los aldeanos estaban trabajando en sus campos y no se podían encontrar en su aldea, de modo que era más fácil encontrar estudiantes. La NaSaKa constituía usualmente grupos de 25-35 personas, y tomaban un número similar de estudiantes. Los estudiantes recibían comida, y si obedecían las órdenes, no eran maltratados, pero si discutían o eran incapaces de hacer lo que se les ordenaba, los soldados los maltrataban. El testigo nunca fue golpeado, pero vio a otros siendo golpeados. A la NaSaKa no le gustaba que los rohingyas rezaran o cumplimentaran otras obligaciones religiosas, y trataba de impedirlo. Tuvo también que ir a los bosques y cortar árboles para obtener madera. Tuvo que hacer esto muchas veces cuando era estudiante. Sus hermanos mayores y menores también tuvieron que realizar trabajo forzoso, pero de esto no se hablaba en su hogar, dado a que él proviene de una familia de alta clase social. Supo que otras personas de su aldea tuvieron que realizar otro tipo de trabajo forzoso, pero nunca fue testigo de ello. La NaSaKa no se molestaba en dar órdenes estrictas o en informar al jefe de aldea. Tomaban a quien necesitaban directamente. Supo de personas que murieron llevando a cabo trabajo forzoso. Una persona que tenía 16 ó 17 años no pudo transportar el gran tronco que le fue ordenado, cayó al suelo y fue golpeado hasta morir por la NaSaKa. El testigo vio el cuerpo. El trabajo forzoso era una pesada carga para la población, porque implicaba que fueran incapaces de ganarse la vida. Tenían también que pagar impuestos a la NaSaKa -- 25 tin por acre de tierra (con sólo una cosecha de arroz por año). También recibían aleatoriamente de los campos de la NaSaKa órdenes de entregar dinero en efectivo o comida. Estos impuestos eran sólo exigidos a los musulmanes pero no a los rakhines. Tras finalizar el octavo año de educación común, se mudó a Maungdaw (tenía 18 ó 19 años) y permaneció allí con su hermano. Logró evitar el trabajo forzoso mientras permaneció en Maungdaw, porque huyó cuando las tropas llegaron reuniendo gente para realizarlo. Cuando permaneció en Maungdaw, se formuló una acusación contra prominentes estudiantes musulmanes (entre los que se encontraba el testigo) en el sentido de que eran de la RSO, pero él no era miembro de la RSO. Esta es la razón por la cual huyó a Bangladesh.


Etnia:

Rohingya

52

Edad/sexo:

21, masculino

Ocupación:

Tendero

Proveniente de:

Taungpyo, municipio de Maungdaw, estado de Rakhine

El testigo abandonó Myanmar en 1990. Era tendero, con una gran tienda y buen volumen de negocios. Su tienda estaba en el mercado, y la NaSaKa solía ir y comprar bienes en el mismo. El testigo fue forzado a transportar esos bienes al campo de la NaSaKa, y fue así como perdió negocios porque tenía que cerrar su tienda cada vez que hacía esto. El testigo era un blanco permanente para realizar estos transportes de cargas porque, como tendero, debía permanecer en el mercado mientras otra gente podía huir cuando la NaSaKa llegaba al mercado, para evitar ser tomados como cargadores. La NaSaKa no le permitía tratar de buscar un reemplazante que él pudiera tomar para ir en su lugar. Usualmente tenía que trasladar los bienes hasta le campo de la NaSaKa aproximadamente a las cuatro de la tarde, y si el campo estaba cerca podía retornar en el mismo día. Algunas veces le era impedido partir antes de haber transportado los bienes al campo, y era forzado a permanecer en él durante cuatro días. Una vez trató de solicitar a la NaSaKa la autorización para encontrar alguien que lo reemplazara como cargador porque él tenía un tienda, pero uno de ellos le arrojó un cuchillo que cortó su rodilla. Otras veces fue golpeado y fue contusionado, pero no sufrió heridas permanentes. Tuvo también la experiencia de haber sido tomado como cargador mientras viajaba por una carretera.


Etnia:

Rohingya

53

Edad/sexo:

20, masculino

Situación familiar:

Nueve (incluidos padres, hermana y hermano menores, esposa e hijos)

Ocupación:

Trabajador ocasional en la recolección de leña/bambú para la venta, así como agricultor de sus 8 khani (3 acres) de tierra

Proveniente de:

Chin Taung, municipio de Buthidaung, estado de Rakhine (la aldea contaba con 8.000 familias)

El testigo abandonó Myanmar a fines de 1997 junto a los nueve miembros de su familia y muchas otras familias de su aldea. Otras 500 familias de su aldea han llegado a Bangladesh en los últimos dos años. En Chin Taung la población no era capaz de realizar su propio trabajo a causa del trabajo forzoso. Algunas veces debían realizarlos 12 ó 14 días de una vez, y tenían que llevar su propia comida; algunas veces no tenían suficiente comida para todo el período y pasaban hambre. Algunas veces tenían sólo cinco días de pausa antes de ser convocados a trabajar nuevamente. El testigo ha realizado un promedio de 15 a 18 días de trabajo forzoso por mes, por lo que no le quedaba tiempo para ganarse la vida. Algunas veces la NaSaKa robaba la comida que los aldeanos llevaban consigo, a veces para comerla, pero otras para tirarla y causar problemas a la población. Fue golpeado en muchas ocasiones, algunas sin ningún motivo; una vez fue golpeado a puñetazos en el pecho de manera repetida por un soldado que llevaba un anillo. Tenían también que pagar un impuesto de 50 kyats y 20 pollos por quincena, pero frecuentemente no eran capaces de pagar el efectivo. Cuando esto ocurría, eran castigados poniendo sus cabezas, brazos y piernas en un cepo. Esto nunca le ocurrió al testigo personalmente, pero sí a su hermano una vez, que permaneció de esta manera ocho horas ininterrumpidas. Sólo los rohingyas tenían que pagar impuestos y realizar trabajo forzoso. Quiso mudarse (a causa de los excesivos impuestos y del trabajo forzoso en Chin Taung) a la aldea de Olafe, pero para ello necesitaba la autorización del director del LORC, quien exigía para ello 500 kyats. El testigo no tenía ese dinero, y se mudó sin haber obtenido la autorización. Tras ocho noches en Olafe fue detenido y golpeado por el director del LORC por no obtener la autorización necesaria, y forzado a pagar 1.000 kyats. Cinco días antes de volar a Bangladesh, tuvo que permanecer 17 noches para realizar trabajo forzoso transportando sacos de arroz para los militares. Cuando regresó a su casa no tenía comida, entonces vendió su vaca por 6.000 kyats (1.000 de los cuales fueron tomados por la NaSaKa como impuestos) y partió.


Etnia:

Rohingya

54

Edad/sexo:

27, femenino

Situación familiar:

Siete (marido y cinco hijos)

Ocupación:

Su familia cultivaba sus propias tierras

Proveniente de:

Khandong, municipio de Buthidaung, estado de Rakhine (la aldea contaba con 900 familias)

La testigo abandonó Myanmar a comienzos de 1997 con su familia (ella había partido anteriormente en 1992, pero había regresado). Quince días antes de su partida, un ministro del SLORC llegó a la aldea en helicóptero y anunció la construcción de una pagoda en él. Tras este anuncio, llegaron otros funcionarios del SLORC y anunciaron que 60 familias debían ser forzosamente reubicadas para dejar espacio para la nueva construcción, y que debían mudarse en 15 días. Otra gran área (300 familias) también tenía que reubicarse dentro de los tres meses. Esta área estaba destinada al asentamiento de rakhines, porque dado que habría una pagoda, los oficiales querían que la aldea fuera budista. La población de su aldea tuvo que realizar trabajo forzoso. Grupos de 20 a 40 personas eran tomados por períodos que oscilaban entre siete días y tres meses. Tenían que construir carreteras, desmalezar la selva, nivelar el terreno. Había que realizar tareas de trabajo forzoso todos los meses; su hijo de 12 años también debía realizarlos. Esto ocurría desde la primera vez en la que ella huyó a Bangladesh. Lo único que había cambiado tras su regreso a Myanmar era que también se efectuaba transporte de cargas para las patrullas de la NaSaKa y otros tipos de trabajo forzoso. Tenían que efectuar siete días de trabajo forzoso cada vez, intercalados con siete días de descanso, pero el período de trabajo forzoso era frecuentemente superior a siete días, y podía llegar hasta un mes. Sólo los rohingyas debían realizar tareas de trabajo forzoso. Cuando regreso a Myanmar, en 1995, había impuestos y trabajo forzoso similares, pero la duración de los últimos se había incrementado de 3 a 14 días cada vez. El impuesto que debía ser pagado guardaba relación con la cosecha de arroz; la renovación de una casa y el nacimiento o venta de ganado estaban también gravados (700 a 1.000 kyats). En una ocasión, la casa de su cuñado se quemó y éste tuvo que pagar impuestos a la NaSaKa para reconstruirla. Conoció a una persona que murió efectuando tareas de trabajo forzoso. Esta persona había ido a realizarlos durante un período de siete días y la mataron porque trabajaba lentamente. Le ordenaron que limpiara el jardín y, como era lento al hacerlo e intentó negarse, fue golpeado con una vara encima de la oreja y murió. El cuerpo no fue devuelto. También conoció otro aldeano al que le fracturaron la cadera. También le contaron que otras ocho personas habían sido muertas en otra aldea, pero como los musulmanes no tienen permitido viajar (particularmente las mujeres) la población de su aldea no pudo ver lo ocurrido, pero encontraron un cuerpo en el canal. La testigo criticó al ACNUR por decir que la situación había mejorado; puesto que cuando volvían no podían permanecer ni quince días sin ser forzados a trabajar nuevamente. Consideraban que la situación no había mejorado.


Etnia:

Bengalí

55

Edad/sexo:

30, masculino

Ocupación:

Periodista del periódico Ajker Kagol desde 1990

El testigo era un nativo de Bangladesh que viajaba frecuentemente a Myanmar (aunque no como periodista, porque los periodistas extranjeros no estaban autorizados a ingresar). Afirma que frecuentemente las autoridades de Myanmar acusaban al RSO de usar el lado de Bangladesh de la frontera como base para realizar ataques transfronterizos contra la NaSaKa. Piensa que esta acusación era acertada. La NaSaKa rodeaba a los aldeanos para vigilar la frontera durante la noche y evitar que la RSO la cruzara. El fue testigo de estos hechos en Myanmar. Los aldeanos en Myanmar eran también forzados a entregar 40 kg de arroz por hectárea de tierra en concepto de impuesto, independientemente de la cosecha (si alguna había) que obtuvieran. Reunió mucha información sobre opresión y trabajo forzoso y, en su opinión, la situación no ha mejorado desde el último flujo migratorio en 1991-1992; incluso puede haber empeorado. Ha visto a los Roghingyas tratados como animales por las autoridades. Los ha visto frecuentemente, cuando iba a Myanmar, realizando trabajo forzoso como cargadores para la NaSaKa. Como más y más personas devenían refugiados internos o externos, la carga del trabajo forzoso se incrementaba para los restantes, lo que era una de las razones por las cuales la situación podía haber empeorado. También jóvenes Roghingyas estaban siendo acusado ahora de ser RSO, por lo que tenían que huir. También ha presenciado actos de maltrato a los Roghingyas, en la forma de contusiones y cortes. Piensa que el número de Roghingyas que han ido a Bangladesh desde 1978 no es menor a un millón y medio de personas, de los cuales 25.000 lo han hecho durante el último año. Considera que podría haber pronto otro gran flujo migratorio. Un indicio de ello fue el reciente resurgimiento de las actividades de la RSO durante los últimos uno o dos meses. En el pasado, esto ha resultado en represalias tomadas por la NaSaKa contra la población civil Roghingya, causando su huida. Esto antes del flujo migratorio de 1991-1992. El testigo conocía los proyectos del ACNUR en Bawli Bazar y Shahad Bazar en el norte del municipio de Maungdaw, donde la población involucrada en ellos era supuestamente pagada, pero en realidad el ACNUR pagaba a la NaSaKa -- que implementaba el proyecto --, pero que no pagaba a su vez a los rohingyas.


Etnia:

Rohingya

56

Edad/sexo:

19, femenino

Ocupación:

Su familia cultivaba la tierra; legumbres, betel

Proveniente de:

Dub Ru Chaung, municipio de Buthidaung, estado de Rakhine (la aldea contaba con 300 familias)

La testigo fue previamente refugiada, en 1991-1992. Fue repatriada y retornó a su aldea, pero no hubo reducción en el trabajo forzoso. Regresó nuevamente a Myanmar a comienzos de 1998. El trabajo forzoso podía durar hasta un mes o seis semanas consecutivas, por lo que no había manera de ganarse la vida. Tenían que limpiar la jungla, cortar postes para construcciones, limpiar letrinas, y trabajar para la NaSaKa en los arrozales. Todas las familias tenían que hacer esto, pero únicamente las rohingyas. Luego de la repatriación su esposo solía ir a la jungla a juntar madera para vender. En una ocasión, estaba haciendo eso cuando supuestamente debía realizar tareas de trabajo forzoso, por lo que fue golpeado por la NaSaKa. Su pierna fue herida y cortada. El se enojó luego de este hecho y comenzó a protestar contra el país y a decir que quería dejarlo. Esto llamó la atención de la inteligencia militar, que falsamente lo acusó de ser contrabandista, por lo que tuvo que huir. Los trabajadores eran tomados de las carreteras o del mercado; algunas veces las órdenes eran impartidas por el jefe de aldea; otras veces la población era reclutada directamente de sus casas. En ocasiones, las jóvenes eran tomadas de la calle y trasladadas al campo militar. La testigo conoció cuatro jóvenes de su aldea que fueron violadas en estas circunstancias (esto ocurrió luego de su repatriación). Arroz y dinero debían ser pagados en concepto de impuestos, pero eran sólo los rohingyas quienes debían hacerlo.


Etnia:

Rakhine, budista

57

Sexo:

Masculino

Ocupación:

Teniente Coronel Retirado

Proveniente de:

No aplicable

El testigo realizó su carrera en las fuerzas militares del lado de Bangladesh, combatió en tres guerras (Segunda Guerra Mundial, conflicto indo-pakistaní de 1947 y guerra de independencia de Bangladesh en 1971). Nunca ha estado en Myanmar porque la gente allí sentía que él era uno de ellos y debería haber servido en sus fuerzas armadas y no en las de Bangladesh. No tenía información particular acerca de la situación actual en Myanmar. Como el lado de Bangladesh del río estaba ahora obstruido por sedimentos, la mayoría de la población pescaba en el lado de Myanmar y los pescadores venían a vender su pescado en Bangladesh. El control fronterizo no era muy estricto.


Etnia:

Rohingya

58

Edad/sexo:

27, masculino

Situación familiar:

Casado con dos hijos; tenía tres hermanos y dos hermanas

Educación:

2.º nivel

Ocupación:

Jornalero

Proveniente de:

Sabbi Taung, municipio de Buthidaung, estado de Rakhine.

El testigo abandonó el municipio de Buthidaung por Bangladesh en julio de 1992, fue repatriado en 1996 y regresó a Bangladesh a comienzos de 1997. Luego de su repatriación en 1996 tuvo que realizar varios tipos de trabajo forzoso para los militares en el municipio de Buthidaung: hacer vallas para los cuarteles, construir barracas, excavar el suelo, recolectar madera. No era pagado e incluso tenía que llevar su propia comida. Tuvo que ir tres o cuatro veces por mes, en ocasiones durante una semana, otras veces por cuatro o cinco días. El jefe de aldea de Sabbi Taung recibía la orden escrita de los militares y entonces enviaba a los aldeanos. Si el jefe de aldea fracasaba en enviarlos, entonces debía ir él mismo. Sabbi Taung tenía alrededor de 350 familias. El jefe de aldea pedía una persona por familia para realizar trabajo forzoso. En ausencia del esposo, en principio, la mujer tenía que ir, pero podía enviar a otra persona pagada por ella. En la práctica, el testigo ha visto mujeres realizando tareas de trabajo forzoso. Respecto a los niños, los militares no tomaban menores de 10 años porque no podían trabajar. Naikangtaung era el campo principal. Los trabajadores forzosos eran recolectados de diferentes aldeas y distribuidos donde eran necesitados. El testigo tuvo que caminar alrededor de 10 millas desde Sabbi Taung hasta Naikangtaung y, de acuerdo a las necesidades, desde allí también caminar seis o siete millas hasta Sindi Prang o Poimali. Tuvo que permanecer durante las noches en el lugar que trabajaba y llevar consigo sus propias raciones de comida. Luego de haber sido repatriado en 1996, el ACNUR había suministrado algunas raciones de comida (arroz) por trabajar en un estanque de agua potable para la aldea de Sabbi Taung. El jefe de aldea, a pedido del ACNUR, hizo un llamado al trabajo (voluntarios). Si alguien no quería ir, no iba. El testigo mismo ha trabajado como contratista, 40 personas trabajando en el estanque durante 15 días daba un número de sacos de arroz que dividían entre ellos. Trabajó allí durante un período de 20 días, pero tuvo que abandonarlo al recibir órdenes de las autoridades para realizar trabajo forzoso. Tuvo que ir entonces dos veces, una por cuatro y otra por cinco días. Esto ocurrió 15 días luego de haber sido repatriado. Tuvo también que realizar transporte de cargas para soldados en patrulla. Una vez, antes de su exilio de 1992, durante dos meses consecutivos. Tras su repatriación, tuvo que ir dos veces y permanecer diez días cada vez. Antes de su exilio de 1992, fue herido (mostró sus cicatrices bajo la rodilla) mientras cayó transportando pesados bultos. Las lesiones producidas por la caída (no por golpes) tomaron mucho tiempo en sanar. No recibió tratamiento. En 1996, (entre su repatriación y segundo vuelo), aparte de trabajar para los campos militares, el testigo no trabajó en la construcción de carreteras, pero antes de su primera partida en 1992, debió trabajar para la carretera proyectada entre Buthidaung y Sittway (Akyab). Ha visto trabajadores forzosos golpeados por los soldados: si no podían cumplir las órdenes a tiempo, no comprendían el lenguaje en el que la orden era impartida, tomaban demasiado tiempo para comer o no eran capaces de cargar las pertenencias de los soldados (quienes no se preocupaban de su peso). También, si alguien no respondía al llamado del jefe de aldea para realizar tareas de trabajo forzoso, su nombre era dado a los militares, que lo arrestaban y golpeaban seriamente. Luego de su repatriación, ha visto habitantes de su aldea golpeados por los soldados en aproximadamente 20 ocasiones. Había instancias en las que los habitantes recibían disparos mortales, pero él no había sido testigo de ninguna. No obstante, ha visto como, antes de 1992, un hombre de 30 a 35 años de su aldea, cuyo nombre no recuerda, era golpeado tan seriamente que más tarde murió. No ha presenciado ningún caso de abuso sexual de mujeres de su aldea. En otras aldeas, cuando los soldados iban a buscar trabajadores y todos los hombres huían, llevaban las mujeres al campo. El testigo oyó esto de testigos presenciales de la aldea de Poimali antes de 1992.


Etnia:

Rohingya

59

Edad/sexo:

45, masculino

Situación familiar:

Casado con cuatro hijos. Tenía dos hermanos y dos hermanas.

Ocupación:

Jornalero

Proveniente de:

Perella, municipio de Buthidaung, estado de Rakhine

El testigo fue a Bangladesh por primera vez en 1992 y fue repatriado el mismo año. Regresó nuevamente a Bangladesh a comienzos de 1998, dejando a su familia en Myanmar porque la vida se había tornado muy difícil, con demasiado trabajo forzoso y demasiadas donaciones. Tuvo que realizar tareas de trabajo forzoso muchas veces para los tres campos (dos militares y uno de la policía) existentes cerca de su aldea: limpieza del suelo, recolección de leña y de agua. Tuvo también que entregar cánones («donaciones»), dinero colectado por el jefe de aldea para la inteligencia militar. Tenía que ir exactamente una vez por mes, y permanecer durante una semana o a veces 10 días realizando tareas de trabajo forzoso. La jurisdicción del jefe de aldea se extendía sobre siete aldeas con aproximadamente 350 familias. En la aldea de Perella había alrededor de 35 familias, y el jefe de la misma llamaba rotativamente diez personas a la vez, aproximadamente tres veces al mes (lo mismo que todas las otras aldeas), y luego los distribuía en los campos. Además, cuando los militares se movilizaban de un lugar a otro, podían tomar a cualquiera y usarlo como cargador. El 5 de enero de 1998, el testigo y su hermano habían ido de compras a Sabbi Taung y su hermano fue tomado en el camino y tuvo que transportar pertenencias de los soldados; él no sabía ni adónde ni por cuánto tiempo. En 1997, trabajó para un proyecto de construcción de carretera del ACNUR. Cuando fue llamado por el jefe de aldea, fue voluntariamente a trabajar durante 16 días y obtuvo a cambio 21 kg de arroz. Pero mientras trabajaba en la carretera, fue su turno de realizar trabajo forzoso y entonces envió un reemplazante a quien pagó 150 kyats. En una ocasión, a finales de 1997, se negó a realizar trabajo forzoso. Cuando fue convocado por el jefe de aldea, le dijo: «Si voy, mis hijos morirán». Entonces su nombre fue transmitido a los militares. Fue arrestado esa misma noche, a media noche los militares fueron a su casa, lo llevaron al campo de la policía de Jadi Taung, lo golpearon y fue detenido allí hasta las tres de la tarde del día siguiente. Fue liberado luego de que su madre tuviera que vender sus adornos y entregar 2.000 kyats al campo a cuyo cargo estaba. El testigo ha visto otros casos como éste. Nunca fue pagado por realizar tareas de trabajo forzoso y tenía que llevar su propia comida. En una ocasión, hace aproximadamente un año, el testigo tuvo muy fuertes dolores de estómago mientras realizaba trabajo forzoso en el campo de Buthidang-Naikangtaung (el centro militar más importante), al que tenía que acudir una vez cada dos o tres meses, a pie, y que distaba 14 millas de su aldea. Estuvo cerca de la muerte. Siempre permanecía en el campo cuando realizaba trabajo forzoso. Cuando estuvo enfermo, no recibió medicinas. Sus amigos del campo lo llevaron a un hospital civil cercano, donde no recibió medicinas, y tuvo que volver al campo. Allí fue autorizado a descansar, vigilando las pertenencias de otros. Había muy pocos militares buenos, pero éste era uno de ellos.

Hace siete u ocho meses en Poimali (campo de Taraing), fue testigo del disparo mortal recibido por una persona. En el campo había un Mazi (líder) por cada 80 trabajadores, y un jefe militar los contaba tres veces al día. En la noche, dos personas de su grupo habían desaparecido. Un soldado pidió al Mazi que se alejara un poco y lo ejecutara (nombre de la víctima: Hassan, de la aldea de Poimali; 40 a 45 años de edad). En otro incidente hace tres años, un hombre de Jadi Taung, Abdu Salam, tuvo que recolectar bambú para los militares y fue golpeado hasta morir. Si una mujer, jefa de una familia sin hombres adultos, era llamada para realizar trabajo forzoso, podía enviar un reemplazante o uno de sus hijos. A una viuda sin hijos y sin dinero se le podía pedir que fuera a la casa del jefe de aldea. Dependiendo del jefe de aldea, algunas veces tenía que trabajar para él junto con sus esposas. En relación a los menores, los niños eran tomados a partir de la edad de 10 años, dependiendo de su talla. Finalmente, el testigo vio cómo una mujer de 30 años de una aldea cercana era violada en el campo militar de Poimali hace siete u ocho meses. El jefe de aldea entregaba a los militares la lista de los que se negaban a realizar trabajo forzoso: éstos iban a buscarlos. Si no encontraban al hombre, detenían a la mujer durante tres o cuatro noches en el campo. Es decir que las mujeres eran tomadas porque no podían encontrar al hombre. Las mujeres no podían ser vistas en el campo; eran detenidas en una habitación.


Etnia:

Rohingya

60

Edad/sexo:

30, masculino

Situación familiar:

Casado, con cuatro hijos; cuatro hermanos y cuatro hermanas

Educación:

2.° nivel

Ocupación:

Comerciante, tenía un negocio en la aldea de Maungdaw (iba a Teknaf en Bangladesh con permiso de tránsito dos o tres días por semana para comprar cosas que vendía en Maungdaw)

Proveniente de:

Su Za, municipio de Maungdaw, estado de Rakhine (aldea muy cercana a Maungdaw)

El testigo estaba atendiendo sus negocios cuando fue obligado a realizar trabajo forzoso, por lo que envió a otra persona a quien pagaba 200 kyats dos o tres veces al mes. Es decir que pagaba 400 kyats por mes si eran dos veces, o 600 si eran tres. La orden para realizar trabajo forzoso provenía de las autoridades locales. El trabajo forzoso era para el campo de la NaSaKa, construyendo casas o realizando excavaciones. Si no había nada que hacer en el campo, el testigo debía enviar igualmente un trabajador. No enviaba siempre el mismo trabajador. Entendía que el trabajo forzoso se llevaba a cabo durante un día cada vez. Cuando se le preguntó por qué él debía realizar menos trabajo forzoso que otros testigos interrogados ese mismo día antes que él, respondió que era porque él era de una aldea (Su Za es un suburbio de Maungdaw). El testigo deseaba agregar que especialmente en la ciudad, la policía lo paraba frecuentemente para sacarle dinero de sus bolsillos sin ninguna razón. Si la policía veía que él venía de una aldea a la ciudad, tomaban lo que encontraban en sus bolsillos. «Actuaban como ladrones.»


Etnia:

Rohingya

61

Edad/sexo:

45, femenino

Situación familiar:

Casada con nueve hijos

Ocupación:

Ama de casa

Proveniente de:

Aldea de Gariroa, cerca de Fatur Kila, municipio de Sittway (Akyab), estado de Rakhine

La testigo permaneció en su aldea hasta que la población entera fue reubicada en diferentes lugares hace aproximadamente dos años. Estuvo entonces con su familia, durante un período de seis meses, en la aldea de Dumsofara, municipio de Rathedaung hasta que fueron a Bangladesh un año y medio atrás (a mediados de 1996). Antes de su reubicación (hace dos años), la testigo tuvo que realizar trabajo forzoso, transportando ladrillos para los senderos peatonales del campo militar de Tunku Shai. Los militares daban la orden al jefe de aldea, quien no le solicitó personalmente que fuera, sino una persona de la familia, por lo que si su marido estaba ocupado, ella tenía que ir (su marido se ganaba la vida con dos carros tirados por cuatro bueyes). Tuvo que ir en algunas ocasiones dos o tres veces al mes, algunas de ellas durante siete días consecutivos y otras durante dos o tres. No sabían con antelación cuánto tiempo iban a permanecer; el jefe de aldea sólo reclutaba a la gente y los militares decidían. Tuvo que pasar la noche en el campo. Cuando su marido estaba, era él quien iba. Si alguien era convocado y llegaba al campo con retraso, la persona era golpeada por los soldados. Personalmente, la testigo no ha visto esto. Otras mujeres que debían realizar trabajo forzoso en el campo eran molestadas sexualmente y violadas por los soldados, incluida la hermana de su esposo, cuando fue tomada como cargadora seis o siete meses antes de que su aldea fuera reubicada. La testigo no conocía ni el nombre ni el rango del soldado que violó a su cuñada.

Reubicación. En el área de Fatur Kila, los musulmanes eran una minoría. Cinco aldeas musulmanas, incluida Gariroa, fueron reubicadas «por orden del Gobierno» dos años atrás. La aldea de Gariroa estaba cerca de la ciudad, y toda la población rohingya fue simplemente desplazada, no a causa de la construcción de una carretera u otra razón similar, y dispersada en varias aldeas de los municipios de Maungdaw y Rathedaung. Su familia y otras pocas fueron reubicadas en Dumsofara, en el municipio de Rathedaung. Un día a las tres de la tarde su casa fue marcada y a la mañana siguiente debieron mudarse, dejando tras ellos su casa. Eran incapaces de organizar sus cosas. Tuvieron que dejar tras ellos sus dos toros y cuatro bueyes, las bases de su subsistencia. Las «autoridades» fueron con pistolas y varas, fueron golpeados porque llevaban retraso con la mudanza y fueron enviados a Buthidaung en barco. Desde allí a Dumsofara en camión y a pie. Les habían prometido tierras en el nuevo lugar, pero no les dieron nada. No podían construir una casa, sólo una pequeña barraca más pequeña que la ya pequeña en la que estaban, y vivieron «casi como mendigos». Tanto en el nuevo lugar como en el anterior, no tenían permitido mudarse a otras aldeas, para evitar que volvieran a su antigua aldea. En cualquier caso, luego de la elección de 1989-1990, una nueva ley prohibió las mudanzas, no sólo de rohingyas.

Tras la reubicación. En la nueva aldea, Dumsofara, ninguno de los rohingyas que habían sido reubicados de Gariroa fue convocado para realizar trabajo forzoso en los seis meses o más en los que la testigo permaneció allí, en tanto que la población originaria de Dumsofara debía llevarlos a cabo. La mayoría de la población estaba dedicada a la pesca, por lo que tenían que pescar para las autoridades que casi cada día venían luego de la pesca para ver qué habían capturado, y llevarse todos los buenos pescados. Además, tenían que juntar leña y bambú para los militares, y trabajar en sus casas.


Etnia:

Rohingya

62

Edad/sexo:

35, masculino

Situación familiar:

Casado, con dos hijos y tres hijas

Ocupación:

Granjero

Proveniente de:

Lambabil, municipio de Buthidaung, estado de Rakhine (dos campos militares y uno de inteligencia estaban situados cerca de la aldea)

El testigo abandonó Myanmar en 1991 a causa de la tortura a la que había sido sometido y al trabajo forzoso que había tenido que realizar. No podía seguir proveyendo las necesidades de su familia, ni cultivar sus tierras. Tuvo que realizar trabajo forzoso desde la edad de 12 años. No era en realidad un sistema organizado. La orden provenía del campo, usando al jefe de aldea como intermediario, quien enviaba un mensajero a buscar la mano de obra necesaria. Debió realizar estos trabajos un promedio de cinco a siete veces por mes. El trabajo duraba en promedio tres o cuatro días. No había siempre lugar para dormir. Tenía que llevar su propia comida. No era remunerado. Era imposible negarse a trabajar. El castigo por hacerlo era el arresto. Su mujer velaba por la granja durante su ausencia. Cada familia debía proveer un miembro para trabajar. El testigo era el único miembro de su familia inmediata que podía realizar ese trabajo. Era posible pagar un substituto (pero él nunca lo hizo porque no tenía ingresos suficientes). No era posible sobornar a los soldados para evitar trabajar. Tuvo que instalar vallados de bambú en los campos (para las huertas y animales que los soldados tenían allí), y recolectar madera. Tuvo también que realizar transporte de cargas para los soldados, transportando su comida y municiones. Nunca vio ningún enfrentamiento. Se desempeñó como cargador alrededor de 20 veces. Las tareas duraban de uno a cinco días. Aun si la orden especificaba un número determinado de días, frecuentemente debía permanecer más tiempo, hasta que otros cargadores fueran a reemplazarlo. Los soldados confiscaban comida en las aldeas por las cuales tenían que pasar y el testigo podía comer las sobras. Fue golpeado varias veces cuando era incapaz de transportar las cargas. Creía que la situación en Myanmar no había cambiado (alguien que había vuelto recientemente de allí se lo confirmó). Finalmente, mientras estaba en Myanmar, tuvo que pagar un impuesto en arroz proporcional al ingreso de su familia, que era utilizado para alimentar a los soldados. El impuesto no podía ser evitado.


Etnia:

Rohingya

63 a 65

Edad/sexo:

25 a 30, femenino (testigo 63); 25 a 30, femenino (testigo 64); 20 a 25, femenino (testigo 65)

Situación familiar:

Casada, con cinco hijos (testigo 63); Casada, con dos hijos (testigo 64); Casada, con cinco hijos (testigo 65);

Ocupación:

Su esposo era granjero (testigo 63); jornalera (testigo 64); granjera (testigo 65)

Proveniente de:

Saab Bazar, municipio de Maungdaw, estado de Rakhine (testigos 63 y 64); Inn Saung, municipio de Buthidaung, estado de Rakhine

Las testigos llegaron a Bangladesh a principios de 1997 a causa del trabajo forzoso que las privaban de los medios de satisfacer sus propias necesidades. La única opción era abandonar Myanmar. La situación, sobre este particular, había evolucionado para peor. Sólo los hombres estaban sujetos a trabajo forzoso, alrededor de ocho a diez meses al año. Debían recolectar madera, cañas de bambú, construir casas y servir como cargadores entre dos aldeas o dos campos. El esposo de la testigo 63 fue reclutado para trabajar como cargador durante un mes justamente antes de que partiera para Bangladesh. Decidió partir cuando las autoridades lo requirieron nuevamente para realizar transporte de cargas. El trabajo no era pagado y no había posibilidades de rechazarlo, porque cualquier rechazo podía dar lugar a torturas y golpizas por parte de los militares. Siempre era posible enviar un reemplazante, dado que la regla de un miembro masculino por familia todavía existía, independientemente de quien fuera. Los hombres que llevaban a cabo los trabajos eran sujetos a malos tratos; golpizas con armas o agresiones y puntapiés eran comunes. En los casos en que las autoridades no podían encontrar a los maridos, amenazaban con apresar a sus esposas o simplemente confiscaban las posesiones y propiedades de la familia. La testigo 63 conoció a una mujer que había sido tomada por las autoridades. En su aldea, el jefe de aldea había sido instruido de proveer de mujeres a los militares. Como él era también Roghingya se negó, y dijo a los militares que lo hicieran ellos mismos. El marido de la testigo le dijo que habían apresado mujeres. También, en Myanmar, los rakhines exigían donaciones de los Roghingyas para financiar todo tipo de actividades (actividades sociales y religiosas, picnics). Los Roghingyas tenían que ayudar a financiar construcciones. El monto dependía del tiempo y las circunstancias. Es decir que, además de realizar un trabajo impago, los hombres tenían que trabajar para ganar el dinero necesario para pagar esos impuestos compulsivos.


Etnia:

Rohingya

66

Edad/sexo:

25, femenino

Situación familiar:

Casada, con esposo y cuatro hijos

Ocupación:

Granjera y pequeña comerciante

Proveniente de:

Kachibil, municipio de Mungdaw, estado de Rakhine (la aldea contaba con unas 200 familias; había un campo de la NaSaKa en él y un campo militar a una distancia de dos millas)

La testigo abandonó Myanmar a comienzos de 1997 con su familia. Abandonaron Myanmar porque no podían soportar más la situación. Se fueron con otra familia de su aldea. Más de 40 familias de su aldea habían partido ese año. En relación al trabajo forzoso, su esposo tuvo que trabajar para los militares y para la NaSaKa: juntando madera y teniendo que buscar agua, haciendo cuerdas, construyendo casas y transportando. Su esposo estaba ausente de cinco a diez veces por mes para trabajar. La testigo no tenía medios de subsistencia cuando su marido estaba ausente. El no recibía ninguna ayuda de los vecinos. Su esposo fue golpeado en varias ocasiones. Al menos tres veces. Incluso una vez fue seriamente herido. Cuando era convocado para trabajar como cargador, si era incapaz de transportar las cargas que le eran dadas, golpes, puñetazos y patadas eran frecuentes. La orden para llevar a cabo trabajo forzoso provenía de la NaSaKa o de los militares, quienes las transmitían a través del jefe de aldea. Tenían también que pagar sumas considerables como donaciones. Los montos variaban dependiendo de las circunstancias, por ejemplo, las actividades de los militares, la NaSaKa o los rakhines. Cerca de 2.000 kyats. La testigo consideró que sólo los ricos podrían permanecer en Myanmar porque ellos podrían pagar sus donaciones y emplear substitutos para realizar trabajo forzoso.


Etnia:

Rohingya

67

Edad/sexo:

25, femenino

Situación familiar:

Casada

Ocupación:

Granjera

Proveniente de:

Nerebil, municipio de Mungdaw, estado de Rakhine

La testigo había venido la primera vez con el flujo de refugiados en 1992. Volvió a Myanmar y lo abandonó nuevamente a finales de 1997. Personalmente, había sido repatriada unos seis meses antes (julio 1997). Su esposo estaba en prisión en Bangladesh. Luego de haber utilizado la asignación recibida del ACNUR, la testigo debió volver a Bangladesh porque no tenía medios para cubrir las necesidades de su familia en Myanmar. Personalmente, no tuvo que realizar trabajo forzoso. La familia tuvo que pagar a los militares varias veces para evitar que su suegro fuera obligado a trabajar. Esto ocurrió al menos en seis o siete ocasiones. Los montos variaban: 200 a 300 kyats cada vez. La testigo confirmó que había aún trabajo forzoso en Myanmar y que todos sus allegados habían sido forzados a trabajar.


Etnia:

Rohingya

68

Edad/sexo:

70, masculino

Situación familiar:

Casado, con dos hijos

Ocupación:

Comerciante (vendía verduras en el mercado)

Proveniente de:

Naisapuru, municipio de Mungdaw, estado de Rakhine

El testigo abandonó Myanmar hace seis o siete meses (a mediados de 1997) porque encontraba que la situación se había tornado intolerable a causa del trabajo forzoso y los impuestos a pagar a las autoridades. Si no hubiera trabajo forzoso e impuestos, Myanmar sería un lugar donde la gente querría vivir. El flujo de refugiados de Myanmar hacia Bangladesh eventualmente se invertiría. Sus dos hijos tuvieron que realizar trabajo forzoso: construcción de carreteras, recolección de madera y transporte de cargas para los militares. No era capaz de ofrecer detalles. Indicó que incluso los ancianos eran convocados para realizar trabajo forzoso.


Etnia:

Rohingya

69

Edad/sexo:

35, masculino

Situación familiar:

Casado con dos hijos

Ocupación:

Jornalero

Proveniente de:

Poimali, municipio de Buthidaung, estado de Rakhine (la aldea contaba con 4.000 familias; había un gran centro de la NaSaKa en su aldea)

El testigo tuvo que abandonar Myanmar a comienzos de 1997 y llegó a Bangladesh con dos familias de su aldea. Otras varias familias habían abandonado Myanmar desde que él partió. Lo hizo porque la vida se había tornado intolerable para una familia de pocos ingresos. El trabajo forzoso y la obligación de pagar impuestos impedían a los hombres de esas familias satisfacer sus necesidades. El testigo personalmente tuvo que llevar a cabo trabajo forzoso: recolección de madera, construcción de carreteras. Tuvo que hacerlo un promedio de tres o cuatro veces por mes. Tenía que estar alejado de su familia durante uno o dos días. No era remunerado. No podía negarse a trabajar porque era amenazado con torturas. Como nunca se ha negado a trabajar, personalmente nunca ha sido torturado, pero conocía varias personas que habían sido golpeadas. La orden para realizar trabajo forzoso provenía de los militares, quienes usaban los servicios del jefe de aldea para transmitirla. Tuvo también que pagar sumas considerables en impuestos, las que variaban dependiendo de las circunstancias y las necesidades de los militares.


Etnia:

Rohingya

70

Edad/sexo:

25, femenino

Situación familiar:

Casada, con dos hijos

Ocupación:

Granjera

Proveniente de:

Thaimongkhali, municipio de Buthidaung, estado de Rakhine (había un campo de la NaSaKa en la aldea)

La testigo abandonó Myanmar a mediados de 1997. Su marido fue convocado por la NaSaKa para realizar trabajo forzoso unos dos meses antes de que ella partiera para Bangladesh. El nunca regresó. Las autoridades vinieron a verla, cuando su esposo no estaba, para reclutarlo nuevamente. Sospechaban que ella lo ocultaba. La testigo no fue capaz de seguir soportando la presión sobre ella y decidió abandonar Myanmar para venir a Bangladesh. Su esposo fue reclutado muchas veces para trabajo forzoso: recolectar madera, vigilar el ganado de los soldados, traer agua, transportar equipos y raciones de los soldados. Su esposo era reclutado cinco o seis veces por mes. Antes de su desaparición, su marido había sido convocado para trabajar durante un mes como cargador y acompañar a una patrulla de la NaSaKa. Los hombres que debían llevar a cabo trabajo forzoso eran sujetos a malos tratos. Su esposo había sido golpeado con un fusil cuando no fue capaz de seguir transportando su carga. Cuando los esposos estaban lejos, las mujeres eran frecuentemente sujetas a abusos sexuales. La testigo fue personalmente abusada sexualmente. La orden de llevar a cabo trabajos provenía de los militares, quienes utilizaban los servicios del jefe de aldea. Este último enviaba un mensajero para informar a los hombres el trabajo que debían realizar. El monto y la frecuencia dependían de las circunstancias y las necesidades de los militares.


Etnia:

Rohingya

71

Edad/sexo:

70, masculino

Situación familiar:

Doce miembros (él, su esposa y diez hijos)

Ocupación:

Granjero

Proveniente de:

Gong Gri, municipio de Buthidaung, estado de Rakhine (antes del flujo de emigración había 40 familias en la aldea, ahora hay cuatro)

El testigo indicó que los soldados llegaron a una aldea cercana a la suya (llamada Poimali) y tomaron tres estudiantes para transportar cargas, que nunca regresaron. Temió que lo mismo le pudiera ocurrir a sus hijos, y ésta es la razón por la cual él vino a Bangladesh. Arribó en 1991, junto a otras 20 familias de su aldea; sabe de otras diez familias que vinieron posteriormente (desde entonces, algunas habían regresado). Todas las casas de su aldea debían proveer al menos una persona para realizar trabajo forzoso durante un período de hasta 15 días cada vez. Si había más de un hombre suficientemente anciano, entonces podían turnarse. El ejército los tomó como cargadores en patrullas de áreas con colinas. Había dos campos militares cerca de su aldea, uno al norte y otro al sur. En ese entonces era el ejército, que ahora había sino denominado NaSaKa. Los aldeanos debieron construir esos campos (el lugar había sido elegido por los militares, y luego la orden para construir el campo sería impartida a través del jefe de aldea). Los primeros campos militares en el área fueron construidos en 1962-1965; hubo transporte de cargas desde 1975. Al comienzo era una vez cada tres o cuatro meses, pero luego (cuando él partió) se habían incrementado hasta ser casi todos los días. Otros trabajos forzosos incluyeron trabajos en el campo militar (haciendo vallados y limpiando). Los aldeanos tenían también que proveer pollos al campo militar todos los meses. El testigo tenía tres hijos quienes, a su turno, debieron ir a realizar trabajo forzoso. Mientras los llevaban a cabo, si alguien cometía un error en el cumplimiento de las órdenes, era golpeado (con la mano u otro objeto cercano). Vio personas retornar del trabajo forzoso lesionada o enferma (una persona sufrió una dislocación de tobillo); oyó hablar de personas que habían fallecido realizando trabajo forzoso, pero no lo había visto. No recibían dinero por realizarlos, pero recibían comida (no buena, pero comible, y sólo para el trabajador, no para su familia). Tuvo que entregar arroz como impuesto. Todos tenían que abonar este impuesto, pero los musulmanes tenían que pagar dos veces más que los otros. También debían entregar «donaciones» mensuales para el mantenimiento del campo del ejército (alrededor de 100 kyats por mes, pero era variable). Los rakhines no tenían que pagar este dinero ni realizar trabajo forzoso. Las personas que no podían pagar los impuestos eran detenidas y golpeadas, su tierra era confiscada y entregada a los rakhines. Un mes antes de llegar a Bangladesh (durante la estación seca), aldeanos rohingya fueron a la jungla a recolectar bambú, como siempre lo hicieron. Fueron cuarenta y cinco personas durante 15 días a la jungla y a su retorno pasaron cerca de un campo militar. Fueron vistos y obligados a distribuir todo el bambú y la madera que habían recolectado entre familias rakhines. Las personas que han venido a Bangladesh luego de haber sido previamente repatriados sostiene que alguno de los proyectos del ACNUR requerían ladrillos, y esa responsabilidad había sido conferida a la NaSaKa. La NaSaKa abrió un horno de cocción de ladrillos y forzaba a la población a colectar madera de la jungla para combustible, sin pago alguno, aunque los fondos para ello habían sido entregados a la NaSaKa por el ACNUR. La gente que ha vuelto nuevamente luego de haber sido repatriados dicen que no podían estar un segundo en paz luego de la repatriación. Esta es la razón por la que huyeron nuevamente.


Etnia:

Rohingya

72

Edad/sexo:

38, masculino

Situación familiar:

Siete (él, su esposa y cinco hijos)

Ocupación:

Sus padres tenían una granja; él era comerciante y dependiente de una tienda

Proveniente de:

Kyein Chaung, municipio de Maungdaw, estado de Rakhine

Una noche de 1991, el testigo estaba esperando (junto a otro) el arribo por carretera de un cargamento de arroz. Un oficial y cuatro soldados vinieron y les preguntaron rudamente qué estaban haciendo, dado que estaban fuera luego del toque de queda. Dijeron que estaban esperando un cargamento de arroz y que los soldados debían entender que ellos aún tenían que realizar su trabajo más allá del toque de queda. Los soldados tomaron el testigo como cargador, atando sus muñecas con una cuerda que, según dijeron, era para impedir que se escapara. Como los demás se movieron, otros tres cargadores fueron también capturados y atados de manera similar. Luego fueron a una casa que tenía una luz encendida y los soldados preguntaron a gritos si había algún hombre en ella. Una voz de mujer respondió que no había ninguno, pero los soldados fueron a verificar y trataron entonces de violar a la mujer. El testigo no sabía si la violación había tenido lugar, porque el marido regresó y trató de parar al soldado. El soldado golpeó al hombre tres veces con una vara. El soldado amenazó a los cargadores que habían presenciado lo ocurrido de no contar nada a nadie. En ese momento los soldados desataron al testigo y le dijeron que no escapara, o destruirían su comercio. Fueron entonces a otra casa, pero el hombre había huido, por lo que tomaron dos pollos. En la siguiente casa a la que fueron había una anciana con dos adolescentes de sexo femenino que dormían en sarongs. Los soldados desgarraron sus sarongs y el testigo pensó que las violarían, pero había mucha gente alrededor. En esa casa había un cajón que contenía ropas. Los soldados encontraron 750 kyats y los tomaron, junto a un paraguas, sarong y algunas mantas. En la siguiente casa a la que fueron, los soldados violaron a una mujer. En otra casa golpearon a un hombre con una vara. En la casa siguiente, golpearon a la hermana menor del jefe de aldea, que corrió hasta otra casa a la que también fueron y golpearon a la anciana que estaba en ella. Esa noche recolectaron cargadores hasta las dos de la madrugada y luego retornaron a su campo. En el camino de vuelta, un soldado le dijo que si le compraba una botella de alcohol, podía ser liberado. Compró una botella por 250 kyats, y fue liberado. En la mañana siguiente, mucha gente alrededor de su comercio le preguntó qué había pasado la noche anterior, diciendo que habían oído rumores. El testigo aguardó para ver qué sucedería, y llegaron cuatro policías preguntando si él había causado problemas a los soldados, y diciendo que ellos pensaban que los soldados vendrían a buscarlo. Fue entonces cuando fue a Bangladesh. Tuvo también otras experiencias con trabajo forzoso. Los soldados solían venir a su tienda y le exigían que transportara provisiones a su campo. Realizó trabajo forzoso por primera vez cuando tenía 15 años (lo primero fue realizar transporte de cargas para soldados en patrulla). El transporte de cargas duraba generalmente dos o tres días cada vez, y algunas veces tuvo que ir con una frecuencia de una vez por semana, pero dependía. Los otros aldeanos tenían que realizar también trabajo forzoso --transportando cosas, construyendo y haciendo mantenimiento de los campos del ejército. (El testigo dijo que los primeros campos del ejército habían sido construidos en el área hacía un largo tiempo, cuando el gobierno del BSPP llegó al poder.) Había también otros tipos de trabajo forzoso; todo lo imaginable, como excavar zanjas de drenaje, construir carreteras, barrido de carreteras para detectar minas, y todo tipo de trabajo asociado con el mantenimiento de campos militares. El trabajo forzoso comenzó a incrementarse después de 1988. En ese momento la gente debía ir durante 15 días o un mes cada vez, en tanto que antes de 1988 era un día por semana. Durante los últimos dos años, en su aldea ha habido al menos 100 personas realizando trabajo forzoso al mismo tiempo. Su padre y su hermano están aún allí y él aún obtiene información acerca de la situación en su aldea a través de los contactos que mantiene con ellos algunas veces. Durante el trabajo forzoso, los soldados insultaban a los aldeanos y les pegaban si eran lentos; algunas veces tomaban su dinero. El testigo fue golpeado una vez cuando era cargador. Su carga era demasiado pesada y le dijo al soldado que no podía transportarla dado que él no era un trabajador manual y no estaba acostumbrado a esas cargas tan pesadas; el soldado tomó una vara y le pegó. La población en su aldea también debía pagar impuestos: en cualquier momento en el que el ejército llegara, la población debía entregarles comida, aceite, especies y pimientos. Esto no era sistemático; algunas veces dos veces por mes, otras cuatro veces, siempre que el ejército viniera. El testigo partió a Bangladesh porque no podía soportar más la situación. Partió por sí mismo, pero otras 700 familias abandonaron la aldea en ese momento; algunas estaban allí todavía y otras habían regresado. De aquellas que regresaron, algunas partieron nuevamente, pero no vinieron al campo en el que él estaba. Algunas estaban todavía saliendo (50 familias habían llegado recientemente de forma gradual, no todas al mismo tiempo). Los arribos recientes le suministraron información acerca de la situación actual. La situación ahora no era peor que antes, pero tampoco mucho mejor. Si alguien se quejaba al ACNUR, la NaSaKa tomaba revancha sobre ellos. La población todavía debía trabajar 15 días por mes para la NaSaKa. También trabajaban 15 días al mes para el ACNUR, por lo que recibían arroz, aceite y alubias; cuando trabajaban para la NaSaKa sólo recibían una vara (v.g. una golpiza). La NaSaKa no estaba involucrada en el pago con comida de los proyectos del ACNUR; el ACNUR tenía un representante quien era él mismo musulmán y era quien les entregaba la comida directamente. No había escuchado que la NaSaKa tomara la comida.


Etnia:

Rohingya

73

Situación familiar:

Diez (él, su esposa, seis hijos, nuera, nieto)

Ocupación:

Jefe de aldea

Proveniente de:

Aldea en el municipio de Maungdaw, estado de Rakhine (la aldea contaba con 600 hogares al momento de su partida) [nombre de la aldea omitido a solicitud del testigo)

El testigo abandonó Myanmar en 1990. Estaba involucrado en el movimiento democrático, y luego de que San Suu Kyi fuera arrestada, las cosas comenzaron a tornarse difíciles para él, y tuvo que huir. Ha habido trabajo forzoso en su aldea desde 1962, pero se incrementaron fuertemente luego de que la SLORC arribara al poder en 1988. Ahora es la NaSaKa quien exige trabajo forzoso; antes de que esta fuera creada, lo hacia el ejército. El testigo tenía que proveer 200 trabajadores de su aldea al mismo tiempo para trabajar en el campo de la NaSaKa situado cerca de la aldea. Debían rotar las 200 personas, que no serían liberadas hasta que otros 200 reemplazos arribaran. No había órdenes escritas. Los campos de la NaSaKa y del ejército debían ser construidos por los aldeanos. Tenían que construir los campos enteramente, y luego mantener y reparar lo que había sido construido. Las reparaciones debían llevarse a cabo principalmente al final de cada estación de lluvias. Había tres campos cerca de su aldea (a una, dos y cuatro millas de distancia, respectivamente). Uno de los campos era pequeño, y la aldea tenía que proveer 50 personas de forma permanente para trabajar allí día y noche. Debían aportar su propia comida. En uno de los más grandes campos existía un criadero de camarones, donde había 400 personas al mismo tiempo realizando trabajo forzoso, provenientes de 22 aldeas diferentes. Los beneficios del criadero de camarones eran retenidos por los militares. Todo el trabajo relacionado con éste debía ser llevado a cabo por los aldeanos. Por ejemplo, recibían la orden de proveer una cierta cantidad de camarones jóvenes del río para poblar el criadero. Luego podían requerirles la provisión regular de una cierta cantidad de abono de vaca. Si los aldeanos no proveían las cantidades adecuadas entonces él, como jefe de aldea, era puesto en un cepo. Esto le ocurrió varias veces, en una de ellas por un período de cinco días. Algunas veces era arrestado y puesto en un cepo como un incentivo para que los aldeanos cumplieran órdenes. Debían realizar todo tipo de trabajo forzoso para los militares y la NaSaKa. Era imposible hacer una lista de todas las diferentes formas; cualquier cosa que debiera ser hecha se hacía utilizando el trabajo forzoso de los aldeanos, como recolectar madera, leña o excavar trincheras. El testigo no podía estimar el número de días al mes que un aldeano normalmente empleaba realizando trabajo forzoso, pero cinco días por semana con sólo dos días para trabajar para ellos mismos no era inusual. La NaSaKa no cumplía ninguna ley, «lo que saliera de su boca era la ley». Si un oficial llegaba de Rangún, los aldeanos debían proveer comida al campo que lo hospedaba. La NaSaKa golpeaba a los aldeanos. Muchas personas eran golpeadas hasta morir durante el trabajo forzoso. Aun personas ancianas eran forzadas a trabajar, y eran castigadas por no trabajar rápido siendo arrojadas a un estanque. Esto era igualmente hecho en invierno, cuando hacía mucho frío. Muchos ancianos fallecieron de este modo. Cuando las autoridades quisieron construir una escuela secundaria, la aldea tuvo que proveer 70.000 kyats. Cualquier cosa que se les ocurriera a los militares debía ser obedecida por los aldeanos. Había también diferentes impuestos como forma de extorsión. Una parte proporcional de la cosecha de arroz debía ser entregada al Gobierno, otra parte a la NaSaKa, otra parte proporcional a los Rakines locales, y otra parte a los monasterios budistas (aunque los aldeanos eran musulmanes). «¿Cómo se sentiría usted si paga 100 kyats a un soldado, y luego viene otro soldado y le pide 200 kyats y así sucesivamente? Esta es la razón por la que la gente se va.» No había muchos rakhine en su región, pero éstos no tenían que pagar impuestos ni realizar trabajo forzoso. En su aldea los rohingyas no eran forzados a realizar trabajos para los Rakines. La NaSaKa se dirigía al jefe de aldea y determinaba quién era la gente rica. Entonces los arrestaban, los acusaban de colaborar con los rebeldes. Ellos o sus familias debían entonces pagar 10.000 ó 50.000 kyats o la suma que la NaSaKa creía poder obtener por su liberación. Después de haber hecho esto en todas las aldeas, se dirigieron al testigo, porque era muy rico. Había heredado dinero de su padre y había sido capaz de construir una casa de dos pisos. Arrestaron a su hijo mayor. Lo torturaron durante siete días. Su hijo fue forzado a caminar de rodillas sobre piedras puntiagudas y le pusieron espinas en las plantas de los pies. También fue torturado con electricidad. No sabían por qué había sido arrestado. No fue dada ninguna razón. Fue liberado tras siete días y después que la familia pagara 50.000 kyats. Luego su hijo fue arrestado nuevamente, esta vez por cuarenta días, bajo cargo de estar involucrado en política. No era cierto. El testigo temía que su hijo fuera enviado a prisión en Rangún y muriera. Tuvo que pagar nuevamente para obtener su liberación. La suma total que terminó pagando por su hijo fue de 400.000 kyats. Tuvo que vender todas sus pertenencias para juntar ese dinero. Fue aconsejado por amigos que no debía permanecer en la aldea o de lo contrario tendría más problemas, por lo que decidió huir a Bangladesh. Esto fue durante la estación de lluvias. No lo dijo a nadie, ni siquiera a su madre. Abandonó la aldea en medio de la noche con su esposa, seis hijos, nieto y nuera. El testigo tenía cierta información acerca de la situación actual en su aldea. Oyó que era un poco mejor que al momento de su partida desde que el ACNUR estableció su presencia, pero aún existía el transporte de cargas, el trabajo forzoso y altos impuestos. La cantidad de trabajo forzoso había disminuido, pero había ahora menos personas en las aldeas para realizarlos, por lo que la cantidad actual que un aldeano particular debía llevar a cabo no había disminuido mucho. Sin embargo, había habido una reducción en el transporte de cargas. Actualmente quedaban unos 500 hogares en su aldea.


Etnia:

Rohingya

74

Sexo:

Masculino

Ocupación:

Estudiante

Proveniente de:

Aldea en el municipio de Maungdaw, estado de Rakhine

El testigo, procedente de la misma aldea que el testigo 73 y presente durante su testimonio, agregó: La gente budista tiene templos, y nosotros rohingyas, tenemos mezquitas. Pero nuestras mezquitas han sido cerradas por las autoridades y no podemos orar. Los cementerios son sitios sagrados para todas las religiones, pero en nuestra aldea, un campo militar fue construido sobre un cementerio. Incluso abrieron una tienda de alcohol allí. Ellos seleccionan especialmente musulmanes para llevar a cabo persecuciones. Deliberadamente hacen cosas insultando nuestra religión. Violan las mujeres. Nuestros líderes religiosos son importantes en nuestras vidas. Ellos nos explican el significado de los textos religiosos, pero las autoridades eligen especialmente estas personas para realizar trabajo forzoso. Yo tuve que hacer trabajo forzoso mientras era estudiante en la escuela. Eramos golpeados mientras lo realizábamos. Los estudiantes de octavo, noveno y décimo nivel tenían que realizar transporte de cargas. Las personas tenían también que realizar trabajo forzoso construyendo nuevas aldeas para los budistas rakhines. Los musulmanes no tienen ningún valor ni libertad en el estado de Rakhine.


Etnia:

Rohingya

75

Edad/sexo:

32, masculino

Situación familiar:

Casado, con un hijo

Ocupación:

Soldado

Proveniente de:

Municipio de Buthidaung, estado de Rakhine

El testigo estaba presente durante los testimonios de los testigos 73 y 74, y agregó lo siguiente: abandonó Myanmar en 1994. Era un rohingya pero parecía un rakhine. Los musulmanes no eran admitidos en el ejército, pero ellos no se dieron cuenta de que él era musulmán. Participó con otros soldados en las manifestaciones durante la sublevación de 1988. En ese momento el ejército descubrió que él era musulmán. Su reacción fue: «Oh, no, teníamos un musulmán en nuestro medio durante todo este tiempo y no lo sabíamos». El testigo vio el grado de sentimiento antimusulmán en el ejército cuando era soldado. La mayoría de ellos, incluidos los oficiales de alto rango, opinaban que la mejor cosa para todos los musulmanes era abandonar Myanmar, dado que no era su país. Querían que todos los musulmanes empacaran sus pertenencias y partieran, y la policía tenía ese objetivo.


Etnia:

Rohingya

76

Edad/sexo:

51, masculino

Situación familiar:

Doce (él, su mujer y 10 hijos)

Ocupación:

Mecánico de bicicletas (propietario de un taller de reparación de bicicletas)

Proveniente de:

Municipio de Buthidaung, estado de Rakhine

El testigo abandonó Myanmar en 1992. El Gobierno oprimió a los rohingyas de diversas maneras. No les era permitido viajar y eran discriminados por ser musulmanes (por ejemplo, no les era permitido tener escuelas musulmanas ni hacer negocios libremente). Los soldados preferían tomar musulmanes de la ciudad para limpiar su campo militar. Esto había sucedido durante décadas. Los soldados siempre decían que ellos no eran de Birmania. Había un cuartel del ejército en la ciudad, pero varios batallones en el municipio. Llegaron en 1990. Los campos y cuarteles fueron todos construidos con trabajo forzoso realizado por los habitantes de la zona. La situación era peor para las personas que vivían en aldeas. Los soldados forzaban a la gente a mudarse para dejar espacio para el campo militar, y entonces esas mismas personas eran forzadas a construirlos. Una vez que el campo militar era construido, la población era forzada a mudarse, pero no les daban ningún nuevo lugar hacia el cual ir. Les decían: «Ustedes son indios. Vuelvan a allí de donde vinieron». Los soldados tomaban también su dinero, diciendo: «Este dinero es birmano. Ustedes son indios por lo que no tienen necesidad de él». Allí donde los soldados se trasladaban, tomaban gente local para transportar sus cosas. Sólo tomaron musulmanes. Simplemente tomaban a quienes necesitaban, usualmente 100 ó 200 personas a la vez. No había un período fijo en el que alguien debía realizar este trabajo. Tenían que continuar durante tanto tiempo como los soldados quisieran, algunas veces por un período de uno a dos meses. Muchas personas fallecieron mientras realizaban transporte de cargas. No entregaban dinero a los cargadores, y ellos debían incluso llevar su propia comida. Cuando todos los hombres se alejaban corriendo para evitar ser tomados como cargadores, los soldados violaban a las mujeres. Esto sucedía muy frecuentemente. Algunas jóvenes eran alejadas del campo militar y violadas allí; como resultado, a menudo quedaban embarazadas. Algunas veces los soldados las mataban. En un caso el testigo supo de una joven que fue trasladada a un campo militar y violada. Quedó embarazada, y fue retenida en el campo militar hasta que tuvo el bebé, pero ella murió durante el parto. Había también trabajo forzoso que la población en el municipio de Buthidaung, incluido el testigo, eran forzados por los soldados a realizar. Tenían que limpiar la ciudad, y construir carreteras. Generalmente esto no estaba organizado de manera sistemática; los soldados simplemente reclutaban gente. Había también discriminación religiosa. Los musulmanes no tenían libertad de religión. No podían tener escuelas musulmanas. Les era prohibido vestir hábitos musulmanes. Se les decía: «Usted no puede vestirse así. Este no es su país. Si usted quiere vestirse de esta manera, váyase a su propio país». Los musulmanes tenían también que pagar impuestos y extorsiones que los habitantes rakhines no debían pagar. Cada vez que los soldados querían dinero, simplemente lo pedían. La población les entregaba dinero, pero esto llegó a ser peor porque si bien era muy pobre, se le pedía siempre más dinero. El testigo fue frecuentemente reclutado en su taller de reparación de bicicletas para realizar trabajo forzoso y transporte de cargas. Los rakhines no tenían que realizar trabajo forzoso.


Etnia:

Rohingya

77

Edad/sexo:

44, masculino

Situación familiar:

Ocho (él, su esposa y seis hijos)

Ocupación:

Maestro

Proveniente de:

Aldea cercana al municipio de Buthidaung, estado de Rakhine [Nombre de la aldea omitido por solicitud del testigo]

El testigo abandonó Myanmar en 1992 con su mujer y su hermano mayor. En 1990 los aldeanos tuvieron que construir un campo militar. Tenían que aportar su propia comida y eran golpeados por los soldados mientras realizaban este trabajo. También en 1990, las tierras de algunos aldeanos fueron confiscadas y entregadas a familias rakhines. Debían continuar trabajando en la tierra para las familias rakhines. Eran forzados a hacer esto por el ejército, y no eran pagados, las tierras del testigo no fueron expropiadas.


Etnia:

Rohingya

78

Edad/sexo:

45, masculino

Situación familiar:

Diez (él, su mujer y ocho hijos)

Ocupación:

Funcionario municipal; en su familia eran granjeros

Proveniente de:

Municipio de Buthidaung, estado de Rakhine

El testigo abandonó Myanmar en 1991. Sus tierras fueron confiscadas y fue construido en ellas un campo militar. El y otras personas fueron forzados a construir este campo. También realizó transporte de cargas. Una vez, mientras estaba alejado transportando cargas, su esposa fue violada por los soldados. Esto sucedió el 21 de febrero de 1991. Fue entonces que él decidió venir a Bangladesh. Era funcionario municipal, tenía que organizar los trabajo forzoso de la población. También tenía que realizar trabajo forzoso. Si no podía hacerlo, debía pagar a un reemplazante de 30 a 50 kyats por día. Cuando no tenía el dinero, debía ir personalmente.


Etnia:

Rohingya

79

Edad/sexo:

36, masculino

Situación familiar:

Cinco (él, su esposa y tres hijos)

Ocupación:

Comerciante

Proveniente de:

Municipio de Sittway (Akyab), estado de Rakhine

El testigo vino a Bangladesh en 1992 a causa de los impuestos excesivos y del trabajo forzoso. No podía continuar administrando sus negocios y realizar trabajo forzoso. Era un comerciante, un intermediario del comercio proveniente de Rangún. Alrededor de 1990, le fue imposible seguir viajando, y los comerciantes con los cuales trabajaba en Rangún, quienes eran también musulmanes, no podían viajar para verlo. Algunos de los musulmanes de Sittway tenían sus casas confiscadas. También tenían que realizar trabajo forzoso. Había alrededor de 12.000 soldados en el área. Los lugareños tenían que transportar provisiones a los campos de esos soldados. Esto comenzó después de 1988. El testigo realizó trabajo forzoso una vez, en 1988. Fue tomado como cargador durante 15 días en la jungla. Los musulmanes también debían pagar muy altos impuestos, que los rakhines pagaban. En su calidad de comerciante, él generalmente lograba evitar el trabajo forzoso y lo peor de los impuestos.


Etnia:

Rohingya

80

Edad/sexo:

30, masculino

Situación familiar:

Casado, con dos hijos

Ocupación:

Pescador

Proveniente de:

Mongni Para, municipio de Maungdaw, estado de Rakhine (la aldea tenía alrededor de 3.000 familias)

El testigo abandonó Myanmar a comienzos de 1997 con su familia. Más de 400 familias habían abandonado su aldea. Tuvo que realizar trabajo forzoso en la montaña. Tuvo que recolectar madera, desempeñarse como cargador y montar guardia, dado que la aldea estaba cerca de la frontera con Bangladesh. Tuvo que trabajar un promedio de al menos una vez por semana. Tuvo que realizar trabajo forzoso desde la edad de 15 años. Continuó haciéndolo hasta su salida de Myanmar. Tuvo que llevar su propia comida. No era pagado. No era posible negarse a trabajar porque cualquier negativa podía acabar en una golpiza. El nunca se negó, pero conoció personas que sí lo habían hecho y que habían sido duramente golpeadas. Todas las familias en la aldea tenían que proveer un hombre para realizar el trabajo. La orden para llevarlo a cabo provenía de los militares, quienes la transmitían a través del jefe de aldea. El testigo tuvo que pagar dinero para la construcción de escuelas y todo tipo de actividades (sociales, religiosas o deportivas) de los militares o rakhines. Si no era posible pagar, entonces debía realizar trabajo adicional en los campos. Tuvo que pagar esos impuestos al menos tres veces por mes.


Etnia:

Rohingya

81

Edad/sexo:

60, masculino

Situación familiar:

Viudo, con dos hijos

Ocupación:

Granjero

Proveniente de:

Khoirmorapara, municipio de Buthidaung, estado de Rakhine (la aldea tenía alrededor de 300 familias; campo militar y campo de inteligencia militar en los alrededores)

Después de la muerte de la esposa del testigo, éste tuvo frecuentemente que estar ausente para realizar trabajo forzoso. No había nadie que cuidara de sus hijos. Partió con ellos a comienzos de 1997. Estima que más de 100 familias han abandonado su aldea. Con relación al trabajo forzoso, el testigo tuvo que hacer más o menos de todo en el campo militar: preparar comida, lavar ropa, recolectar madera. La tarea podía durar de tres días hasta tanto como siete días. Tuvo que trabajar un promedio de diez a doce veces al mes. El día generalmente comenzaba al alba y finalizaba a las siete o nueve de la noche. No era pagado. Tuvo que llevar su propia comida. Era imposible negarse porque aquellos que lo hacían eran sistemáticamente arrestados. El nunca se ha negado a trabajar. Era posible pagar un reemplazante para llevar a cabo el trabajo asignado. Realizó trabajo forzoso por primera vez a la edad de 30 años. Continuó haciéndolo hasta su partida. La orden provenía de los militares, quienes la transmitían a través del jefe de aldea. Los hombres reclutados para el trabajo eran sujetos a malos tratos. El testigo fue golpeado cuando se quedó dormido en el trabajo. Diecisiete personas de su aldea habían sido asesinadas poco antes de su partida. Su aldea fue sujeta a represalias por los militares porque miembros de la RSO estaban supuestamente refugiados allí. Tuvo que pagar un promedio de 40 kyats a la semana en impuestos. Esa era la suma que abonaban los más pobres. Si se tomaba la decisión de construir un campo, el mismo era construido con trabajo forzoso y financiado a través de impuestos. Así fue como el campo cercano a su aldea había sido construido. Los impuestos eran también utilizados para pagar las diversas actividades de los militares.


Etnia:

Rohingya

82

Edad/sexo:

40, masculino

Ocupación:

Granjero

Proveniente de:

Fatecha, municipio de Buthidaung, estado de Rakhine (la aldea tenía 52 familias)

El testigo vino por primera vez en 1991-1992, junto a varias familias de su aldea. Diez permanecieron y varias regresaron más tarde a Myanmar. El testigo regresó en 1994 y volvió a Bangladesh a fines de 1996. Con relación al trabajo forzoso, la situación había empeorado entre sus dos períodos en Bangladesh. Previamente, debía trabajar de seis a ocho días por mes. Antes de partir la segunda vez, el número de días se había incrementado de alrededor de diez a quince días por mes. Realizó trabajo forzoso por primera vez a la edad de 10 ó 12 años. Continuo haciéndolo hasta su partida. Fue reclutado para construir un campo militar, recolectar madera y cañas de bambú. Tuvo que llevar su propia comida. No era pagado. Algunas veces tuvo que permanecer una semana en el lugar de sus tareas. No siempre había refugios para dormir. Durmió en las cabañas que estaba construyendo. No pudo negarse porque cualquier negativa podía dar lugar a una golpiza y a una multa (alrededor de 2.000 kyats). El día comenzaba alrededor de las seis de la mañana y finalizaba a la caída del sol. La orden provenía de los militares quienes la transmitían a través del jefe de aldea. Los hombres que debían realizar trabajo forzoso eran sujetos a malos tratos y eran regularmente golpeados. El testigo mismo ha sido golpeado e incluso perdió un diente en una ocasión. Los impuestos se incrementaron tras su regreso. Antes eran de alrededor de 10 a 15 kyats por mes. Tras su regreso, eran de alrededor de 200 kyats por mes. Cualquier excusa era suficiente para extraerles dinero (actividades deportivas, religiosas y sociales). Tenían un plazo de diez días para conseguir el dinero para pagar los impuestos, sin excepción.


Etnia:

Rohingya

83

Sexo:

Masculino

Situación familiar:

Casado, con dos hijos

Ocupación:

Pequeño comerciante

Proveniente de:

Tatupur, municipio de Buthidaung, estado de Rakhine (la aldea tenía alrededor de 500 familias; había un campo de la NaSaKa en la aldea)

El testigo tuvo que abandonar Myanmar porque estaba acusado de pertenecer a la RSO. Partió con su familia a comienzos de 1997. Cincuenta y ocho familias partieron con él. En 1993, tuvo que pagar 130.000 kyats al SLORC y a la NaSaKa para evitar que su familia fuera asesinada, puesto que él era sospechoso de pertenecer a la RSO. Su tío, que regresaba de Arabia Saudita, fue asesinado por la misma razón. Tuvo que vender su tierra para pagar. Debió partir cuando la situación se tornó intolerable. Como él provenía de una familia con una cierta cantidad de propiedades, no tuvo que realizar trabajo forzoso. Podía pagar reemplazantes. Tuvo que pagar un promedio de 400 kyats tres o cuatro veces al mes. Tuvo que pagar reemplazantes por primera vez cuando era un niño. La orden provenía del ejército quien la transmitía a través del jefe de aldea. Todos los hombres en su aldea estaban obligados a realizar trabajo forzoso, dado que cada familia debía proveer una persona. El tratamiento al cual estaban sujetos variaba. Si por ejemplo, un grupo de personas había recibido la orden de proveer una cierta cantidad de bambú y no conseguían la cuota especificada, el grupo entero era castigado. Para los más ricos, la multa era esencialmente una suma de dinero. Los otros eran enviados a Bangladesh. Con relación a los impuestos, tuvo que pagar dinero por todas las actividades organizadas por los militares (juegos, pagodas, actividades religiosas). Pagó un promedio de 400 a 500 kyats por mes.


Etnia:

Rohingya

84

Edad/sexo:

30, masculino

Situación familiar:

Casado, con cuatro hijos

Ocupación:

Pequeño comerciante

Proveniente de:

Kachibil, municipio de Maungdaw, estado de Rakhine (la aldea tenía cerca de 1.800 familias; había un campo de la NaSaKa en los alrededores)

El testigo abandonó Myanmar en el curso de 1997. Escapó de un campo de la NaSaKa donde había sido retenido prisionero durante siete meses por haber pagado sólo 800 kyats de los 1.200 exigidos por los militares. Su familia se le unió más tarde en Bangladesh. Alrededor de diez familias acompañaron a la suya cuando partieron. Había llegado a Bangladesh por primera vez con el flujo de refugiados de 1991. Fue repatriado en 1994. Piensa que la situación evolucionó para peor en el período de tiempo entre sus dos permanencias en Bangladesh. Previamente el trabajo forzoso se realizaba para la policía. Ahora, los hombres debían trabajar para la NaSaKa. Las condiciones eran más difíciles y peligrosas. Los sobornos eran también mayores. Durante el día tenía que trabajar en el campo: limpieza general, lavado de la ropa de los soldados, recolección de madera, construcción de caminos y senderos dentro del campo. En la noche, tenía que realizar vigilancia para los soldados. Las órdenes provenían de los militares, quienes se las transmitían a través del jefe de aldea. Tenía que trabajar alrededor de tres veces a la semana. Tuvo que hacer esto por primera vez cuando era niño. Tuvo que llevar su propia comida. No era pagado. No podía negarse. Cuando fue repatriado, fue incluso arrestado. Y las autoridades le pidieron que les pagara la suma que había recibido del ACNUR.


Etnia:

Rohingya

85

Edad/sexo:

40, masculino

Situación familiar:

Dos (él y su esposa)

Ocupación:

Granjero

Proveniente de:

Fansi, municipio de Buthidaung, estado de Rakhine

El testigo vino a Bangladesh en 1991-1992 a causa de las diversas formas de opresión que hacían que su familia no pudiera seguir ganándose la vida. El trabajo forzoso en beneficio de los militares existe desde que nació. Había dos campos del ejército en Sindaung. Y los habitantes de su aldea tenían que realizar trabajo forzoso allí. El testigo fue una vez, y otras tres pagó dinero para contratar a un reemplazante. Había muchas otras maneras de trabajo forzoso. Solía tener que pasar cerca de la mitad de su tiempo realizando trabajo forzoso. Tenía que trabajar una semana, y luego tenía una semana para hacer su propio trabajo, tras lo que debía realizar trabajo forzoso durante otra semana, y así sucesivamente. Había muchos tipos de trabajo: transporte de cargas, recolección de bambú, nivelación y limpieza de terrenos para la construcción de campos, construcción de edificios, desmalezamiento de la jungla para convertirla en tierra de cultivo y demás. Fue sometido a abusos y golpeado mientras realizaba este trabajo. Una vez transportó cargas lentamente, y los soldados estaban apurados. Fue golpeado y tiene todavía dolores en su muñeca resultantes de la golpiza. La otra vez que particularmente recuerda fue también mientras transportaba cargas. Su carga era muy pesada, él tropezó hacia adelante, y parte de su carga cayó, y entonces fue golpeado. Cuando estaba ausente realizando trabajo forzoso, sus hermanos menores se ocupaban del trabajo de la granja, y cuando ellos estaban afuera, el testigo lo efectuaba.


Etnia:

Rohingya

86

Edad/sexo:

46, masculino

Situación familiar:

Nueve (él, su esposa y siete hijos)

Ocupación:

Comerciante

Proveniente de:

Municipio de Buthidaung, estado de Rakhine

El testigo abandonó Myanmar en marzo de 1992. Era comerciante. Comerciaba con madera y arroz, y luego adquirió una licencia para comprar y vender ganado. No tenía libertad de movimientos, por lo que tuvo que pagar dinero para obtener permisos de viaje cada vez que quería viajar más de 8 km. También pagaba cerca de 30.000 kyats por año como impuesto al comercio. Vio a muchas personas reclutadas para realizar trabajo forzoso. También supo de mujeres que fueron acosadas cuando sus esposos estaban ausentes, realizando trabajo forzoso. Como su trabajo implicaba viajar mucho, obtuvo muchas informaciones acerca de la situación en diferentes regiones. Como era considerado un musulmán influyente, la población comentaba su situación y problemas, porque creía que él tenía alguna influencia sobre las autoridades. De este modo, aprendió mucho acerca de la situación en las regiones a las cuales viajó. En sus contactos regulares con las autoridades, pudo transmitir información acerca de la situación en diferentes regiones. Cada vez que obtenía un pase para viajar a un lugar, debía reportar a las autoridades cuando regresaba, y entonces le preguntaban dónde había ido y qué había hecho. Era en ese momento que transmitía parte de la información que le había sido dada por los aldeanos. Las autoridades se molestaron porque él siempre conocía muy bien la situación en diferentes regiones, y comenzaron a sospechar de él. Pensaron que estaba involucrado en política y que estaba trabajando para la NLD. Amigos de la administración local le advirtieron que se enfrentaría a algunos problemas, y por eso decidió partir. Nunca realizó trabajo forzoso él mismo, pero frecuentemente vio otras personas realizándolo, durante sus viajes. Dos o tres veces fue encerrado para realizar trabajo forzoso.


Etnia:

Rohingya

87

Edad/sexo:

68, masculino

Situación familiar:

Diez (él, su esposa y ocho hijos)

Ocupación:

Carpintero

Proveniente de:

Aldea de Monikul, aldea de Lawadok Pranshi, municipio de Buthidaung, estado de Rakhine

El testigo abandonó Myanmar en 1992. Nació y creció en Minbya, pero se mudó al municipio de Buthidaung, tras la Segunda Guerra Mundial. Nunca realizó trabajo forzoso él mismo, pero una persona de su hogar era requerida para realizarlos de manera regular. Sus tres hijos lo hacían rotativamente. Esto venía sucediendo desde 1962. Sus hijos estaban usualmente ausentes durante 2 ó 3 días, llevando a cabo diferentes tipos de trabajo forzoso. Vino a Bangladesh porque era un simpatizante de la NLD, y tras las elecciones de 1990 los simpatizantes de la NLD eran arrestados. Le preocupaba la posibilidad de ser señalado, porque había formulado una denuncia a las autoridades con relación a acoso de mujeres, por lo que partió. Previamente vino a Bangladesh en 1970, pero fue repatriado. No quiere ser obligado a retornar nuevamente.


Etnia:

Rohingya

88

Edad/sexo:

Masculino

Ocupación:

Jefe de aldea

Proveniente de:

Aldea en el municipio de Buthidaung, estado de Rakhine [nombre de la aldea omitido por solicitud del testigo]

Las razones principales por las que el testigo huyó a Bangladesh en 1992 eran: el trabajo forzoso, los impuestos y el trato impartido por las autoridades. Tras las elecciones de 1990, el SLORC no aceptó los resultados y comenzó a arrestar a estudiantes y a líderes de la comunidad. En ese momento, algunas personas comenzaron a huir. El trabajo forzoso y la opresión comenzaron a aumentar. Las mujeres que permanecían solas en las aldeas eran acosadas. Las propiedades y la tierra de los musulmanes eran también confiscadas. Como más y más musulmanes huían, la situación comenzó a deteriorarse. Las autoridades impusieron a los musulmanes estrictas restricciones para viajar. Granjas, criaderos de gambas y otros bienes de los musulmanes fueron confiscados y entregados a los rakhines. Toda su aldea tenía que realizar dos días de trabajo forzoso por semana, todas las semanas del año. El trato recibido de los soldados era muy malo; muchos aldeanos eran golpeados.


Etnia:

Karenni

89

Edad/sexo:

28, masculino

Situación familiar:

Casado, con un hijo

Ocupación:

Maestro en su aldea desde 1988 a 1990 (escuela primaria), luego se unió a la KNPP.

Proveniente de:

Palonaung, municipio de Loikaw, estado de Kayah (la aldea tenía unas 40 familias; campo del ejército en la aldea desde 1990).

El testigo abandonó Myanmar el 12 de mayo de 1997 junto a otras doce personas de su aldea. Otras varias familias vinieron más tarde. Tuvo que trabajar en un campo del ejército cuando tenía 21/22 años de edad (seis años atrás) durante dos años. Trabajó durante todo el año dos o tres veces por mes en seguridad e instalaciones eléctricas. Las órdenes para trabajar allí generalmente provenían del jefe de aldea. Los militares vinieron en ciertas ocasiones directamente a las casas para buscar la mano de obra necesaria. Cada familia debía proveer un miembro para trabajar. Hombres y mujeres debían trabajar en el campo (hasta la edad de 60). Mujeres, unas diez, tuvieron que cortar bambú y madera. Las horas podían variar. No trabajaba allí todo el día (sólo 2 ó 3 horas). Algunas veces el trabajo duraba el día completo. Tuvo que llevar su propia comida. No era pagado. No podía negarse a trabajar. Personalmente, no fue golpeado, pero vio cómo otros eran golpeados. Era posible pagar a un reemplazante (50 kyats por día). Sin embrago, el testigo no tenía dinero suficiente para hacer esto. También trabajó en el ferrocarril en Aungbi y Loikaw en 1992, durante el período de Navidad. El lugar donde trabajaba quedaba en las cercanías de Loikaw. Estaba a dos días de viaje. Viajó la primera parte en automóvil (un taxi que él pagaba) y la segunda parte en bote. El trabajo consistía en esparcir tierra a lo largo de la ruta planeada. El trabajo era supervisado por el ejército. Unas 6.000 a 7.000 personas trabajaban en él. Hombres, mujeres, niños (10 a 11 años) y ancianos sin distinción. Más de 200 personas trabajaban en su sección. Debían traer sus propias herramientas. El testigo trabajaba desde la mañana (6 a 7) hasta la noche (19 horas). Debía traer su propia comida, que comía durante la pausa del almuerzo. Dormía en aldeas a lo largo de la ruta. No era pagado. Podía pagar un sustituto o sobornos para ser exceptuado. Si no pagaba, la orden establecía que la persona que no obedecía debía ser castigada. No fue personalmente golpeado. No presenció malos tratos administrados a otros trabajadores. También tuvo que pagar el combustible para los camiones. No vio ningún tren sobre las vías antes de partir. Finalmente, tuvo que pagar tasa de transporte de cargas dos ó tres veces. El monto era variable (alrededor de 100 kyats). Pagaba las tasas al jefe de aldea.


Etnia:

Karenni

90

Edad/sexo:

46, masculino

Situación familiar:

Casado, con dos hijas

Ocupación:

Soldado en el ejército birmano desde 1972-1983

Proveniente de:

Loikaw, estado de Kayah

El testigo tuvo que abandonar Myanmar solo, en 1992, porque temía ser arrestado por estar involucrado en los acontecimientos de 1988. Antes de 1992, trató de reunir información sobre violaciones de derechos humanos en Myanmar. Con relación a trabajo forzoso, tuvo que trabajar en el ferrocarril entre Aungban y Loikaw en tres ocasiones. El lugar de trabajo estaba a una hora de marcha. Podía regresar a su casa por la noche. Debía llevar comida y herramientas. Tuvo que realizar excavaciones y remover tierra. Hombres, mujeres, niños (9 a 10 años de edad) y personas ancianas (más de 60) trabajaban con él. Más de 150 personas en total. Un día normal de trabajo comenzaba a la 6 de la mañana y finalizaba a las 4 de la tarde. La primera vez que tuvo que trabajar fue en diciembre de 1990, cuando el proyecto estaba comenzando. Durante tres meses, debió trabajar tres veces por semana, en promedio 12 días al mes. Tuvo que trabajar en el ferrocarril una segunda vez desde enero a junio de 1991. El mismo número de días por mes. La tercera vez fue de marzo a mayo de 1992. El mismo número de días por mes. No era pagado. Era imposible negarse a trabajar. Los trabajadores temían las armas de los soldados. Nadie podía ocuparse de su tierra mientras trabajaban. No ha sido maltratado ni ha visto maltratar a otros trabajadores. Personalmente, no realizó ningún transporte de cargas, pero tenía amigos que lo hicieron. Eran sujetos a malos tratos y las golpizas por cualquier razón eran frecuentes. En 1991 un hombre volvió de realizar un trabajo de transporte de cargas cerca de la frontera y no pudo caminar más. El testigo tuvo también que pagar tasa de transporte de cargas. El monto podía variar de 70 a 100 kyats. Pagaba las tasas al jefe de aldea quien, a su vez, las entregaba a los militares.


Etnia:

Karenni

91

Edad/sexo:

23, masculino

Situación familiar:

Soltero; familia de siete (los miembros de su familia permanecían en Myanmar, estado de Kayah).

Proveniente de:

Demawso, estado de Kayah.

El testigo abandonó Myanmar en enero de 1993. Las órdenes para realizar trabajo forzoso eran impartidas por el jefe de aldea. Cada familia debía proveer una persona para llevar a cabo el trabajo. Cuando tenía 15, fue arrestado por los militares que lo reclutaban para realizar transporte de cargas. Su maestro intervino, argumentando que sus alumnos (20 de los cuales habían sido arrestados) eran demasiado jóvenes para ser cargadores. Fueron liberados. El testigo también debió trabajar en la construcción del campo militar para el batallón 427: la construcción del campo comenzó en marzo de 1994, y fue finalizada en enero de 1992. Trabajó allí durante cuatro días en enero de 1992. Tenía entonces 16 años. Tuvo que construir cabañas para los militares. Alrededor de 300 personas trabajaban allí con él, incluidos 50 a 60 niños de su edad. No vio mujeres o personas ancianas en el lugar de trabajo. No podía descansar. Tenía que llevar su propia comida. El día comenzaba a las 7 de la mañana, y finalizaba a las 3 de la tarde. Podía ir a su casa al final de la jornada. No era pagado. Era imposible negarse a trabajar, salvo si se pagaba 25 kyats al jefe de aldea. No vio que nadie fuera maltratado. Su hermano mayor debió también trabajar en otro campo militar durante el mismo período. Además, trabajó en el ferrocarril entre Aungban y Loikaw en dos ocasiones. La primera de ellas, en febrero de 1991 durante una semana. La segunda, en junio de 1991. El lugar de trabajo estaba a dos horas de viaje en automóvil. La jornada laboral comenzaba a las 6 de la mañana y terminaba a las 6 de la tarde. Trescientas personas trabajaban allí con él, incluyendo cerca de 30 mujeres, 40 niños de su misma edad y cerca de 40 personas mayores (más de 50 años de edad). Trabajo en la sección situada en el límite de los estados de Kayah y Shan. Tuvo que nivelar el terreno. Para ello tuvo que llevar sus propias herramientas. Tuvo que dormir en la parte trasera de un camión, al descubierto. La comida no era provista. No era pagado. Finalmente, con relación a los impuestos, tuvo que pagar tasa de transporte de cargas durante tres años. Cerca de 50 kyats por mes. Tuvo también que pagar impuestos por el ferrocarril: en una ocasión, cerca de 300 kyats. Pagó las tasas al jefe de aldea.


Etnia:

Karenni

92

Edad/sexo:

55, femenino

Situación familiar:

Viuda (su esposo falleció el 18 de noviembre de 1995) con una hija y cuatro hijos

Ocupación:

Granjera

Proveniente de:

Mawchi, estado de Kayah

La testigo abandonó Myanmar en marzo de 1995. Los militares tomaron todo lo que tenía. En particular, su aldea fue completamente quemada por los militares. Tomaron todo: hombres, cosecha, animales. Nunca pagaban compensación. Ella sufría de insomnio. Fue forzada a trabajar hace unos siete a nueve años en Mawchi. El trabajo consistía, principalmente, en limpiar las cabañas de los militares y los pisos, transportar comida a los soldados, cortar madera y sacar punta a cañas de bambú. Vio muchas personas forzadas a trabajar. Ella y otros eran sujetos a malos tratos. Su marido había sido cargador en contadas ocasiones. El no fue pagado y no se le proveyó ni comida ni agua. Tuvo que ir a la región de la frontera Tai.


Etnia:

Birmana

93

Edad/sexo:

23, masculino

Situación familiar:

Cuatro (él, dos hermanos y una hermana; padres fallecidos)

Ocupación:

En su familia eran granjeros; él se unió al ejército

Proveniente de:

Tantabin, municipio de Nyaunglebin, división Bago (la aldea contaba con 100 familias)

El testigo abandonó la escuela en 1990, se unió al ejército, y llegó a sargento. Recuerda que cuando vivía en el aldea (alrededor de 1985, antes de enrolarse en el ejército), los aldeanos eran requisados como cargadores, algunas veces bajo la organización del ejército a través del jefe de aldea, y otras directamente reclutados por los soldados que venían a la aldea. De 10 a 20 personas solían ir de una vez para realizar transporte de cargas. Desde entonces, la aldea debía proveer cargadores cuando había operaciones militares en el área, aproximadamente una vez cada dos o tres meses, pero cada casa debía pagar una tasa mensual de transporte de cargas de 40 a 50 kyats. Esto continuó así hasta el momento en el que él abandonó la aldea para enrolarse en el ejército. Se enroló en Toungoo, y tras una semana fue enviado para realizar un entrenamiento básico de seis meses en Mingaladon (suburbio de Rangún). Allí él estuvo estacionado con el batallón 102 en Ngwedaung, en el municipio de Demawso, estado de Kayha. Allí fue cuando vio por primera vez transporte de cargas (como soldado), de las muchas que vería durante su permanencia en el ejército. Los cargadores debían transportar cargas para los soldados, y algunos debían desempeñarse como guías locales para ellos. El ejército tomaba cargadores de maneras diferentes: algunas veces la aldea entera debía venir y trabajar en el campo militar; otras veces los aldeanos eran reclutados a través del jefe de aldea, y otras (en la línea de frente), los soldados reclutaban aldeanos que encontraban para transportar cargas para ellos, o iban a las aldeas y reclutaban aldeanos. Los mayores tenían alrededor de 40 años, y los más jóvenes 13. Cuando los soldados iban a patrullar, había generalmente unos 30 soldados y 20 a 30 cargadores. En algunas ocasiones, su batallón tomaba cargadores por unos pocos meses, y ocasionalmente hasta por un año. Algunas veces era difícil encontrar la oportunidad de liberar un cargador, especialmente cuando las tropas se desplazaban a lo largo de una línea de frente. Cuando patrullaban, iban de aldea en aldea, o de un campo militar a otro, durmiendo cada noche en un sitio diferente. Los cargadores eran liberados sólo cuando los soldados habían logrado reclutar otros nuevos. Los soldados siempre trataban mal a los cargadores y los insultaban. Si eran lentos, eran golpeados y pateados por los soldados. El testigo vio cargadores con serias heridas de explosión de minas (esto fue en la línea de frente), cargadores con malaria, con heridas infligidas por los soldados, y muchos cargadores muertos por los soldados. Cuando trataban de escapar, les disparaban. Ha visto matar cargadores en un mínimo de diez ocasiones; en la mayor parte de ellas, cuatro o cinco personas eran muertas; otras veces, una o dos personas eran muertas al mismo tiempo. Generalmente un grupo de cargadores escapaba y se les disparaba. Los cargadores estaban también heridos en los hombros (a causa de las muy pesadas cargas que tenían que transportar); esto sucedía todo el tiempo y no se les suministraba ningún tratamiento. El testigo fue a la línea de frente muchas veces. Los cargadores en la línea de frente tenían que transportar agua y obuses, y cavar bunkers. Algunas veces, cuando había enfrentamientos, los soldados colocaban los cargadores delante de ellos, y si sospechaban que había minas en el área, a veces los hacían caminar delante de ellos. Su unidad no recolectaba tasa de transporte de cargas, pero usualmente tomaban comida en las aldeas por la fuerza. Cuando entraban en una aldea, los soldados interrogaban primero a los aldeanos preguntándoles qué contacto mantenían con rebeldes. Arrestaban a las personas de las que sospechaban y exigían de la aldea comida y alcohol. El testigo no ha visto mujeres utilizadas como cargadores, y su pelotón nunca dañó a mujeres, pero ha visto que se las utilizaba para realizar trabajo forzoso. Ha visto aldeanos forzados a construir campos militares en Demawso, Huay Paung Laung, Hti Hta y Pruso. Al menos 50 personas al mismo tiempo eran forzadas a construir estos campos, y luego, cuatro o cinco a mantenerlos. La construcción tomaba aproximadamente dos semanas. Las mujeres y los niños menores de 13 años generalmente no eran utilizados para este tipo de trabajo. Las órdenes para la construcción de campos militares eran impartidas por el comandante del batallón a los jefes de aldea, a quienes podía llamar a los campos del batallón. En una ocasión presenció en la línea de frente, hacia finales de 1992, una larga operación militar que involucraba a siete batallones en el estado de Kayah y empleó 3.000 cargadores durante ocho meses (incluidos funcionarios del Gobierno, estudiantes y prisioneros). Ninguno de los cargadores fue liberado durante ese período. Muchos de ellos fueron golpeados, murieron o fueron asesinados. Alrededor de 500 cargadores fallecieron de esta manera, dos tercios de ellos por enfermedad. Cada cargador era alimentado con medio bote [de leche condensada] de arroz por día, con sólo sal y pasta de pescado. Los cargadores debían dormir en el suelo, y no se les daban mantas. El testigo estuvo presente la totalidad de los ocho meses. También vio trabajo forzoso muchas veces cuando era soldado. Lo más difícil era talar grandes árboles para construir campos del ejército. Presenció esto cuando estaba destinado en Demawso. Las órdenes para realizar trabajo forzoso eran normalmente órdenes escritas impartidas por el comandante del batallón a los jefes de aldea, quienes organizaban entonces a los aldeanos para realizar el trabajo. Algunas veces los órdenes eran dadas oralmente. Las mismas eran frecuentemente acompañadas de amenazas de violencia si no eran cumplidas. El testigo también trabajó en el ferrocarril Aungban-Loikaw cuando era soldado. Vio muchos aldeanos forzados a realizar este trabajo (alrededor de 1.000 personas), pero su batallón no estaba involucrado en el reclutamiento de trabajadores para este proyecto. El y otros soldados de su batallón trabajaron durante un mes en el ferrocarril (realizando las tareas, no sólo vigilando), tras lo cual, volvieron a su batallón. Cuando trabajaba en el ferrocarril, los soldados y los aldeanos debían realizar el mismo tipo de trabajo (limpieza y nivelado de terreno), pero en diferentes emplazamientos en el sitio de trabajo. Lo que era diferente era la manera en la que el trabajo estaba organizado: los soldados debían trabajar durante un cierto número de horas por día, mientras que a los aldeanos se les asignaba completar una cantidad de trabajo determinada, por lo que era más difícil para los aldeanos porque debían terminar el trabajo antes de que pudieran retornar a sus aldeas. De tanto en tanto él regresaba a su aldea, y todos los aldeanos debían realizar trabajo forzoso. La gente debía ir una vez a la semana al campo militar distante tres millas de la aldea, y también como cargadores por períodos de cuatro a seis meses. Los aldeanos fueron forzados a construir este campo militar. La vida del soldado era muy difícil. Los soldados rasos eran muy mal tratados por los oficiales. El desertó porque no podía soportar más la situación. La peor cosa para él fue cuando en un momento de junio de 1995, los soldados no tuvieron arroz durante dos semanas, y tuvieron que sobrevivir comiendo hojas de la selva (esto fue en la línea de frente). El arroz había sido robado por personas corruptas en algún punto de la línea de aprovisionamiento. Siempre recibía sus pagas, pero casi todos los meses, una parte era retenida como multa por no haber cumplido una orden correctamente o algún otro desacuerdo. El quería desertar desde aproximadamente dos años después de haber ingresado en el ejército; los soldados debían firmar un contrato por diez años cuando empezaban. Si los desertores eran capturados, eran puestos en prisión. Si tomaban con ellos sus pistola cuando desertaban, los mataban. A pesar de ello, muchos soldados desertaban. El abandonó Myanmar en marzo del 1996.


Etnia:

Birmana

94

Edad/sexo:

24, masculino

Situación familiar:

Seis (padres, él y tres hermanos menores)

Educación:

Sólo educación de monasterio

Ocupación:

Soldado

Proveniente de:

Municipio de Tan Daw Gyi, división de Magway

El testigo abandonó Myanmar en marzo de 1996. Antes de ello había ingresado en el ejército en 1987 (batallón 72), y estuvo en él durante nueve años (era un soldado raso), hasta que desertó junto al testigo 95. Ingresó en el ejército en Taungdwingyi (firmando por diez años) y permaneció allí durante un mes antes de ser enviado a un entrenamiento de seis meses. Entonces se unió al batallón 72 en el estado de Kayah, el cual estaba asentado en Lawpita. El batallón estaba dividido en cinco compañías, y cada una rotaba en la línea de frente: cada compañía permanecía seis meses en la línea de frente, luego descansaba por un tiempo, tras lo cual iban nuevamente (no siempre al mismo lugar). Vio transporte de cargas en Lawpita; su batallón utilizaba cargadores para transportar provisiones y municiones a la línea de frente. Los cargadores de la tropas de las líneas de frente eran tomados de aldeas cercanas y también distantes. Por cada grupo de 30 a 40 soldados había aproximadamente 40 cargadores. Los soldados solían ir a las aldeas y reclutaban gente para realizar transporte de cargas. Tomaban principalmente personas de entre 17 y 40 años de edad. Cuando estaban patrullando, los soldados tomaban cargadores para el día, y luego los liberaban al día siguiente si eran capaces de obtener más cargadores en ese momento. Si los cargadores no podían transportar su carga, eran pateados o golpeados. Si eran golpeados con una vara, esto frecuentemente producía heridas tales que cortes y contusiones. Durante momentos importantes (como las operaciones) a los cargadores enfermos que no podían continuar, se les disparaba. Los soldados solían tomar comida de las aldeas para que los cargadores comieran -- un bote de leche condensado de arroz por día, más curry (no era mala comida, dado que era lo mismo que los aldeanos comían). Cuando los soldados iban a una aldea a reclutar cargadores, los aldeanos no tenían opción sino ir: era una orden. Si los cargadores trataban de escapar mientras transportaban cargas, se les disparaba. Los cargadores eran frecuentemente heridos o muertos en cruces de fuego durante los enfrentamientos. Los soldados no ponían cargadores delante de ellos durante los enfrentamientos ni los usaban como detectores de minas humanos (la unidad contaba con un experto, quien podía quitar las supuestas minas). El testigo desertó porque no podía soportar el trato de sus superiores, especialmente porque tomaban una parte de su salario, y no era capaz de mantener a su esposa.


Etnia:

Birmana

95

Edad/sexo:

20, masculino

Situación familiar:

Padres, él mismo y siete hermanos

Ocupación:

Soldado (raso)

Proveniente de:

Lat Paing Taung, municipio de Tharawady, división de Bagos

El testigo ingresó al ejército en 1991. Desertó con el testigo 94 en marzo de 1996 y abandonó Myanmar. Ingresó en el ejército en Hmawby (división Rangún), permaneció allí durante seis meses antes de realizar los seis meses de entrenamiento. Luego ingresó en el batallón 72, asentado en Lawpita en el estado de Kayah. Está de acuerdo con la descripción realizada por el testigo 94 respecto del trato que recibían los cargadores, y del hecho de que no eran utilizados como detectores de minas humanos. Los aldeanos eran forzados a cultivar para el ejército en sus campos militares (cultivando verduras en el complejo militar). Para este tipo de trabajo, una persona de cada hogar en la aldea era requerida para ir al campo militar (la aldea cercana al campo tenía unos 500 hogares). No debían venir todo el tiempo, sino que sólo trabajaban en números importantes durante los períodos de más trabajo, tales que plantación o cosechas. Hombres, mujeres y niños realizaron este trabajo. Los soldados trataban a los aldeanos rudamente, y los insultaban, pero él nunca vio a un aldeano ser golpeado mientras llevaba a cabo este trabajo. Huyó a causa de un problema con su comandante. Ese oficial solía acusar a los aldeanos de mantener contactos con rebeldes, los encerraba. Usaba esto como un medio de obtener dinero. Mientras permanecían encerrados eran golpeados con rifles. El testigo estaba en desacuerdo con el oficial en relación a esto y tuvo que desertar. Oyó hablar de soldados que abusaban de mujeres, pero él mismo nunca lo ha visto.


Etnia/religión:

Karenni, budista

96

Edad/sexo:

Nacido el 13 de noviembre de 1959, masculino

Situación familiar:

Casado, con tres hijos, nueve hermanos

Educación:

9.º nivel

Ocupación:

Comerciante en Loikaw

Proveniente de:

Loikaw, estado de Kayah

El testigo fue inculpado por un delito de drogas en abril de 1996 en Loikaw, y sentenciado a nueve años de reclusión. Como prisionero, tuvo que realizar transporte de cargas durante un mes desde el 12 de mayo de 1996, yendo y viniendo entre Loikaw y Huay Paung Laung, transportando municiones y armamento. A partir de entonces, trabajó como mano de obra en el campo militar de Loikaw, excavando un criadero de peces, moliendo piedras y haciendo ladrillos. El 12 de agosto de 1997 realizó nuevamente transporte de cargas («cada vez que necesitaban mano de obra, tomaban prisioneros para utilizarlos como cargadores»), y el 30 de agosto de 1997 huyó de los transporte de cargas a Tailandia. Durante los transporte de cargas, y en cumplimiento de las obligaciones del campo militar, los prisioneros y aldeanos forzados a trabajar eran mantenidos siempre separados. Como cargador, nunca vio soldados reclutando a un civil para realizar transporte de cargas. Cuando los soldados llegaban a cualquier aldea, todos los habitantes habían huido, los soldados quemaban las casas, graneros y tiendas, y disparaban y comían los animales (cerdos, pollos). Antes de ser acusado en abril de 1996, él y su familia realizaron trabajo forzoso muy raramente, y nunca realizaron transporte de cargas, porque cada vez que el ejército quería mano de obra, se la solicitaban al jefe de sección en Loikaw, quien debía proveer cinco o diez trabajadores por sección. El o los miembros de su familia nunca eran elegidos porque él pagaba. Había 13 secciones en Loikaw y 200 familias en su sección, por lo que si ellos solicitaban cinco cargadores y nadie quería ir, las «tasas de transporte de cargas de 50.000 kyats» eran divididas entre las 200 familias, y todas las que no enviaran un trabajador debían pagar unos 250 kyats. No había un monto regular, era usualmente de 200 a 300 kyats, y se incrementaba. La ultima vez pagó 200 kyats. Sus tasas de transporte de cargas comprendían su hogar; aquellos hermanos y hermanas que vivían separados pagaban separadamente. El testigo no sabía por cuánto tiempo los cargadores debían ir, sólo sabía que él debía pagar tasas de transporte de cargas al menos una vez al mes. Presenció directamente otras formas de trabajo forzoso. Por ejemplo, la construcción del ferrocarril entre Loikaw y Aungban, que comenzó en 1992-1993, y que todavía sigue, fue emprendida con trabajo forzoso. Por orden del ejército a los jefes de sección, cada sección debía realizar un determinado tramo del ferrocarril dentro de un plazo. Su sección debía hacer cuatro a cinco millas, y una persona por familia debía ir durante cinco meses. Esto fue cerca de Loikaw, en 1992 ó 1993. Iban por la mañana, volvían por la noche, y algunas veces tomaban tres o cuatro días de descanso. Ninguna familia osaba desobedecer la orden. Todas iban. En el lugar de trabajo, debían firmar una ficha de asistencia. Si los aldeanos no iban, tras cuatro o cinco días el jefe de la sección los llamaba y los prevenía, tras lo cual los multaban. También, a causa de que el ejército tenía prisa en terminar el ferrocarril, no permitía a los aldeanos tomar largos descansos, aun si estaban cansados. Entonces, si ellos descansaban demasiado, golpeaban y pateaban a los trabajadores, a los obligaban a volver al trabajo. Vio trabajadores seriamente heridos pero no muertos. Además, cada sábado una persona por familia de la sección debía ir durante medio día al complejo militar para limpiar, debiendo presentar una ficha de asistencia. Usualmente pagaba 50 kyats al jefe de la sección para que encontrara un reemplazante para él. Algunas veces vio aldeanos maltratados por los soldados cuando trabajaban en el complejo (pero no durante las obligaciones de limpieza semanales). Más aún, durante dos o tres veces al mes, era llamado durante un día completo para trabajos «de emergencia» los cuales podían consistir en limpieza y repintado de edificios cuando un alto oficial del ejército visitaba Loikaw, o construir una nueva pagoda para una ocasión especial (el testigo era budista, pero todas las religiones debían ir, incluidos musulmanes y cristianos). La orden provenía del jefe de sección en el ejército. El debía ir, no había opción. Si se negaba, era multado con 50 kyats por el jefe de sección. Algunas veces, cuando no estaba libre, encontraba alguien para reemplazarlo por 50 kyats; de otro modo era él quien iba. Algunas veces vio aldeanos maltratados durante los trabajos «de emergencia», pero no durante la construcción de pagodas.


Etnia/religión:

Birmana, budista

97

Edad/sexo:

Nacido en 1960, masculino

Situación familiar:

Casado, con dos hijos, cinco hermanos y hermanas

Educación:

2.º nivel

Ocupación:

Granjero (independiente)

Proveniente de:

Chaung Hna Su, municipio de Ouk-hpo, división Bago (recluido desde abril de 1994 en Loikaw, escapó en agosto de 1997 del transporte de cargas mientras era prisionero)

El testigo, cuando trabajaba como granjero, fue recluido en la cárcel de Tharawady (división Bago) en abril de 1990 y sentenciado a cinco años de reclusión, pero fue liberado en diciembre de 1993. Mientras cumplía su período de prisión, trabajó en junio de 1990 en la autopista de Rangún-Mandalay, y en 1991 en la construcción de una central eléctrica en Loikaw. Fue liberado en diciembre de 1993. No tenía dinero para volver a su aldea y reunirse con su familia, por lo que se reunió con algunos amigos del proyecto eléctrico, quienes eran propietarios de una granja en la aldea de 6 Mile (Daw Khu Si), municipio de Demawso, donde permaneció y les ayudó. En abril de 1994 algunos caporales del ejército vinieron y le solicitaron que cortara los cables de electricidad y teléfono, lo que él hizo sin temor. Fue entonces acusado de robar el cable y sentenciado a diez años de reclusión en Loikaw (los caporales fueron sentenciados a tres años). Escapó mientras realizaba transporte de cargas en agosto de 1997. En 1996, todos los prisioneros fueron trasladados durante cuatro días en bote para limpiar y ensanchar el río Pilu en el Dique de Moebye, pero los guardias de seguridad los forzaron a terminar el trabajo en dos días. Había sólo prisioneros, no aldeanos. Durante su tarea como cargador, el testigo era siempre separado de los aldeanos. En agosto de 1997, antes de escapar y abandonar Myanmar, vio a un compañero prisionero cargador, quien, no pudiendo soportar más el peso de su carga, trató de escapar y fue golpeado hasta la muerte por los soldados que lo encontraron. El testigo ha visto aldeanos realizando trabajo forzoso. Mientras estaba en la aldea de 6 Mile (Daw Khu Si) desde enero a abril de 1994, sólo oyó que, por orden de los oficiales al jefe de aldea, los aldeanos iban y trabajaban para el ejército, pero él nunca preguntó acerca del trabajo. En 1996, vio aldeanos realizando trabajo forzoso en Loikaw, en el complejo militar de la TaKaSa (cuartel general del ejército) realizando tareas agrícolas, excavando criaderos de pescado, pozos. No sabía por cuanto tiempo.


Etnia:

Karen

98

Edad/sexo:

27, masculino

Situación familiar:

Soltero. Seis hermanos y hermanas

Educación:

4.º nivel

Ocupación:

Trabajador en mina de plomo

Proveniente de:

Plo Ba, municipio de Mawchi, estado de Kayah (reubicado en 1996 en Lo Kha Lu, cerca de Mawchi)

El testigo abandonó Myanmar a comienzos de 1998. Reubicación. Por una orden impartida por un oficial del ejército al jefe de aldea, en junio de 1996 toda la aldea de Plo Ba fue reubicada en un sitio llamado Lo Kha Lu, también en el municipio de Mawchi, a una distancia de medio día de marcha. La aldea de Plo Ba era enteramente de etnia karen, alrededor de unas 50 familias. Al mismo tiempo, 12 aldeas de etnia totalmente karen fueron reubicadas en Lo Kha Lu, donde viven ahora más de 150 familias. El testigo no conocía la razón de la reubicación. Nadie fue autorizado a permanecer en la aldea de Plo Ba, tuvieron que destruir ellos mismos sus casas. Una o dos familias se rehusaron a ir y fueron mudadas a un lugar diferente; a todos se les prohibió regresar. En Lo Kha Ku tenían tres semanas para construir ellos mismos la aldea. Habían transportado todo lo que podían de la antigua aldea. Lo Kha Ku estaba al pie de una colina, en cuya cumbre había un campo militar. El testigo trabajó en las minas de plomo en Mawchi desde 1994 hasta su reubicación y continuó tras ella. Después de la reubicación en Lo Kha Ku (junio 1996), el testigo trabajó como cargador tres veces: dos veces bajo una orden recibida a través del jefe de aldea (durante tres semanas en agosto de 1996 y durante un mes sólo dos semanas más tarde). Alrededor de 150 personas debían ir cada vez, incluyendo mujeres y muchachos de alrededor de 13 años de edad; no eran avisados de antemano por cuanto tiempo, ni nada se les era prometido ni pagado, eran alimentados con un hankaw (cantimplora de soldado, equivalente a cuatro botes de leche condensada) de arroz cada tres días y algo de pasta de pescado y no se les permitía tomar legumbres del bosque. La tercera vez, en noviembre de 1997, el testigo fue capturado directamente por los soldados en la aldea de Lo Kha Lu, junto con otras 100 personas aproximadamente, y forzado a transportar arroz a Buko. Tras una semana, se sintió enfermo y no pudo transportar más su carga, no le fueron suministrados medicamentos sino que fue golpeado con un fusil en el pecho, golpeado a puñetazos y abandonado en el camino; camino de regreso durante dos días tosiendo con sangre y aún tiene dolores en el pecho y no puede trabajar (muestra una pequeña cicatriz; también muestra una cicatriz de disparo recibido accidentalmente cuando permanecía con su prima a su solicitud y fue visitada durante la noche por los soldados). También vio que cuando 100 personas fueron capturadas como cargadores en noviembre de 1997 en Lo Kha Lu, algunos que se resistieron fueron golpeados, los soldados les pegaron con los puños en la cara; él vio sus rostros hinchados y sangrantes. No vio que nada les sucediera a las mujeres. En la antigua aldea (Plo Ba), antes de 1996, los aldeanos debían realizar transporte de cargas, incluyendo su familia, pero en cortas distancias, por ejemplo transportando raciones de comida durante un día, una o dos veces por mes. Comenzando en diciembre de 1997, muchos aldeanos recibieron la orden a través del jefe de aldea de mejorar la antigua carretera entre Mawchi y Toungoo. A su familia le fue asignada una milla en la cual debía rellenar hoyos con piedras y ensanchar la carretera medio metro de cada lado. Debían llevar sus propios equipos y comida de su casa. Como la sección asignada estaba cerca de su aldea, él fue e hizo todo el trabajo junto a su hermana mayor en diez días, caminando todas las mañanas y noches durante dos horas desde y hacia su aldea. Ellos no eran pagados. Además, de su aldea, 15 personas a la vez eran reclutadas en todo momento en el campo militar, más aldeanos de otros pueblos, totalizando unas 60 personas a la vez. Desde la reubicación (tanto como antes de ella, en Plo Ba), su familia debía enviar al campo un trabajador unas tres veces al mes durante cuatro días. El testigo trabajó allí por última vez en noviembre de 1997, por una orden recibida del jefe de aldea (antes de que fuera capturado como cargador). Durante dos días excavó un bunker; los dos días siguientes comenzó a construir una cerca, que alguien más tuvo que concluir tras él. Además, todos los sábados, por una orden impartida por un oficial del ejército a través del jefe de aldea, una persona por familia debía trabajar durante medio día limpiando la maleza en los alrededores de la aldea y haciendo higiene. Finalmente, al menos dos veces por mes durante medio día, tuvo que realizar trabajos de «emergencia», tales como transportar raciones de comida o recolectar agua para el ejército. En conjunto, durante los últimos meses de 1997, debió trabajar cinco días a la semana para el ejército y tuvo solamente dos días a la semana para trabajar para su familia. (Además, su hermana debía también realizar trabajo forzoso en la carretera.) En su familia, había sólo una hermana mayor y su madre tras él; los otros hermanos y hermanas habían partido. Su padre había muerto. Su hermana trabajaba en la huerta, pero su madre no podía trabajar a causa de un problema de estómago. En la mina, recibía 150 kyats por día por empujar un remolque, pero cuando realizó trabajo forzoso, no fue pagado. Nunca fue pagado por realizar trabajo forzoso ni en la construcción de la carretera ni en ningún otro.


Etnia:

Karenni (Padaung)

99

Edad/sexo:

67, masculino

Situación familiar:

Ocho (él, su esposa, cuatro hijos y tres hijas)

Ocupación:

Conductor de camión (previamente era funcionario del Gobierno)

Proveniente de:

Loikaw, estado de Kayah

El testigo abandonó Myanmar el 30 de abril de 1997. Tuvo que realizar trabajo forzoso y transporte de cargas. Tuvo que pagar dinero si no podía ir. El trabajo forzoso que debió realizar incluía excavar el terreno y picar piedras; debía aportar sus propias herramientas. A cada familia le era asignada una cuota de trabajo. El peor período fue de 1992 a 1994 cuando el ferrocarril Loikaw-Aungban estaba siendo construido. En ese momento alguien de cada familia debía ir durante una semana entera. Cientos de personas. Debían llevar consigo su propia comida y herramientas, e incluso debían arreglárselas para ser transportados al sitio de trabajo. Cualquiera que no fuera capaz de ir debía pagar dinero. El testigo realizó este trabajo, y sus dos hijos mayores también lo hicieron (algunas veces en turnos, otras al mismo tiempo). Debieron trabajar hasta durante diez días consecutivos para realizar la tarea que les había sido encomendada, que era muy cansadora. No podían ganarse la vida en ese momento, y a veces debían vender propiedades para ello. Como el lugar de trabajo estaba muy alejado, tenían que dormir allí. Las órdenes provenían del LORC de distrito, quien las recibía del municipio LORC municipal. El nunca fue golpeado mientras realizaba estos trabajos (porque era anciano, y los otros aldeanos lo ayudaban a cumplir con su cuota), pero otros civiles eran golpeados y pateados y algunos resultaban heridos. Eran golpeados por los soldados si trabajaban demasiado lentamente o hablaban mucho. Había también prisioneros realizando el trabajo (en chozas), y eran violentamente golpeados. Vio muchos prisioneros con heridas serias causadas por las golpizas, y muchos de ellos fallecieron (generalmente por haber sido golpeados con una pala por los soldados que los custodiaban). Una noche, vio seis prisioneros muertos de esta manera en el transcurso de dos horas. También realizó dos veces transporte de cargas, la primera en 1974, y la segunda vez en 1978. En la segunda ocasión fue cargador durante tres meses en una importante operación militar; cuatro de sus parientes murieron transportando cargas en esta operación. El trato era muy malo y los cargadores no recibían agua ni comida suficientes. Uno de sus hijos fue tomado recientemente como cargador, pero pagaron 1.000 kyats por su liberación. Desde 1987 ó 1988 la población de su región ha sido forzada a trabajar en los campos militares (excavando trincheras y bunkers, construyendo cercas), y limpiando pagodas. El testigo nunca realizó estos trabajos personalmente, pero vio a otros haciéndolos. La población era forzada a montar guardia alrededor de las torres eléctricas para evitar que los rebeldes los sabotearan. La población debía también transportar leña y agua al campo militar de la cima de la colina, porque los soldados eran demasiado perezosos para bajar la colina hasta el arroyo. La población debía también realizar trabajo forzoso en campos de arroz pertenecientes a los soldados. En Demawso y Loikaw el testigo conoce a personas cuyas granjas han sido confiscadas por el ejército y quienes eran luego forzados a trabajar en ellas sin ser pagados. El ejército les decía cuánto querían como cosecha, y si los granjeros no lograban producir suficientemente en las tierras del ejército, debían cubrir el déficit ellos mismos. Esto es muy común. La mitad de sus propias tierras fueron confiscadas (tres acres de plantaciones de maní) en 1995; el fue también previamente forzado a trabajar en los arrozales del ejército, pero no había demasiados en las ciudades, mientras que en las aldeas la población debía realizar muchos más trabajos para el ejército. Los aldeanos debían también construir y mantener los campos militares, y satisfacer las necesidades de los soldados; si un oficial de alto rango llegaba al campo, los aldeanos debían proveer comida para mantenerlo. Había una colina llamada Sin Taung («Colina Elefante») cerca de Demawso. Los cristianos habían colocado una cruz en la cima y, como un acto de provocación, el ejército forzó a los aldeanos budistas a construir una pagoda cerca de ella. Los aldeanos debían hacer cualquier cosa para el ejército. Los propietarios de carros con bueyes y caballos, tractores, botes, etc., debían estar permanentemente a disposición del campo militar (rotativamente) para el caso en que los soldados los necesitaran. En un caso de su conocimiento, el conductor de un carro de bueyes fue enviado a una aldea a cuatro millas de distancia a comprar un atado de cigarrillos para un oficial. Otra vez, un oficial llamó a un carro de bueyes para ir a buscar una carta de amor de una chica en otra aldea. Este tipo de cosas eran comunes. Cuando el Festival Estudiantil de Deportes fue realizado en Loikaw, la población era forzada a «donar» todos los materiales tales como ladrillos y madera y eran entonces forzados a construir toda la infraestructura necesaria.

El testigo era miembro de la NLD. Las autoridades lo forzaron a renunciar en enero de 1996, pero a pesar de ello una noche los soldados fueron a su casa a arrestarlo. En ese momento, no estaba allí, y por ello escapó al arresto y decidió huir. Su familia permanece aún en Myanmar (a la excepción de sus hijos, quienes ya habían huido hace seis años). La situación es muy opresiva; las autoridades toman cualquier oportunidad para oprimir a la población. Esta, incluidos funcionarios gubernamentales, era forzada a trabajar medio día realizando trabajos en Loikaw. El testigo mismo ha sido arrestado tres veces. En la primera de ellas, en 1964, paso seis meses en la prisión de Taunggyi. La segunda, en 1983, fue sentenciado a seis meses, pero pasó sólo 15 días en la prisión de Loikaw y fue liberado tras pagar 10.000 kyats. La tercera vez fue en mayo de 1995. Fue detenido en una celda pequeña, generalmente destinada a confinamientos solitarios, junto a nueve personas durante 45 días. La celda estaba casi totalmente obscura, con la sola luz de una bombilla de cinco wats. Se les daba dos botellas de agua sucia por día para beber. Alguno de los otros han permanecido allí durante cuatro meses, y todos ellos han sido torturados. Fue liberado cuando las autoridades no pudieron encontrar pruebas contra él. Finalmente, uno de sus vecinos, un karen, regresaba de Toungoo con 10.000 kyats y algo de oro cuando fue tomado como cargador. Lo pusieron en un camión militar, tras lo cual lo acusaron de ser un rebelde, y le dispararon. Los soldados robaron todas sus posesiones. Dos testigos oculares le contaron esto.


Etnia:

Karenni

100

Edad/sexo:

36, masculino

Situación familiar:

Casado, con un hijo y una hija

Ocupación:

Granjero

Proveniente de:

Si Ko Leh, municipio de Shadaw, estado de Kayah (el 7 de junio de 1986, la aldea entera debió reubicarse por la fuerza en Shadaw)

(El testigo declaró en presencia de los testigos 101, 102, 103, y 104.)

El testigo debió realizar trabajo forzoso antes y después de su reubicación. Abandonó Myanmar en febrero de 1997, luego de escapar de la prisión. Antes de la reubicación, había sido cargador en una ocasión, en 1990, durante la temporada seca, justo antes del Año Nuevo. En ese entonces, tenía 27 años. Recibió la orden del jefe de aldea. Debía transportar raciones de arroz, durante tres días, en una zona montañosa cerca de Shadaw. La distancia que recorrió fue de 22 millas en total. Tuvo que ir a un campamento militar en las montañas (de tamaño promedio, una compañía). Había alrededor de 34 cargadores, incluyendo cinco personas de su aldea, para 60 soldados. No había mujeres, pero sí había niños (de 13 a 15 años) y una persona de edad (60 años). El día comenzaba a las cuatro de la mañana y terminaba a las cuatro de la tarde. Los cargadores debían comenzar antes del amanecer y no podían utilizar linternas. Se les permitían sólo unos pocos minutos de descanso. La primera noche, durmió en el bosque, y las dos noches subsiguientes, en aldeas. No vio ningún combate. No lo maltrataron, si bien había visto cómo golpeaban a otras personas con barras o rifles, o cómo les pateaban porque no podían transportar la carga que se les había asignado. Era posible pagar a un sustituto. La cantidad necesaria era de alrededor 300 a 400 kyats. La aldea entera fue reubicada el 7 de junio de 1996. No pudo llevar nada consigo, más que un poco de arroz. Fue a un sitio cercano a un campamento militar en Shadaw. Debió construir un refugio para su familia, ya que no había nada en el sitio. No vio a nadie ser maltratado. Las autoridades sospechaban que él pertenecía al grupo rebelde. Fue arrestado unos pocos días después de su llegada. Lo mantuvieron en prisión durante seis meses. Fue torturado, principalmente con las manos atadas al techo y los pies enlazados durante largos períodos. Durante el mes en que no estuvo en prisión, debió realizar varios tipos de trabajo para los militares. Todas las familias estaban sujetas a realizar trabajo forzoso. No podían hacer nada más. Luego de la reubicación, debió construir cercas y cortar leña. Debió trabajar en cuatro ocasiones, una de ellas durante el mes en que no estuvo en prisión. El jefe de aldea le asignaba el trabajo. El día comenzaba normalmente a las seis de la mañana y terminaba a las cuatro de la tarde. Alrededor de 30 ó 60 personas trabajaban con él, incluidas entre cinco y diez mujeres que debían realizar el mismo trabajo. No recibía paga. No era posible negarse a trabajar. Si se negaba a trabajar, las autoridades lo privaban de la pequeña cantidad de arroz que era distribuida.

Anexo VII (cont.)


Puesto al día por VC. Aprobada por NdW. Ultima actualización: 26 de febrero de 2000.